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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 1- Regreso al Pantano de Tocón de Salmuera.

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12/07/2017, 08:36
Costa Perdida: Rondapiés.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

SEGUNDO TURNO DE GUARDIA.

Cuando Kromdal y Vankor comienzan su turno y sus compañeros Serveris y Giorgino se retiran agotados a dormir, arrecia una gélida brisa marina nocturna en el ya de por sí húmedo pantano.

Kromdal se da cuenta de que el fuego agoniza y está en las últimas, y de que si se apaga del todo será una auténtica odisea volver a encenderlo con este frío y húmedo viento. Se dedica de inmediato a salvar el fuego mientras que Vankor se aleja un poco con su linterna ojo de buey, tras ponerse su armadura tachonada, para vigilar el perímetro del campamento y asegurarse de que nada ni nadie se aproxime.

Vankor duda de la efectividad de la "trampa de alarma" tendida al Este del campamento por su hermano mayor, pues con este viento tintinea tan de continuo que todos los durmientes se han acostumbrado ya al ruido que hace y nadie le hace caso. Espera de todos modos que, como ha dicho Bevelek, si algo más grande que un zorro tropieza con la cuerda, el ruido sea distintivo y no pueda ser confundido con el del viento al hacer tintinear los virotes atados a la cuerda.

Con gran esfuerzo, y más de una hora de intensa dedicación, como una amorosa madre tratando de salvar de morir por congelación a su cachorro, el bárbaro tatuado Shoanti se ocupa de salvar el fuego. No sólo logra salvarlo, sino que incluso lo acrecienta, de modo que, cuando hacia el final de su guardia la brisa se debilita considerablemente, la fogata es más grande y vigorosa que antes, calentando con un agradable y muy necesario calor a los durmientes. Pese a todo, se escuchan las toses de Serveris y de Sandru mientras duermen, y es obvio que no están pasando buena noche.

Finalmente, cuando llega su turno, Vankor despierta a Sandru y a su hermano mayor para que empiecen su guardia, el Alba, el turno de antes del amanecer que dará fin a esta dura noche de acampada. El viento es ahora mucho más débil, pero casi igual de gélido a esta hora. Todo parece en calma y en silencio. Incluso la alarma de Bevelek hace menos ruido ahora que la brisa está amainando.

Sandru tiene mala cara al despertar, parece haberse resfriado. Una vez que se pone su armadura, coge la manta de su sobrino y se la coloca por encima.

Mientras Kromdal vuelve a su saco de dormir, en el hueco que ha excavado expresamente con su pala, y Vankor se quita su armadura para arrebujarse como puede en su manta y pegarse al fuego, comienza la guardia de Sandru y Bevelek.

Los durmientes lo hacen sin armadura, pues con armadura puesta apenas se descansa, mientras que los dos que empiezan su guardia se han puesto las suyas.

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12/07/2017, 10:16
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, EL "KAIJITSU FLORECIENTE".

MEDIA LA TARDE -NOCHE.

Le sorprendió que el enorme bárbaro supiera cocinar y le dejó parte de sus raciones de comida para que se encargara de abastecer a todos. No tenía muy claro que podía hacer para colaborar con el grupo y hacer para todos una experiencia más llevadera de aquello, hasta que se le ocurrió una pequeña idea. Sin decir nada se levantó dispuesto y tomó la cuerda que portaba y algunos virotes de su carcaj. Con cuidado trazó una simple pero útil trampa que les ayudaría a estar prevenidos por si algún ser o criatura decidía atacarles. Así dejaría menos peso sobre los que estuviera de guardia y ayudaría a despertar a todos. No era la trampa más sofisticada que podía preparar, pero dadas las circunstancias, confiaba en que fuera suficiente.

Cuando volvió al círculo de acampada que formaban sus compañeros entorno al fuego, pudo oler la comida que el bárbaro Kromdal había preparado, no estaba seguro de si le parecería tan sabroso en otras condiciones, pero en aquel momento esa comida le olía a manjar divino si es que éstos olían. Bevelek que de natural era un buen comedor se sentó dispuesto a degustar de su parte.

—Vaya, me alegro de tener un cocinero entre nosotros, temía que fuéramos a pasar hambre esta noche, buen trabajo.

Tras pronunciar aquellas escuetas palabras el varisio comió como si fuera lo último que iba a poder hacer en el mundo, estaba cansado y eso le abría el apetito. En su día a día no solía tener que realizar caminatas tan largas ni combatir un par de veces, lo que le había llevado a estar razonablemente cansado.

—Gracias — dijo a las palabras de su hermano —aunque espero que no tengamos que preocuparnos por ella, será buena señal.

Negó con una sonrisa al resto de los comentarios —pelear con ratas y esqueletos, avanzar por este horrible pantano por segunda vez y dormir al raso y haciendo guardia, no. La verdad no es algo que me haga disfrutar, pero celebro que a ti sí hermano.

Acompañó aquellas palabras con un golpe amistoso en el musculoso hombro de su hermano. Le alegraba que Vankor pudiera tener aquellas aventuras que tanto deseaba y se alegraba también que pese a los peligros no les hubiera pasado nada grave por el momento.

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12/07/2017, 10:54
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

TERCER TURNO DE GUARDIA.

Cuando Vankor lo sacudió, a Sandru le costó darse cuanta de que estaba despierto. Tenía los dedos de los pies dormidos, y lo mismo podía decirse de sus manos. La gélida brisa, unida a la llovizna en forma de escarcha y la humedad del suelo donde yacía se habían confabulado para dejarle helado como un muerto. En estos momentos echaba de menos el calor de su carromato o las mullidas camas de el Dragón Oxidado.

Se levantó braceando y subiendo las piernas mientras indicaba con un gesto a Vankor y a Kromdal que se retiraran a descansar. Vio por el rabillo del ojo como Bevelek se desperezaba y acudió junto al fuego en orden de entrar en calor lo más rápidamente posible. La nariz le moqueaba con un hilillo líquido y estornudó un par de veces. Usó la manta como una improvisada capa al lado del fuego para absorber el máximo de su calor. Al incorporarse sin embargo, el aire que levantó esparció las brasas que empezaron a perder fuerza.

Se puso con movimientos mecánicos el ligero jubón de malla que llevaba normalmente bajo su camisa. No era muy grueso, pero bastaba para deflectar alguna flecha u hoja malintencionada, así como mantener a raya las fauces de un lobo de ser el caso. Tras el proceso, volvió al fuego saludando a Bevelek con un cabeceo. Parecía que el joven estaba inclinado sobre el fuego intentando que no se apagara tras el pequeño desastre que había causado el mercader. Sandru intentó ayudarle, pero estaba aterido aún, y sólo consiguió que se le chamuscara una esquina de la manta en la que se envolvía, por lo que finalmente fue apartado de manera amable por el fornido Dalmuvian.

Se dio por vencido finalmente y se sentó escrutando la noche a la luz de la fogata, y sacando de vez en cuando su antorcha mágica para perforar la oscuridad. Parecía que el calor del fuego había finalmente calmado su tos y continuo moqueo, y decidió encenderse una pipa con una pavesa y echar algo de humo. Miró a Bevelek, que parecía estar en buenas condiciones aparentemente.

- Al menos tenemos el desayuno hecho para mañana, ¿Eh primo? - El variso sonrió mientras soplaba un enorme y azulado anillo de humo.

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12/07/2017, 17:49
El Perro de los Vhiskirville.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

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PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

TERCER TURNO DE GUARDIA: ÚLTIMAS HORAS DE LA MADRUGADA HASTA EL ALBA.

- Tras ser relevados, Kromdal y Vankor se retiran a dormir a sus respectivos huecos cerca de la fogata. El bárbaro Shoanti se duerme casi de inmediato y sus sonoros ronquidos son muy notorios. Vankor, aunque acostado y arrebujado en su más bien insuficiente manta, no consigue dormir. No porque el entorno sea demasiado húmedo y frío, que lo es, sino poseído por una indefinible preocupación que  le impide conciliar el sueño, aunque no se mueve de su hueco, ya que quiere descansar todo lo que sea posible para mañana.

- Bevelek y Sandru enseguida se ocupan de atender el fuego, que Propiedad Transitiva les ha dejado en muy buen estado. Sandru se empecina en ayudar a Bevelek, pero es más estorbo que otra cosa, por lo que finalmente el mayor de los Dalmuvian se ve obligado a echar a su primo-tío para que vaya a patrullar y le deje a él el fuego.

- Sandru se ha quedado algo contrariado por no haber podido ayudar más, pero al final se ha tenido que ir para no ponerse a discutir a gritos con su empleado y pariente, y al final tener que decirle cosas de las que después se pudiera arrepentir. Está vigilando hacia la noche oscura con una de sus antorchas siempreardientes, que no dan calor, pero al menos iluminan. Lo que pasa es que apenas se concentra en la guardia, y no para de mirar hacia Bevelek y pensar en decirle las múltiples cosas que está haciendo mal.

- Bevelek, en silencio, y totalmente estresado, ocupa más de una hora simplemente en reavivar el fuego que su patrón por poco no ha apagado del todo. Está concentradísimo en ello y apenas presta atención a la guardia.

- Cuando en un momento dado, la cuerda de virotes situada al Este del campamento improvisado en el naufragio del "Kaijitsu Floreciente" tintinea más de la cuenta, el único que se da cuenta inmediatamente es precisamente quien no estaba de guardia en ese momento, el joven Vankor.

- Vankor se levanta de inmediato e intenta alertar a todo el mundo. Sandru no sabe lo que está haciendo y le pide que se acueste de nuevo. Bevelek sigue enfrascado intentando desesperadamente mantener la fogata encendida y no hace el menor caso a su hermano pequeño.

- En su tienda, Serveris no reacciona a la llamada de Vankor.

- Con gran dificultad, Giorgino y Kromdal sí reaccionan y se frotan los ojos con los puños, contrariados al ver que todavía no está amaneciendo y sin saber por qué les despiertan tan pronto.

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12/07/2017, 18:16
Vankor Dalmuvian.

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SEGUNDO TURNO DE GUARDIA.

No hizo falta que Serveris o Giorgino lo despertaran. Pese a tener los ojos cerrados, Vankor era incapaz de conciliar el sueño. No es que se sintiera incómodo o que tuviera frío, cosa que hubiera sido normal teniendo en cuenta que carecía del adecuado material de acampada, sino que algo lo mantenía en un estado de alerta constante.

Al escuchar sus pasos acercarse, se puso en pie, casi como si un resorte lo impulsara y tomó su armadura para ponérsela. Al cabo de un par de minutos estaba junto al bárbaro, que se disponía a reavivar un fuego casi extinguido.

-Vaya, qué pena. Lo han dejado morir -dijo en voz baja-. ¿Crees que podrás avivarlo?

Ante el mudo asentimiento de cabeza de Kromdal, Vankor se dispuso a patrullar el perímetro del campamento, bajo la luz de su linterna de ojo de buey. Todo parecía tranquilo y aprovechó para recoger algunas ramas y pequeños troncos, aparentemente secos y aptos para el fuego, que acercó a la fogata.

-Todo está tranquilo -comentó-. Pero la trampa de mi hermano, la del este... el viento la sacude constantemente. Incluso si algo o alguien tropieza con ella, no sé si seremos capaces de apreciarlo -miró el fuego, cada vez más potente dejando la leña a su lado-. Una buena fogata, sí señor. Calienta que da gusto, aunque m da que a algunos les llega tarde el alivio -mencionó al escuchar un coro de toses-. Me da que al amanecer vamos a tener un par de enfermos por lo menos.

El resto de la guardia la pasó entre paseos de patrulla y retazos de conversación junto al fuego, siempre atento a las trampas y a cuanto pudiera sorprenderles. Y cuando concluyó, despertó a Sandru. Lo sacudió varias veces antes de que finalmente reaccionara. Tenía la nariz enrojecida y los ojos hinchados y tosió secamente un par de veces. Vankor negó con la cabeza.

-Es tu turno de guardia -susurró-. Aunque no parece que estés demasiado bien. Diría que te has enfirado y tienes un aspecto bastante lamentable. Si quieres, la hago yo. No tengo demasiado sueño -un cabeceo negativo y una mirada fulminante bastaron para que Vankor se retirara con un "buenas noches y buena guardia".

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12/07/2017, 18:31
Vankor Dalmuvian.

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MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

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TERCER TURNO DE GUARDIA: ÚLTIMAS HORAS DE LA MADRUGADA HASTA EL ALBA.

Vankor tenía los ojos como dos platos. Sandru no estaba en condiciones de hacer la guardia y su tos lo había acompañado durante una buena parte de la guardia de su jefe. Sin embargo, no se movió de su hueco, donde en posición fetal y cubierto por la manta, hacía frente a la humedad y al frío nocturno más que satisfactoriamente. De hecho, si hubiera conseguido dormir, quizá podría haberla calificado de la mejor noche de su vida. Sí, estaba contento y sentía que su naturaleza aventurera era la que le permitía resistir los embates de la naturaleza, máxime cuando las toses y estornudos de Sandru y Serveris eran una constante.

Desde su posición fue testigo de la discusión entre Bevelek y Sandru que casi había apagado el fuego y de la cara de enfadado y estresado de su hermano, tras haber conseguido que su jefe lo dejara solo y tranquilo. Por una razón u otra, ni el uno ni el otro prestaban demasiada atención al pantano.

De repente, oyó algo. Un tintineo de la trampa del este. Su sonido superaba el normal del viento. Se puso en pie inmediatamente y tras ponerse rápidamente la armadura tachonada, fue a advertir a Sandru y Bevelek. Ni uno ni el otro le hicieron caso y desesperado se acercó al resto del grupo. Solo Giorgino y Kromdal reaccionaron.

-Algo ha hecho saltar la trampa del este. De pie y armaos.

Dicho aquello se acercó al fuego y se puso en estado de alerta mirando hacia el este, dispuesto a entrar en combate de ser necesario.

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12/07/2017, 20:27
Kromdal.

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SEGUNDO TURNO DE GUARDIA.


Para Propiedad Transitiva, era una excursión bastante encantadora. Quizás con la excepción del tema de los no muertos. No le gustaban los no muertos, como tampoco magos, hechiceros y demás. No es que les tuviera miedo, era... De alguna manera era indecente. Los muertos tenían que estar muertos, e ir por ahí haciendo gestos raros y hablando aún más raro para provocar efectos todavía más raros era como irse de putas con la compañera de uno al lado.

Indecente, a falta de algún término mejor.

Pero indecencias al margen había ganado algo de oro, y por ahora el paseo estaba saliendo bastante bien. Había dormido como un tronco durante el primer turno. No era su primer paseo por el campo y la guardia central de la noche era una putada. Aún si no había problemas eso significaba que tendría poco tiempo para dormir, así que en cuanto se había tumbado se había quedado dormido como un lirón. Y estaba bastante de buen humor, esa era la verdad. Asintió con la cabeza y esperó volviendo a avivar el fuego a que volviera el Dalmuvian.

- No te preocupes, Vankor. Como ves puedo encargarme del fuego mientras revisas el perímetro. Esto casi está, pero dame una voz si hay cualquier problema. Me está gustando la excursioncilla. A ver si se producen otras. Por cierto, ¿cómo te apuntas a cosas como ésta? Yo estoy lejos de casa, sin dinero para comer, beber ni putas. ¿Pero tú? Alguna razón deba haber, ¿no? ¿o es por familia?

Hablaron ambos durante la guardia. El fuego producía camaradería, e incluso hubo tiempo para bromear sin demasiada malicia sobre las toses del jefe. Y luego... luego cuando Bevelek y Sandru estuvieron en pie se quitó la armadura, la dejó a su lado, junto a su arma preparada y se tumbó dispuesto a dormir de inmediato para poder descansar.

Pero los dioses quisieron otra cosa. La alarma de Vankor (¿pero no estaban de guardia Bevelek y Sandru?) le despertó. Y ahora estaba de mal humor, quizás por la hora. Pero vio al ser acercarse. Le dolía la cabeza como si algo malo estuviera jugando con sus recuerdos. Escupió al suelo mientras tomaba su hacha y se ponía en pie.

- ¡Al menos un enemigo, levantad y a por él, maldita sea!

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12/07/2017, 21:45
Vankor Dalmuvian.

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SEGUNDO TURNO DE GUARDIA.

Se acuclilló ante el fuego.

-Bueno, por varias cosas. De un lado, Sandru, además de pariente es mi jefe. Necesita dinero para recuperar su caravana y esta es una oportunidad para él, además de hacer un favor a la señora Ameiko. Pero es que además me gusta esta vida. Nací para al aventura aunque sea un simple hombre y no tenga la bendición de mi hermano según el cual debería pensar en trabajar, tener una familia y morirme sin más aventura que la de un catarro mal curado. Me gustaría conocer a uno de esos monjes guerreros y que me enseñara. Yo... todo lo intento hacer según creo que es, pero es difícil cuando nadie te ha enseñado a hacerlo. Hay vicios y cosas que no haces bien, pero prefiero eso a una vida sin emociones. Ya sé qué es un tanto iluso de mi parte. No todo es bueno en la aventura. Hay amigos heridos, amigos que mueren, uno mismo puede morir o resultar herido, pero hay botines, tesoros ocultos, riquezas, gente nueva a la que conocer... -hizo un gesto indicando que él era una de esas personas-. Me gusta esto aunque no sea fácil y dudo que vaya a tener muchas oportunidades en mi vida de vivir algo así.

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13/07/2017, 11:00
Sandru Vhiski.

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MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

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TERCER TURNO DE GUARDIA: ÚLTIMAS HORAS DE LA MADRUGADA HASTA EL ALBA.

A pesar de la amable oferta de Vankor, el frío había calado en los huesos de Sandru y sabía que debía moverse, ya que quedarse arropado en la manta únicamente le valdría una pulmonía. Decidió que moverse y calentarse en el fuego sería mejor idea ya que había conseguido dormir al menos hasta ese momento. Mandó al pequeño de los Dalmuvian a su descanso con un cabeceo y una palmada amistosa.

Había puesto en la guardia del medio a los dos hombres cuya fortaleza era mayor en base a su edad y forma física esperando que soportaran mejor que el resto la incomodidad de partir el sueño en la noche. Parecía que no se había equivocado a ese respecto ya que los dos aparentaban estar bastante enteros.

- Aunque unas horas de descanso adicional no les vendrán mal. - Pensó el mercader mientras se sorbía los mocos.

Tras el incidente del fuego, Sandru se puso a echar humo con su pipa y las horas pasaron.

Cuando Vankor salió de su saco y escrutó la noche tras el ruido de la trampa, a Sandru le parecía que el nervioso chico había sido sobresaltado por el continuo ruido que emitía la trampa de Bevelek. Eso hasta que escrutó la noche con gesto atento y con tono serio dijo algo que heló la sangre en las venas de Sandru.

- La trampa del este. Un monstruo con garras. Armaos. -

El corazón del varisio empezó a palpitar con fuerza. Había oído las historias que describían al Monstruo del Río Empapado. Y también había oído las historias sobre viajeros desaparecidos. Un viejo y frío temor le atenazó, no por él, sino por aquellos que le acompañaban. Una reminiscencia de aquel fatídico día cuando perdió a tantos amigos... y familia...

Pero se sacudió esa sensación con un fuerte parpadeo mientras se incorporaba. Otro sentimiento le invadió, el de dar paz y descanso a todas las víctimas y familias de los desaparecidos por la mano del infame monstruo. Si es que lo era. Creía que el monstruo podía poner fin rápidamente a viajero y campesinos, pero ahora se las vería con un grupo fuertemente armado formado por hombres recios y valerosos. Sandru apretó la mandíbula. Si realmente era esa criatura, había llegado la hora de que pagara por sus desmanes. Había que arrojar algo de luz sobre la oscura noche, y la mejor opción era la gran linterna que portaba Belevek. Se preparó para dar las indicaciones precisas para iluminar el área.

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13/07/2017, 16:31
Giorgino Vhiski.

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Giorgino comenzó su guardia con la advertencia por parte de su tío y primos de que debía guardar silencio para no despertar al resto del grupo, además Serveris tampoco era la mejor compañía para parlamentar pues solía ser reservado. Al principio ambos intentaron mantener el fuego encendido, pero a Serveris no se le estaba dando muy bien y decidió dejar a Giorgino mientras él patrullaba por las cercanías.
A pesar del fuego hacía algo de frío y eso le ayudaba a mantenerse despierto, lo que peor estaba llevando era no poder hablar, el tiempo le pasaba muy lentamente y azuzar el fuego de vez en cuando era su única diversión, tampoco es que lo hiciera demasiado bien, pero lo suficiente para que se mantuviera encendido.
Al llegar la hora despertó a su primo Vankor para que los relevaran, a decir verdad estaba cansado y se dirigió directamente a su saco sin ni siquiera advertir a Serveris que su tienda se había encharcado y que no dormiría bien así.
Durmió como pudo hasta que la voz de Vankor le despertó.

-¿Que pasa primo?

Giorgino se levantó pensando que ya era hora de ponerse en marcha y se restregó los ojos intentando quitarse las legañas.
Pero al parecer si que estaba pasando algo, por lo que su primo decía un monstruo con garras se acercaba y aunque su primera intención era reírse por la broma que le quería colar, los gestos y palabras del resto del grupo hicieron que se lo tomara en serio. Abrió los ojos sorprendido y se agachó para recoger su fular de cuchillas.

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14/07/2017, 18:11
Giorgino Vhiski.

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Giorno se levantó con su fular mientras su gente rodeaba a la horrible criatura y tan rápida y sigilosa como había llegado, así murió. Nadie podía hacerles frente, eran los reyes del pantano.
Giorgino se acercó al bicho y lo miró con desagrado, era una de las cosas más feas que había visto en su vida.

-Puag... ¡Menudo bicho tan feo! Menos mal que no era peligroso...

Ni siquiera había tenido una pequeña oportunidad de demostrarlo, la paliza que se había llevado era tremenda y el chico sentía que nada podía molestarles y salir con vida.

-¿Habrá recompensa por esta cosa también? ¿Que es? ¿Alguno había visto algo así antes?

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14/07/2017, 23:50
Sandru Vhiski.

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TERCER TURNO DE GUARDIA: ÚLTIMAS HORAS DE LA MADRUGADA HASTA EL ALBA.

La rápida carrera de Sandru le llevó al lado del mayor de los Dalmuvian en medio suspiro, y con un gesto calculado usó el único fósforo alquímico que guardaba en su cinturón para prender la mecha de la gran linterna de ojo de buey que Bevelek empuñaba. Llevaba el fósforo para una emergencia ya que este tipo de objetos eran un bien preciado y caro, más arrojar luz sobre lo que fuera que acechara en la oscuridad era algo imperativo, y el mercader hubiese pagado diez veces su precio si con ello ayudaba a salvar las vidas de sus compañeros y amigos.

Lo que el repentino fogonazo reveló hizo que la boca del varisio se secara y sus miembros se tornaran pesados. Un horrible monstruo pálido y garrudo de boca imposible llena de afilados dientes los contemplaba, parpadeando con unos ojillos aviesos ante la repentina luz. ¡Era el Monstruo del Río Empapado! La descripción que había oído tantas veces no dejaba lugar a duda.

Con una palmada animó a Bevelek a salir de las proximidades del engendro que estaba peligrosamente cerca del fornido caravanero. Apartándose cuidadosamente del hostil monstruo, Bevelek otorgaba la luz necesaria para que las sombras no les molestaran.

Los compañeros de viaje no se arredraron, y el grito de furia de Kromdal resonó en la noche, mientras el hercúleo bárbaro avanzaba haciendo molinetes con su hacha, dispuesto a partir al medio al correoso monstruo. Sandru llamó su atención moviendo las manos con la aún encendida cerilla, lo cual le costó el embate de la criatura. Apenas consiguió eludir sus afiladas uñas por la mínima mientras rodaba a un lado. Pero esto dio tiempo a Kromdal a tomar el flanco del enemigo, asestándole un golpe salvaje que hizo correr sus sangre. Cuando el ser se volvió enfurecido hacia el bárbaro, Sandru vio la oportunidad que necesitaba y con un fluido movimiento desenvainó y atravesó a la caja torácica de la criatura. El efecto fue fulminante ya que cayó con un gañido, que Vankor se encargó de acallar con un furioso pisotón que acabó por romper el cuello del mítico monstruo.

Estaba hecho, habían sometido al Monstruo del Río empapado. Aunque mientras la adrenalina comenzaba a remitir, el varisio comenzó a darle vueltas a una serie de ideas inquietantes. Al menos nadie había resultado herido y eso era de agradecer. Con un movimiento rápido decapitó a la criatura.

- Tienes buen ojo Vankor, si no llegas a verlo quién sabe qué habría podido llegar a hacer esta cosa repugnante llegando hasta el campamento. La verdad es que era muy sigiloso. ¿Alguien tiene un saco? Me sé de una taberna donde esta testa dejará claro el día en que ciertos héroes de Punta Arena acabaron con las tropelías del Monstruo del Río Empapado. -

El varisio limpia el acero de su cimitarra con la ayuda de unas hierbas húmedas mientras mira a la concurrencia haciendo gestos para que vuelvan a su descanso.

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16/07/2017, 13:30
Tradición Ancestral.

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TRAS EL AMANCER.

Tras asegurarse de que el Monstruo del Río Empapado estaba muerto y bien muerto, el resto de la guardia transcurrió con tranquilidad, dentro del hecho de que muchos estaban tan nerviosos por lo ocurrido que ya no pudieron volver a pegar ojo aunque no fuera su guardia. Al menos descansaron un poco junto al fuego, mirando las llamas.

Sandru piensa en las vías de aproximación. Todo el Pantano de Tocón de Salmuera está en una cuenca rodeada por un acantilado, que es más alto e inaccesible por su extremo sur. Los accesos al pantano son los tres caminos, uno de ellos oculto (el del Sur), por el propio Río Empapado, y desde el mar en la Costa Perdida.

Desde aquí, la ruta más directa es sin duda mediante el bote, lo que obligaría a hacer dos viajes. A la vista del mapa de la bruja, también es practicable una ruta terrestre desde la aldea de los Lamesapos, aunque eso probablemente obligaría a vadear en varios momentos aguas traicioneras que puedan llegar a la altura de la cintura, con posibilidad de lampreas (según Buentocón), o de sanguijuelas de gran tamaño (según habéis podido comprobar por experiencia).

Por la mañana, antes de recoger el campamento, Kromdal prepara un copioso y reconfortante desayuno. Sin duda esto os dará fuerzas para seguir hasta primeras horas de la tarde, al menos.

Con la mañana, se hace evidente que Serveris tiene una fuerte gripe y está febril. Sandru tiene un resfriado común, molesto, pero nada a lo que no se haya enfrentado antes viajando con la caravana durante los meses de invierno. Piensa ociosamente que necesitaría un poco de ron (o brandy) con miel y limón, servido con agua caliente. Una bebida que los piratas de las Islas de los Grilletes, bastante al Sur, llaman Grog.

Existiría la posibilidad de regresar al pueblo. Sin duda Serveris no está en condiciones de combatir, aunque él afirma que sí y es el que menos quiere pensar volver. Sin duda rendirse ahora sería una deshonra para su cógido de guerrero o Yojimbo.

Lo cierto es que estáis muy cerca y que si os retiráis ahora, esta infernal noche no habrá servido de nada. En bote, incluso teniendo que hacer dos viajes, es probable que estéis todos reunidos ante la entrada de la cueva en cosa de una hora, aproximadamente.

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16/07/2017, 17:13
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

TERCER TURNO DE GUARDIA: ÚLTIMAS HORAS DE LA MADRUGADA HASTA EL ALBA.

Giorgino miró con aprobación a su tío decapitando a la horrible criatura. A él le hubiera gustado más llevarsela entera pero claro eso no era posible...

Si estuviéramos en el camino y pudiéramos meterla en uno de los carros...

En cualquier caso la sola visión de la cabeza era suficientemente espantosa para dar una idea de como sería el resto del cuerpo.

-Tito, ¿Crees que este era el mosntruo del Río Empapado? ¡Mira Bevelek! Ahora ya no hay monstruo, ya podrás estar más relajado jajaja. Y supongo que eso significa que nos espera una cueva llena de tesoros y sin monstruos. ¿O creéis que habrá más?

La verdad es que le daba un poco igual, visto lo visto eran capaces de terminar con unos cuantos monstruos de esos más sin problemas y llenar la posada de la señorita Ameiko de cabezas espantosas. Y eso que su tío estaba algo constipado y Serveris visiblemente malo. Se acercó a su amigo y le pasó el brazo por detrás de la espalda.

-No te preocupes Serveris, pronto estaremos de vuelta y la señorita Ameiko te preparará una sopa caliente, yo le diré lo bien que has combatido. Pero tienes que aprender a montar mejor una tienda, mira esto, es un desastre... Deja que te ayude a desmontarla, si quieres puedes descansar un poco, seguro que habrás dormido mal. ¡Ah y una cosa importante! -Giorgino se acercó al Tien y le susurró algo.- Prométeme que has aprendido algo de los varisios y que no piensas clavarte un cuchillo, convertirte en un esqueleto y después atacarme.

Giorgino seguía dándole vueltas a aquel asunto, no entendía porqué un guerrero hacía eso, los guerreros debían luchar hasta el final o si no escapar y luchar otro día como habían hecho su tío y sus primos cuando los goblins les habían pillado por sorpresa, si hubieran sido Tiens no hubieran conseguido todo aquello.

-¿Bueno como pensáis que llegaremos mejor a la cueva? Yo prefiero ir con el bote, es la opción mas rápida ¿Verdad Tito?

Le había cogido el gusto a "navegar", no podía negarlo. Sonrió imaginando cuando le contara a Petunia todas sus aventuras en el pantano y como habían surcado las peligrosas aguas con gran valentía.

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16/07/2017, 17:47
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DEL NAUFRAGIO DEL "KAIJITSU FLORECIENTE".

TERCER TURNO DE GUARDIA: ÚLTIMAS HORAS DE LA MADRUGADA HASTA EL ALBA.

La horrible noche había acabado y seguía vivo, había estado cara a cara con la muerte y seguía vivo además de tener suficientes aventuras para el resto de su vida. Por desgracia el viaje estaba a medias y todavía no había terminado con sus andanzas por aquel pantano. En cierto modo estaba tranquilo habían combatido contra todos los peligros que les podían haber arrojado y pese a ello habían logrado seguir vivos y casi intactos, al menos de daños físicos, pues Bevelek siempre recordaría el momento en el que encendió su linterna de ojo de buey y vio a escasos centímetros de él la horrible cara del Monstruo del Río Empapado. Estaba seguro de que esa imagen le perseguiría hasta el fin de sus días y le era complicado no cerrar los ojos y visualizarlo.

Oh yo estoy muy tranquilo primo, totalmente tranquilo, tranquilísimo. No debe quedar ningún más en este condenado pantano que pueda intentar atacarnos, si no he muerto ya no creo que pueda hacerlo.

Serveris tenía mal aspecto, la noche le había pasado factura y Bevelek temía que el chico pudiera ir a peor, por eso se acercó a él tendiéndole su linterna de ojo de buey.

Puedes tenerla hasta que volvamos a Puntarena, si la enciendes y la mantienes cerca te calentará algo y quizás eso te evite algo de malestar. Sé que eres un tipo duro y no hace falta que te lo diga, pero aguanta que ya queda poco para que terminemos con este viaje y volvamos a que te echen un ojo y te den algo de medicina.

Dicho eso se centró en el problema principal que les ocupaba, para terminar el viaje debían continuarlo primero y eso no era fácil de llevar a cabo. La opción que parecía más sensata era repetir los viajes en el bote en dos grupos y trasladarse hacia las cuevas. Casi todas las partes del cuerpo de Bevelek le pedían darse la vuelta y dar aquella expedición por fracasada, lo importante era haberlo intentado y lo habían hecho, pero no habían encontrado nada. sin embargo sabía que eso no calaría bien entre su grupo así que se limitó a ser práctico.

Sí, por una vez en la vida lo que dice Giorgino parece ser lo acertado, creo que el bote es lo mejor. Hacemos dos turnos como la otra vez y vamos a esas dichosas cuevas de una vez por todas.

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16/07/2017, 19:48
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

MADRUGADA DEL DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), OCHO DE ABADIO; AL DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

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Mi guardia terminó después de haber estado distraído todo el tiempo, sumido en cavilaciones acerca de mis antepasados y mi lugar en esta historia. Ni siquiera pude mantener un buen fuego y si no fuese por Giorgino, solo hubiésemos tenido cenizas para el turno siguiente. No he sido mucho aporte en ese aspecto, supongo que no estaba en mi mejor momento.

Lo peor vino cuando intenté dormir y mi tienda se inundó al situarla en un mal lugar. Dormido, agotado, no noté como el agua pantanosa ingresaba y no desperté hasta estar completamente empapado. Solo me despertaron los gritos de que algo estaba atacando el campamento, pero mi cuerpo tiritaba con tanta fuerza que me costó mucho ponerme de pie. La manta que me cubría estaba pesada por el agua en ella y cada movimiento me exponía a más de esa agua negra y congelada.

Conseguí pararme, tomar mis armas y salir de la tienda, solo para ver como el monstruo ya había sido asesinado. Le miro pero mi visión borrosa solo me muestra a una criatura deforme que parece vagamente un humano. Me pregunto si esa cosa alguna vez fue una persona.

"Quizás en este pantano se esconden destinos peor que la muerte y eso motivo al seppuku a esos guerreros."

Pero no tengo cabeza para concentrarme en ello ahora. Las horas que quedan antes del alba las utilizo en desmotar mi tienda y poner a secar mis cosas en el fuego. Giorgino me ayuda en ello y le agradezco en silencio. Solo respondo a su pregunta final, con tono gracioso:

 - "No te preocupes, no tengo un señor al que servir ni una familia que honrar, así que no tengo motivo para matarme. Supongo que es el único beneficio de ser un ronin."

Claro, hasta que encuentre un señor al que servir. No puedo esperar tenerlo todo si recién estoy comenzando mi camino. 

La noche pasa en calma después de eso y utilizo el calor del fuego para intentar disminuir mis molestias, aunque es una buena gripe la que he tomado y no hay mucho que pueda hacer ahora, aunque me niego rotundamente a volver sin haber completado nuestro viaje.

Bevelek me tiende su ojo de Buey, para mantenerme caliente e iluminarme. Le agradezco con un gesto pues me será de ayuda y portando la luz podré ser de más ayuda que en cualquier otra acción, considerando mi estado.

Cuando las opciones se plantean, doy mi voto:

 - "Deberíamos ir en el bote. Será más directo y más seguro para todos."

Así también podré descansar un poco y caminar menos, lo que me dará más oportunidades para cuando lleguemos a esas cuevas, donde quizás nos encontremos con peligros y enemigos, para lo que debo guardar todas las fuerzas que me quedan y no desperdiciar nada.

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16/07/2017, 22:54
Tradición Ancestral.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DE LA CUEVA JUNTO AL ACANTILADO SUR.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Tras el desayuno, el grupo se organiza en dos tandas para llevar el bote hasta la cueva. En un primer viaje van Bevelek, Giorgino, Sandru, y Vankor.

Giorgino y Bevelek se quedan solos (el primero visiblemente entusiasmado, el segundo visiblemente acongojado) ante la entrada de la caverna.

Sandru y Vankor regresan a las cercanías del "Kaijitsu Floreciente", donde recogen a Kromdal y Serveris. Casi una hora después regresan, encontrando a Giorgino y a Bevelek justo donde los han dejado, ambos impacientes, aunque por distintos motivos.

Un acantilado de quince metros de altura se alza en la frontera sur del pantano, con su pared cubierta de rocas prominentes y enredaderas de ortigas de un verde brillante. Una cortina de dichas enredaderas oculta parcialmente la boca de una cueva en la base del acantilado.

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16/07/2017, 23:34
Sandru Vhiski.

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DÍA DEL BIENESTAR, NUEVE DE ABADIO.

PANTANO DE TOCÓN DE SALMUERA, INMEDIACIONES DE LA CUEVA JUNTO AL ACANTILADO SUR.

PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

Tras guardar la horrible cabeza del monstruo en un saco, Sandru palmea algunos hombros y echa una mano al pobre Serveris a calentarse al lado del fuego en lo que resta de guardia. Le ofrece unos sorbos de brandy, que si bien no lo curarían, esperaba lo ayudaran a mejorar su estado general.

Sus propios pensamientos son algo más negros mientras las horas hasta el amanecer transcurren. Realmente nadie sabía si el Monstruo del Río Empapado era una sola de esas criaturas. Diferentes avistamientos de criaturas con el mismo aspecto podrían hacer que se creyeran a salvo y otras criaturas del mismo tipo podrían rondar por ahí. Ese pensamiento le mantuvo bien despierto en lo que quedaba de guardia, si bien se abstuvo de comentarlo con el resto. No quería amargarles el momento de gloria.

Después del desayuno, y una corta y unánime deliberación, decidieron usar el bote para llegar al lugar donde se encontraban marcadas las cuevas en el mapa, al final de la corriente que iba hacia el sur. A las preguntas de su sobrino, el mercader se encogió de hombros.

- Quién sabe Giorgio, a lo peor este desgraciado come nalgas tenía familia. Hasta un monstruo feucho como éste podría encontrara a alguien, ya sabes. Todos lo hacen menos tu viejo tío, jo, jo, jo.

En todo caso, no nos olvidemos de los esqueletos. Un nutrido grupo atemorizó la ladea de los Lamesapos. Y me preocupa que algo peor pueda liderarlos... En todo caso, lo veremos en las cuevas. -

Tras el tranquilo viaje en dos tiempos con el bote, el grupo de valientes se encuentra ante la ligera cuesta que lleva a la entrada de la cueva. Parece una bostezante boca enmarcada en el verdor de la pared del acantilado, y su aspecto no es nada atrayente. El varisio señala la entrada de la cueva.

- Será mejor cortar esa enredaderas de ortigas o alguien podría pincharse. No es nada agradable. Si puedes hacer los honores, Kromdal...

Inspeccionaré la entrada de la cueva. Veré si el terreno es seguro y volveré a buscaros. No tardaré más de un minuto. Si pasa más tiempo, sospechad que algo me ha podido pasar y que de seguir vivo, necesito vuestra ayuda. -

Sandru prepara su antorcha mágica en su mano izquierda preparado para echar un vistazo  a la entrada de la cueva y volver a informar a sus arrojados amigos.

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17/07/2017, 05:51
Giorgino Vhiski.

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PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

-Claro que no primo Bevelek, nadie se va a morir, no hay nada en este pantano que pueda hacernos daño, ya lo has visto.

Le gustaba aquel cambio de actitud tan positiva en su primo y además asintió orgulloso cuando al poco le dio la razón sobre viajar en barca, apreciaba mucho esas palabras de su primo. Por otro lado algunas de las palabras que usaba Serveris le resultaban extrañas.

-¿Un ronin? Pensé que eras un Tien Serveris. En cualquier caso me alegra saber que no vas a clavarte ningún cuchillo. ¿Sabes? Podrías servir a mi tío, siempre necesita gente para sus caravanas y estoy seguro que le estás demostrando que puede confiar en ti.

Eso estaría bastante bien, Serveris no era demasiado hablador pero era buena gente y podría serles de mucha ayuda en un viaje, sobre todo si algún goblin o bandido se atrevía a meterse con ellos.

-Pues si hay más como este llenaremos la posada con sus cabezas tío. También nos encargaremos de los esqueletos, para que los antepasados de la señorita Ameiko y de Serveris descansen en paz.

No dijo nada sobre la broma que Sandru había hecho sobre si mismo y no haber formado una familia aún, sufría en silencio la situación de su tío pero estaba seguro que en breve cambiaría.

Cuando recuperemos el tesoro de los Tien todo irá mejor.

Finalmente Giorgino pudo disfrutar de otro paseo en barca y cada vez tenían más pericia moviéndose con ella de un lado a otro del pantano, además parecía el método más rápido y seguro para hacerlo.

-La próxima vez tenemos que buscar una barca más grande donde entremos todos, así no habrá que dar tantos viajes. Os esperamos aquí.

Giorgino saltó a tierra firme junto a Bevelek dejando que Sandru y Vankor regresaran a por Kromdal y Serveris. Aprovechó para dar un pequeño vistazo a su alrededor y poner a prueba el estado de ánimo tan positivo de Bevelek.

-Primo. Podríamos echar un vistazo a la cueva. ¿Que te parece? Solo asomamos la cabeza un poco, por hacer algo mientras vuelven...

Bevelek no estaba por la labor, así que ambos esperaron al regreso del resto del grupo. Sandru pronto organizó una pequeña exploración y de nuevo su tío no contaba con él para ello.

-Tío, ¿Puedo acompañarte? Seré muy discreto y silencioso.

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17/07/2017, 12:00
Kromdal.

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DEL ALBA A LAS PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.


Propiedad Transitiva, tras dar el hachazo al monstruo, no lo había dudado: había observado como el jefe, Sandru, cortaba la cabeza del bicho, (de verdad, odiaba a esos engendros), y tras asentir con un murmullo intelegible, había vuelto a tenderse a dormir.

No había sido sino tras preparar y disfrutar del desayuno que había recuperado su buen humor, y se había mostrado más que dispuesto a esperar "cuidando" del enfermo Severis, a que llegaran nuevamente con el bote.

- Así que de niñera- miró a Severis para luego reír de forma desaforada y algo absurda- Vale, no hay problema. Creo que podremos soportarnos mutuamente. Y buena idea lo de cortar la cabeza del bicho éste, jefe. Que hay que fardar y demostrar de lo que estamos hechos.

Más tarde, ya en la entrada de la cueva, cortó las plantas que tapaban la apertura, aunque miró con cierta prevención a Sandru.

- Eres el jefe, pero no creo que debiéramos quedarnos tan alejados. Si hay problemas, y te pillan solo, u os pillan solos a dos, podéis veros en aprietos.