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MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, VEINTIOCHO DE ABADIO.

OREJA DE LOBO, VARISIA.

AL ANOCHECER.

Giorgino escuchaba a su abuela y los relatos de los licántropos con mucho interés y lo que decía Koya no le estaba gustando mucho, incluso parecía perder un poco de interés en la visita a la ciudad. Tragó saliva cuando su abuela confesó que le sería muy doloroso matarle.

-Pero abuela... ¿Tu no me matarías verdad? Chicos, si me convierto en un Giorgino-lobo os prometo que me iré lejos para no haceros daño. ¿Y solo se transforman en luna llena? -El chico comenzó a mirar el cielo en busca de la luna con desesperación.

Que no esté llena, que no esté llena, que no esté llena...

Con un suspiro recibió la visión de una luna que ya había dejado de estar en su plenitud, eso le aliviaba un poco, aunque para ser prudentes sería mejor tomar una serie de medidas. Se desabrochó la bolsa que llevaba atada al cinturón.

-Creo que por si acaso... Deberíamos rodear el campamento con monedas de plata, así si viene un hombre lobo no entrará. ¿Que os parece mi idea?

Giorgino sonrió a todos esperando agradecimientos por tener una idea tan genial que les iba a proteger y salvar la vida si un hombre lobo se acercaba.
Lo de ser cazador de hombres lobo sonaba interesante, pero ser carretero era mucho mejor y menos peligroso así que ni siquiera se planteó un cambio de profesión.

-Abuela. ¿Y hay mujeres lobo? -Siempre había escuchado lo de los hombres lobo, pero nunca de mujeres. ¿Acaso no les afectaba la maldición? De haber mujeres lobo quizás podía replantearse lo de convertirse en cazador.- Nunca escuché de mujeres lobo. En todo caso llevando monedas de plata encima estaremos a salvo si vamos al pueblo ¿Verdad abuela?

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

La caravana acampa en las afueras de Oreja de Lobo, y a la mañana siguiente Sandru les organiza para comerciar.

Los habitantes del lugar no parecen muy habladores, y en algunos casos se muestras hoscos, pero no hostiles.

Después de una comida ligera, el grupo se pone de nuevo en marcha y continúa su camino hasta el siguiente destino: Pantano del Cuervo. Tras avanzar el resto de la jornada, y tras dos días más de viaje interrumpido solamente para dormir, la caravana por fin atisba Pantano del Cuervo a mediodía del primer día de Calistril. Parece que llegan a tiempo para la comida.

Pantano del Cuervo está situado justo al este del tramo más septentrional de Churlwood, a lo largo de la carretera torcida del Río Lámpara Negra. Es un lugar aislado al que apenas acude gente. Se encuentra a medio camino entre el Lago Ember y la meseta de Storval, en Varisia central. Al Sur y al Este de la aldea hay senderos por tierra que conectan con las comunidades cercanas: Oreja de Lobo, de donde proviene la caravana, y la Ensenada de Roderic.

En la ladera superior del río la tierra se convierte en un desierto desolado y salvaje desde las colinas de Churchain hasta las Escaleras de Storval.

El nombre de la aldea proviene de la gran cantidad de bandadas de cuervos que anidan en los páramos circundantes.

La aldea es pequeña, con menos de una docena de edificios haciendo las veces de centro de la ciudad. La mayor parte de la población se concentra en desordenadas y destartaladas granjas alrededor de dichos edificios.

Los lugareños os reciben con efusividad, y se muestran muy dispuestos a comerciar. Las granjas de alrededor les proveen de excelentes viñedos, y tanto sus uvas como su vino son famosos hasta en la lejana ciudad de Korvosa.

En la aldea hay también una posada bastante conocida: El Corcho Flotante, de la que se cuenta que tiene ese nombre porque una vez estuvo flotando en las aguas del río Lámpara Negra debido a una inundación.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

- Pffff.

La cocinera alcanza la cabeza de la caravana, desde la que se ve el pueblo, y emite un sonido bastante parecido al piafar de un caballo mientras pone sus brazos en jarras.

- Qué tranquilidad. Parece mentira que sea la misma aldea que hace un año. 

Casi podría decirse que desaprueba tanta calma.

- Bueno, así podremos hacer una parada rápida para comerciar y descansar, con suerte sin contratiempos.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

La noche que pasaron en oreja de Lobo no fue especialmente buena para él, Bevelek tenía una gran imaginación y eso no había ayudado para nada. Por suerte a la mañana siguiente las trampas que había colocado estaban vacías. Eso y la luz del día le ayudó a tranquilizarse y a continuar con el viaje cargado de normalidad. Una mala noche se olvidaba pronto, de eso estaba seguro pues tenía experiencia en ellas.

El nuevo destino les esperaba y Bevelek estaba contento de encontrarse algo más lejos de Oreja de Lobo y de las truculentas historias que Koya le podía contar. Pantano del Cuervo parecía un lugar tranquilo y animado, mejor que los últimos en los que habían descansado. Todo parecía muy bonito hasta que la cocinera abrió la boca para sembrar la duda en la cabeza del varisio.

—¿Qué pasaba aquí hace un año? ¿No era esto tan tranquilo y apacible?

El primer pensamiento que pasó por la cabeza del carretero fue el de tener cerca su ballesta, por lo que pudiera pasar, sin embargo fingió normalidad mientras esperaba la respuesta de la mujer.

Mitad del invierno del año 4708 RA.
Día del Fuego, primero de Calistril.
Pantano del Cuervo (Ravenmoor), Varisia.
Mediodía.
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Hasta ahora no habían tenido más problemas que el frío y alguna cara disgustada entre amigos y desconocidos. Las paradas resultaron tranquilas, en donde pudo agenciarse de un buen mapa y charla variada en la primera. Galduria era una buena urbe de la que disfrutaría en otro momento, pero compartía la idea de pararse lo imprescindible para abastecerse y hacer algo de comercio.

Oreja de Lobo fue otro asunto más... peliagudo. Koya estaba dispuesta a meter miedo en el cuerpo, y lo cierto fue que tardó más de lo acostumbrado en quedarse dormida por una preocupación más que real. Si sólo con parte de la verdad estaba más de uno con los nervios crispados, ¿hubiera sido adecuado asustarlos más? Las historias eran eso, historias; y más valía que todos actuasen con cierta prudencia en vez de dejarse llevar por una entonación adecuada y la penumbra de una buena hoguera. No era de extrañar el carácter arisco de los lugareños con tanto relato teñido de maldición y sangre, más que cansados de ser observados con suspicacia.

- No sería adecuado, Giorgino. Si alguien se equivoca resultaría sospechoso -¿Che Li? Sus ocurrencias eran tremendas-. Seamos discretos, y si alguien nos reconoce por cuenta propia que así sea. No vayamos dejando pistas como que soy dueña de una posada, ¿comprendes?

Cierto que lo miró en todo momento con una amable sonrisa, pero su tono era claro para cualquiera que la escuchara. Con aquel inciso, y el sencillo relato de una caravana comercial recorriendo “pastos más verdes”, esperaba que no se sumaran más problemas de los esperados.

Parecía que Desna escuchaba las preocupaciones que albergaba y tras dos días tranquilos se vislumbró Pantano del Cuervo a lo lejos. El comentario de Yukiya retuvo su atención, pues allí no había cuentos para asustar a los niños; sólo intuía caras emocionadas con la idea de un buen comercio. Recordó que el pequeño pueblo tenía una taberna conocida, El Corcho Flotante; y a parte de una parada obligatoria para el viajero común, creía que el renombre también podría deberse al buen vino que la zona ofrecía. Seguro que Sandru había tomado buena nota de ello. 

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DÍA DE LA LUNA, VEINTIOCHO DE ABADIO.

OREJA DE LOBO, VARISIA.

AL ANOCHECER.

- No me gustaría hacerlo, claro que no. Pero hay que tener una fuerza de voluntad muy fuerte. No sólo se transforman en luna llena. En su vida diaria, entre lunas llenas, pueden transformarse por otras causas. Si se enfadan, son golpeados, se ven en peligro inminente. Incluso se dice que algunos cambian a su antojo, los más longevos y que ya dominan un poco la maldición.- Koya tuco que contenerse para no soltar una carcajada cínica ante la propuesta de Giorgino de plantar monedas de plata alrededor del campamento. El pobre era tan inocente que no contaba con la vileza de los hombres.- Si hiciéramos eso al día siguiente el campamento aparecería masacrado por los hombres-lobo y algún miembro de la caravana se habría hecho rico.- Dijo sin mirar a nadie aunque en su cabeza pensaba en alguno de los nuevos integrantes de la caravana.- ¡Claro que hay mujeres-lobo! ¿No he contado ya la historia?- Preguntó como si  acabara de contarla y no se acordara.-Mucho más peligrosas que los hombres, ¿sabes? Con sus armas de mujer embaucan a jóvenes inocentones como tú incluso en su forma humana, y luego los devoran a placer cuando se transforman.- Pellizcó las mejillas de su nieto delante de todos.- Tú eres muy tierno y apetecible. Yo por supuesto que no voy a visitar Oreja de Lobo.  Ya soy muy mayor como para que me contagien una maldición así. Además, yo como licántropa seguro que sería mala, muy mala.

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DÍA DE LA LUNA, VEINTIOCHO DE ABADIO.

OREJA DE LOBO, VARISIA.

AL ANOCHECER.

Las historias que cuenta Koya acerca de la maldición de la licantropía son terroríficas y el asunto de quedar maldito con aquel asunto es algo muy feo, una tragedia para todos. Me imagino que cualquiera se contagiara y acabar devorando al resto pero, mucho peor, me imagino que me contagiase yo y matase a todos sin poder controlarme, solo viendo al final la sangre en mis manos y los cuerpos en el suelo. La idea es horrible. Esa noche duermo poco, con intranquilos sueños de fauces caninas devorando carne humana entre gritos de personas.

Lo bueno es que no nos quedamos aquí mucho tiempo y nuestro viaje puede continuar sin más demora. Este pueblo no me interesó ver más allá de lo obvio.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

Ahora llegamos a Pantano del Cuervo, un pueblo donde la gente nos recibe de forma mucho más efusiva y eso me da gusto. Aquí podemos comerciar tranquilos, e incluso visitar la posada local, un lugar llamado El Corcho Flotante, donde me imagino que deben servir un muy buen vino a juzgar por los viñedos que las granjas de alrededor poseen. Me imagino que la producción debe ser abundante y espero que de muy buena calidad pues planeo probar un poco.

Pero una de nuestras cocineras parece conocer este lugar antiguamente y lo que dice es algo extraño que debería aclarar. Me sumo a la pregunta de Bevelek pues no es una duda con la que desee quedarme:

 - "Sí. ¿Qué sucedió acá en ese tiempo?"

No sabía si podría haber sido alguna clase de batalla o quizás era solo un tipo de festividad y se refería a la poca gente que vemos ahora pues falta quienes fueron atraídos por la celebración. Sea como sea, no saco nada con especular por mí mismo y mejor escucho la respuesta que tiene para darnos pues es eso lo que deseo oír.

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DÍA DE LA LUNA, VEINTIOCHO DE ABADIO.

OREJA DE LOBO, VARISIA.

AL ANOCHECER.

-Está bien Señortia Ameiko. -En la voz de Giorgino no se pudo disimular cierta decepción porque su plan no iba a ser utilizado. En parte no solo le parecía buena idea para ocultar la identidad de la joven, también le gustaba la idea de ver a Ameiko y Sandru como pareja.- No le diremos a nadie que tiene una posada y trataremos de ser discretos.

Ya nunca podrían cantar la canción que se habían inventado. Solo esperaba que aquel rechazo a usar su plan no fuera también en parte un rechazo a su tío.
Las historias de hombres y mujeres lobo hicieron que aquellas cosas se le olvidaran, entre todos estaban haciendo de aquella una noche terrorífica.

-Tú tienes mucha fuerza de voluntad abuela, seguro que no nos comías a ninguno. -Y ya que su idea de rodear el campamento de monedas no parecía tener aceptación al menos decidió una cosa en base a la información sobre las mujeres lobo.- ¿Sabéis? No me apetece ir a Oreja de Lobo, estoy muy cansado del viaje, me quedaré en el campamento.

Había hecho planes para visitar el pueblo y seguir conociendo más gente, sobre todo bellas señoritas, pero ante el peligro de dar con alguna mujer lobo que terminara cenándoselo era mejor quedarse allí entre los suyos, el camino era largo y habría más pueblos en la ruta.

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DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

Y el siguiente pueblo no tardó en llegar, es al menos no parecía peligroso, solo con algunos cuervos por allí, pero eso no le preocupaba mucho al muchacho. Pero como el resto de sus compañeros se quedó muy intrigado por las palabras de la cocinera.

-Eso Yukiya, cuéntanos que pasó aquí hace un año. Espero que no haya mujeres cuervos que se coman a los hombres aquí también.

A este paso iba a terminar pensando que Petunia había sido su última y única oportunidad de conocer el amor.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

Las historias de Koya sobre los hombres lobo habían conseguido lo imposible: Dejar a Giorgino en la caravana sin deseos de salir a meterse en problemas, es más le habían tenido un rato callado. Sin duda Desna estaba de parte de su madre.

Al dejar atrás Oreja de Lobo, Sandru suspiró aliviado. Era un lugar plagado de leyendas y aunque había hecho un buen negocio comerciando, no se quedaría allí más tiempo del necesario. No había conseguido más que algunos barriles de cerveza en Oreja de Lobo y eso en un pueblo vinatero como Pantano del Cuervo le haría sacar no demasiados beneficios sospechaba. Aún así esperaba conseguir algo de ese famoso vino para comerciar en la siguiente etapa del viaje.

Mientras preparaban el campamento la más joven de las cocineras, Yukiya comenta algo sobre la tranquilidad del pueblo haciendo referencia a algo que acaeció hace un año. Sandru se pregunta a qué se referirá la joven, que ya ha sido interpelada al respecto por algunos miembros de la caravana.

– La gente de aquí es amable, pero a los cuervos les gustan las cosas brillantes Giorgio. Mantén tu espléndida bisutería varisia  lejos de la vista si no quieres que vengan a picotearte los cuervos ladronzuelos, jo, jo, jo. –

Sandru saluda a los paisanos que se acercan con la promesa de comerciar en la mañana. Tras eso anima a Ameiko a tocar alguna animada melodía para hacer que la gente tenga claro que una caravana ha llegado a la villa.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

Yukiya parecía satisfecha con la atención conseguida con su comentario. 

- Hace un año, si te asomabas desde esta misma colina, podías ver los estragos que causaban los continuos ataques de goblins. Pero eso no fue lo peor. Hubo otra criatura que sembró el pánico durante un tiempo. Un espantapájaros. Sí, sí. Como lo oís. Uno poseído. Ahora da la sensación de que hace meses que viven tranquilos. 

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DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

-¿Cuervos ladronzuelos tito? ¡Pues que no se atrevan a coger mis cosas o sabrán lo que es un varisio enfadado!

No estaba dispuesto a dejarse robar lo que había ganado a base de trabajo y riesgo en las aventuras, además no creía que nadie se atreviera, eran un nutrido grupo en la caravana con hombres expertos en mil y una luchas, habría que ser un insensato.
La historia de Yukiya le llamó la atención, no por los goblins que eran una auténtica plaga, sobre todo por lo del espantapájaros, eso le provocó un escalofrío.

-¿Un espantapájaros poseído? Menos mal que nosotros no somos cuervos asustadizos ¿Verdad? -No lo decía muy convencido, no le gustaría encontrarse con aquella cosa.- Si el pueblo está tranquilo mejor, será bueno para nuestros negocios. Tito ¿Quieres que me acerque al pueblo a anunciar nuestra llegada?

Allí no había hombres lobos ni mujeres lobos a los que temer y los pequeños ladronzuelos no le asustaban. Si además no había ni goblins ni espantapájaros encantados la zona podía considerarse segura, echar un vistazo no haría daño a nadie.

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DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

Tras algo más de dos días de viaje la caravana llega a Ensenada de Roderic.

Situada en el Golfo de Varisia en la desembocadura del Río Chavali, la Ensenada de Roderic es un pequeño pueblo que sirve como un destino alternativo para mercaderes demasiado nerviosos para atracar en el puerto controlado por los piratas de Puerto Enigma.

Fue fundada hace unas siete décadas como parte de una oleada de emigrantes que marchaban de la ciudad de Magnimar, liderados por el famoso bucanero Sir Roderic. Buscando un estilo de vida menor y menos estructurado, fundaron comunidades como Puerto Enigma y la Ensenada de Roderic. Muchos de esos asentamientos no sobrevivieron, cayendo presa de criaturas nativas o de los incontables rigores de la vida en la frontera. A pesar de los ataques de bandidos y goblins del Bosque de Churl, por no mencionar los incontables ataques de piratas, el pueblo floreció. Hará aproximadamente diez años, los capitanes piratas de Puerto Enigma decidieron finalmente que la Ensenada de Roderic era demasiado jugosa como para no apoderarse de ella, así que tomaron el control de la población bajo la esfera de influencia de Puerto Enigma.

Sandru prefiere comerciar rápido y lo mínimo imprescindible en Ensenada de Roderic, y antes de llegar ya ha comentado con el resto de integrantes de la caravana sus intenciones de evitar a toda costa Puerto Enigma. La caravana sería un objetivo demasiado suculento para cualquiera de las bandas locales, y es mejor evitar llamar la atención.

Además, la mañana que la caravana comienza el último tramo de viaje, justo antes de llegar a Ensenada de Roderic, Koya despierta con un grito que asusta a todos los componentes del grupo. Cuando se le pregunta, la anciana sólo contesta que visitar Puerto Enigma podría tener oscuras y fatales consecuencias.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

La rápida carrera de Sandru le lleva directo a la fuente del grito, y tras constatar que Koya se encuentra bien, decide hacer un alto en el camino en orden de poner en común ciertas pautas.

– Necio es quien consulta un adivino y decide no hacerle caso, Desna no lo vería con buenos ojos.

Yo digo que Koya ha recibido un augurio y sería tonto ignorarlo. Si ella dice que evitemos Puerto Enigma, a niveles logísticos no hay demasiados problemas para mi. Acabamos de aprovisionarnos y las mercancía que acarreamos no son perecederas de manera inmediata. Es más podemos reabastecernos en la Ensenada de Roderic para no necesitar pasar por Puerto Enigma. –

El mercader hace una mueca al hablar de esa manera, ya que para tener suficiente provisiones para un viaje tan largo deberían prescindir de acarrear mercancías, al menos hasta que estuvieran de vuelta del Castillo.

– No obstante querría oír vuestra opinión al respecto sobre la siguiente etapa tras la parada en la Ensenada. Sí os advierto que hay unos nueve días de viaje desde la Ensenada hasta el Castillo del Muro de Salmuera, y que para cruzar el río Velashu deberíamos remontar su cauce hacia el norte en busca de un paso franco para carros y bestias. ¿Y bien? –

Sandru saca su vieja pipa de espuma de mar y la manosea nerviosamente, dejándola colgar de su boca ocasionalmente mientras observa a la concurrencia, pero sin llegar a encenderla en ningún momento.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

Los piratas y bandidos tenían una clara diferencia respecto a los hombres lobo y es que eran más reales. Bevelek se había cruzado con bandidos en sus días en la caravana, generalmente los encuentros nunca se habían saldado con problemas pues al ver que eran una caravana capaz de defenderse les dejaban pasar de largo. Su ballesta había ayudado a disuadir a varios de esos delincuentes, pero aquello era diferente. Estaban al lado de la boca del lobo y eso sumaba el riesgo de recibir una dentellada.

Un grito llamó su atención en la mañana, provenía del carro de Koya y tan rápido como fue capaz se plantó allí ballesta en mano buscando al o la causante del grito. Para su suerte aquello no fue producido por ningún intruso, cosa que tranquilizó al varisio y no pudo más que apoyar las palabras de la anciana que a sus oídos parecían recitadas por la mismísima Desna.

—Hay que escuchar a Koya, ella es muy sabia. Tendríamos que evitar entrar, es correr un riesgo innecesario.

Él era un mandado, pero dejar su opinión nunca estaba de más y confiaba en que la idea calara entre los miembros de la caravana por si alguno tenía una idea diferente. Tras eso el Jefe Sandru se dispuso a compartir sus opiniones para que de forma conjunta tomaran una decisión.

—Por mi parte está bien, somos profesionales y podremos hacerlo.

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DÍA DE LA LUNA, VEINTIOCHO DE ABADIO.

OREJA DE LOBO, VARISIA.

AL ANOCHECER.

Kelsier escuchó con suma atención los relatos de la vieja Koya sobre los licántropos, mitad humanos, mitad lobos. Seres que durante las lunas llenas se transformaban en bestias sedientas de sangre y devoraban a todo lo que encontraban, incluido a sus seres queridos al ser incapaces de reconocerlos. Era sin duda una maldición terrible y un peligro a tener en cuenta.

¡Plata! ¡Eso era!, exclamó mentalmente a la que chasqueó los dedos cuando la sacerdotisa de Desna lo mencionó, haciendo recordar los cuentos sobre monstruos que le contara en su niñez su madre y su tía Clara.

Las advertencias de Ameiko para evitar su identidad hicieron que el muchacho cayese en la cuenta de que la señorita Kaijitsu realizaba un viaje secreto. Enemigos de su familia podían estar involucrados entre los probables adversarios y oponentes para evitar que llegaran a su destino. El secreto y el anonimato debían ser aliados de los viajeros. Asintió con la cabeza ante la tien mientras esta parecía intentar inculcar al flechaperdida y lenguasuelta de Giorgino al respecto. Pero resultaba un buen aviso para absolutamente todos.

Resultó sorprendente y divertido ver a Giorgino amedrentado ante la idea de encontrar mujeres-lobo que lo devoraran, en el sentido estricto de la palabra y no el figurado y deseado por él, logrando que se quedara en el campamento sin visitar Oreja de Lobo. Tal vez fuera lo mejor.

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DÍA DEL FUEGO, PRIMERO DE CALISTRIL.

PANTANO DEL CUERVO (RAVENMOOR), VARISIA.

MEDIODÍA.

Habiendo dejado Oreja de Lobo hará tres días sin problema alguno con los lobos a excepción de sus frecuentes aullidos nocturnos, la caravana llegó a los lindes del Pantano del Cuervo. El lugar se le antojó desastrado y parcialmente desolador comparándolo con las localidades anteriores o con Puntarena.

El joven había salido con ilusión de la bonita ciudad costera, dispuesto a ver mundo y la verdad, debía admitir, el mundo con frecuencia no era algo bonito. No obstante los curiosos ojos del muchacho lo absorbían todo. Ya fueran paisajes feos y yermos, o campiñas verdes y hermosas. El explorador comprendía las diversas formas de la naturaleza, sus diversas orografías y la transformación de ellas bajo la mano de variadas razas. Era algo que entendía y asumía, independientemente que le gustara más o menos.

Las gentes de Pantano del Cuervo no hacían gala de carácter acorde a su entorno. Abiertos y amistosos, recibieron a la caravana excelentemente. Muy distintos de los hoscos y cerrados habitantes de Oreja de Lobo.

El relato de Yukiya, la cocinera, explicando la situación del lugar hará un año, atenazado por un monstruo en forma de espantapájaros y de incursiones goblins, hicieron que el explorador frunciera el ceño y escupiera al suelo.

Odio a los goblins, dijo mentalmente mientras su mano aferró con fuerza la empuñadura de su arco y sus ojos durante unos instantes se fruncieron, forzando la vista y tratando de buscar pieles verdes por los alrededores como posibles objetivos de algunas de sus flechas.

Una vez abandonaron el lugar tras pasar unas horas agradables en el "Corcho Flotante", el medioelfo abrió la marcha. Durante horas estuvo buscando goblins imaginarios o reales apostados a los lados del camino. Cuando la localidad desapareció en el horizonte desistió de ello y se centró en el forrajeo.

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DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

Las palabras de Sandru, junto con todo el asunto de la Ensenada de Roderic es algo sumamente extraño para mí. A pesar de tener sangre de varisio en mis venas, no soy tan supersticioso como el resto de los presentes. Puede que sea por mi mezcla de sangre o simplemente por el hecho de no ser un fervoroso creyente de Desna. Sea como sea, comúnmente no me importarían demasiado las precauciones basadas en cosas sobrenaturales, pero esta vez siento que algo es distinto.

Quizás sea por el viaje y lo místico de la caravana, quizás sea por haberme entregado a esa vena nómada que tengo, pero el asunto de Koya me da muy mala espina. Puede haber sido por el grito o una suma de pequeños factores, pero el hecho es que estoy seguro de que no deberíamos ir a Puerto Enigma.

Le respondo a Sandru:

 - "Si Koya lo ha visto y es tan malo como supongo, creo que no deberíamos ir a Puerto Enigma. Acerca de lo que viene después de Ensenada, como digas. No me parece mal."

La verdad es que conozco tan poco de los asuntos del viaje y la caravana que no entiendo siquiera qué es lo que preguntó, pero no quiero quedar como tonto por preguntar, prefiero mostrarme simplemente de acuerdo. Hablando de lo mismo, sería algo difícil de hacer en otro caso pero realmente confío en el criterio de Sandru, así que no me molesta en lo más mínimo seguirlo.

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DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

El grito de su abuela lo asustó y corrió junto a ella para ver que era lo que pasaba. Al enterarse del sueño de Koya no pudo estar más de acuerdo con el resto.

-Si la abuela dice que no vayamos por Puerto Enigma es mejor hacerle caso, yo también estoy de acuerdo. Tío Sandru ¿No hay ningún puente que cruce el río Velashu?

Giorgino seguía con su idea de realizar algún día un viaje en barco así que disfrutaría de una parada en Ensenada Roderick y podría pasear por su puerto y hablar con los marineros, seguro que tenían grandes historias que contar y quizás pudiera enterarse de alguna noticia interesante para la caravana, había que procurar estar siempre bien informado.

-¡Tengo una idea tío! Podíamos coger un barco que nos dejara al otro lado del río Velashu, seguro que ganábamos tiempo ¿Que te parece?

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DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

¿Qué habrá sido de él? Aún recuerdo ese rostro tan exótico. ¡Esa mezcla entre belleza y misterio! Ni siquiera sé si está vivo.

A medida que se acercaban a Ensenada de Roderic a Koya le sobrevenían recuerdos del pasado, como fogonazos algo borrosos. Muchos ya sabían el pasado amoroso de la anciana podía resumirse con una sola palabra: turbulento. Y turbulentas eras las aguas que había recorrido el semielfo conocido como "El Tuerto", Gran Capitán de Puerto Enigma, al menos uno entre tantos, hasta dar con una joven en impresionable Koya Mvashti. En aquel momento no era más que un pirata de tres al cuarto pero su personalidad ya apuntaba maneras, como la de la futura Pitonisa. Tras años de no verlo llegaros a ella rumores de que había logrado hacerse con aquella nueva posición, como ella le había presagiado entre las sábanas tras una tórrida noche de amor.

Menudo pelo tenía.- Recordaba Koya entre el traqueteo del carro conducido por Giorgino y casi podía volver a sentir lo agradable que era pasar sus dedos por entre los espesos rizos de cabello azabache del bucanero. Koya iba sentada cómodamente entre cojines de pluma de oca, tapadas las piernas con una manta de agradable tacto. El traqueteo del carro  iba meciéndola de forma agradable de forma que sus párpados cada vez pesaban más y su cuello se dejaba vencer por el peso de la cabeza.

- Todler...- Murmuraba en un duermevela que la metía y sacaba de los cálidos y difuminados recuerdos al frío y conciso presente. La imagen de su antiguo amor se transformaba ahora en lo que su imaginación se atrevía a dibujar en el lienzo de su mente. ¿Seguiría vivo? Y si era así, ¿cómo habría envejecido? Estaba claro que la sangre élfica que corría por sus venas habría impedido al tiempo causar grandes estragos, como había sucedido con ella. ¿Qué pensaría si la viera ahora después de cómo habían acabado? Pero eso había sido hacía mucho tiempo. Seguramente ni se acordara...No, ¿cómo podría olvidar algo así después de lo que la adivina le acabó haciendo? De pronto se vio caminando por un estrecho tablón de madera  que salía de la cubierta de un barco de velas negras y en cuyo final no había más que un salto al vacío. Un vacío donde la esperaban, hambrientas, aguas profundas, oscuras y, sobre todo, frías. Podía sentir la humedad de las agitadas aguas que la salpicaban y, a pesar de la turbulencia, no se oía nada más que la risa insana de aquel malnacido. Se reía de ella, de sus profundas arrugas, de las manchas sobre su piel, de su pelo blanco ya, de su espalda retorcida...Sintió una punzada en la espalda que la obligó a dejarse caer y la caída fue interminable.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!- Se despertó toda alterada y pronto Giorgino paró el carro para encontrarse con ella. Avergonzada se abrazó a él y el joven pudo sentir lo agitado de su viejo corazón.- Desna me ha hablado. Se ha metido en mis sueños. No podemos ir a Puerto Enigma. Allí sólo nos espera...- Un monstruo.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

Varios se habían pronunciado ya, y la tónica general que expresaban era a favor de hacer caso a la sonora advertencia que Koya había dado. El acercarse a Puerto Enigma era algo sin duda que muchos ni se planteaban. No en vano una buena caravana varisia llevaba siempre un adivino, ¡y ay de la que no lo hiciera!

– Bueno, en vista de la tónica general y para contestar a mi infatigable y pensador sobrino, diré que creo que había un paso al norte de la Ensenada. Que sea practicable en esta época o no y su localización exacta es algo que te encargo a ti de averiguar Giorgio, ya que has aportado la idea. Puedes llevarte a Kelsier y a los Dalmuvian para que te echen una mano, y si alguien más lo desea también puede acompañarles. Pero los guardas os quedaréis vigilando. No espero problemas pero suele ser cuando tienen la costumbre de llamar a tu puerta. Tú también te quedas Kromdal. –

En vista de que las tareas estaban repartidas, Sandru se aprestó a llegar cuanto antes a la Ensenada de Roderic. Quería tener una noche tranquila ya que al día siguiente habría bastante trabajo. Tras vender los bienes adquiridos en el Pantano del Cuervo, debía ocuparse de llenar la caravana de víveres para un largo viaje.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, CUARTO DE CALISTRIL.

ENSENADA DE RODERIC, VARISIA.

MEDIODÍA.

Shalelu se mantuvo siempre alerta durante la travesía, explorando los alrededores de la caravana cuando no estaba ocupándose de conseguir caza para el día. Los distintos bosques por los que cruzaban para llegar al distante destino la llamaban profundamente, pues cada bosque tenía por si solo una calidad inmensa de olores, sonidos y vida únicos.

En las pocas ocasiones en las que se detenían en alguna ciudad o pueblo para comerciar, Shalelu se mantuvo cauta, redoblando sus esfuerzos en explorar alrededor del campamento para asegurar que no había ninguna sorpresa que consiguiera sobrepasar las trampas que los demás instalaban. En ningún momento se presentó voluntaria para bajar a alguna de las ciudades a visitar, pues no era necesario.

En algunas ocasiones se descubrió mirando preocupada a Kelsier y a Ameiko. Eran demasiado jóvenes para prestarse a un viaje tan peligroso, aunque tenía que reconocer que no les faltaba experiencia y por eso se mantuvo en silencio. Otras veces seguía a Kelsier a distancia, segura de que no la descubriría, mientras éste exploraba y cazaba. Sabía que su hijo debía aprender por sí mismo lo que el mundo le podía ofrecer y observaba orgullosa como mejoraba cada día en sus habilidades y destrezas.

No le parecía buena idea tener a cinco desconocidos en la caravana y menos al saber que tenían vínculos con los Sczarni, por lo que en los ratos libres se aseguraba de mantener un ojo a la caravana donde iban la mayoría de ellos, tratando de vigilar que no tramaban nada que pudiera ocasionar daño al resto.

La parada en Galduria pasó rápida y sin contratiempos. Shalelu no se añadió a ninguno de los grupos que bajaron a la ciudad, quedándose en el campamento para explorar los alrededores. Realmente era un lugar bastante tranquilo y se permitió estudiar a gusto el bosque que les rodeaba.

La siguiente parada, en Oreja de Lobo, no fue tan tranquila como la anterior. Conocía ligeramente la historia de esa ciudad, pero lo que le preocupaba era que algún lobo u hombre lobo creyera que ese campamento podía ser un blanco fácil. Buscó un árbol cercano al campamento desde el cual pudiera tener una buena visión de los alrededores y trepó hacia las ramas altas. No pudo reprimir una sonrisa cuando empezaron a contar historias de hombres lobo y los medio escuchó mientras se aseguraba de que nadie ni nada les estorbaba.

Pantano del cuervo fue otra parada que pasó sin pena ni gloria, aunque el comentario de una de las cocineras atrajo la curiosidad de sus compañeros. Y no era para menos, pues parecía que la ciudad había sido asediada por goblins. Solo la mención de esas criaturas aseguró la acción de la elfa, comprobando que ninguna de esas criaturas del abismo decidían reaparecer justo en ese instante. Se quedó con las ganas de saber qué o quienes habían conseguido reducir a los goblins para que los ciudadanos de esa aldea estuvieran tan tranquilos.

Enseguida se volvieron a poner en camino y llegaron a Ensenada de Roderic, preavisados mediante una pesadilla de la anciana Koya. No sabía si realmente había sido un augurio de Desna, pero el sentido común la llamaba a estar de acuerdo en no acercarse a Puerto Enigma.

Asintió de forma rápida y concisa cuando Sandru preguntó por la opinión de los presentes. Estaba de acuerdo con lo que decían el resto, por lo que no hacía falta que ella dijera otra vez lo mismo. Frunció levemente el ceño al ver como Kelsier era nombrado para ir a asegurar el paso, no le hacía nada de gracia que mandaran solos a un grupo tan joven a lo desconocido y menos tan cerca de Puerto Enigma. Pero consiguió reprimir la tentación de seguirlos, decidiendo que esa sería una buena oportunidad de aprender a valerse por sí mismos.