Partida Rol por web

La mujer mira al oficial, y asiente satisfecha, como que esta ha entendido el comentario y acepta la reprimenda. La mujer de tez morena, tostada por el sol y el viento arenoso, asiente varias veces más. Luego, tras dar dos pasos, se gira y dirige su mirada hacia unas sombras. Allí una mujer menuda, se oculta, en una posición de meditación en la que sólo alguien con grandes facultades de elasticidad y mucha experiencia regresa.

- Has estado muy silenciosa estos tres días querida.

Se gira, ignorando, y dejando atrás a ambos, y se encamina al tumulto, donde un el llanto de un bebito es el tema principal.

No puedo evitar arquear una ceja al ver la actitud de la matriarca haradrim con la madre primeriza. Esta muy lejos de su tierra y tras los dias de la gran peste, cualquier nacimiento deberia ser bien recibido.
No obstante me encojo de hombros pues cada pueblo tiene sus costumbres y tras sus palabras, miro en la direccion que habla.
Inclino la cabeza a modo de saludo y digo.
¿También venís en la caravana muchacha?. Tratare de que sea un viaje tranquilo. Me llamo Earnil y estoy al mando de la escolta

Nayira intento no parecer demasiado sorprendida por aquella información ¿tres días? No recordaba haber estado tanto tiempo en ese estado. Al ver que se alejaba con clara intención de llegar al recién nacido, le dedicó una leve inclinación de cabeza. Acto seguido centró su atención en el hombre que le hablaba, contemplándolo con algo que parecía genuina curiosidad.

- Deseo que sea provechoso que nuestros caminos se hayan cruzado - responde con un marcado acento oriental -, mi nombre es Nayira. Viajare al norte junto a la caravana, si. Yo también tratare que sea un viaje tranquilo.

Parecía estar especialmente interesada en la cantidad de pesado metal que aquel hombre llevaba encima. Debía ser extremadamente fuerte para poder moverse así cargado.

Me percato de la mirada que me lanza la joven del desierto y sonrio levemente. Se diria que algo le despierta interes.
Por mi parte, no puedo negar que me ha resultado chocante hallar a gentes del desierto tan lejos de su hogar. Por tanto, puesto que de momento no parece haber ordenes para mi o los mios, añado.
Espero no ser indiscreto joven dama, pero tengo una pregunta. Os halláis muy lejos de los Ergs de haradwait,¿que os ha impulsado para venir al país de Piedra?
Callo entonces mientras espero la respuesta y ya que estoy, echo un ojo alrededor comprobando que todo este, dadas las circustancias, mas o menos controlado.

Consigue que te den un mapa ... y veremos.

Nayira comprobó con cierta tranquilidad que la situación con el nacimiento del pequeño no parecía estar corriendo ningún riesgo, y que todo el mundo estaba bastante tranquilo, así que se relajó un poco mas y se dispuso a responder al hombre que iba cubierto de metal.

- Estoy de paso por este lugar - dice mirándole fijamente a los ojos sin que aquel contacto visual pareciera producirle ningún pudor o incomodidad -, me dirijo al norte, a una tierra donde el suelo es verde y los arboles son tantos que resultan difíciles de contar. Mi Orden me envía allí en una búsqueda, un viaje tanto exterior como interior. El motivo lo conoceré cuando lo encuentre.

Una advertencia cálida te avisa de que desconfíes de la gente.

"Ni si quiera yo sé cuál es mi destino o el objetivo final de mi viaje ¿Que podría revelar hablando con este hombre?" Se dice a si misma en un intento de comunicarse con aquello que la acompaña en su interior.

Y yo, al escuchar la respuesta de la joven dama sureña, me rasco por un instante la cabeza pensativo.
Podría yo deciros, joven dama, que es un curioso viaje de descubrimiento el vuestro. Mas yo no soy quien para juzgar vuestra motivación cuando a mi, con mi paga de soldado, me basta y me sobra.
Puedo añadir
Digo algo risueño devolviendo la mirada de la joven dama.
Que por lo menos no he recibido ningún informe adverso sobre nuestro cometido por parte de los oficiales del Rey Tarondor. Espero que nuestro periplo no tenga demasiadas dificultades

;P

LLega el oficial de guardia a los alojamientos, seguido de uno de los guardias.

Se junta al jolgorio y fiestecilla que se está montando y trae (el soldado) una bolsa, con material que puede servir de ayuda a la madre. Además trae dos. La otra se la entrega el soldado a Earnil tras comentarle. - Habrá otro parto por el camino, así que regale, en nombre de Goldor esta otra bolsa. Y le da al oficial de las tropas un carta.

Mañana por la noche reunión de organización para el viaje con el oficial de guardia.

También se le dará la bosa con la paga suya y de su personal.

Saldrán pasado mañana al alba.

 

 

El Maestre de la Ciudadela

Cuando agarro la bolsa que me corresponde de las manos del compañero de armas que las trae, también recibo una escueta misiva.
La leo y tan solo me limito a arquear una ceja divertido. El viaje en cuestión, va a ser interesante si.
Saludo a mi compañero de armas y respondo.
Así se hará si llegado el momento la circunstancia llega a tener un final feliz. Aunque si fuera por mi, denegaría el permiso de marcha a una persona en esas condiciones.
Dicho esto, me giro para observar de nuevo a mi interlocutora y añado.
Mi joven dama, empiezo a preguntarme que clase de revelación andáis buscando y también, ya que estamos, que motiva vuestra búsqueda.

Nayira por unos segundos había permanecido ausente, como si observara el vacío aun antes incluso de que apareciera otro hombre para darle algunas cosas al soldado llamado Earnil. Pero cuando se vuelve a dirigir a ella, parece regresar de sus propias ensoñaciones y le presta atención.

- Como he dicho ni tan siquiera se con seguridad lo que busco. Tan solo conozco la dirección aproximada de mi viaje, y por ahora eso me lleva al norte, a las tierras donde se instalaran estas buenas gentes. Por ese motivo les acompaño, y hago cuanto esta en mi mano para ayudarles.

La partida parecía ser bastante inminente por lo que se acercó al lugar donde había estado meditando y cogió una pequeña mochila de piel con escaso contenido, así como una solida y pesada vara de acero, adornada con asideros de cuerda enrollada. A simple vista no aprecia mas que un cayado de viajero, eso si, fabricado de duro metal.

Puesto que veo que la joven Dama marcha a coger sus pertenencias, inclino la cabeza a modo de despedida y digo
Como no me parece una informacion que deba permanecer en secreto, os dire que la partida es pasado mañana al amanecer.
Alzo la voz mirando a mi alrededor y lo rtepito para ser escuchado. Ademas, añado.
Espero que todos los preparativos estén ultimados para la fecha en cuestión. No quisiera que hubieran retrasos de ultima hora.
Dicho esto, miro de nuevo al compañero de armas que me ha traído la notificación y le doy la venia antes de que se retire. Y por mi parte, echo un vistazo a mi alrededor para localizar a Junak y así ir preparando la partida.