Partida Rol por web

El Remedio y la Enfermedad.

El origen

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21/09/2020, 19:22
Director

Sam se puso a conducir mientras te escuchaba.- Te saltas la ley a sabiendas que eso esta mal, no importa si una o mil veces, te conviertes en quien quieres detener.- dijo como queriendo que recapacitaras, te hablaba como un amigo... un amigo policía pero no de forma agresiva o negativa.- Si en vez de poneros una capa os apuntarais a la academia no estaría solo, ni tendría que perseguiros.- argumento.- En lo que respecta a Tyr, trata de evitarle, por tu propia seguridad. Esta mal de la cabeza, en serio cree que es Tyr, la reencarnación del hermano de Thor, es un enfermo mental. 

- Si quieres, te llevo a tu casa.- dijo mirándote de reojo. Sabía que no eras tan tonta como para picar y decirle donde estaba tu refugio- No suena bien que tengas un "refugio" como si fueras un animal. Entiendo que te escondas de esa escoria, si tienes algún nombre te prometo que les investigare, hablare con el F.B.I y les detendremos. Tengo un contacto fiable, puedes contar conmigo, eres una ciudadana de esta ciudad, es mi deber protegerte.

Sam resoplo.- Sé que no puedo impedirte meterte en líos sin ponerte unas esposas... pero si la gente que te persigue es tan peligrosa como dices la cárcel no sería un sitió seguro para ti, además te he dado mi palabra de que esta noche no intentare detenerte pero dormiría mejor si supiera que al menos logre que un vigilante se tomara una noche libre. 

Llegasteis a la ciudad y espero a encontrar un sitió seguro para dejarte, uno que te fuera bien. Se detuvo.

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21/09/2020, 19:46
Noche

- Lo se Sam. Pero a veces hay que saltarse las normas para obtener resultados. Mira hoy... hubiéseis encontrado los cuerpos de las chicas, calcinados en el sótano de ese almacén... solo porque dos mafias se peleaban por prostituirlas. Eso es lo que Tyr dijo. Que los italianos se estaban metiendo en el terreno de los rusos y aquello fue una vendeta y la demostración de que nadie les pisaría el negocio. - Le dije a Sam.

- En cuanto a Tyr, dudo que se acerque a mí. Ya le oíste como se puso, solo por ponerme delante suya y no permitirle que te golpease. Elegí lado en aquel momento y quedó claro que te elegí a ti. - Sonreí tranquila. Luego saqué el móvil y le envié la fotografía con la matrícula del coche que usó Tyr para apagarlo a continuación y volverlo a guardar. - Supongo que será robado, pero fue el vehículo que uso Tyr para ir a los muelles. Quizás encuentres algo útil antes de devolvérselo a su dueño. Ya sabes, pelos con ADN o huellas.

Cuando me dijo lo de acercarme a casa le miré y le volví a sonreír. - Si esto fuese una cita te diría que sí sin dudarlo. Pero la única cita que tendremos tú y yo será una donde llevaré unas bonitas pulseras de metal y donde mi culo acabará en una celda. Así que no... déjame en cualquier sitio. Sabes que subo rápido a las azoteas por las paredes y que puedo planear sobre los tejados. Y bueno, no es un refugio... vivo como una persona normal. Tengo mis aficiones, mis amigos... pero queda mejor decir refugio con este atuendo que decir casa. - Le guiñé un ojo.

- El problema es que si te doy esos datos, acabarás sabiendo quien soy y si les empiezas a investigar, estarás en peligro y conozco a alguien a quien le rompería el corazón que te ocurriese algo y no, no me refiero a tu hija. Deberías mirar más a tu alrededor y dejar estar el pasado. - Debía auto-ayudarme con él. - Si es que me permites el consejo. - Por dentro me moría por decirle que era yo, Kat... pero no podía. No debía. Complicaría mucho las cosas.

- Además, te torturarían antes de matarte para dar conmigo y usarían a cualquier familiar o amigo íntimo para presionarte. Lo se porque ellos me enseñaron y vi demasiado y me temo que hice demasiado. Y creo que ya te he contado mucho sobre mí, quería hacerlo para que no te preocupases y me da que he generado algo distinto a mi intención. - Suspiré.

- Y sí. En la cárcel me reconocerán, no por el nombre, pues ni recuerdo como me llamaron mis padres, ni sus nombres ni donde nací... Así que entenderás que mi identidad... - No dije nada más, pero mi nombre y mi apellido eran más falsos que un billete de 3$ y eso se lo debió figurar. - ... pero sí por el rostro. Y con esto no busco que no hagas tu trabajo conmigo, Sam. No porque se que faltarías al tuyo... pero piensa en una alianza. Solo piensa en ello y ya veremos los términos. - Le dije aprovechando la tregua.

- Por desgracia las mafias ganan terreno y cada vez tienes menos aliados. Yo soy libre, mientras no se sepa mi identidad, no tendré a quien me intente extorsionar, amenazar y no me sobornarán. Y la academia acabaría poniendo en peligro a demasiada gente y llamaría la atención de quien no debo. Aunque la verdad es que si las cosas fuesen de otra manera y supiese que acabaría contigo de compañero... me apuntaría sin dudarlo. - Pero con una identidad falsa, los rusos, puesto que seguramente aquellos que me enseñaron están vinculados con la mafia rusa, detrás mía... no. - Es más seguro hasta para ti que sea tu compañera pero así, no con vuestro uniforme.

Al terminar de hablar esperé la respuesta de Sam. - Para donde quieras. - Le dije al llegar a la ciudad. - Al contrario que tu, yo si se donde vives. - Le sonreí de medio lado. - Así que, que no te importe dejarme cerca de tu casa y... descansa, Sam. Me iré directa a la mía y salvo que vea un atraco o una violación de vuelta, prometo no meterme en más líos esta noche. - Le dije con sinceridad en mis palabras. - No quiero perder a mi mejor y único contacto en la policía porque no haya descansado como se merece, primero por mi llamada y segundo por no hacer lo que me ha pedido para descansar.

Cuando Sam detuvo el coche le miré a los ojos y luego a los labios. Kat tiraba muy fuerte dentro de mí, pero debía recordar en aquel momento que era Noche y no podía delatarme. - De verdad, Sam. Descansa y... gracias por traerme y esta charla. Necesitaba contarte todo esto y no sabía como hacerlo, salvo secuestrarte para hablar. - Bromeé antes de salir del vehículo y cerrar la puerta dejándome arrastrar por mis sentimientos.

Tras esto, corrí hacia un callejón y comecé a subir por la escalera de emergencia como si fuese un verdadero felino y desde lo alto del edificio, salté, planeando sobre la ciudad y rebasando el coche de Sam para que me viese volar sobre su cabeza, antes de cambiar de dirección y encaminarme al callejón que daba a la alcantarilla que comunicaba con mi local. A esas horas tendría que estar cerrado, pero debía asegurarme de que todo estaba bien... hasta que recordé que si entraba por allí saltaría la alarma, así que mejor ir a casa a descansar.

Ya me pasaría por la mañana, después de hacerle una visita a Sam en la comisaría. Tenía que hablar con él y si no salía todo como esperaba, al menos darle algo... Pero iría Kat a verle, no Noche.