Partida Rol por web

-Sigue usando el espía de luz, voy a enviarle un msj a Alexander y Opa a ver si alguno de ellos pueda, aunque de Opa lo dudo- dije mientras me ponía a enviarles un msj de texto.

Me acomodé en el asiento y volví a mirar hacía afuera, tampoco era demasiado normal que un auto estuviera detenido por ahí.

-Alguno de ustedes puede averiguar algo sobre una matrícula?  El número es XXX XXX-

Dejo el coche aparcado en un lugar adecuado y trato de retomar la conexión con el espía. Me concentro y presto atención a las conversaciones de los empleados, a los informes que se quedan descuidados en las mesas a la hora de comer y a lo que se habla alrededor de las máquinas de café sobre lo sucedido. Esta vez, me coloco en los asientos de atrás y dejo las llaves a Artemias. Espero no morir mientras tanto.

Te concentras... Aunque debido a la distancia te cuesta un poco... Te centras en el espía que está donde le dejaste, en la parte de las oficinas...

- Pues sí... - Escuchas que dice uno de los operarios. - Tienes toda la razón.

- Sí... ... - Parece que se entrecorta un poco. - Es muy importante.

- ¡Ya te digo! ... ¿Cómo que no nos han avisado? ... ... ... vendrá ...

- Creo que sí...

Chasqueo la lengua molesta mientras abro los ojos. 

- No dicen nada interesante. Parecen marujas aburridas hablando en el balcón. Están más ofendidos por el hecho de que nadie les dijo nada de que ese señor venía que otra cosa... Voy a tratar de buscar la oficina del superior. Si esperamos a la hora de comer y se vacían los despachos, puedo mirar en informes. No me creo que en ningún sitio ponga que este señor ha venido. 

-Y seguiste al señor mismo?- dije mirándola- el sujeto entro en la planta y su chofer se fue o no? Al menos fue la impresión que me dio todo, de todas formas quizás nosotros tengamos que ir a buscar algo para comer si luego vamos a volver aquí a investigar, hacer trabajo de investigación como este lleva tiempo y paciencia-

¿Al señor? Pero creía que iba a en el coche. Aunque, visto así, yo no he visto nada y él se ha enterado de todo. 

- ¿Sigue dentro? No me dio esa sensación... - murmuro -. Puedo buscarlo por si acaso. Teniendo su cara, será mucho más fácil todo. Si no lo encuentro, iremos a buscar algo de comer y volveremos para buscar los informes. Si en los informes no sale nada, trataremos de interrogar a los empleados... pero me gustaría evitarlo. Cuantas más preguntas hagamos, más preguntas nos harán ellos a nosotros.

Dicho esto, cierro los ojos por última vez para hacer un último recorrido por los despachos e instalaciones. Trato de ubicar también el despacho del hombre que está al cargo de todo. Seguramente, él es el que tenga toda la información necesaria. 

Te concentras en el espía de luz y empiezas a intentar localizar al nuevo inquilino...

Rastreas por las oficinas, que es donde te encontrabas, y no parece estar allí... Continúas por los pasillos... Más oficinas... Más oficinas... Ves gente trabajando, aunque no ves a nadie que te llame la atención ni que tenga un rango superior a los demás ni nada parecido... 

Resoplo al ver todo lo que me quedaba por delante. Sin abrir los ojos, hablo a mi compañero sentado (o eso creo) en el asiento del copiloto. Igual se ha movido, pero no puedo saberlo.

- Artemias... esto es enorme. Si está dentro, daré con él a menos que salga. Pero voy a estar un rato largo hasta que dé con él. Tienes un libro de sudokus en la guantera que compré para el avión. Te iré informando. Si quieres ir a por algo de comer, es posible que este sitio tenga alguna máquina expendedora. 

Espero que tenga paciencia, porque no tengo ni idea de cuánto voy a estar ahí. Menos mal que tomé dos cafés mientras preparábamos la misión en el aeropuerto. Si no, igual me quedaba dormida por el jet lag. 

-No te preocupes, aprovecharé para echarme una siesta mientras investigas- dije mientras procuraba arrancar el auto y acomodarlo en un lugar donde hubiera sombra.

-Suerte-

Tras lo que te parece una eternidad buscando... Al final encuentras un rastro de personas que te llevan hasta el desconocido... Se trata de un hombre trajeado y con un sombrero, el cual cubre parcialmente su rostro...

Le sigues ha cierta distancia hasta una puerta de seguridad...

- Señor... - Dice uno de los hombres que le acompañan. - Ahí detrás está uno de las turbinas... Es peligroso entrar mientras está en marcha...

Como respuesta, el desconocido levanta la mano haciendoles una indicación para que se marchen... Y los trabajadores bajan la cabeza y salen corriendo... Tras esto, el desconocido comienza a abrir la puerta... 

La cuestión es, ¿Le seguiras? Si es peligroso el interior puede que el espía no lo resista... 

- Artemias, le tengo. Prepárate, igual tenemos que entrar. Hay algo en las turbinas que, por el tono de los operarios, puede ser la causa de todo. Pero si entro a ver qué es, puedo perder el contacto - murmuro. 

Entro al sitio sin dudarlo. Y cruzo los dedos para poder saber llegar en caso de que éste se destruya. 

-Quieres que me acerque con el auto o nos escondemos y entramos a pie? Sabes que no soy muy bueno ocultándome, soy más de irrumpir...- dije mientras me acomodaba el cabello y arrancaba el auto.

Justo aprovechas el momento en que abre la puerta para entrar con el pequeño espía de luz.

Al entrar... Te encuentras en una sala oscura, cuyos únicos focos de luz son las descargas eléctricas que nacen de dos turbinas que hay en la enorme habitación... Entre los ruidos de descargas y chispas, parece que escuchas algo metálico, algo chirriante...

Al enfocar mejor el espías, en la pared, como colgando de una cadena de metal, ves algo... Algo alargado... de unos dos metros de longitud y estrecho... Te acercas un poco más cuando... 

En ese instante escuchas el chirrido de la puerta de metal al cerrarse y pierdes el contacto con el espía.

Maldigo entre dientes mientras abro los ojos. 

- No sé qué demonios hay ahí escondido, pero a frito al espía nada más he cruzado la puerta. Es peligroso, y tiene mucha energía. Además, el tipo europeo estaba allí. Ha mandado salir a todos los operarios. Si no es un santo, puede estar en problemas. Pero por su actitud... quizá sí que es santo, de otro santuario incluso. No creo que sea el león dorado, porque acaba de llegar al continente. Pero como no nos demos prisa, nos perderemos la fiesta.

Me incorporo y me apoyo en el asiento del conductor. 

- Si me das unos segundos, puedo usar la transmisión por luz y aparecer en el pasillo. Luego la salida puede costarnos... O podemos entrar dando una patada en la puerta y después salir como podamos. 

Dejé que Yelena se acomodara bien y me acomodé la ropa una vez estuve al otro lado.

-La primera opción te dejaría sin energía para el combate o no? Sabes que soy más de la segunda- en ese momento acarici mi cloth stone.

-Cuándo quieras- comenté con una sonrisa.

- No para el combate, pero seguramente para la huida. Pero de acuerdo, adelante, seguro que necesitaremos los escudos - digo -. En caso de que nos corten el paso, tengo un par de trucos en la manga, como crear un par de identificaciones de algún organismo importante, pero espero que puedas abrirnos camino en caso necesario. Lo mejor es que pongamos el coche en un lugar que nos facilite la huida, y darnos prisa en llegar. 

Y también espero recordar cómo llegar al sitio lo más rápidamente posible. 

Dicho esto, nos ponemos en marcha. 

Ambos santos ponen el coche en marcha se dirigen de nuevo hacia la central...