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El reinado de los Strigoi: Capítulo I

Capítulo 3: Lobos con piel de cordero

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03/06/2018, 17:45
Damon Gates
Sólo para el director

Notas de juego

Quiero llamar en secreto a los strigoi de la zona con Dominación. Bailemos.

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03/06/2018, 22:15
Director

La escena era peculiar, pero ni Danica, ni Richard, ni Tobías se cuestionan mucho más aparte de que deben comer. Syria sospechaba que ahí podía haber algo detrás, pero el hambre llamaba. Todos sentían a la Bestia clamando desde sus entrañas. Era como el peor hambre que se podría sentir siendo humano, un agujero negro en el estómago que era casi imposible de saciar y solo remitía con la sangre.

Sacar a cuatro humanos de la terraza fue algo fácil y simple, aunque no dejó al resto de parroquianos sin sospecha. No era normal desde luego que unos forasteros se acercaran y se llevaran a cuatro personas así como así. Pese a que los strigois eran un terror constante en la sociedad, no dejaba de haber humanos aprovechados o simplemente locos o malvados que pudieran actuar. Los asesinos en serie en esa época podían salir impunes fácilmente, como pasaba en la edad media. Las altas tasas de muertes ayudaban a esconder otros crímenes.

Apenas tardaron mucho en drenar parte de sus víctimas, o al completo si así lo deseaban. La oscuridad de las calles sería su aliada para dejar los cuerpos, que no encontrarían hasta la mañana siguiente de acabar con ellos. Los que no murieron volvieron a la terraza, mareados y confusos. Nunca pudieron explicar qué había pasado tras levantarse, tampoco reconocieron las caras de los que los llamaron para ir con ellos apenas un momento.

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03/06/2018, 22:15
Director

El camarero negó cuando Richard le preguntó por los strigoi.

-Esta zona está vigilada por inquisidores. Esos de las terrazas son políticos y empresarios, peces gordos a guardar…- explicó antes de dejarse drenar a placer, soltando un suspiro a consecuencia del beso. Luego volvió a su puesto sin ningún percance.

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03/06/2018, 22:16
Director

Una zona pobre, que en otros tiempos debía estar llena de gente viviendo la calle y charlando con sus vecinos, no tenía apenas signos de vida. O no debería haber de esos signos, pues Damon había encontrado un rastro de lo que no podía ser otra cosa que un humano herido.

El olor de la sangre azuza a la Bestia. El aroma ferroso hizo que sus estómagos se sintieran más pesados o más presentes. Tenían como un agujero negro que saciar, cuyo llamada solo podía atenuarse pero no parar. Eso era convivir con la Bestia y el hambre que producía. La visión y el olor de la vitae no eran sino desencadenantes que la despertaban.

Comenzaron a seguir el rastro, lo cual no les llevó a un cuerpo sin vida, sino que parecía que una pequeña horda se les acercaba. Aquella era la causa de que no hubiera ni un humano en la calle, o que el que hubiera salido no siguiera en esta vivo. De hecho uno de los strigoi que se acercaban aún conservaba el pelo y caminaba menos curvado, por sus ropas limpias y enteras debería llevar poco tiempo convertido.

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03/06/2018, 22:21
Tobías Quinn

Las preguntas fueron sencillas. Lo tenía en trance.  

—Me encantaría que me dijeras como os libráis de los strigoi en esta terraza. ¿Cómo evitáis al típico Strigoi incontrolado de noche? 

No tenían vallas y parecía un milagro. 

Notas de juego

Yo trato de no matar al humano/a.

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03/06/2018, 22:24
Director

-Aquí hay inquisidores por todas partes. No hay nada que temer- explicó antes de dejarse drenar a placer, soltando un suspiro a consecuencia del beso. Luego volvió a su puesto sin ningún percance.

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04/06/2018, 20:36
Damon Gates

Ahí estaban. La escoria de la ciudad, lo más sucio. Tarde o temprano, tenían que tenerlos delante. Damon sonrió con complicidad. Era la fiesta de la noche.

—Los gusanos vienen a saludar. Antes de comer hay que lavarse las manos, Heikki. Habrá que lavar también esto. Dime, ¿has traído tu cuchillo? Hay que cortar la carne.

Damon no temía a la horda. Incluso aquello le parecía un juego. Los músculos y los recuerdos del pasado se estaban despertando. Esos monstruos repulsivos no eran rivales para él. Su sombrío compañero, el nórdico Makelä, era un cazador de monstruos. Ya como humano había acabado con muchos de ellos. ¿Qué no podría hacer ahora?

—Detrás de ti, hermano—ofreció, con un gesto.

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04/06/2018, 20:45
Damon Gates
Sólo para el director

Notas de juego

Ordeno a la horda que nos rodeen. Su ataque se centrará en Heikki, salvo dos o tres que hagan el amago de acercarse a mí.

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07/06/2018, 21:41
Heikki Mäkelä

Sí, hay que darles un pequeño saludo. Heikki que aparto a una de las sombras del callejón. No es que tuviera miedo de las criaturas, si no que algo en su interior le indicaba que estaría mejor en la sombras. Las sombras son parte de tu ser, manipúlalas, fúndete con ellas. Por primera vez en su vida se fijó en las sombras como algo sólido que pidiera moldear con sus propias manos. Pensó en varios látigos de sombras que surgieran de la espesura, que agarraran a los monstruos por el cuello y los estrangularan hasta la muerte. Inmediatamente, de las sombras, surgieron tres zarcillos de sombras pero uno solo consiguió materializarse de verdad y agarrar por el cuello a una de las criaturas.

- Tiradas (1)
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07/06/2018, 23:31
Richard Collins

Collins regresó al punto en el que se había separado de sus compañeros. Lucía una sonrisa satisfecha, y esperó en la terraza a que el resto fuese volviendo de los rincones donde habían ido a alimentarse. Cuando ya estaban todos, hablaba con algo de impaciencia, nervioso.

Inquisidores – Dijo en una suerte susurro que podría escuchar cualquier sordo a 100 metros distancia – De ahí viene esta falsa y absurda tranquilidad. Se creen protegidos por esos animales…  - Collins calló durante unos segundos, pero antes de que cualquiera de ellos pudiese reaccionar y dar su opinión en el asunto, comenzó a hablar, con seguridad, al tiempo que se quitaba las gafas y las guardaba en el bolsillo – Voy a intentar atraer a alguno de esos inquisidores aquí. No voy a dejar pasar la oportunidad de estudiar a uno de ellos.

Miro a Danica a los ojos durante unos segundos, ignorando momentáneamente a Tobias y a Syria, antes de acercarse a la terraza de nuevo. Como si estuviese en su casa, agarro una silla y la uso como escalera improvisada para subirse a una mesa. Sonrió a los presentes, que obviamente se habían parado a mirar lo que hacía, y calmó con una mirada a los camareros que llegaban a echarlo a patadas.  

Por favor, no actúen con la misma rudeza con la que he interrumpido yo vuestras conversaciones, no sin antes escucharme. Los que hablen mi lengua, por favor, traducid mi mensaje a los que no lo hagan.– Recorrió el lugar con la mirada, observando a la gente, asegurándose de que le entendían y atendían – Ustedes no son más humanos que los strigoi. Son unas alimañas, gusanos como los que corren por las venas de vuestros amos. Aquí están, regocijándoos de vuestra suerte en la falsa protección que os brindan los inquisidores, mientras los demonios se llenan el estómago con la sangre de los que ya son desafortunados en todo lo demás. Aun cuando la sangre es lo más valioso para las sanguijuelas que os controlan, ustedes vuelven a convertir el dinero en algo que separe a la humanidad en castas; los ricos son los que se llevan la protección, los pobres los que se convierten en comida. Pues eso se acabó, os toca pagar por ello. – Collins metió la mano en su bolsillo, y saco algo apretado en el puño, gritando a voz en vivo.  – Hay una bomba en cada uno de estos zulos que infectan con su presencia, y en cuanto suelte el detonador, ¡todos volareis por los  putos aires! ¡Ahora corred y gritad, y llamad a los inquisidores a ver si pueden protegeros también de mi furia justiciera!

Collins se bajó de la mesa y se sentó en la silla cuando los últimos parroquianos ya abandonaban el lugar gritando. Se colocó de nuevo las gafas, tras asegurarse de que no las había machacado al apretarlas en su puño.

Si eso no atrae hasta aquí a uno de los inquisidores voy a quedar muy decepcionado. – Comentó algo inseguro – No ha sido mi mejor discurso, lo sé, pero al menos este publico sí presta atención.

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08/06/2018, 22:21
Syria Keogh

Tenía el pelo oscuro como la noche y los labios pintados de un rojo intenso. Fue lo primero que atrajo su atención sobre aquella chica, haciendo que algo se le removiera por dentro. No era solo el hambre, sino otra clase de instinto que se originaba en alguna parte del cuerpecillo de Syria, casi vivo todavía. Si tuviera que hablar de ello ahora, en su mente se quedarían grabados pocos momentos de aquel encuentro. El primero es la oleada de éxtasis que la embargó al beber de la chica, abocándola a un círculo vicioso. El segundo es la invasión momentánea del miedo, al verse incapaz de parar de drenarla. En ese momento, entre agónicos gemidos femeninos, aparte de sus dientes, las uñas también se clavaron en la piel tersa y blanquecina de su espalda. 

Pese a todo pronóstico, sin saber muy bien de donde sacó tal fuerza de voluntad, se sorprendió soltando a la chica y dejando que esta se pierda, con su mareo, por las callejuelas de alrededor. Tras eso, Syria vuelva al punto de encuentro, en donde se acaba topando con una escena que no espera. Todo parece bien hasta que Collins manifiesta también sus sospechas sobre lo que allí pasa y hace algo que le saca media sonrisa.

Puto Collins... - dice con una nota de humor que asciende hasta sus ojos, que siguen con la mirada a los humanos que huyen despavoridos como pollos sin cabeza. Puede que Collins tuviera razón, que estos mortales se sintieran protegidos por uno de ellos o por alguien capaz de controlarlos y alejarlos de aquí. Sin embargo, no estaba tan segura de que viniera y se presenciara ante ellos. 

Sea como fuere, trata de agudizar sentidos y permanece atenta, por lo pueda venir o no.

 

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08/06/2018, 23:01
Tobías Quinn

Collins volvió y comentó lo mismo que me habían dicho a mí. Vi como mi presa volvía desde un callejón a su mesa. Estaría algo pálido, pero viviría. Sobre todo si comía bien hoy... algo que no parecía en su futuro, con Collins dispuesto a hacer de las suyas. 

—Con el que yo he hablado me ha dicho lo mismo. Yo diría que una vez alimentados, cumpliéramos el resto de nuestra misión. No estamos en buen momento para ir a por inquisidores. 

Pero Collins lo tenía decidido. Y se puso a hacer estupideces. Tobías resopló. Y tuvo que inspirar para hacerlo, se le estaba olvidando.

—Creo que lo de cazar en las sombras y tener cuidado no va con él. Yo también huiría, pero Collins debe tener experiencia en que la gente escape. 

Miré a Syria y Danica. —¿Al menos nosotros tres podemos escondernos para atacar al inquisidor cuando venga? No se, ya que le henos vuelto a revelar nuestra ubicación al Maestro, al menos no regalarle a uno de los nuestros. 

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09/06/2018, 16:01
Syria Keogh
Sólo para el director

Punto 2 de Animalismo "Llamas a lo salvaje" 

Tiro por si acaso Carisma + Supervivencia (df 6 según manual).

Llamando a perros lobo, vi un documental que hay vagando por Estambul.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Invierto un par de puntos de sangre par exitos automaticos por si caso. 

4 éxitos

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09/06/2018, 16:05
Syria Keogh

Syria perdió el humor al ver que Tobias parecía mas preocupado por el tema. Algo de entro de ella se sentía poderosa e invencible, haciéndola inmune a según qué tipo de miedos. Quizá era algo temerario, ¿pero acaso no era ahora lo que era? No estaba segura todavía de hasta donde llegaba su poder, pero en jornadas anteriores había podido saborear parte de ese poder y algo le decía que había mucho más.

No obstante, asintió a Tobías. 

Preparémonos para lo que pueda venir - porque de pronto tuvo la certeza de que vendrían en manadas. Por eso, ella intenta, en un acto reflejo natural, invocar a la suya. Así que emite un genuino aullido de lobo.

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09/06/2018, 16:22
Richard Collins

Collins observaba al resto de sus compañeros con el ceño fruncido. Estaba escuchando su conversación, y no parecía que le gustase lo que decían.

Eh – Les llamó la atención – Me he tomado la molestia de atraerlos hacia aquí, si es que vienen, pero no para que vosotros saltéis desde las sombras antes de que pruebe lo que quiero probar. Si no vais a ser capaces de controlaros o tenéis miedo de los strigoi, marchaos antes de interrumpir mi trabajo, por favor.

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09/06/2018, 19:03
Tobías Quinn

—Me alegra que haya cambiado las disertaciones académicas por los estudios de campo, doctor —dijo Tobías algo más cabreado. El maldito académico les había puesto en riesgo a todos sin avisar. —Pero nos quedaremos a la espera aquí escondidos por si su experimento sale mal. No queremos brindarle uno de los nuestros al Maestro sin al menos, pelear un poco. Desde luego ya sabe que estamos aquí. Si queda algo del antiguo arsenal nuclear, podría despacharnos a todos en un instante.

Esperaba que no quedara, de todas formas. O que no estuviera apuntando aquí. —¿Le dejamos unos instantes antes de actuar, entonces? —miró a Danica y a Syria. La segunda estaba aullando a la luna. 

Genial, eso vale para conseguir aliados, pero tardarán en llegar, no hay lobos en Estambul, que yo sepa. 

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09/06/2018, 22:44
Syria Keogh

Tampoco hace falta esconderse, no sabemos lo que va a venir. Ni lo que pretende. Si no es nada bueno, nos veremos implicados de todas formas - le respondió a Tobias. Tras lo cual, hizo una segunda llamada a lo salvaje, intentando así reforzar el posible apoyo que pueda venir. Una vez tuviera a los animales enfrente, podría darle las órdenes que quisiera. Sabía que podía hacerlo, sin necesidad de que nadie se lo dijera. Era algo innato.

Lanzó así un segundo aullido. No sabía lo que vendría realmente, pero ante la duda, mejor prevenir. La treta de Collins le hacía gracia, pero podía estar siendo una cagada enorme. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Esta vez lo hago bien, con los puntos de sangre. Gasto 3.

 

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09/06/2018, 23:21
Danica Dvorák

Había estado callada desde que se habían encontrado con Tobías y Syria. Apenas un gesto de cabeza a modo de saludo, sumida en el silencio. No era extraño en la exploradora, que nunca había sido de muchas palabras, pero sí que tenía un aire pensativo que desentonaba un poco en la actitud que habían podido ver en ella desde que se habían conocido. 

Mientras los demás hablaban, Danica escogió a la que sería su víctima. Una chica joven, tal vez no llegaría a la veintena, pecosa, con unas enormes gafas de pasta. Su presencia parecía llamarla desde la mesa en la que estaba sentada a solas, contemplando a los grupos de gente que charlaba con envidia. Tal vez fue la fragilidad que desprendía lo que atrapó su atención. O quizás fue el ligero desenfoque de sus ojos, como si viesen el mundo de otra forma, una que ella sintió que podía comprender. 

Minutos después estaba de regreso, con un brillo en los ojos distinto, difícil de definir, como si oscilase entre la demencia, la satisfacción y la lástima. Tras ella, en el callejón, dejaba una mente aún viva, pero fragmentada, que con suerte necesitaría un puñado de horas para recomponerse y sin ella no lo haría nunca. 

Su ceño se frunció con extrañeza al ver a Collins dando su discurso y después, mientras los otros tres hablaban, se limitó a quedarse a su lado, siguiendo con su mirada la conversación. Contempló con curiosidad a Syria cuando empezó a aullar y miró alrededor. Su mano se había ido por instinto a su cintura para apoyarse en el mango de su machete y sus dedos tamborilearon sobre él antes de que se decidiese a hablar. 

Lo hecho está hecho —dijo, al sentir la mirada de Tobías sobre ella. Se encogió de hombros e hizo un gesto con la cabeza hacia Syria—. Ella tiene razón. Escondernos ahora no sirve de nada. —Miró a Collins profundamente a los ojos y luego asintió—. Yo me quedo con él. Veamos quién viene y con qué intenciones. Pero tal vez deberíais avisar a los otros por si necesitamos refuerzos. —Se llevó un par de dedos a la sien con esa sugerencia y se dio un toquecito. 

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10/06/2018, 22:29
Director

La criatura que Heikki sujetó se retorció agarrada por aquel zarcillo de oscuridad. Trató de soltarse, agarrándose con ambas manos a aquella sombra materializada, pero no parecía fácil liberarse. Mientras el resto de strigoi, que no eran pocos, fueron en su mayor parte a atacar a Heikki, viéndolo como la mayor amenaza en ese momento.

Un par de strigois van hacia donde se encontraba Damon, pues no debía escapar ninguno de aquel encuentro.

Un par de strigoi lanzaron sus lenguas a golpear a Heikki, para tratar de bebérselo o de dañarlo. Aquellos apéndices musculosos acababan en unos pinchos afilados como agujas e infecciosos como ellos solos.

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10/06/2018, 22:29
Director

La gente huyó despavorida, como Collins esperaba. Más bien como Collins provocó. Cada vez se sentía más él, tirando de las habilidades que todos habían recibido con su huésped interior. Tobías quería marcharse, pero el resto no parecía estar de acuerdo con eso. Las chicas pensaban que armarla en aquella ciudad era buena idea si Collins así lo había decidido.

La llamada de Collins no tardo en tener respuesta. Caminando derecho y con cierto brillo de comprensión en sus miradas, se acercaron dos inquisidores. Ellos se habían encargado de mantener a raya al resto de strigois de aquella terraza, por eso los pudientes podían gozar de cierta libertad nocturna.

Los inquisidores no solo eran algo más inteligentes, también tenían unas pinturas por la cara que les ayudaban a marcarlos y diferenciarlos del resto de strigois. Portaban túnicas que iban del violeta al marrón y sus rostros estaban adornados con marcas de pintura rojas sobre un fondo blanco.

La llamada de Syria fue respondida de una forma menos inesperada, pero ahí se encontraban. Tres lobos llegaron corriendo, al parecer rondaban la zona. Algo que pocos sabían era que los jabalíes y los lobos poblaban aquellas tierras de forma numerosa. Algunos de ellos incluso se adentraban en las ciudades. Ahora que los humanos habían limitado su vida nocturna, se animaban con más frecuencia a investigar las calles de Estambul. Los animales se pararon mirando a los presentes.