Partida Rol por web

Nayira se acomodó en postura de meditación para pasar la noche, y a la mañana siguiente se sentía totalmente restaurada y en forma.

Los campesinos de empeñaron en que desayunar demasiado, más de lo que acostumbraba y acabo llena, intentando pasar toda esa comida con té. En cuanto pudo se alejó de los alimentos y empezó a ayudar cargando los carros y preparándolo todo.

Esperaba que al menos el ritmo de avance fuese el mismo que cuando iba en solitario.

8 de enero de 1700 T.E. 18:59h. Harad. Desierto (wadis que descienden al rio). Rivera del Rio Poro. Camino hacia el norte desde  Car-Hal-Amadán. Despejado 44C. Viento calmo y niebla densa.

El orbe te había dejado dormir tranquila. Además, en las guardias habías perdido parte de la tensión que acumulabas, al sentirte "perseguida" u "observada". La noche pasó tranquila y temprano, con las primeras luces y el frio matutino te reactivaste. La niebla, por suerte, se había eliminado tras el "alzado" del Astro Rey.

El día había pasado tranquilo, pero sentías que andaba más despacio de lo que pensabas. Lo mejor, es que al comprobar lo recorrido, tras empezar a establecer el campamento, era más de lo esperado. - El paso era como de persona, pero no se paró a comer. Era algo frio, y sobre los carros. Era tiempo que no se detenían. Además, los descansos eran los carros. Los bueyes no se detenían hasta para para "dormir".

Los hombres eran reticentes a que vigilaras con ellos, pero ... lo permitieron, sobre todo porque la matriarca se lo ordenó. Las mujeres si te miraban extrañadas. Una Chica Guerrera, y además de la Orden del Puño. Para ellas eras algo raro, algo especial, digno de ver, y de no seguir. Una santa. Alguien a quien admirar pero que no seguirían sus pasos en la vida.

El día llegó a ser hasta aburrido. Los brillos en el agua, de las últimas luces vespertinas, eran hermosas. Pero hacía mucho calor. La ropa era algo que estorbaba. Además había mucha humedad. Todos sudaban por ... incluso las pestañas. Costaba levemente respirar y deseabas el descanso pero sabías que tendrías que hacer los primeros turnos de vigilancia ... para ayudar y compensar.

Afortunadamente, aunque durante el día se sentía algo mal por tener que esperar el paso mas lento de la caravana, no tardo en descubrir que los carros y los animales de tiro suponían una gran ventaja ya que les permitía avanzar de forma constante. Seguía sintiéndose una extraña entre aquellas personas, que la miraban como si perteneciese a un mundo diferente, pero no llego a detectar hostilidad en ningún momento por lo que respiraba tranquila.

Durante el camino se esforzaba por aprender palabras del idioma que hablaban esas personas, intentaba comunicarse con los menos recelosos mostrarse paciente y amigable. Sabia que jamas formaría parte de su comunidad, pero prefería que la vieran como una amiga antes que como una extraña.

A pesar de las reticencias de algunos hombres ella se empeñó en vigilar, tanto por su propia seguridad como por la de ellos, aun a pesar del cansancio acumulado de la larga caminata que llevaba ya a sus espaldas. estaba acostumbrada al trabajo duro y no era el momento de flaquear.

19 de enero de 1700 T.E. 12:00h. Gondor. Puertas de una Gran ciudad que se sitúa a ambos lados del Anduín. (Ciudd fortaleza. Rivera del Rio Anduín. Camino hacia el norte. Se desvía en dos. Nubes y claros 12C. Viento leve húmedo.

El camino hacia el norte ha transcurrido tranquilo. Algún barco se remonta o se "deja caer" en la corriente. Podéis cruzar este por los puentes que desde la distancia se ven que van de un lado al otro de la ciudad. Aún queda medio día para llegar. Tal vez por la noche. Se nota el cambio de temperartura. Además la humedad ambiental también. Ha llovido varias veces en el camino, y los carros no son protección suficiente. Unas lonas os cubrió, pero los pesados bueyes, tras esos chaparrones tenían problemas para sacar los carros del "campamento", estacados en el barro por su peso.

En la distancia. Hacia las montañas una especie de torre se alza majestuosa, blanca, ante una montaña. Está al otro lado del rio. No os hace falta cruzar, ya que, desde aquí, es hacia el norte, pero ... es interesante. Te llama la atención.

La cajita no ha dado señales de vida. Parece apagada. Muerta.

El camino en los últimos días se ha hecho cada vez mas difícil, a causa de las lluvias y el barro que atasca los carromatos cada poco tiempo. Aun a pesar de su duro entrenamiento y la capacidad de soportar el cansancio siente los miembros pesados y algo aletargados, y se imagina lo agotados que deben estar os miembros de la caravana.

Muy pronto su atención se desvía desde los puentes de aquella ciudad hasta una torre tan alta que parece llegar hasta el mismo cielo. De un reluciente color blanco destaca en el horizonte y captura toda su atención. tras unos momentos observándola, aprieta el paso y se sitúa junto al carro de la matriarca.

- ¿Cruzaremos por esos puentes? ¿o continuaremos en esta orilla del río? ¿Sabes que es esa torre? Nunca había visto una construcción tan alta...

19 de enero de 1700 T.E. 12:01h. Gondor. Puertas de una Gran ciudad que se sitúa a ambos lados del Anduín. (Ciudd fortaleza de Osghiliat). Rivera del Rio Anduín. Camino hacia el norte. Se desvía en dos. Nubes y claros 14C. Viento leve húmedo.

Por lo que parece esta fue la Ciudad-Capital de Gondor. Pues con el mal estado en el que está, habrá sido.

Ella en la lejanía se ve una especie de torre, blanca, que parece ser el final de una cordillera. Os informan otros viajeros que la capital es aquello ahora, pero que el rey ... y no te aclaran que pasa con el rey.

La mujer harad te comenta que no está en su ruta, pero si quieres, pueden hacer un alto en el camino, llegar y visitar un poco aquella cuidad y buscar información de a donde van. En esta, no parece haber más que soldados y sus sirvientes.

Nayira duda por unos instantes sobre la idea de visitar aquel lugar, pero lo cierto es que la curiosidad es muy grande. por otro lado la esfera parece estar satisfecha con su ritmo de avance pues ha dejado de incordiarla, así que finalmente acepta.

Tras dejar la caravana en aquel asentamiento con edificios en ruinas, reabasteciendose de suministros básicos y descansando un poco, se pone en marcha con la intención de visitar la ciudad de la aguja blanca y preguntar por las tierras aun mas al norte.

mientras se despide, no puede dejar de observar lo diferentes que son las personas allí, mucho mas pálidos y con ropajes y costumbres bastante exóticas.

Para la "expedición" el visitar una ciudad, puede ser una pérdida de tiempo en el viaje, pero no se han caracterizado en ningún momento por las prisas. Quieren poder decir que al menos una vez en la vida han pisado ese lugar. El que ahora será la capital del reino más importante de la humanidad.

Te acompañan, si les dejas.

Nayira aceptó la compañía de los Haradrim que la acompañaban sin ninguna reticencia, aunque al partir en dirección a la gran ciudad blanca, aprovecho para hacer una advertencia a la Matriarca.

- Debéis recordar que estas gentes no se parecen a nosotros. Seguramente tendrán costumbres extrañas y comportamientos que no nos parezcan lógicos. De ese modo debemos ser prudentes, ya que tal vez nuestra forma de actuar podría ofender a alguien, así como determinadas actitudes de ellos podrían resultarnos ofensivas. por otro lado os conviene aprender todo lo posible, ya que pronto conviviréis con personas que pienso se parecerán mas a los habitantes de esta ciudad que a la gente del desierto.

20 de enero de 1700 T.E. 20:36h. Gondor. Puertas de una Gran ciudad (Minas Thirit) A 5 km Anduín. (Ciudad amurallada) Nubes y claros 9C. Se está levantando niebla.

Llegáis a la ciudad ya noche, pero del día siguiente. Las puertas están cerradas.

Nayira no pudo dejar de asombrarse por el tamaño de los muros y la enorme puerta, algo intimidada por las dimensiones que parecían mas propias de gigantes que de personas. Dudando si acampar junto a la puerta o llamar, finalmente se animo y con el puño golpeó el enorme portón confiando en llamar la atención de quienes estuvieran al otro lado.

La puerta se demora en empezarse a abrir y tras esta dos guardias con lanzas, armadura completa y más arpeos de combate os esperan.

Cuando decidís pasar os hacen entrar en un lateral y llaman en un oestron bastante extraño para tus oídos al representante de la comitiva. El guardia que llama, te hace señas a ti. Parece que piensa que eres tú.

Nayira se esfuerza en comprender el idioma que hablan aquellos hombres, a un tiempo igual pero también diferente al que ella conoce. Cuando finalmente es llamada, comprende que la han confundido con la portavoz, y lo cierto es que no sabe si la matriarca sera capaz de comunicarse con aquellos soldados. Tras una mirada hacia la líder de la caravana por si deseaba intervenir dio un par de pasos hacia quienes la llamaban.

- Saludos señores. Os damos las gracias por acogernos esta noche tras los magníficos muros de su ciudad.

La monje hizo una leve inclinación al hablarles a modo de saludo y de muestra de respeto.

Un marino, por su estilo y tez bronceada, pero con atuendo de soldado, saluda a los guerreros. Viste parecido a ellos, pero con un toques al cuello, que parece una trenza de pelo, pero hecha de metal y dos bolas al final. En los extremos. Aprovecha para salir, y parece tener prisa o una misión que realizar. Los guardias ni le dicen nada ni lo detienen, mas, se limitan al saludo, a modo de despedida.

- No podemos dejar a gentes fuera, para no crear objetivos a asaltadores, orcos y bandidos. Y aunque sea difícil que se aproximen tanto a los muros de la fortaleza, tampoco hay que crearles tentaciones. Hablan severos, como si fuera una regañina. Luego, cambiando de tercio preguntó: - ¿Dónde se alojarán y a donde se dirigen?

Nayira tarda un poco en comprender el tono severo de los guardias, pero cuando escucha sus palabras asiente, aunque no le dan tiempo a disculparse por aquella situación.

- Nos dirigimos hacia el norte, mas allá de las montañas negras. Al parecer aquellas tierras han quedado despobladas y esta caravana busca un nuevo hogar donde establecerse y prosperar. En cuanto al lugar en el que nos alojaremos, me temo que es la primera vez que visitamos su gran ciudad y desconocemos donde podemos quedarnos. Si pudieran darnos alguna indicación les estaríamos muy agradecidos.

La joven intento calmar el mal humor de aquellos soldados con palabras suaves y amables, quizá de ese modo estuvieran mas dispuestos a echarles una mano.

El soldado que te atendía hace un gesto y se marcha justo cuando llega uno que parece tener algo más de rango.

Estabas sorprendida, pero parecía un cambio a mejor. - Hola Santa. Tiene una tez oscura que te recuerda a gente de tu tierra, pero no tiene el mismo estilo de ojos. No sabías si era un mestizo o es que era otra raza. Pero por su altura tenías claro que no era uno de los famosos "Hombres Altos". Uno de esos nobles y especiales Dunadan. Hablaba bastante parecido al anterior, pero tenía un tono de autoridad y veteranía que el otro no osaba si quiera soñar en tener. - En unos días saldrá en la misma dirección una caravana. Por seguridad el conmino que viaje con ellos. Además tendrá escolta armada y podrá integrarse en la colonia, cuando lleguen a establecerse.

Un caballo sale disparado de las caballerizas. Era el hombre que te había atendido al principio. Corre con una mochila puesta y una bandolera colgada al costado. Le han dejado salir, y justo cuando se dejan de escuchar los cascos cierran las grandes puertas.

- Pero parece que se demorará, ya que una de las colono está embarazada y el parto se prevee en breve. En cuanto la criaturita tenga unos 4 ó 5 días se iniciará el camino.

- Mi nombre es Nayira - dice con un saludo a modo de inclinación -, puedes llamarme así, por favor.

Al escuchar lo de la otra caravana, la monje se lo hace saber a la matriarca traduciendole por si no ha entendido alguna palabra, indicándole que el camino es peligroso peor que un grupo parte en varios días a causa de un parto. No le había parecido que su grupo tuviera especial prisa, así que suponía que no tendrían inconvenientes.

- Muchas gracias por la información y el consejo. Decidme ¿donde podríamos instalarnos y levantar nuestro campamento? Como le dije al otro guardia, es nuestra primera vez en esta ciudad y no la conocemos. No quisiéramos hacer nada que pueda importunar a sus habitantes.

Mira hacia atrás y el otro compañero, que parece un supervisor de este le niega con la cabeza.

El otro se acerca.

- Perdone señora, pero no es posible acampar en la ciudad, pero hay un edificio, que no deja de ser un barracón, donde podrán dejar sus animales y carros, y hay otro contiguo, donde se alojan los colonos que partirán para el norte. Si van a acompañarles, les podemos alojar allí y durante unos días, si la demora no es mucha, podemos alimentarles a ustedes y a sus bestias. Se refería a los animales de tiro.

La matriarca asiente. Le parece bien eso de formar parte de una comitiva. Le daba igual a que reino perteneciera. Además, tantos días de viaje, un descanso les podría ir muy bien a todos. Animales y personas.