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REGRESO AL PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA:

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

NUEVO SENDERO DE PESCA, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

MEDIODÍA.

- Os habéis detenido unas horas en la linde húmeda y apestosa del pantano para descansar y comer unas raciones de viaje de la posada de Ameiko mientras o mentalizáis para meteros en los traicioneros senderos rodeados de zarzales, hostiles matorrales movedizos y pozas de lodo y agua turbia de distintas profundidades.

- La casa de Buentocón no debe de estar lejos, y seguramente el mediano os brindaría su hospitalidad, pese a ser un aislacionista ermitaño.

- No hay ni rastro de Shalelu, aunque es probable que la elfa haya decidido ir por su cuenta.

- Sandru, siendo el más veterano, está al mando de la expedición. Los hermanos Dalmuvian han venido tan sólo por lealtad, mientras que Giorgino lo ha hecho movido por el deseo de aventura, riesgo y emoción. Serveris motivado por el honor y el deber. Propiedad Transitiva por la perspectiva de ganarse unas monedas de oro con las que tal vez poder holgazanear en la posada durante una estación entera.

- Termináis de comer. Tal vez sea hora de ponerse en marcha o se os echará el día encima.

MAPA DEL PANTANO:

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

NUEVO SENDERO DE PESCA, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE.

Vankor se puso en pie. Aquel lugar hedía de tal modo que hasta lo que se comía sabía a mierda y podredumbre. Además, los mosquitos le estaban martirizando.

-¿Cuándo vamos a marcharnos? -dijo al tiempo que se pegaba un manotazo en el hombro, aplastando un mosquito-. Muere, chupasangres -dijo con voz cavernosa. Con un golpe del dedo corazón se deshizo de aquel parásito alado y empezó a rascarse con fruición-. No aguanto más este sitio. Apesta, está lleno de bichos voraces por chuparme la sangre y como no avancemos un poco, se nos va a echar la noche encima. A este paso nos vamos a hacer todos viejos -en ese punto miró disimuladamente a Sandru y carraspeó un poco antes de apartar la mirada rápidamente-. Bueno, alguno más viejo que otro.

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DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

NUEVO SENDERO DE PESCA, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE.

Más tenso incluso que la primera vez que visitaron el pantano, Bevelek miraba a un lado y a otro creyendo escuchar ruidos y murmullos por doquier.  Entre sus manos estaba la pesada ballesta que siempre le acompañaba, no la había soltado desde que se adentraron en aquel sinuoso lugar. Escuchó las quejas de su hermano y pudo notar su impaciencia con continuar con lo que para él era una aventura.

—Jefe Sandru si vamos a continuar quizás convendría elegir una formación para avanzar como hicimos la primera vez. No nos fue mal del todo.

Saber que hacer le ayudaba a tranquilizarse, cuando tenía claros los pasos a seguir, podía llegar a ser alguien competente. Había asumido desde un principio que dada la experiencia demostrada, sería Sandru la persona que les guiaría en aquella expedición. Sin los elfos entre ellos necesitaban a alguien con buen ojo que pudiera avanzar abriendo paso.

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DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

NUEVO SENDERO DE PESCA, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE.

Sandru miró a Vankor divertido mientras comprobaba por enésima vez su equipo.

- Si te pusieras algo de ropa, conseguirías que no te acribillaran a placer los mosquitos, querido primo. Soy afortunado de contar con tu presencia aquí ya que los vampiros alados tienen gustos refinados, y prefieren sangre joven a una ya caduca. - El maduro varisio sonríe aviesamente mientras guiña un ojo a su empleado.

Sandru da una vuelta entre los presentes, comprobando si alguno le hizo caso y se ha hecho con algún tipo de garrota. Todos veis como al cinto del varisio hay una recia porra de madera, que bien serviría para cascar unas nueces, o partir unas costillas.

El mercader se ajusta la mochila, la cual parece más ligera de lo normal. Se ha servido de enseñaros en este tiempo parte de su equipo, que incluye una cuerda fina con un garfio y una linterna de ojo de buey a aceite. También os muestra una antorcha ¡Que saca ardiendo de su mochila! Os explica que es un fuego mágico que no quema, sólo da luz, pero no se apaga nunca, ni siquiera debajo del agua. Saca un reducido número de pequeños viales, que explica que son pociones de curación, sólo para verdaderas emergencias.

- Bueno, así estamos. Vankor, tu no creo que necesites garrota, esos puños tuyos parten narices a base de bien, jo, jo, jo. Primera parada, la Casa de Walthus Buentocón. Si algo extraño ha pasado en nuestra ausencia el Mediano bien pueda informarnos de ello. Como bien dice Bevelek, pongamos un orden de marcha. Tu guías amigo bárbaro, Serveris échale una mano. Iré justo a vuestro lado. Vankor y Giorgio flanquead a Bevelek para que tenga tiempo de usar su ballesta si alguien se acercara. Ya funciona bien, ¿no primo? - Una sonrisa y un palmeo en el hombro parecen ser la señal para asumir la formación de avance. El pantano esperaba.

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POR LA TARDE.

Giorgino sonrió divertido mientras veía y escuchaba a su primo Vankor.

-Jajajaja. El tío Sadru tiene razón, quizás si te pusieras una camisa no te picarían tanto los mosquitos. Mírame a mi, incluso llevo la bufanda en el cuello para que esos bichos tengan el menor terreno posible para actuar. ¿A que me veo elegante?

Después permaneció atento a las instrucciones de su tío y se puso a un lado de Bevelek mientras recorrían el trecho que les quedaba, aquel lugar era bastante desagradable y sucio, además de peligroso, debían estar alerta.

-No te preocupes primo, Vankor y yo cuidaremos de ti jijijiji. -Giorgino sonrió sabiendo que ese era el papel que le correspondía a Bevelek por lo general.- Tío ¿Falta mucho para la casa de Walthus?

No faltaba mucho y el mediano los recibió sonriente y amable, mucho más que la primera vez, aunque Giorgino se adelantó y extendió una mano en señal de detención.

-¡Un momento! ¿Como sabemos que en realidad eres tu y que no te han suplantado otra vez?

Tras un breve intercambio de preguntas y respuestas Giorgino sonrió satisfecho y dio el visto bueno al grupo de que podían seguir con seguridad y disfrutar de la hospitalidad del mediano.

-Esto está muy rico Walthus, una pena que mi abuela no haya venido, le encantaría este té y seguro que a la Señorita Amekio también. ¡A que no esperabas vernos tan pronto! Pues ya ves, aquí estamos de nuevo. ¿Conoces a Serveris? Es un buen amigo nuestro, de toda confianza. Serveris, este es Walthus Buentocón, bueno ya habrás escuchado la historia de nuestra última aventura.

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POR LA TARDE.

- "Bienvenidos, bienvenidos. Es cierto que cuando compré esta casa lo hice pensando en la paz y la tranquilidad, y no en recibir tantas visitas, jeje. Pero a vosotros os debo la vida, así que podéis descansar aquí mientras exploráis el pantano.

Hay buena pesca en la costa, y puedo indicaros dónde está la choza de la Bruja Megus, hace mucho que no sé de ella, y tal vez haya muerto.

No estoy seguro de dónde tiene el Monstruo del Río Empapado su guarida, aunque os aconsejo que lo evitéis.

Desde vuestra llegada no se han visto Goblins, aunque siempre han habido criaturillas verdes e inmundas en este pantano, por lo que supongo que antes o después volverán, puede que dentro de unos días o de unos meses." -

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NUEVO SENDERO DE PESCA, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE.

Nuestro camino nos lleva finalmente a los lindes del pantano, un buen momento en el cual comer algo y descansar un poco. El aroma de las aguas del pantano es molesto, pero debo hacerme la idea pues nuestro camino nos lleva a entrar ahí y, muy probablemente, mancharnos hasta el cuello con su putrefacción. Como sin pensar en ello, mientras escucho las palabras de mis compañeros, como las quejas de Vankor acerca de los insectos o las burlas del resto. Sonrío un poco ante el hecho de que tampoco me gustan mucho los bichos, pero tengo mas ropas y por eso me atacan menos.

Sandru me indica que vaya en primera fila junto con Kromdal, para ir guiando el camino. Le hago un asentimiento, feliz de poder tomar esa responsabilidad e ir en primera fila. Me posiciono al lado del bárbaro y avanzo, cuidándome de no pisar en el agua para no hundirme en estas fétidas aguas, de las que quizás no pueda salir.

Nuestro primer paso será llegar a la casa del mediano Walthus Buentocón. Él es uno de los pocos habitantes de este lugar y nuestros compañeros salvaron su vida en su último viaje, por lo que supongo que nos dará un buen recibimiento.

CASA DE WALTHUS BUENTOCÓN, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE.

Llegamos a la casa de Buentocón y en ella veo a un mediano que parece ser completamente ermitaño, que nos recibe con un té de hierbas del pantano, algo muy extraño para mí pero agradable. En el suelo veo varias serpientes que parecen ser sus mascotas, lo que me parece algo muy peculiar y me extraña, pero sobre lo que no emito palabra pues soy alguien muy respetuoso de lo ajeno.

Giorgino me presenta, por lo que le hago una pequeña reverencia y le hablo:

 - "Mi nombre es Serveris, es un placer conocerle."

Mi madre me enseñó que la Cortesía es uno de los principios fundamentales del samurai y, si quiero ser uno como mis antepasados lo eran, debo comportarme como tal aunque no me den muchas ganas. Por otro lado, el mediano es agradable y hospitalario con nosotros, lo que me hace sentir agrado hacia él.

Menciona a una bruja, al famoso monstruo del río empapado y a los goblins. Pienso que este es un lugar perfecto para buscar aventuras si quieres comenzar una carrera como tal pues hay elementos con los cuales obtener algo de gloria y comenzar a forjar una leyenda.

Me quedo atento a que Sandru indique que vamos a partir pues, aunque estoy disfrutando de esta reunión, estoy muy ansioso por encontrar aquellos naufragios y en los que ellos se esconde.

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POR LA TARDE.

Vankor escuchaba distraidamente lo que decían unos y otros, sentado en su taburete en la postura del loto. Miraba con suspicacia las serpientes que correteaban por el suelo, lanzando amenazantes silbidos y tenía bien claro que no pondría los pies en el suelo salvo que fuera imprescindible. 

Finalmente, apartó su atención de los reptiles y aceptó, más por cortesía que por gusto, la taza de té que se le ofrecía. Buentocón les había dicho que era una infusión de hierbas del pantano y habida cuenta de cómo olía el mismo, no parecía que aquello fuera a ser especialmente agradable. Reticente pero dispuesto a no mostrarse maleducado, acercó la nariz a la bebida y olisqueó. Era suave y fragante, quizá con un cierto amargor que picaba en la nariz de Vankor. Sorprendido de que aquello no oliera a huevo podrido, bebió un pequeño sorbo. Sorprendido por su delicadeza y sabor, asintió vehemente cuando Giorgino alabó la bebida.

-Sí, muy bueno. Quizá pudieras enseñarme con qué plantas lo haces y así podríamos seguir tomándolo en nuestro viaje -pidió Vankor al mediano-. ¿Río Empapado? ¿Quién le puso ese nombre? -era sorprendente que a alguien pudiera ocurrírsele un nombre tan absurdo para designar a un río.

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CASA DE WALTHUS BUENTOCÓN, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE.

- "Encantado de conocerle, señor Serveris." - Responde al aprendiz de Yojimbo con una inclinación de cabeza menor, sabedor de que está en su casa y que reclama el señorío sobre todo el pantano.

Escucha a Vankor y, con otro asentimiento, le responde:

- "Es posible que el nombre se lo pusieran los Goblins y que después a nadie le importara. De todos modos, no es tan mal nombre, pues el río empapa todas las tierras circundantes. Además, desprende nieblas húmedas y cualquiera que camine cerca de sus aguas durante más de media hora acaba empapado, incluso sin haber tocado el río en sí.

Sobre las plantas, la verdad es que no suelo usar sus nombres, y creo que me resultaría difícil de explicar cómo encontrarlas a alguien que no fuera ya un explorador o un druida y tuviese ciertos conocimientos previos sobre plantas." -

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POR LA TARDE.

Lo primero que Bevelek miró nada más entrar en la casa de Walthus Buentocon fueron las puertas, no podía evitar recordar como casi le destrozan la casa al pobre mediano aunque todo había sido por una buena causa y el resultado no podía ser más satisfactorio.

En el interior de la vivienda había dejado su ballesta apoyada mientras disfrutaba de los apertivos que el mediano les proporcionaba. Teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba la casa y el pequeño tamaño de su propietario, las raciones fueron muy generosas.

—Tampoco nosotros queremos ir a la guarida del monstruo, tenemos otras cosas que hacer. Él a lo suyo y nosotros a lo nuestro. Por cierto hablando de esa bruja ¿qué tal carácter tiene? Tampoco querríamos molestarla innecesariamente.

Brujas, monstruos, goblins y artefactos perdidos no había nada normal en aquel pantano y a Bevelek le gustaban las cosas normales, los caminos largos y el traqueteo de las carretas.

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NUEVO SENDERO DE PESCA, PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA.

POR LA TARDE

-Pues en ese caso mejor que se llamara río Empapador, digo yo -comentó con lo que para él era de una lógica aplastante, esa que inevitablemente no era la del común de los mortales y que le hacía sentir como si estuviera eternamente equivocado. Y cuando el mediano se escudó en las múltiples capacidades que debía tener el destinatario de una información tan impresionante como qué hierbas del pantano había usado para hacer el té, suspiró y permaneció callado. Explorador, druida, botánico... Espectacular. Espectacular que fuera necesario todo aquello y espectacular que el mediano supiera que él no cumplía con aquellas expectativas. Quizás, a su modo, fuera como Koya, capaz de ver más allá. Lo más probable es que no usara las cartas, sino aquellas asquerosas serpientes para saber lo que sabía.

Continuó en silencio mientras Bevelek hablaba y no pudo evitar bostezar. Su hermano era tan aburrido que sería capaz de hacer dormir a una marmota en pleno verano. ¿Cómo que no querían ir a la guarida del monstruo o la choza de la bruja? Suspiró de nuevo, aunque más parecía un bufido. Bevelek siempre tenía que hablar por los demás, o al menos aquel hablar lo incluía a él. De hecho, estaba convencido que se había apuntado al viaje para impedir que él se pronunciara y no porque aquel viaje le apeteciera lo más mínimo.

-Pues a mí sí me gustaría poder ver al monstruo. Incluso a la bruja -comentó Vankor con aire casual antes de dar un largo trago al té, ocultando una amplia sonrisa tras el pocillo.

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- "Siempre han existido rumores acerca de una vieja bruja viviendo aquí, en el Pantano de Tocón de Salmuera. Al menos desde hace décadas, desde la fundación de la propia Punta Arena. Lo cierto es que hace mucho que nadie ve a la vieja Megus, pero creo que no se dedica a nada bueno. Siempre se ha hablado acerca de sus siniestros experimentos, ya que las pocas veces que visitaba Punta Arena lo hacía por suministros que no podía conseguir en el pantano, y que incluían viales de vidrio, extraños reactivos alquímicos, y libros extraños que le llegaban desde lugares lejanos, como Nex o Irrisen. Además, se dice que la seguía a todas partes una extraña rata que siempre mantenía oculta entre sus vestiduras.

No sé deciros más, una vez, hace unos meses, me acerqué hasta las cercanías de su cabaña y me pareció que estaba en ruinas. No me atreví a acercarme más, pues escuché unos espantososo chillidos de rata procedentes de las ruinas que no me hicieron ninguna gracia. Aquello no podían ser ratas normales..." -

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POR LA TARDE.

Donde su primo Bevelek parecía ver peligros y dificultades Giorgino veía oportunidades de aventura, solo pensaba en regresar a Punta Arena y contar como había derrotado a la malvada bruja y al monstruo de los pantanos, enseñando sus cabezas a la gente y haciendo que Petunia se sintiera aún más orgullosa que él y que deseara casarse pronto. Por eso mismo asintió ante las palabras de su primo Vankor que parecía de su misma opinión.

-Jajajajaja ¡Río Empapador! ¡Muy buena Vankor! ¡Pero nada de verlos! ¡Los derrotaremos! ¿Verdad tito? Seguro que la bruja y el monstruo tienen tesoros y nos haremos ricos o por lo menos una buena recompensa. En la siguiente temporada tendremos la mayor caravana que ha partido de Punta Arena. ¿Que os parece? -Las palabras de Walthus lejos de desanimarle parecieron hacer el efecto contrario.- ¡Unas ratas! ¡Eso va a ser pan comido chicos! ¿Lo habéis oído? Walthus ¿Porqué no nos llevas allí?

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POR LA TARDE.

Resopló al escuchar a Giorgino y a su hermano, los dos inconscientes y sin saber medir los peligros. El ceño de Bevelek se frunció mientras negaba con pesadez. Giorgino era un joven alocado y no era capaz todavía de medir el peligro real, pero su hermano ya tenía una edad como para andar todavía con aquellas fantasías en su cabeza. No tenía sentido ir a por aquellos mitos, tenían únicamente una tarea y Bevelek era partidario de cumplir con ella con la mayor celeridad posible y volver al Dragón Oxidado para entregarle lo que encontraran a Ameiko, pero aquella decisión no le correspondía a él, dependía del jefe Sandru. Ese fue el motivo por el que Bevelek prefirió mantenerse en silencio a la espera de que el dueño de la caravana,y líder del grupo se pronunciara, en cierto modo también estaba allí por él.

Todos aquellos pensamientos por suerte no minaron el apetito del carretero que continuaba comiendo lo que el simpático mediano les había servido.

—Tienes buena mano para la cocina señor Tocón, deberías buscar un trabajo en alguna posada, tendrías una vida más tranquila. Seguro que allí no tendrías problemas con cambiaformas.

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POR LA TARDE.

Vankor se echó a reír con estentóreas carcajadas cuando escuchó a Bevelek. Realmente, en los momentos más inesperados, su natural carácter aburrido cedía paso a un lado divertido que debería de potenciar más.

-Qué cosas tienes, hermano. Decir que tiene buena mano para la cocina solo por aconsejarle una vida tranquila entre ollas y verduras. Pero si lo que nos ha sacado son boles de bayas recién recogidas, que sí, están buenas, pero... -de repente se puso serio-. ¿Porque no creerías que son algún tipo de albóndiga diminuta y hecha con verduras y especias?