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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 1- Regreso al Pantano de Tocón de Salmuera.

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26/07/2017, 18:37
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

-Claro que si primo, si se mueven y quieren matarnos, son de los que se levantan, si se quedan ahí, son de los normales.

Contestó a su primo Bevelek en un tono que no dejaba claro si estaba bromeando o plenamente convencido de lo que estaba diciendo.
Dado que la cueva anterior no tenía mucho más que ver que aquellos esqueletos decidieron continuar explorando. Giorgino no perdía de vista los esqueletos temiendo que en cualquier momento se levantaran y los atacaran, pero parecía que estos no estaban malditos como los del naufragio.
Ocupó su puesto en el grupo y avanzó en fila de nuevo por otro estrecho pasadizo, al rato salieron a otra cavidad, no hizo falta que nadie señalara para contemplar lo que guardaba.

-¡Mirar! ¡Eso tiene que ser el tesoro!

Dijo con entusiasmo, aunque en voz alta pues encima del cofre que guardaba sus esperanzas había un samurai y a ambos flancos le guardaban otros dos, amenazantes. ¿Revivirían esos y pelearían? El chico esperaba que no.

-Vaya... ¿Que te parece Serveris? Creo que esas armaduras son las mejores que hemos visto hasta ahora, debían de pertenecer a gente importante. ¿Alguna es de tus antepasados?

Aparte de todo el tesoro que hubiera en el cofre aquellas armas y armaduras tan exóticas también serían muy valiosas, seguramente tanto Serveris como la Señorita Ameiko se iban a hacer ricos, bueno en el caso de Ameiko más ricos aún.

-¿Creéis que estos estarán "vivos"? Yo por si las moscas iría con cuidado. ¿Que hacemos tito?

Desenrolló la bufanda de su cuello y la preparó en su mano, esta vez los esqueletos no lo iban a pillar desprevenido.

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27/07/2017, 04:25
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Al entrar en la estancia final de este sistema de cavernas, puedo ver los esqueletos armados sobre lo que parece ser un cofre de jade y metal. No puedo pensar en ninguna gema más apreciada que el jade para mi cultura ancestral, por lo que debe ser, definitivamente, lo más valioso que aquellos viajeros traían.

Respondo a Giorgino sin quitarle la vista a los muertos:

 - "Ese cofre debe ser el tesoro. El jade es lo más preciado para los tien y no usarían un cofre así para baratijas domésticas. Creo que se levantarán si nos acercamos. Creo que estos samurai cuidan sus tesoros aun después de muertos."

Pienso en que sea de mis antepasados y asiento:

 - "Mi abuelo falleció acá. Mi madre y los padres de la Dama Ameiko iban en el barco que llegó a Punta Arena, pero el gran Tsutamu, leal yojimbo de la familia, jamás salió de este pantano. Quizás es él y su juramento fue cuidar esto hasta que la familia Kaijitsu lo reclamase."

Avanzo con cautela pero a la vez, con mucho respeto, pues estoy viendo los cadáveres que podrían ser de mis ancestros. Un ataque de tos me asalta, pero logro contenerlo después de unos ruidosos segundos. Ignoro el dolor del pecho y mis músculos pues es un momento importante para mí y tiene un valor mucho más allá del material.

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27/07/2017, 18:43
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

A Giorgino le brillaron los ojos cuando Serveris confirmó que en aquel cofre que tenían delante estarían los tesoros que habían estado buscando, tan solo tendrían que enfrentarse a los esqueletos, si es que se levantaban, aunque por las palabras de Serveris todo parecía indicar que si. En cualquier caso quizás no tenían que luchar para obtenerlos.

-Entonces... ¿Dices que ese de allí trabajaba para la familia de la Señora Ameiko? Y que hizo un juramento para proteger el tesoro... Una especie de maldición, hasta que llegue la familia a quien le pertenece a reclamarlo... ¡Pues estamos de suerte! ¡Esos somos nosotros! -Giorgino sonrió satisfecho, esta vez iban a tener mucha suerte. Intercambió miradas de optimismo con el resto del grupo.- Vale, vamos a hacer una cosa. Tu eres tien, y además vas vestido como ellos. Así que te acercas, les dices quien eres y que vienes de parte de la señorita Ameiko, que te den el tesoro y ya nos vamos.

Era un plan perfecto. ¿Que podía salir mal?

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27/07/2017, 19:22
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.


 - "Mi abuelo falleció acá. Mi madre y los padres de la Dama Ameiko iban en el barco que llegó a Punta Arena, pero el gran Tsutamu, leal yojimbo de la familia, jamás salió de este pantano. Quizás es él y su juramento fue cuidar esto hasta que la familia Kaijitsu lo reclamase."

Propiedad Transitiva observó a Serveris cuando este terminó de hablar. Su franca expresión y su rudeza parecía, momentáneamente, atemperada, y por un instante pareció que iba a consolar o a referirse a las palabras de su compañero. Pero finalmente se limitó a negar con acritud, como quien se deshace de un pensamiento molesto, y soltar una abrupta carcajada, casi desagradable, ante las palabras de Giorgino.

- Claro. Los esqueletos son la mar de comprensivos. Y los de familiares más. No sé cómo será entre los tuyos, chaval- dijo dirigiéndose a Serveris con una sonrisa que pretendía ser de camaradería- pero entre mi gente que tus familiares se conviertan en unos malditos muertos vivientes no es precisamente buen fario. ¡Joder, si algo me acojonaría sería encontrarme con alguno de mis muertos así!

El bárbaro no dice nada más. Aferra nuevamente su hacha con ambas manos, preparado para atacar cuando así se lo ordenen, pero por si acaso, no avanza todavía hacia los esqueletos.

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27/07/2017, 23:28
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Mientras se arrastran a través del segundo túnel un escalofrío recorre la columna del mercader. Es como si la temperatura hubiera descendido varios grados, o eso le parece. La vista que se revela ante las luces del grupo es a la par esperanzadora y estremecedora.

Sin duda ese cofre debe contener el tesoro que tantos quebraderos de cabeza ha dado a los goblins, al grupo y a los dioses sabe quien más. Pero otro grupo de esqueletos, estos mejor pertrechados, parecían vigilarlo. Por no hablar del enorme esqueleto que parecía estar sentado de manera casual sobre el cofre. Sandru no apostaba que el antiguo yojimbo hubiera muerto con sus posaderas plantadas en el cofre, así que probablemente hubiera adoptado esa postura tras su muerte, dejando clara su postura de protección sobre su contenido.

Cofres y maldiciones. Hacía días que Sandru lo había dicho. Algo maligno pendía sobre esas cajas, seguramente su mano hacedora. ¿Era casualidad que la Vieja Megus agonizara en un supuesto "accidente"? Llevaba años haciendo lo que hiciera en el pantano, y que su muerte se diera ahora parecía una extraña coincidencia. ¿Una aldea de goblins arrasada? El mercader no lloraría por esas alimañas, pero podría haber sido un grupo de granjas. El equilibrio que había reinado durante años en el Pantano de Tocón de Salmuera había quedado roto para siempre, eso estaba claro.

Todos parecían tener preguntas al respecto, y Serveris fue el que arrojó luz a todo esto. - Por algo lleva la linterna. - Se sonrió Sandru. La teoría de Giorgio, teñida de tintes descabellados como era habitual en el muchacho en principio parecía tan irrisoria como había comentado a posteriori Kromdal. Pero en estas historias nadie tenía la verdad absoluta y hasta que no pasara lo que pasara, nadie podía decir que algo era una locura. Sandru resopló en voz baja.

- Puffff. El tema es peliagudo. No sé si lo que dices servirá para algo sobrino, pero al menos no puede hacer más daño, ¿no? Supongo que será importante dirigirse a estos... restos malditos, en su propio idioma. - El varisio mira elocuentemente a Serveris.

- También tenemos el nombre de nuestro asentado amigo, para que puedas intentar dirigirte a él. Yo conozco algo del tien, pero supongo que tú lo dominas mejor, Serveris. Intentar que nos reconozca como servidores de los Kaijitsu que vienen a reclamar su legado y ofrecerles descanso, puede que no sea una carta a la que me jugara el pellejo, pero en este caso no nos puede embrollar más el asunto, ¿no? -

Sandru mira a Kromdal con una media sonrisa mientras se encoge de hombros sopesando la garrota. El "no" ya le tenían.

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28/07/2017, 00:39
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Las palabras de Giorgino me sacan una sonrisa pues no creo que sea tan simple. Si la voluntad de los muertos es tan grande como para hacer que sus cuerpo se animen, dudo mucho que unas palabras les hagan creerme.

"Si tan solo la Dama Ameiko estuviese aquí."

Entonces Kromdal da su opinión y no es muy lejana a la mía.

 - "La idea de que mi abuelo esquelético quiera matarme tampoco me gusta mucho. No te culpo."

Entonces Sandru indica que no es tan mala idea, por lo que me encojo de hombros antes de responder:

 - "Supongo que podemos intentarlo. Si me mata, háganme el favor de incinerar mi cuerpo como en mi cultura materna. No quiero levantarme también."

Tomo aire, lo que me produce un poco de tos, antes de continuar con la frente en alto. Guardo mi katana y avanzo con mis manos en mi daisho, preparado para el combate pero imitando una posición samurai que me identifique como uno. Avanzo hasta quedar cercano al esqueleto, pero a una distancia no invasiva pues quiero hablarle con respeto.

Hago una profunda reverencia hacia ellos, arrodillándome y tocando el suelo con mi frente antes de levantar la cabeza y hablar:

 - "Watashi no sosen wa, Serveris wa kare no musume no musukodesu. Aitemu o eru tame ni, anata o yorokobaseru, watashi no gimu o rikō suru tame ni watashitachi no kazoku ni meiyo o motarasu kazoku Kaijitsu ni sōzokujin nikawatte, kenkyo to sonkei no ni, watashi no isan ni zokushimasu."

Mis palabras son un poco torpes y no sé si he dicho realmente lo que deseaba pues aunque mi nivel de habla es suficiente como para comunicarme rudimentariamente, hay muchas palabras que quiero usar y que no conozco como quisiera, sin contar que no tengo tanta práctica con la gramática como desearía.

Me quedo en esa posición, esperando alguna clase de respuesta. Si no la recibo en un tiempo más que apropiado, me pondré de pie y avanzaré.

Notas de juego

Intento decir:

 - "Antepasado mío, yo soy Serveris, hijo de tu hija. Me presento en nombre de la heredera de familia Kaijitsu para recuperar los artículos que le pertenecen a ella y a mi propio legado. Pido con respeto y humildad, me permita cumplir mi deber y traer honor a nuestra familia."

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28/07/2017, 17:26
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

El chico es valiente, de eso no hay duda. Aterido, debilitado y con paso inseguro se adelanta guardando su arma, en gesto de buena voluntad. Sandru chasquea interiormente los labios mientras avanza con la antorcha en la mano para que Serveris quede bien iluminado.

La arenga del chico ha sido bastante correcta, a pesar de que el varisio no ha entendido del todo alguna palabra. Después de todo sólo llevaba unos años usando el idioma tien y no lo practicaba a menudo, salvo cuando encontraba algún mercader de esas tierras, o volvía a Punta Arena.

En todo caso la presencia cercana de Sandru obedece a su deseo de proteger al ahora postrado Serveris si las cosas se torcieran. Aunque la idea fue de Giorgio, él había dado su visto bueno a su puesta en práctica. La mirada de SAndru alternaba brevemente entre los caídos esqueletos, y dedicaba un lapso de tiempo mayor al que tenía sus huesudas posaderas en el cofre. - ¿Y si lo que les había maldecido se encontraba en aquella caja? - Sandru empezó a sudar.

- Vamos saco de huesos, di algo o saca esa espada mellada, pero haz algo de una maldita vez... -

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29/07/2017, 02:11
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

- ¡Rodeados! -

Estaba claro que las probabilidades de salir con bien de aquella excursión acababan de reducirse en un tanto. Quizás debieran haber hecho añicos los huesos en la sala anterior, pero eso podría haber causado un mal mayor, si cabe. El pariente de Serveris, muerto hace décadas, había reaccionado a la arenga del joven, mostrando claro su desafío.

Que el recién armado con la espada de su madre chico estuviera a la altura de aceptarlo, era algo que debía decidir él mismo. Sandru se apartó un par de pasos sin dejar de arrojar luz sobre la escena con la antorcha levantada, mientras susurraba unas palabras a Serveris.

- Tú eliges muchacho, te apoyaremos pase lo que pase. Si los otros intentan algo, estaremos prestos a cortarles el paso, pierde cuidado. -

Sandru echa una mirada nerviosa al túnel del que proceden, del cual parecen provenir los ruidos de huesos en movimiento. Ponerse en la piel de Serveris era inimaginable. Enfrentado a la osamenta de quien fue su abuelo materno, quién sabe los negros pensamientos que corrían por su mente.

Pero estos tien estaban hechos de otra pasta, para ellos ciertas convenciones sociales eran lo primero, y Sandru supuso que debería esperar a que todo acabara para que el chico les relatara qué pasaba por su cabeza en ese momento. Si es que salían de aquí, claro. Ahora entendía a la Vieja Megus y su reticencia a venir a este lugar.

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29/07/2017, 06:20
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

El desafío que mi antepasado me hace es una prueba para que demuestre si soy digno y si merezco el honor de continuar con el legado familiar. Asiento a sus palabras y me pongo de pie, con dificultad debido al dolor que siento en los músculos. Cuando estoy totalmente erguido, hago un poco de tos para despejar el pecho y respiro profundo.

Me giro hacia Sandru y le respondo:

 - "Esto debo hacerlo solo, no solo por el grupo, sino por mi propio legado."

Vuelvo a mirar al esqueleto y le hago una pronunciada reverencia antes de responderle:

 - "Watashi wa chōsen o ukeire, anata no shōnin oyobi subete no watashi no senzo no tame ni meiyo to tatakau koto o yakusoku shimasu. Watashi wa anata no kachigāru no shisonda to iu koto o shōmei suru kikai o arigatōgozaimashita."

Finalmente, saco mi espada y la sujeto con ambas manos, como es la forma samurai de luchar, tal como me enseñó mi madre. Es la forma en la que ella aprendió de su abuelo y así sucesivamente desde los inicios de nuestra familia en el Imperio Minkai.

Notas de juego

 - "Acepto el desafío y prometo luchar con honor para obtener tu aprobación y la de todos mis ancestros. Muchas gracias por la oportunidad de demostrar que soy tu digno descendiente."

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29/07/2017, 12:32
Bevelek Dalmuvian.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

No pudo evitar tensarse al escuchar los ruidos de los esqueletos poniéndose en pie, estaban totalmente rodeados y si las cuentas no le fallaban, estaban superados en número, por si eso fuera poco sus virotes no parecían ser muy efectivos contra esos seres y por tanto no le iba a quedar más remedio que trabarse en combate cuerpo a cuerpo si llegaba el caso. Aquella era una alternativa que no le agradaba en absoluto, pero se podía evitar, todo dependía de que Serveris aceptara el duelo contra el esqueleto grande. A Bevelek le preocupaba pues no sabía las condiciones del combate y no estaba claro que pasaría si Serveris caía derrotado, pero se temía que no iba a ser bueno para su integridad física.

Sus ojos observaron al joven que tenía el destino del grupo en sus manos y reflexionó acerca de sus posibilidades, Bevelek ignoraba por completo la capacidad de combate de un esqueleto tien, pero él había caminado el último tramo al lado de Serveris y el joven era casi un muerto viviente desde que hicieron noche cerca de los restos del segundo barco. El muchacho se tambaleaba de un lado a otro desde que había entrado en la cueva y eso no era bueno para combatir, pero poco servía ya el ser negativo.

—¡Vamos Serveris machaca a ese cabrón!

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29/07/2017, 15:35
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.


- Joder. Odio los putos no muertos. En serio...- el bárbaro meneó la cabeza, con profundo cabreo, mirando a los no muertos que les rodeaban- Jefe, estamos rodeados. Para maximizar nuestras posibilidades y ya que Severis se va a poner a pegarse con su antepasado, por si acaso, deberíamos ponernos en cuadro los cinco que quedamos, para proteger nuestras espaldas, ¿no te parece? Y Severis no te dejes matar joder.

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30/07/2017, 08:49
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.


Había observado el combate con una aprensión creciente. Severis no estaba al nivel de su enemigo ni de coña, pero oye, se estaba defendiendo bien. Le echaba huevos el crío amarillo éste, y eso Propiedad Transitiva lo respetaba. El problema con el respeto era el mismo que con lo de ser bueno: si te mataban no valía una mierda.

Finalmente el puto esqueleto logró parar el ataque de Severis y le dio un tajo que casi le separó la cabeza del tronco. Como alguno no pudiera lanzarle algo mágico, el crío estaba muerto

- ¡Que alguien evite que este puto chaval se desangre!- gritó mientras dejaba que la furia deformara sus facciones, y cargando contra el abuelo no muerto, le golpeó con su hacha con todas sus fuerzas. 

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30/07/2017, 09:35
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Tal como sospechaban los esqueletos cobraron vida y Serveris se vio enfrentado a su abuelo en un duelo. La idea, si quitabas lo extraño entre un nieto y su abuelo esqueleto, le resultaba fascinante, aunque temía por su amigo que no se encontraba en las condiciones más óptimas para luchar.
Aquellos tien tenían una curiosa forma de luchar, aunque impresionaba la rapidez de sus movimientos y su precisión. Las espadas entrechocaban entre si y de vez en cuando uno de los contendientes acertaba al otro. Serveris parecía haber tomado la iniciativa, pero su abuelo esqueleto enseguida le hirió gravemente, parecía que Serveris estaba terminado, aunque en el último momento volvió a atacar a su abuelo. Giorgino miraba el combate en tensión esperando que su amigo no resultara más herido.

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30/07/2017, 20:51
Tradición Ancestral.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

- El Wakizashi encantado de Tsutamu se alza para separar la cabeza de su nieto del tronco. El tiempo parece ralentizarse mientras Sandru y Propiedad Transitiva inician una carrera a una velocidad increíble.

- Sandru es el primero en llegar, mientras Giorgino aguarda órdenes, Serveris agoniza y Bevelek corre a socorrer al mestizo, ajeno a su propia seguridad. Vankor sigue observando el combate, sin alcanzar a reaccionar.

- El garrote enarbolado por Sandru aplasta el pecho del campeón esquelético samurái, en el lugar donde debiera estar su corazón. La criatura no muerta lanza un terrible aullido sobrenatural espectral al tiempo que las energías de su alma maldita se dispersan violentamente.

- Por toda la caverna, el resto de almas, prisioneras de sus juramentos y del odio y deseos de venganza y furia de Tsutamu ven como sus espíritus son liberados al fin, mientras sus huesos caen al suelo en montones inconexos.

- Kromdal se detiene justo antes de asestar un hachazo a lo loco, pero le cuesta un enorme esfuerzo de voluntad controlar su terrible furia.

- Bevelek presiona con desesperación la herida de la garganta de Serveris, logrando contener un tanto la terminal hemorragia, pero preguntándose si eso será suficiente para salvarlo.

Notas de juego

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31/07/2017, 02:58
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

A pesar de las palabras de respaldo del varisio, Sandru albergaba en miedos del pasado en su interior. Veía planear la sombra de la muerte sobre el grupo. Rodeados y superados en número no sabía cuantos podría sacar de allí de una pieza si las cosas se torcían.

No obstante su valentía y respeto para con las costumbres de los tien de Serveris, la mente de mercader trazaba planes, la mitad de los cuales morían antes de empezar a ser evaluados. No obstante, hubo un momento de la lucha en la que el antiguo guarda de caravana se volcó de manera absoluta en su transcurso, al ver al joven mestizo con posibilidades de alzarse con la victoria.

Serveris era rápido, y esgrimía su acero como alguien que ha aprendido de un buen maestro. Fintaba y acosaba a su ancestro, apabullándole con la energía de su juventud. Pero eso fue sólo al principio. El bregado luchador que debió ser Tsutamu tomó las riendas de la lucha, mientras la espada de Serveris se estrellaba contra una defensa de acero, la cual al ser rebasada en alguna ocasión causó poco destrozo al animado saco de huesos. Si el enemigo hubiera sido de carne y sangre, Sandru lo habría dado por muerto, pero la condición del engendro le daba una injusta ventaja.

- ¡Ánimo Serveris! Ese juego de pies, ¡Muévete! -

El muchacho no lo hacía mal pero parecía que había agotado su repertorio, y Tsutamu le había cogido la medida a sus cada vez más flojos envites. Se alcanzaba a notar el abismo de experiencia en la lucha entre las dos figuras, a pesar de presentar extrañas similitudes en su estilo a la hora de parar los golpes y mantener la guardia, como si hubieran tenido el mismo maestro. - Probablemente el abuelo enseñó a la hija a pelear... - Elucubró por un segundo Sandru, mientras una serie de golpes bien dirigidos bajaban la guardia de Serveris, dejando su cuello desprotegido.

Sólo el estar siguiendo la lucha con ojo crítico permitió a Sandru el moverse con la celeridad necesaria para intervenir antes de un desenlace fatal. La antorcha en su mano estaba cayendo al suelo antes de que la afilada hoja del esqueleto alcanzara el cuello de Serveris, los fuertes músculos de sus piernas ya le estaban impulsando con una velocidad endiablada hacia el oscuro acontecimiento que podía desembocar en la muerte de Serveris.

- No en mi partida de exploración, bastardo... -

La garrota cayó en su mano como si un hechizo la hubiera hecho aparecer allí, y aún tuvo tiempo de imprimirle dos rápidos giros que provocaron un zumbido sordo en la cueva, seguido del fortísimo golpe que alcanzó el pecho de Tsutamu. El impacto fue demoledor, dejando a Sandru algo desequilibrado ya que sintió cómo la vibración del golpe subía por su brazo hasta el codo, adormeciéndolo ligeramente. Pero lo peor del golpe fue para el aullante no muerto, cuya esencia se dispersó al no poder contenerla por más tiempo su machacada osamenta.

Mientras moría el eco del aullido liberador que resonaba por toda la caverna, otro sonido se hizo patente. El del barboteo de la sangre al derramarse en el suelo. Recomponiéndose, Sandru se agacha al lado de Bevelek observando seriamente los esfuerzos del muchacho. Con un movimiento rápido saca un vial de su zurrón y tras retirar el corcho con los dientes, lo lleva con cuidado a la boca del moribundo Serveris.

- Bebe esto Serveris, has demostrado que tu valor es a toda prueba, no nos dejes. -

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31/07/2017, 04:19
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

El combate comienza con una carga de mi parte, alzando con fuerza mi katana y descargando un golpe contra el cadáver de mi abuelo, que dio de lleno, astillando huesos pero no causando un daño demasiado grande. Los esqueletos son muy resistentes contra el filo de mi arma y la armadura que porta no hace el asunto más fácil, pero eso no me amilana.

Detengo con brío el corte que me lanza y contraataco con un corte ascendente en diagonal que hace saltar un par de costillas con fuerza. Parecería que el combate está siendo ganado por mi persona, pero un ataque que me da hace que salga del sopor de una victoria prematura, haciéndome saber que mi oponente no es un desafío fácil de vencer.

El esqueleto es hábil, mucho más que los que nos encontramos antes, demostrando que mi abuelo en vida fue un oponente temible y que, en su maldición, no ha dejado de serlo. El hecho de que los tesoros sigan intactos después de tantos años es la clara prueba de aquello. Tsutamu sigue invicto.

Sus movimientos son muy parecidos a los míos y es obvio pues mi madre aprendió de él y ella me enseñó. Noto la superioridad de mi antepasado y entiendo la lógica de ello:

"Soy aprendiz de su aprendiz y aún no estoy listo para este desafío. Si consigo vencerlo será solo suerte. No soy digno... aún."

Mando un golpe con fuerza, pero hábilmente lo desvía con su arma. Escucho como me hablan algunos de mis compañeros, pero estoy enfocado en lo que ocurre ahora y no pongo mucha atención pues sé que distraerme un solo segundo puede significar la muerte. No deseo eso.

Hago un movimiento para lanzar otro poderoso mandoble, pero es desviado con fuerza y su wakizashi se cuela por entre mis defensas, alcanzando mi cuello. El dolor es tremendo y siento como la sangre mancha mis ropas a gran velocidad. Siento el frío de la muerte abrazándome, pero hago acopio de toda mi determinación para permanecer en pie, a pesar de que cualquiera en mi condición ya estaría inconsciente.

Pero mi espíritu es más grande y mi resolución por demostrar quien soy y que merezco mi legado es implacable. Antes siquiera de caer, grito con fuerza respondiendo a sus palabras, con una gota de sangre saliendo por la comisura de mi boca:

 - "¡Esto aún no ha acabado, abuelo!"

Y con un fuerte grito, uso mis últimas fuerzas en un poderoso corte con mi katana, poniendo todo mi espíritu en él y todo lo que queda de mí. Es todo o nada, como en la vida de un samurai.

Sin saber si lo he conseguido o no, mis ojos se cierran a medida que mi vista se nubla rápidamente por el esfuerzo que he hecho. No alcanzo a sentir el golpe sobre el suelo de la caverna, pues mi mente ya no está allí. Ahora solo queda descansar, sin saber si despertaré en este mundo o en el otro.

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31/07/2017, 05:49
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

El combate parecía que iba a acabar muy mal para su amigo Serveris, a pesar de que contra todo pronóstico había conseguido lanzar un último ataque bastante fuerte.

¡Mierda! ¡El esqueleto sigue en pie!

Por fortuna su tío estaba preparado para acudir en ayuda de Serveris y se plantó junto al esqueleto en unas pocas zancadas para asestarle un garrotazo que lo desmontó de manera definitiva y con él al resto de esqueletos.

-¡Bien hecho tito! ¿Como está Serveris? Serveris, ¿Estás bien? ¡Ni se te ocurra morirte! Ahora eres un héroe, les contaré a todas las chicas como te enfrentaste tu solo al jefe de los esqueletos y casi lo derrotas, ten en cuenta que si hubiera sido de carne y hueso le hubieras hecho sangrar mucho, pero claro, jugaba con ventaja.

Esperaba que entre su primo Bevelek y su tío pudieran salvarle la vida, confiaba en la experiencia de ambos. No pudo evitar desviar la mirada al cofre que contenía el tesoro de los tien. Por fin tenían delante el motivo de toda aquella aventura y habían conseguido hacerse con el.

-Tito. ¿Puedo abrir el cofre?

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31/07/2017, 15:51
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Bevelek no era un experto tirador, pero tenía algo de experiencia en ese campo del combate el cual era su mejor baza, los combates cuerpo a cuerpo no le iban tan bien y la esgrima no era uno de sus fuertes. No había empleado su cimitarra en ningún combate serio y únicamente conocía algunas estocadas simples que había aprendido por intuición y observando al jefe Sandru, no obstante era capaz de evaluar un combate y eso hizo vislumbrando a Serveris luchar contra el monstruo esquelético que en algún momento fue su abuelo. El combate fue trepidante, intercambiaron golpes con velocidad y saña, se notaba que había muchas lecciones de combate y horas de práctica tras los golpes. Sin embargo lo que más preocupó a Bevelek fue lo bien que el gran esqueleto asumía los golpes de Serveris, los cuales no eran tan duros como los de su contraparte. El joven estaba combatiendo bien, mucho mejor de lo que Bevelek hubiera hecho y aguantaba los golpes con mucha integridad, pero no parecía ser suficiente, un golpe brutal tumbó al chico acabando con el combate y posiblemente con su vida si no actuaban.

El jefe Sandru y el enorme Kromdal saiieron disparados para evitar la tragedia mientras Bevelek tomó por órdenes las recomendaciones del bárbaro y con mucha premura salió a taponar la herida para evitar que su joven compañero se desangrara. No era un experto médico ni mucho menos, pero había aprendido los rudimentos necesarios para remendar algunas heridas superficiales, el principio médico era el mismo. Con cuidado comenzó a presionar con fuerza la zona afectada para tratar de contener la hemorragia aunque por desgracia no tenía materiales médicos para poder continuar con el tratamiento improvisado.

Vamos a tener que hacer una camilla improvisada y transportarlo, no va a ser capaz de moverse él solo y debemos llevarlo lo más pronto posible a Puntarena.

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31/07/2017, 22:27
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Mientras el muchacho apenas toma a sorbos el contenido del la ampolla, Sandru contiene el aliento, que sólo deja escapar de manera silenciosa y sostenida cuando observa que la herida del cuello del herido mortalmente Serveris, comienza a cerrarse. Tras unos eternos segundos, ayuda al yaciente a incorporarse un poco mientras musita una silenciosa oración a Desna.

- Bueno muchacho, tómalo con calma y respira profundamente, porque vuelves a estar en la brecha. Buen trabajo Serveris. Has luchado como un verdadero samurai. -

Sandru conoce algo de la cultura tien por su contacto durante años con Ameiko, y cree que es algo que Serveris agradecerá oír. Ha defendido su legado hasta el final como un guerrero honorable hubiera hecho. Después atiende los requerimientos del resto de la compañía.

- Parece que estas pociones son buenas Belevek, si le echas una mano al Serveris podrá caminar por si mismo.

En cuanto al cofre Giorgio, estoy tentado de abrirlo como dices. Pero hay varias cosas que me tiran para atrás. Primero, tenemos un herido, y no podemos permitirnos tener más. Si ese cofre esta entrampado o es peligroso, prefiero contar con la mano curativa de mi madre cerca al abrirlo.

El otro motivo es que posiblemente contenga efectos que pertenezcan a la familia Kaijitsu, y como si de mi propio legado se tratara, preferiría que la primera persona que posara sus ojos sobre su contenido fuera Ameiko.

¿Qué opináis de todo esto el resto? -

Después de eso, Sandru se agacha y recoge con algo de ceremonia la espada de Tsutamu y su vaina, y las asegura al cinto del debilitado Serveris.

- No olvides tu legado familiar, guerrero. Al no estar tu madre aquí para reclamarlo, te corresponde por derecho. -

Sandru asiente presionando suavemente en mudo gesto de ánimo el hombro del herido Serveris, mientras se gira hacia Kromdal con un afirmativo cabeceo que consolida las intenciones de registrar el pasadizo que habían dejado atrás inexplorado.

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01/08/2017, 03:33
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, CUEVAS JUNTO AL ACANTILADO SUR.

MEDIA MAÑANA.

Abro los ojos, sintiendo gran dolor en mi cuerpo, en los cortes que Tsutamu me dio en nuestro encuentro y veo a Sandru al lado mío, probablemente atendiendo mis heridas. Escucho las palabras que me dice y esbozo lo más parecido a una sonrisa que puedo expresar con lo débil que estoy. Giro la cabeza y veo el esqueleto de mi abuelo, con una clara marca en el pecho de un arma roma, un golpe que no le he dado. Entiendo al instante que no he sido capaz de derrotarle y que ha sido la maza del varisio la que ha dado el golpe final.

Sentiría vergüenza pero aun antes de caer sabía que no estaba preparado para un desafío como este. Suelto un largo suspiro, antes de contestarle, no exento de gran dificultad:

 - "Gracias, Sr. Vhiski. Sabía que no era un oponente digno para él. Era un gran guerrero y yo, solo el hijo de un granjero. Pero no me rendiré, algún día seré un samurai y esta derrota será el primer paso. Gracias por ayudarme en mi camino."

El varisio coloca el arma de mi abuelo en mi cinto, como una tercera arma. No creo que sea digno de aquello, pero también sé que no hay una mejor opción por el momento hacia mi legado. Ya pensaré qué hacer para ganarme aquel honor, aunque dudo que mi abuelo estuviese de acuerdo, a juzgar por sus últimas palabras mientras yo caía inconsciente.

"Algún día seré capaz de cerrarle la boca a Tsutamu. Hasta que no me sienta digno, no la utilizaré. Solo seré su guardián."

Me pongo de pie con dificultad, apoyándome en Sandru e ignorando gran parte del dolor que siento. La fiebre que tengo también empeoró y creo que, si sobrevivo a esto, tendré que estar en cama una semana antes de volver a ser útil de algo. Cuando ya estoy en pie, le respondo a Sandru:

 - "El cofre debe ser llevado cerrado. Lamento decirlo pues no puedo ser aporte alguno en su transporte, pero sería una falta de respeto abrirlo aquí, además de que ese cofre solamente vale mucho dinero."

Busco un lugar en el que apoyarme mientras el resto del grupo realizan actividades. Yo no puedo hacer más que descansar si deseo ser capaz de volver a Punta Arena en esta vida.