Partida Rol por web

Viendo lo que ha quedado, prefiero que se lo queden los demás.

Sycnus, si quieres quédate con la túnica tu, yo confio en mis propias protecciones. Lo demás no me vale.

Me siento un segundo en el suelo... estoy cansado. Y ando escaso de agua.

Es mas, no tengo. El suelo está caliente y lleno de polvo. Pero cuando me tumbo sobre él, es como la cama mas mullida. Estaremos poco hasta proseguir, pero algo es algo.

Mientras Elenaide atiende a Yui me acerco a la rapiña. Agarro las armas y me las paso por el cinto, luego intento aprovechar las hombreras y el yelmo. Nunca había usado un yelmo hasta ahora, era bastante incomodo en lo que a visibilidad se refiere. Guardo los gaians pensando en cómo se van a repartir. "Para las elfas nada, al fin y al cabo ellas decían que esto no era por el dinero. Para el resto, pues 80 por cabeza y 10 más para mi por impuestos de gestión."

Después de equiparme le acerco las pociones a Sycnus para que las examine.

Mientras el grupo descansa echo un vistazo a los alrededores siguiendo el consejo de Elenaide.

-¡Mil gracias por todo, buen Eliddor!-digo cuando me entrega la túnica, agradeciéndole tanto la curación como el objeto. Sólo rozando la tela con mis dedos, puedo sentir que estos ropajes tienen cierto poder. Más ni quiero desprenderme de mi antigua túnica, ni quiero desnudarme aquí. Lo que haré será adaptar estas telas a las mías. Un enramado de huesos e hilos bastarán para combinar ambas túnicas.

Por supuesto, necesitaré huesos. Enseguida se los sacaré al gran guerrero. Pero antes, pienso buscar todos los libros que haya en este lugar. Entre otras cosas, para eso me metí en esta gesta.

Antes de comenzar a andar, Ducky me acerca unas pociones.-Hmmm. He de decir que no soy exáctamente un experto en la alquimia. Más quizás pueda reconocer el olor de alguna hierba que me sea conocida.-las recojo, pero las guardo en los bolsillos de la túnica que me acaban de entregar.-Enseguida las examinaré, caballero Ducky. Pero antes debo proceder a mi particular saqueo.-entonces comienzo a andar a grandes y cojeantes zancadas hacia el cuerpo del mago.

Si alguien sabe donde está el conocimiento en esta cueva, es él. Si es que hay algún conocimiento aquí. No me importa el cansancio, el cansancio puede ser atendido más tarde.

Cuando llego a la altura del cadáver semidesnudo, lo primero que hago es dar dos golpecitos con el bastón en su cabeza. Aunque sé que está muerto, siempre me gusta comprobarlo. Evita malas sorpresas.

Dejo la túnica y las pociones a su lado. Me agacho, con una rodilla apoyada en el suelo. Léntamente, pongo mi mano en su pecho y cierro los ojos. Siento su cuerpo sin vida, enfriándose. Su corazón, dormido, enegreciéndose. Pienso que ahora él es mío. Yo se lo arrebaté a la vida. Ahora se lo arrebato a la muerte. Aprieto mi mano contra su pecho.-Late.-ordeno.-Late una última vez. Sólo un latido. Y levántate. Y sírveme.-y entonces siento como su inmovilidad se torna en movilidad, como se alzará, parodiando la vida, burlándose de la muerte, una simple marioneta muerta, pero cuya forma recuerda grotescamente a lo que era antes.

Abro los ojos. Y espero no ser el único.

Mientras Ducky esta registrando la zona un ritual nigromántico se produce cerca de ellos, Sycnus se concentra en usar el cuerpo de su enemigo como un siervo, un siervo para si mismo que le permitirá usar sus habilidades, o al menos parte de ellas para poder luchar o simplemente para que le acompañe, eso es algo que el propio nigromante decidirá. Tras la finalización del hechizo todos sienten un escalofrio cuando ven al mago lentamente ponerse en pie. El cadáver se pone en pie lentamente, sus ojos totalmente blancos y una mirada sin vida, el cadáver mantiene la expresión que tenia cuando murió, Sycnus sinte que ha logrado realizar el hechizo con gran efectividad, de forma que sabe que aunque con menos poder su nuevo acompañante es capaz aun de manejar la magia.

Mientras tanto Ducky encuentra algo que le llama la atención; en el punto donde la fuente de lava esta situada hay una inscripción que termina pulsando, al hacerlo comienza a temblar la tierra y poco después pueden ver como un camino se alza a través de la lava, por lo que pueden ver a través de el continua internándose en el magma pero de forma que no golpeara a nadie manteniéndoles seguros del peligroso magma

Es interesante ver cómo se pasa de la acción a muerte a la calma en tan poco tiempo. Noto a los demás cansados, yo también necesitaba un respiro. Mientras todo el mundo inicia el saqueo, me fijo que Sycnus hace lo propio. Y es que aqui, después de todo, puedo sacar algo de información que me interese.

Me acerco hasta donde está, y en silencio espero resultados del hechizo sobre el cadaver del mago. Y de repente se levanta. Resulta espeluznante ver cómo sin vida es aun capaz de generar una impresión de peligrosidad. Pero algo nos llama la atención, y es el nuevo pasadizo que Ducky a descubierto. Por lo visto estaba pensado para que el magma no pudiese afectar a los que lo transiten. No podria ser de otra manera, claro.

Sycnus, ¿te importaría que nuestro nuevo... acompañante... sea el que tome la iniciativa por el pasadizo? Ya sabes, por lo que pueda pasar.

¡Excelente! Mi hechizo ha funcionado sin ningún problema, mejor de lo que esperaba. Observo al mago con orgullo, sintiendo que mi victoria sobre él es ahora total.

Y es entonces cuando Ducky encuentra ese extraño pasadizo. ¡Sin duda el conocimiento de este lugar estará allí depositado! Bien, ya tendré tiempo para arrancar los huesos al otro hombre luego. ¡Es hora de venir a hacer lo que he venido a hacer! Y, como bien sugiere Eliddor, usaré el protocolo habitual: Mandar al cadáver delante.

-Accedo sin pensarlo ni un segundo, compañero.-entonces me acerco al oído del cuerpo y susurro.-Vé por el pasadizo. Vé delante. Y luego me mostrarás donde guardábais los conocimientos.-le doy una palmada al hombro, y dejo de prestarle atención, sabiendo que andará a su ritmo. Entonces me agacho, cojo la túnica y las dos pociones. Me echo la túnica al hombro, para llevarla más cómodamente. Entonces examino las pociones. Las pongo a contraluz, ante el brillo del magma. Entonces abro una de ellas y la huelo, intentando dilucidar que efectos podrían producir.

Con cara de espanto me hago a un lado para dejar que el cadáver andante pase ante mi en dirección al pasadizo.

Sin duda es una buena idea que un señuelo abra el camino, pero me da cierto recelo que ese señuelo no deje de ser un muerto.

- ¿Le seguimos, pues?

El grupo comienza a caminar una vez visto que el cadaver pasa sin problemas, aunque se mueven algo despacio ya que van a la misma velocidad que el cadaver. Todos sienten el intenso calor de la lava a su alrededor, de hecho todos empiezan a sudar de forma bastante copiosa, pero aun asi siguen caminando. Tras un rato parece que se terminan de internar en la roca y la lava de sus alrededores comienza a desaparecer, por lo que la temperatura empieza a ser mas agradable, mas fresca aunque aun hace algo de calor. Varios pasos mas y llegan a una sala circular de roca, alli hay varias decoraciones que repreentan a demonios, ademas lo que mas destaca son unas estanterias llenas de libros y en el centro un altar, una especie de altar en el que hay un objeto situado.

Para la mayoria de los alli presentes el objeto no es mas que un anillo, un anillo que podria haber pertenecido a un demonio y que al parecer era el centro de la adoracion de ese culto, sin embargo, para Eliddor era algo mas reconocia esa forma, ese anillo,sabia que ese era el anillo del vacio, el anillo que buscaba, una de las partes de la armadura que pronto estaria a su alcance o al menos eso es lo que esperaba.

Tras el pequeño altar donde estaba colocado el anillo se enceontraba la dura roca con un gravado de un demonio, un ser de aspecto humanoide, con piernas de cabra y grandes cuernos en la frente, con una pose y mirada amenazadora, a su lado habian representaciones de personas muertas las cuales estaban manchadas de sangre, en un vistazo mas en profundidad pudieron ver que la sangre ya seca provenia de unos restos que habia en el suelo, restos de brazos, piernas y en definitiva de partes de personas

Latidos. El sonido de la lava burbujeando y corriendo lejanamente en manantiales infernales en la distancia... el chispear de las llamas en las antorchas que iluminan el camino... los pasos y comentarios de mis compañeros...: nada. Solo oigo latidos. Por un momento, todo lo que me rodea guarda silencio disipando cada atisbo de ruido en el vacio, mientras la oscuridad absorbe lentamente la luz hacia un mismo punto. No oigo ni veo nada... excepto el Klemet. El Anillo del Vacío. 6 dragones negros tragándose la cola del siguiente con una piedra preciosa en el ojo de cada uno; brilla como un diamante pero es de hierro. De un hierro muy antiguo.

Cuenta la leyenda que si derramas sangre de dragon sobre él, entra en la piel del portador y se le aloja en el corazon, alimentádose hasta consumirlo. En una era antigua, el anillo perteneció al linaje de los Nettset, una estirpe de Reyes que se remonta al principio del mundo. El principe Juxcarl, alto hechicero y sucesor al trono, durante la gran guerra contra los dragones, conjuró un potente hechizo para invocar a las 6 dragonas madres Gaiol, Gokrok, Krusax, Fomorion, Pexamot e Itsiris  mediante el sacrificio de 100 de los hechiceros de la Orden del Ocaso Etéreo. Una vez invocados y en un último acto de sacrificio, Juxcarl invocó con su propio corazón al vacio puro en sí mismo con el fin de atraer a los dragones y llevárselos a la nada. Pero desconocedor del poder de los dragones negros primigenios, en el último momento se mordieron la cola los unos a los otros para agarrarse así a la realidad. Juxcarl venció asi a los dragones con su sacrificio, pero su linaje se perdió con él como único heredero. Los dragones, sin el lideradgo de sus madres, se dispersaron por el mundo. Y las madres quedaron ligadas las unas a las otras... aqui.

Aqui. El poder de 6 dragones negros ancestrales en equilibrio con el vacio, delante mia. Tengo miedo. Lo necesito, pero me da miedo. Una parte de mi no quiere ni tocarlo, y la otra lo necesita. Tanto tiempo buscando, y ahora no sé qué hacer.

Solo se tratan de leyendas y mitos sobre los poderes que esconde. No sé qué hace, pero en teoría debería servir de equilibrio entre las piezas que estoy buscando para que se reconozcan y sean todo una, de la misma manera que los dragones se hicieron uno. Pero a parte de eso, es un misterio. Uno muy oscuro. Se dice que los dragones primigenios fueron grandes generales de los primeros poderes oscuros. No sé qué hay de cierto en eso, pero si tiene algo de verdad, no me extraña que quienes fuesen aqui lo adorasen. Pero no se con qué fin.

Pero he de hacer algo, y por ello he sacrificado mi vida: no me puedo echar ahora atrás.

Con sumo cuidado, me acerco al altar. De entre uno de mis bolsillos, saco un pergamino que llevo guardando desde hace mucho tiempo. En él, escritas las letanías que rompen el vinculo del anillo con cualquier otra cosa. Si hay alguna trampa o alguna magia que lo retenga, ésto lo romperá. Me costó mucho conseguir éste pergamino, muchos años de estudio.

Tras las frases de apertura, el sello del pergamino se disipa, y al abrirlo las letras se iluminan solas, sintiendo que están cerca de completar su cometido. Al dejar el pergamino sobre el anillo, las letras se despegan del papel mientras éste se incendia y desaparece en un suspiro entre un fuego azul. Como pequeños faros flotantes, las letras iluminadas se depositan suavemente sobre el anillo, el cual se agita mientras el altar comienza a vibrar. En un momento cumbre, el altar de un chasquido se parte en dos y el anillo cae rodando a mis pies mientras las letras se van apagando hasta desaparecer. Al agacharme, recojo el anillo y lo sostengo en una de mis manos. De repente, el sonido y la luz de mi alrededor reaparecen. Con el Klemet en la palma derecha, me quedo mudo sin saber qué hacer con él, pero ya lo tengo.

Ya lo tengo.

Cuando entramos, precedidos de mi alegre sirviente, no puedo evitar emitir un pequeño sonido de satisfacción. ¡Libros, al fin!-Guarda la entrada.-ordeno al muerto distraídamente, mientras me acerco sin dudarlo ni un segundo, a las estanterías. De refilón puedo ver como Eliddor se acerca al altar, al anillo. ¡Y comienza un extraño ritual!

Más he de decir, con algo de pesar, que su ritual y su anillo me importan ahora lo más mínimo. ¡Cuanto me entristece que la necesidad se imponga a la curiosidad! Cuando gane el tiempo eterno podré permitir a la curiosidad aflorar en más ocasiones. Pero en esta, he de buscar. Dejo a Eliddor con lo suyo y comienzo a examinar los tomos, intentando encontrar alguno que pueda ayudarme a alcanzar mi objetivo...

Sycnus se pone a buscar entre los libros que puede ver, la mayoria de ellos son libros hablando sobre ritos damoniacos y sobre leyendas de demonios, tambien hay una serie de libros que habla sobre la guerra de los dioses pero vista desde el punto de vista de los demonios, al igual que de la guerra de los angeles y los demonios, realmente nada interesante. Pero tras un rato encuentra algo que le llama la atencion, es un libro sobre pactos con demonios pero en este se habla de la inmortalidad y de los grandes poderes que simples humanos han optenido

-Hmm.-mascullo. Pactos con demonios. Lo cierto es que nunca usaría tal cosa. Tales pactos probablemente traerían para mí un precio mayor, mucho mayor al premio obtenido. No obstante, el conocimiento no hace daño. Quizás pueda echar una ojeada rápida. Quién sabe, quizás aprenda algo. O quizás encuentre algún dato de valor que nos ayude en nuestra misión.

Dejo la túnica y las pocionesen el suelo, apoyo el bastón contra la pared, y saco el libro y comienzo a pasar sus páginas, buscando lo más interesante.

Seguía lo más retrasado posible. Como si no fuese suficiente que un muerto abriera el camino ahora nos hallábamos en una sala horripilante, llena de  referencias que no hacen más que ponerme la piel de gallina.

Me quedo rezagado, junto a la puerta, mirando como uno a uno van entrando. Mientras, suspiro nervioso, cada vez más inquieto por aquel lugar. El colmo llega cuando Elddior inicia un ritual y Sycnus apoya el bastón en la pared como si aquello nos fuese a llevar un rato.

- ¿Pero que haceis? - Grito entre susurros como si algo malo pudiese pasarnos por estar allí. - Vayámonos de aquí cuanto antes, éste sitio es horrible, me pone los pelos de punta. Sellemos ésto, prendámosle fuego y derrumbemos sus paredes, pero larguémonos de aquí.

La mujer observa los libros al igual que Sycnus, ante las palabras del Drow dice:

- Si, de hecho no es mala idea hacer eso, pero antes me gustaria saber algo mas, saber si hay algun tipo de informacion o similar que nos ayude a entender el motivo del porque persiguen de esa forma a Yui y si hay alguna otra logia como esta en algun lugar cercano que pueda suponer un peligro

La mujer mira algunos libros, los saca y los mira rapidamente para despues dejarlos en el suelo tirados

Yui se queda mirando los libros, coge uno de ellos y lo comienza a mirar, Eliddor que esta mas atento se da cuenta de que pese a que pasa las paginas una a una y bastante rapido sus ojos no paran de moverse, parece que esta leyendolos a una gran velocidad, cosa que realmente debe de ser imposible

El libro es mucho más interesante de lo que creía. De hecho, los conceptos están sorprendentemente bien explicados, o al menos, lo están para mí. Aunque el tema no es uno que me interese en exceso, no puedo evitar enfrascarme a leer páginas enteras en cuanto encuentro algo que parece merecer la pena. Poco a poco me formo una idea básica de este tipo de magia, aunque obviamente, apenas sí he rozado la superficie, pero sin duda es una base que podría servirme en el futuro, no ya sólo si quisiera ampliar mis conocimientos, aunque fuese por puro interés intelectual, sino que podría servirme en futuros enfrentamientos contra estos artificios.

Pero aún con todo, no tiene nada de lo que buscaba. En cualquier caso, he sacado más de lo que esperaba de este lugar. Cierro el libro, y lo dejo en el suelo, meditando sobre si debería llevármelo, aunque fuera para leer los días en que mi ánimo no fuese lo suficiéntemente inspirador como para escribir. Ante los comentarios de Ducky digo.-¿A qué viene tanta inquietud, compañero?-digo mientras me agacho, cogiéndo la túnica y las pociones. Después, agarro el bastón y me acerco al cadáver mientras digo.-Antes habéis mostrado gran valentía. ¿Cómo es que ante enemigos no teméis y la ausencia de ellos os acongoja?-cuando llego a la altura del muerto, me pongo ante sus ojos y digo en voz un poco más baja, para distinguirla de la conversación que estoy manteniendo.-Asiente si estas pociones que hemos sacado de tí producen el efecto que describo.-mantengo las pociones a su vista mientras hablo.-Curación. Aumento de fuerza. Aumento de destreza. Aumento de inteligencia. Aumento de potencia mágica. Resistencia al fuego, hielo, u otros elementos. Clarividencia. Mayor percepción auditiva. Antídoto. Envenenamiento. Visión en la oscuridad. Humo. Inflamación.-voy enumerando, esperando a que asienta a alguno de estos efectos, y esperando también que el cerebro no esté tan debilitado como para recordarlos.