Partida Rol por web

Las marcas del carro han sido fácilmente seguidas. Amrod os ha conducido por un sucio camino que discurre sobre un desfiladero hacia las montañas que rodean la campiña. Después de caminar 1,5 km. aproximadamente divisáis una torre en ruinas en la cima de una de las colinas. El rastro llega claramente hasta allí.

Una bandada de oscuros pájaros revolotean aleatoriamente sobre la torre. El cielo se oscurece y comienza a nevar de nuevo. El tiempo es frio y una fuerte ventisca se está levantando impidiéndoos ver más allá de la torre que tenéis delante de vosotros.

Muchos árboles crecen alrededor de los muros de las ruinas de la torre que tenéis delante de vosotros y sólo la torre principal sobresale por encima de la masa forestal.

-Una torre... Deben ser las ruinas uno de los antiguos fuertes del desaparecido reino humano de Arnor- Saltan a mi mente todas las historias que he oído del reino, y de los restos que han dejado tras de sí en su caída, se trata de una historia de gloria y valor, pero de final aciago- Fueron muy poderosos durante una edad, pero la desgracia, en forma del Rey Brujo de Angmar y sus huestes de orcos y trolls, se cebó con ellos. Ya no queda más que grandiosas ruinas repartidas por toda la región y algunas zonas malditas, repletas de torturados espíritus atados por el Rey Brujo sin otro fin que dañar a todo aquel que tenga la desdicha de cruzarse en su camino.

Compañeros, el rastro del carro lleva claramente hacia esa torre. digo señalando con el dedo.

El tiempo empeora y no podremos pasar más tiempo fuera. Me temo que no nos queda más que entrar en la torre para refugiarnos del intenso frío. Allí podremos investigar si hay alguna pista más que nos conduzca a la niña.

Me cubro bien con mi capa para amortiguar el frío y espero a que mis compañeros se decidan a acompañarme.

Miro hacia la torre

Podeis ver algun rastro de humo o algo asi?, eso nos podria indicar cuantos son

No tenemos ninguna idea de lo que puede esperarnos ahí dentro, excepto por lo que cuentan las viejas leyendas, espíritus humanos que no encuentran descanso...

La presencia de esos pájaros resulta extraña, y sabemos que en ocasiones han sido utilizados como espías por los hechiceros del enemigo, cuidémonos de ellos!.

Esos árboles podrían cubrir nuestro acercamiento hasta estar seguros de lo que nos espera dentro, pero debemos ser cautelosos; si la torre está bien defendida tendremos dificultades. Examinemos bien el terreno antes de avanzar, y si encontramos signos de guardias sugiero que esperemos a la noche para intentar un ataque, ya no queda mucho... - digo mientras tomo el arco de mi espalda y le coloco cuidadosamente la cuerda para montarlo.

- Nunca había visto semejantes ruinas- digo quedamente contemplando la enorme mole de piedras y argamasa que se yergue poderosa ante nosotros.- Ofrece un aspecto triste y desolado, ¿porqué elegirían unos bandidos un lugar que pudiera estar maldito por los suyos?- Mi fascinación por las ruinas es grande, pero tendré tiempo de verlas con mayor detalle por lo que decido atender los consejos de Anäril y centrarme en ventanas y almenas, los agujeros y grietas en busca de movimiento y escuchar si el viento tra sonidos que no pertenezcan a nuestro grupo.

Desde la lejanía lográis ver dos torres prácticamente en ruinas. Una de ellas conserva dos de sus pisos pero el tejado ha sido totalmente derruido. La otra torre esta completamente en ruinas y nada más que las paredes quedan en pie.

La entrada a la torre es un gran portón de madera reforzada. Algunos de los muros están derruidos y podrían ser flanqueados con facilidad.

El tiempo empeora por momentos. El cielo se ha oscurecido sobremanera y una fuerte ventisca impide ver más allá de unos pocos metros delante de vosotros.

Embozado en la capa para protegerme de la nieve y el viento que me golpean, me acerco con cuidado a Amrod.

Podríamos escalar el muro por ese lado - grito para elevar mi voz por encima del fragor de la tormenta, señalando la sección de muro derruida - es mejor que entrar por la puerta. Si hay alguien de guardia, no creo que puedan ver mejor que nosotros, eso nos dará ventaja, y los pájaros no volarán con éste tiempo, por lo que tampoco supondrán un problema.

El ruido de la ventisca amortigua la voz de Anäril y sus palabras me llegan con dificultad.

Si hay guardias, sin duda estarán en la torre que queda en pie. No creo que nadie que esté en sus cabales se mantenga a la intemperie con el temporal que hace.

Dirijo mi mirada hacia el muro que me indica el elfo. Entremos por donde entremos no creo que sea nada fácil. Asi que podemos intentarlo por donde dices.

Pero el viento si puede ser un problema para subir sin caernos, prefiero morir por una espada que por caerme trepando

Parece que el lado derecho de la torre es el que está más entero por lo que la entrada por el izquierdo os da más seguridad. Poco alcanza vuestra vista con lo que suponéis que la de los supuestos guardias que teméis alcance lo mismo.

Una vez os decidís, vuestros pasos os llevan al muro más bajo (5) de los que conforman la que parece ser la entrada principal. Ahora podéis ver más cerca el gran portón de madera que cubre la entrada de la torre. Este portón parece mucho más nuevo que el resto de la estructura y la apariencia no coincide con la arquitectura de la torre.

Os agazapáis detrás del bajo muro que, a vuestro juicio no debe de medir más de dos metros. Un rápido vistazo al interior os revela un pozo (1) y algunos edificios levantados a partir del resto de los cimientos y algunas maderas del bosque. Las edificaciones tienen los cimientos calcinados, esta claro que esta torre ha sido rehabilitada de las cenizas.

A vuestra izquierda se levanta la torre que está mas en la ruina (5). Podéis ver la puerta atrancada con un grueso madero.

El grupo de pájaros negros continúa sobrevolando la torre; casi se podría decir que movidos por el viento.

He participado en algunos asedios - comento tras examinar brevemente el interior del recinto - y nadie en su sano juicio reconstruiría con tanto cuidado una puerta para dejar al lado muros tan bajos como éstos, parecen dejados a propósito como vía de acceso.

Se me ocurren varias maneras de tomar la fortaleza con seguridad, pero todas requieren soldados y medios de los que no disponemos aquí.

Aunque quizás un pequeño grupo como el nuestro pueda entrar sin ser detectado, deberíamos evitar mientras sea posible llamar la atención, sus defensas parecen indicar que sus fuerzas son numerosas. Definitivamente, el vuelo de esos pájaros no es natural - continúo en alta voz señalando al cielo - deberíamos apartarnos de su vista pues podrían delatar nuestra presencia.

Esta torre - grito señalando a la más cercana - está cerrada desde fuera...tal vez deberíamos entrar a asegurar esa posición, y en caso de ser descubiertos podríamos usarla como parapeto defensivo, siempre sería mejor que exponernos en terreno abierto contra un número mayor de enemigos...

Desmontando el arco cuidadosamente, lo coloco a mi espalda.

Si hay que combatir aquí dentro, será tiempo de espadas.

No nos quedemos aqui, vamos a ver esa torre, asegurmeos una posicion para cubrirnos las espaldas y comencemos a limpiar la zona

Se que lo que voy a decir a continuación va en contra de la naturaleza de Carster, pero prefiero entrar sin que nos vean y evitar la pelea. Si podemos entrar en la fortaleza sin ser vistos sería un paso importante, de lo contrario creo que estaremos perdidos.

Amrod, de todos nosotros creo que eres el más adecuado para adelantarte y pasar desapercibido, convendría explorar un poco la zona con cautela antes de actuar - digo confirmando las palabras del dunedain.

Podríamos ayudarte a pasar al otro lado del muro si quieres, y una vez confirmes que no hay peligro, los demás cruzaríamos y trataríamos de entrar en la torre para asegurarla.

Asiento ante las palabras de Anäril y me dispongo a saltar el muro.

Echadme una mano a pasar al otro lado y una vez dentro creo que podré ocultarme sin problemas y avisaros para que vayais pasando vosotros.

Cruzar el muro no es costoso y Amrod lo hace sin dificultad, casi sin la ayuda de sus compañeros.

El tiempo sigue inestable y la nieve cada vez es más molesta.

En el interior de la muralla todo está calmado. Sin dificultad aparente te sitúas enfrente de la puerta atrancada con el madero. Un rápido vistazo a tu alrededor te revela el emplazamiento de un carro mercante, el carro de Burlas posiblemente.

Con cuidado tratas de desplazarlo y, sin demasiado esfuerzo, consigues hacerlo sin hacer apenas ruido. El interior de la torre es amplio, más si cabe por la ausencia de techo y de la mayoría de lo que una vez fueron los muros. Ahora, los muros de esta torre no levantan más de 4 metros del suelo.

Reviso el carro, por si estuviera la niña que estamos buscando. Inmediatamente después vuelvo al muro por el que salte para avisar a mis compañeros de que todo está despejado y que pueden pasar sin peligro.