Partida Rol por web

El Reino de la Sombra: Enterrados en el Hielo

Epílogo

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13/05/2013, 00:51
Director

 

Despacio, ayudándose unos a otros, los hijos de Orn se levantan, todavía conmocionados por lo vivido en los últimos minutos.

Korn ante ellos. De nuevo. Como siempre, como si nada hubiese pasado. En sus manos sostiene en alto el Hacha de Hielo. El arma sagrada aparece ahora casi transparente, pero iluminada con un fulgor frío y blanco, que se acrecienta a medida que las luces flotantes que iluminaban la caverna van perdiendo brillo, como si la muerte del elfo significase también su extinción. También se escuchan estruendos debido a que el techo de la Caverna comienza a ceder en ciertas zonas, pero todo esto ahora queda en un segundo plano, como si sucediese en otro lugar, un lugar muy lejano.

Avanzan unos pasos hacia el Guía del Clan. En sus ojos negros se refleja el orgullo por sus hijos, por lo que han hecho, y ese brillo no hace más que aumentar cuando puede ver el trofeo que trae Romt consigo: la testa cercenada de un dragón negro.

Pero sus ojos también reflejan algo más: Una honda tristeza. Y a medida que llegan hasta el Guía del Clan, comienzan a entender por qué, y eso les rompe el corazón.

El fulgor del Hacha de Hielo también envuelve a Korn. Su cuerpo no es completamente sólido, sino traslúcido… Y cuando uno de ellos trata de tocarle… su mano le traspasa.

Es cierto… Les dice Korn. Es cierto lo que dijo ese ser… mi cuerpo yace en el fondo de esta Montaña…

Sus tres hijos, Corm, Unks y Urm, y su hermano Romt quedan consternados. Sin palabras. Así que es Korn quien continúa.

Ahora soy sólo un recuerdo… Un último aliento concedido por Orn que sólo durará durante un breve suspiro más…

Es el momento de despedirnos…

 

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13/05/2013, 00:59
Urm, hijo de Korn

Urm no podía llorar por uno de sus ojos, el ataque del oso que le había desfigurado impedía que brotasen lagrimas pero eso nunca había sido un problema para el gigante hasta ahora. Su padre no se merecía la mitad de la tristeza que él sentía ahora. Se arrodilló frente al espíritu de Korn, aferrando el martillo con su brazo herido por las fauces del dragón y bajó la mirada.

-Lo siento padre-dijo con una voz ronca- no pudimos llegar a tiempo...- No sabía que más decir. Tendría que haber podido rescatar a su padre. Ahora se reuniría con Orm y su venganza había sido cumplida por su própio hacha. Su padre era un verdadero gigante, un guerrero, un líder... todo lo que Urm aspiraba ser en aquella vida. Cada herida de su cuerpo era un paso mas cerca de ser como su padre y ahora estaba allí, podía despedirse y no sabía que decir. Dejó que hablara su martillo, como siempre había hecho.

Monótonamente Urm empezó a golpear el pomo del martillo contra el suelo, alzando la cabeza y elevando un cántico grave, lento y triste. Un último adiós al mas grande y digno de todos los hijos de Orm.

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13/05/2013, 01:14
Corm, hijo de Korn

—Padre....Padre...— El joven bárbaro tan sólo era capaz de vocalizar la palabra sin emitir sonido alguno, tal era el nivel de sorpresa y alivio que sentía. Su padre estaba vivo...Habían llegado a tiempo y, además les había salvado la vida. Había logrado una hazaña digna de los dioses y sin embargo... no estaba vivo....

La majestuosa estampa de su padre, en pie, con el ensangrentada hacha en sus manos representaba para el muchacho la autentica naturaleza de aquel grupo, alguien a quien nunca se dejaba atras. Gente por la que morir pero aún más importante: Gente por la que vivir. Aquello último era a veces más dificil que lo primero, pero no había impedido a Korm proteger a sus hijos. Aunque aquella había sido su última batalla.

Padre...—finalmente, fue capaz de articular la palabra con voz entrecortada y grave. El bárbaro avanzó torpemente hasta llegar finalmente a un par de pasos del gigante. En aquel momento parecía, a sus ojos, más grande incluso de lo que era en realidad. Sus ojos castaños buscaron los grises de su padre y deseó poder abrazarlo, aunque pareciese la imagen de un niño pequeño que, tras perderse en un bosque había visto llegar a su padre en su busca.

Tragando saliva, el humano parecía haberse quedado, por primera vez en su vida sin palabras. Por un segundo bajo la cabeza, y su trenzado pelo blanquecino le tapaba el rostro, tapando las lágrimas que no quería que su salvador viese. En aquel momento, hubiese dado su vida por él, pero aquello era imposible. Lo que si podía era ofrecerle una imagen digna. Pasandose la mano para quitarse las lagrimas simulando apartarse el cabello de la cara, volvió a levantar la cabeza, sin conseguir del todo su objetivo ya que estas estaban convertidas en pequeñas esquirlas de hielo en sus mejillas.

El bárbaro esbozó una triste sonrisa dirigida a su padre aunque no sabía muy bien que decir "¿Al menos descansas en la montaña?""¿Te reencontraras con tu amada?""¿Salvaremos el clan?"" No. Las palabras sobraban. Las palabras denigraban los sentimientos y las expresiones y podían convertir algo puro en algo banal si no se disponía de la persona adecuada para escucharlas. Las cosas más importantes son las mas dificiles de explicar. Sin embargo, de algún modo, sabía que aquella era la audiencia perfecta para decir las unicas palabras que surgieron de sus labios.

Jamás te olvidaré...y cada día de mi vida agradeceré a Orm que me encontrases—ahogando un sonido añadió— Sí pudiese cambiar el pasado que nos une, no cambiaría nada. Te quiero, padre.

Y aquello era verdad. Si asegurasen al humano que con unas palabras podría volver el tiempo atrás y hacer que sus progenitores biologicos se salvasen para vivir una vida completamente distinta, una vida donde fuese uno más y no tener que esforzarse para ganarse un respeto, Corm no lo haría.

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13/05/2013, 15:12
Unks, hijo de Korn

Miro hacia el espectro de nuestro padre, su tristeza nos contagia y olvidando todo lo demás, nos acercamos a él, como hemos hecho tantas veces alrededor del fuego, bajos las estrellas invernales. Todos lo arropamos para dar un último adiós, con el hondo quejido de Urm, entonando una vieja canción de despedida, me pongo a su lado y me cuadro todo lo posible, estiro mi espalda, mientras las heridas de mi estómago se abren. No les hago caso. Levanto una vez más el pesado martillo y lo cruzo sobre mi pecho, mientras mi espalda agujerada protesta lanzando nuevos chorros de sangre a la caverna. No les hago caso.

Abarco toda mi estatura y saco pecho orgulloso.

Es la última vez que veremos a nuestro jefe y la última que un padre ve a sus hijos. Somos gigantes del hielo. Nunca nos rendimos. Nunca flaqueamos. 

-Adiós padre- me despido solemnemente-.

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13/05/2013, 15:52
Romt, hijo de Kun

Bom bom bom...los latidos de corazón comienzan a golpear mi pecho fuertemente. Un corazón que parecía desbocado golpeaba estrepitosamente mi pecho. Cada vez mas y mas rápido. Sientía como si el corazón saliera de mi pecho disparado a gran velocidad. Es que ahí estaba nuestro gran líder Korn. Nuestro líder del eterno Clan Hacha de Hielo. Entregando su vida para salvar a los de su especie. Entregando su último aliento para finalmente poder partir para siempre y descansar en paz para toda la eternidad.

Un destello brillante y divino ahora envolvía a Korn, que no estaba presente en cuerpo y alma. Como bien había dicho el elfo, Korn descansaba en el fondo del abismo. Pero entonces que era lo que lo mantenía corpóreo?!

Una tremendo escalofrío que jamás había sentido antes, recorre mi cuerpo como un río salvaje derribando todo a su paso. Era un escalofrío distinto a cualquier que había experimentado antes. No era miedo. No eran nervios. No era vergüenza. Era ilusión. Esperanza. La figura de nuestro gran líder le daría vida eterna a nuestra especie. Lo sabía. Ese destello que envolvía a la figura de nuestro líder era provocado por el espíritu del Díos Orn. Era su último aliento. Cálido como los rayos del sol, y eterno como la naturaleza, la luz de la esperanza que envolvía a Korn brillaba más que nunca.

Pero sabía que esa luz no duraría para siempre. Sabía que era el momento para despedir al gran líder. A mi gran amigo y hermano Korn. Un sinfín de imágenes comenzaron a danzar por mi cabeza. Recuerdos inolvidables. Leyendas. Mitos. Muchos de ellos fueron vividos junto a él. Junto al eterno salvador reencarnado. Otros, fueron contados. Recordaba aquel día en el que lo había visto por primera vez cuando de niño. Ya se podía ver el alma purificada de un dios, la fuerza de un guerrero y la simpleza con la cual vivía día a día. Recordaba algunas de sus frases. Vive como una hoja y muere como un búfalo.

Poco a poco la brillante aura que cubría el cuerpo de Korn empezaba a desvanecerse. Era el momento de despedirse. Era el momento final. Una pequeña lágrima intentó escaparse de mi ojo, pero hice lo imposible para mantener la fortaleza. Me acerqué unos metros hacia la luz. Lentamente descargué la cabeza cercenada del alado de mi espalda y la apoyé justo delante mío sobre la superficie rocosa. No quería representar un culto o rendición. Después de todo, Korn nunca deseó que lo trataran como un dios. Solo demostrar a los Hijos de Orn que una vez mas el bien había triunfado sobre el mal. Era una imagen que jamás olvidaría por el resto de mi vida. Otro escalofrío se apodera completamente de mi cuerpo. Ahora, todo el cuerpo me temblaba.

Nos encotrábamos todos tomados de los hombros, los unos a los otros, formando una semi ronda entorno a la potente luz que ya casi estaba desapareciendo por completo. Una sensación de felicidad infinita se sentía. Cada uno de los muchachos había hablando algunas palabras en torno a nuestro gran líder y ahora espíritu de Korn. Incluso Urm comenzó a modo de leve cántico a entonar unas palabras, que Corm, Unks y yo, seguíamos con el pensamiento.

Eterno líder del clan Hacha de Hielo. Salvador. Que has liberado a nuestro pueblo de toda amenaza. Korn. Hermano. Amigo. Descansa en paz en compañía de la sabiduría del Díos Orn. Demuéstrale que los Hijos de Orn vivirán por siempre como tú lo harás en nuestro corazones. Termino una corta oración para mis adentros, cuando finalmente dejo escapar 2 lágrimas que corren alegres por mis mejillas hasta caer al suelo.

Todo se vuelve un silencio profundo. Nada puede ser escuchado. Ni los gritos ni aullidos de dolor de los orcos, que están muriendo bajo los escombros del puente. Ni los tremendos ruidos que provoca la caverna que está a punto de derrumbarse. Solo se escucha una profunda tristeza.

Adíos hermano mio, Korn. Nunca te olvidaré. Hasta siempre.

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14/05/2013, 21:46
Corm, hijo de Korn

Corm miró la cabeza de dragón que, milagrosamente, Romt había conseguido conservar en la mano. Luego miró a sus heridos hermanos y el reflejo de su padre que se marchitaba. Tenían que salir de allí antes de que todo se derrunbase. Tenían que unir a los pueblos en uno para luchar contra el dios. No quería abandonar el espectro de su padre pero sabía que era lo correcto.

—Vamonos... Tenemos unos pueblos que unir...y una guerra que ganar

Notas de juego

no se si tendremos que salir o terminará aquí así que posteo y si no es así borralo

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14/05/2013, 22:33
Director

La última vez que vieron a Korn, el Guía del Clan se alzaba, majestuoso, sobre el saliente rocoso, contemplando la inmensidad de la Caverna que se sacudía al mismo tiempo que enormes pedazos del techo se precipitaban contra el suelo entre terribles estruendos.

Pero Korn mantenía una expresión serena, llena de paz, mientras su cuerpo se volvía más y más indistinguible, como una figura distante que desaparece en la niebla.

Se volvió hacia ellos, alzando la mano como despedida.

Durante el resto de sus vidas, jamás olvidarían esa imagen…

… ni tampoco las últimas palabras que les dijo…

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14/05/2013, 22:34
Director

Todavía te recuerdo… apareciendo en mitad del horror del campamento devastado por las hordas de orkos…

Eras tan sólo un niño de apenas dos años, y viniste hacia mí, directamente hacia mí…

Recuerdo que te levante en el aire… una cosa tan pequeña y tan llena de vida… y entonces me sonreíste… Y en ese momento lo supe, supe que tenía un nuevo hijo…

Korn lleva su mano y la coloca contra tu pecho, haciéndote sentir una tibia sensación de bienestar que se expande por todo tu cuerpo. Miras a los ojos a tu padre y entiendes lo que te quiere decir: Lo importante es el espíritu, eso es lo que te hace ser un hijo de Orn.

Siempre serás mi hijo, Corm, y siempre serás uno de nosotros…

Incapaz de decir nada, enmudeces por la emoción, sabiendo que a partir de hoy nunca oirás de nuevo su voz.

Corm… Susurra sólo para ti. En el viaje que Unks va a emprender al reino de los hombres, va a necesitar tu ayuda. Tendrás que ser el nexo de unión entre ambas razas. Recuerda, sólo la unión de todos logrará derrotar al Mal al que vuestra generación se va a enfrentar. Sólo de esa manera podréis enfrentaros al Reino de la Sombra…

Y ahora adiós, hijo mío…

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14/05/2013, 22:36
Director

Cuando emprendimos este viaje, ambos sabíamos que ésta iba a ser mi última aventura, viejo amigo…

Hemos pasado tanto, hemos vivido tanto, hemos luchado tanto, años y años… y sé lo mucho que has sacrificado por el Clan, por el deber…

Por eso quiero darte las gracias. Por ser un amigo fiel hasta el final, por cuidar de mis hijos como si fueran tuyos, por ser un hermano para mí…

Korn lleva su mano a tu hombro, haciéndote sentir una tibia sensación de bienestar que se expande por todo tu cuerpo. Puedes ver el agradecimiento en los ojos de tu hermano.

Si yo he llegado a ser quien soy… ha sido gracias a ti…

Incapaz de decir nada, enmudeces por la emoción, sabiendo que a partir de hoy nunca oirás de nuevo su voz.

Romt… Susurra sólo para ti. En el camino que le espera a Urm como heredero del Clan del Hacha de Hielo, va a necesitar toda tu ayuda y tu experiencia. Aconséjale como me aconsejaste a mí, ayúdale a convertirse en quien tiene que convertirse: Aquél que una todos los Clanes de los Hijos de Orn en uno sólo. Sólo de esa manera podréis enfrentaros al Reino de la Sombra…

Y ahora adiós, hermano mío…

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14/05/2013, 22:37
Director

La carga que va a ser depositada sobre tus hombros es pesada, hijo mío. Todos los padres desean que sus hijos vivan una vida mejor que la suya, y para eso luchan… pero tu generación, igual que la mía, va a tener que enfrentarse a su propio desafío…

Pero eres mi hijo. Puede que sea tu hermano quien empuñe el Hacha de Hielo para dirigir al Clan, pero tú llevarás contigo la verdad que despertará a los hombres y los traerá de nuevo a nuestro lado para luchar juntos.

La mano de Korn roza tu rostro, haciéndote sentir una tibia sensación de bienestar que se extiende por todo tu cuerpo. Puedes ver el orgullo en los ojos de tu padre.

Ten presente siempre por qué luchas, pero más importante, por quién luchas…

Asientes a las palabras, que quedan grabadas en tu mente como el fuego.

Unks… Susurra sólo para ti. Lleva contigo la cabeza del dragón hasta el reino de Stumlad. Muestra a los hombres la verdad de lo que está a punto de abatirse sobre el mundo. Habla en nombre de los Hijos de Orn y forja una alianza común contra el Mal. Sólo de esa manera podréis enfrentaros al Reino de la Sombra…

Y ahora adiós, hijo mío…

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14/05/2013, 22:39
Director

Nunca has tenido miedo a nada, hijo mío. Pero siempre me has tenido a tu lado, y has tenido a Romt, y a tus hermanos. Tu camino va a ser el más duro y más solitario, porque en el momento en que recibas el Hacha de Hielo, el futuro de todo nuestro Clan, y el futuro de nuestra raza reposará en tus decisiones, en tus acciones…

Pero tu espíritu es fuerte y capaz del desafío al que se ha de enfrentar…

Korn extiende hacia ti la sagrada arma. El Hacha de Hielo, transparente, emite un tenue fulgor. Despacio, colocas tus manos sobre la empuñadura, y al hacerlo una tibia sensación de bienestar que se extiende por todo tu cuerpo. Puedes ver la emoción en los ojos de tu padre cuando te la entrega.

Mientras sostengas esta arma, una parte de mí estará siempre contigo…

Sientes que este es el momento más importante de tu vida. Pero también el más triste.

Urm… Susurra sólo para ti. Vuelve a casa. Relata lo que ha sucedido aquí, extiende la palabra… En tus manos dejo la gran tarea de unir y liderar a todos los Clanes de Hijos de Orn de las Colinas Terasdur. Tú eres el único capaz de hacerlo… Sólo de esa manera podréis enfrentaros al Reino de la Sombra…

Y ahora adiós, hijo mío…

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14/05/2013, 22:44
Urm, hijo de Korn
Sólo para el director

Urm, aún con la rodilla hincada en el hielo dejó el martillo a un lado para recibir el hacha de hielo. Aquel era un arma legendaria como lo había sido su padre y significaba que lo peor aun estaba por llegar.

-Gracias padre. Así lo haré-le confirmó el gigante mirando hacia el suelo. Pero tras notar el tacto del hacha en su mano alzó la vista para mirar a su padre una última vez- Padre... guardame un sitio a tu lado allí a donde vas...

Después se alzó y dando la espalda a su padre sin mostrar ninguna emoción se encaminó a la salida guiando a sus hermanos y a Romt.

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15/05/2013, 00:48
Director

 

A través del agujero excavado en el hielo que les trajo hasta la Caverna, los hijos de Orn vuelven de nuevo al fondo de la sima.  A su alrededor, el crujido del hielo con cada temblor hace caer pequeñas cascadas de nieve y piedras.

Urm alza en alto el Hacha de Hielo, y el fulgor de la misma ilumina las alturas hacia las que suben las paredes congeladas. Las mismas por las que descendieron al llegar aquí.

¿Cómo salir de nuevo hasta la superficie, con apenas unos pocos metros de la cuerda que Corm lleva consigo? La ascensión implica escalar paredes verticales durante casi cien metros.

Es Romt quien encuentra la solución. Sólo tiene que recordar cómo los trolls ascendían por las paredes allá atrás, en la Caverna: usando picos de minero.

Unks muestra los dos picos que recogió del saliente antes de venir aquí, y que pertenecían al troll que les atacó en el puente.

Usándolos y utilizando también las armas de las que disponen, pueden preparar útiles de escalada con los que ayudarse en la ascensión. De esta manera, a las jabalinas de Corm se les rompe el asta para usar las puntas. La daga elfa también será útil, e incluso Romt decide romper la hoja de su espadón para acortarlo y convertirlo en otro instrumento de escalada.

Lo que queda de cuerda, unos treinta metros, vuelven a usarlos en enlazarse unos con otros para ayudarse durante la escalada y como sistema de seguridad en caso de salida.

En cuanto están preparados, los cuatro alzan la vista hacia arriba. No se distingue la salida de la estrecha sima. Mientras tanto, las sacudidas que sufre la Montaña parecen aumentar en frecuencia e intensidad.

No tienen ninguna posibilidad. Lo saben. Cuando descendieron desde arriba casi mueren durante un desprendimiento, por tanto ¿qué posibilidades tienen ahora, que pretenden escalarla? ¿Cuándo la estructura de las paredes de hielo está más debilitada que antes, y por tanto es más peligrosa? ¿Al mismo tiempo que bruscos seísmos se desatan, aconteciendo en cualquier momento?

No tienen ninguna posibilidad. Pero Korn les encomendó que sobrevivieran. Aún queda mucho por hacer, y lo primero es escalar esta maldita pared de hielo.

Así que dejan de pensarlo y comienzan a hacerlo…

 

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15/05/2013, 16:13
Corm, hijo de Korn

Corm clavó con fuerza las estacas en la pared, impulsandose con la fuerza de sus brazos y buscando con la mirada los lugares donde poder encajar mejor su asidero. No podían detenerse a comprobar si los seguían puees la montaña amenazaba con derrumbarse. Sin embargo, las palabras de su padre aún resonaban en su corazón y le hicieron pensar con rapidez. Las grietas que que estaban a punto de tirar la montaña abajo les servirían como asideros. Solo tenían que confiar. Confiar y salir de allí lo más rapidamente posible. Orm les ayudaría, estaba seguro.

 

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15/05/2013, 22:58
Urm, hijo de Korn

Urm, portando el hacha de hielo de su padre siguió a su hermano pequeño en la subida notando como sus fuerzas se renovaban pese al cansancio. Era como si ahora cada músculo de su cuerpo se moviese por gracia de su padre y notaba con alivio como cada musculo se tensaba y destensaba en la difícil escalada. Estaba agotado pero era esa sensación lo que le hacía seguir adelante. POr fin cumplirían la misión que padre les había entregado. 

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15/05/2013, 23:05
Korn

 

La gran Columna comienza a desmoronarse sobre sí misma. De pie en el saliente, Korn observa como con un tremendo estruendo, el antiguo soporte de la Caverna se parte en dos y se desmorona en forma de un alud de piedra sobre las tropas orkas, que huyen desesperadas y en desbanda hacia los túneles de salida, intentando evitar ser arrastrados por esa inmensa ola formada por millones de rocas.

Ahora, de lo que fue Korn sólo queda una traslúcida imagen que poco a poco va desapareciendo. Sólo el contacto con el Hacha de Hielo lo mantenía en forma corpórea. Ahora su esencia se diluye, cada vez con más rapidez.

Pero Korn no puede dejarse arrastrar al olvido todavía. Aun no. Porque a pesar de que las tropas enemigas huyan del derrumbamiento, no todos sus adversarios lo hacen… Tres inmensos dragones negros se aproximan hacia su posición, rápidamente y sin miedo al derrumbe. No vuelan ni despliegan las correosas alas para evitar las rocas que caen, en cambio lo que hacen es subir por las paredes como lo harían unos lagartos comunes, ayudándose de sus poderosas garras.

Van en busca de los suyos… Korn sabe que no les van a permitir escapar. Esos dragones pretenden acabar con su familia.

Por esa razón cierra los ojos y entona un cántico monocorde. Korn ha sido chamán del dios Orn desde hace más de dos siglos… aprendió del mismo Kurs algunos de los más ocultos secretos, y ahora es cuando va a poner en práctica el más poderoso de todos ellos.

Porque Korn está cantando al Alma de la Montaña.

Y puede sentir cómo la Montaña comienza a despertar, comienza a responderle…

Tras miles de años de letargo, la vieja Montaña escucha el cantar de Korn, el cantar del Dios, el cantar de sus Hijos, que le piden ayuda en este momento de necesidad. La Montaña despierta y siente cómo unos seres oscuros se han apropiado de ella, cómo la han mancillado, cómo la han expoliado…

La furia de una Montaña es algo que nadie quiere conocer…

Los dragones se acercan por las paredes, imparables, enormes figuras negras como una noche sin luna, en la que destacan brillantes ojos rojos, blancos colmillos y sinuosas lenguas bífidas. Su atención apenas está tanto en Korn como en la abertura en el hielo por la que los intrusos se han escapado. Las enormes bestias se reúnen alrededor del hueco mientras sus cuerpos parecen hincharse y un horrible gorgoteo surge de sus gargantas antes de convertirse en llamaradas de fuego blanco que se abaten sobre el hielo, derritiéndolo al contacto y aumentando por segundos el tamaño del paso.

Korn no ve nada de esto. Su cántico esta en el punto álgido. La Montaña tiene su atención. Espera su plegaria. Y Korn, Guía del Clan del Hacha de Hielo, pronuncia una simple petición:

Madre Montaña… protege a nuestra familia… ¡y aniquila a nuestros enemigos!

El espíritu de Korn parte hacia la Montaña, mientras la Caverna estalla en millones de pedazos de piedras afiladas, destrozando en un instante a los dragones.

Y momentos después, la Montaña colapsa sobre sí misma…

 

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16/05/2013, 00:54
Director

 

El sonido de una montaña gritando. Algo que puede volver loco a quien lo escucha. Un estruendo tan estremecedor como para que nadie lo olvide durante el resto de su vida.

Es lo que los Hijos de Orn han de soportar mientras se encuentran en plena escalada hacia la superficie.

Tras el grito saben que lo que llega es el fin. Un seísmo interminable que les hará caer de nuevo al fondo mientras la sima se cierra sobre sí misma al mismo tiempo que quedan enterrados bajo nieve y piedra en una helada tumba subterránea. Morirán aquí junto a Korn…

Pero nada de esto sucede.

Sólo una nube de tierra y hielo en polvo que les llega desde abajo. Nada más. Por alguna razón no hay temblor, ni desprendimiento, ni alud sobre ellos. No hay nada…

Minutos después, tras constatar que todos se encuentran bien, continúan con la ascensión.

Pero esta vez es diferente. Algo ha cambiado. La escalada les resulta mucho menos complicada, y cada vez más y más sencilla. De pronto los asideros los encuentran con más facilidad, las paredes parecen más seguras, deja de haber desprendimientos, la ruta hacia la cima aparece clara y a la vista.

Es como si la misma Montaña les ayudase a llegar arriba, hasta la salida…

 

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16/05/2013, 00:55
Director

 

Menos de una hora después salen por fin a la superficie. Extenuados y agotados, pero con su voluntad reforzada por el hecho de haberlo logrado, por haber escapado los cuatro de las profundidades de la Montaña.

Los Hijos de Orn se encuentran con que una fuerte tormenta de nieve sobre las Kehalas. La visibilidad es prácticamente nula y es difícil saber si es de día o de noche.

Pero agradecen este último regalo de Korn. La tormenta evitará que el enemigo pueda encontrarlos ni seguirlos, y les servirá como cobertura mientras se alejan de este lugar.

No se detienen a descansar. Saben que deben aprovechar la invisibilidad que les brinda la climatología de las Kehalas. Todavía unidos por la cuerda, comienzan a descender por la pronunciada ladera.

Rumbo al sur.

 

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16/05/2013, 00:56
Director

 

Las Montañas Kehalas. El límite del mundo.

Eso es lo que parece, visto desde la distancia. Es lo que les parece a los cuatro Hijos de Orn, que desde lo alto de una nevada ladera observan como la Montaña de la que descendieron casi ha perdido la mitad de su altura. Parece haberse derrumbado sobre sí misma, y por suerte para ellos, ha sido hacia el lado opuesto al del que salieron.

Ha amanecido un día luminoso, sin nubes en el cielo azul, lo que permite distinguir sin problemas la inmensa masa montañosa de las Kehalas, al norte.

Este es el segundo día desde que escaparon del interior de la Montaña. Dos días sin rastro de orkos ni trolls. Dos días sin divisar la silueta de un dragón negro recortada contra el cielo.

¿Ha terminado todo? ¿Finalizó con el derrumbe de la Montaña? Las últimas palabras de Korn y su propia intuición les dice que no, que esto es el inicio de todo.

Contemplan el norte, la cordillera de las Kehalas, preguntándose en cuántas más de esas montañas se esconderán los ejércitos del enemigo. En cuántas de esas montañas habrá nidos de dragones.

El mundo tendrá que enfrentarse pronto al retorno de la Sombra. Esa es su misión ahora, alertar al mundo, preparar al mundo. Cumplir la última voluntad de Korn, la que les transmitió a cada uno de ellos con sus últimas palabras.

Hacia el oeste está el Reino de los Hombres: Stumlad. Hacia el este, los Clanes de Hijos de Orn de las Colinas Terasdur.

Saben lo que deben hacer… aunque eso implique que deben separarse… y que quizás nunca más vuelvan a encontrarse…

 

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19/05/2013, 21:18
Urm, hijo de Korn

Urm rompió el silencio. Hacía un viento frío que corría con fuerza y el cielo gris amenazaba con descargar una tormenta. Urm odiaba las despedidas y aquella más que ninguna. Toda su vida había estado con sus hermanos y le gustaría contar con  ellos a su lado para poder llevar a buen puerto al clan pues era una carga que no esperaba tener que portar tan pronto. Pero así lo había decidido el destino. 

-Hermano-le dijo a Unks apoyando su mano en su hombro- ayuda a nuestro hermano pequeño a convencer a los humanos del peligro que corremos todos... y luego regresa para guiar a mi lado a nuestro pueblo. Corm, siempre serás bienvenido como uno más. Lleva la cabeza a las tierras de Stumland y hazlos entrar en razón-le dio un apretón de manos con cariño- solo tú puedes hacerlo. 

Tras aquello, el gigante de pocas palabras, se giró mientras Romt se despedía de ellos. Mientras miró al cielo y sonrió. Se sentía bien pese a todo, y sabía que volvería a ver a sus hermanos, aunque no sabía ni cuando ni como pero estaba seguro de ello. Sopló y una pequeña nube helada se formo ante sus ojos y se dispersó en el cielo. Notaba el peso del hacha en su espalda. Su padre debía estar sonriendo allí donde estuviera y haría que se enorgulleciera de él. 

Cuando hubieron terminado, le dio una palmada al guerrero del clan.

-Vamos, nos queda un largo camino-dijo al mejor amigo de su padre y tras decir aquello empezó a caminar sin mirar atrás.