Partida Rol por web

Bajaste escuchando cada vez más gritos detrás de ti. 

Alguien gritaba lamentándose por un brazo al bajar nada oías. El asilamiento del sótano era mejor que el de muchas discotecas del centro.

Dos cuartos al final de un pasillo estrecho. Romper el primer candado de una de las puertas no te costo.

 En el interior cinco chicas atadas a las sillas, de espaldas a la entrada. Reconociste a la chica negra, una de las ultimas en desaparecer. Las autoridades aseguraban que se había fugado con su novio pero la presión de sus padres y sus cuatro hermanos había logrado que su cara estuviera impresa en mil carteles por toda la ciudad.

 En la otro habitación, misma disposición, el resto de las chicas. Por lo que imaginaste estaban separadas en categorías por edad. Las mas mayores en una sala, con camisetas blancas y pantalon gris. Las jovencitas, apenas adolescentes vestían pantalón blanco y camiseta rosa.

Al entrar en la habitación, todos los ojos se giraron hacia mí. Lo bueno de aquel lugar era que estaba bien insonorizado, así que no me oirían hablar arriba. - Escuchadme todas. Vamos a salir de aquí, ¿vale? - Dije tratando de calmarlas puesto que sabía que mi aspecto no podía presagiarles nada bueno.

- Arriba, hay un tiroteo, así que en cuanto subamos, quiero que todas os agachéis y pongáis una mano en la espalda de la compañera que tengáis delante. Saldremos por la puerta de atrás y cuando estemos en un lugar seguro, llamaré a la policía para que os ponga a salvo. No salgáis corriendo, no os pongáis histéricas, no os pongáis en peligro y todo saldrá bien. Arriba tengo a un amigo que está entreteniendo a quienes os han hecho esto.

» Se que sois once, así que soltaré a una y que esa vaya ayudándome a soltar a las demás. Según estéis libres, seguid soltando a las que no lo estén, tardaremos menos en salir de aquí así. Cuando subamos, yo iré delante y os avisaré si podemos movernos o no... y hasta que os ponga a salvo, mando yo. - Les dije a todas las presentes. - La policía se encargará de poneros a salvo y tranquilas, no todos son corruptos y nos ayudarán.

O nos ayudará, puesto que la verdad era que no sabía si Sam vendría solo con un furgón policial o si vendría con un equipo. Pero antes de pensar en aquello, debía sacarlas de allí y asegurarme de que estuviésemos en un lugar alejado de aquel tiroteo. - Si lo hacemos bien, en diez minutos estaremos todas a salvo y esperando a los refuerzos.

Una de las chicas sollozo- ¡Fue un policía quien me trajo aquí! Hay gente muy importante en esto, si nos escapamos nos volverán a coger y nos mataran.

Otra de las chicas añadió.- ¡Si me marcho mataran a mi hijo, tienen a mi bebé!.

-¡Eramos 15, seis trataron de escapar.... no queremos que nos pase lo mismo que a ellas!

El terror que sentían era la cadena mas fuerte, una que no podías cortar de forma fácil pero si no cooperaban no podrías hacer gran cosa.

- El policía que conozco es el más legal de la ciudad. Me detendría a mí si me dejase coger por él.  - Respondí a la chica que estaba asustada. - Encontraremos donde ocultaros. Y sí, ya se que hay gente muy importante involucrada en todo esto. - Miré a la mujer que lloraba por su bebé. - Ahí arriba hay dos bandas de la mafia peleándose por vosotras. Quizás gane las que tiene a tu hijo o puede que gane la otra... sea como sea... tendrás que venir.

» Si te quedas, contarás que ha pasado y si no hablas te torturarán hasta que digas quien sacó a las demás de aquí. En cuanto a tu bebé... Podría buscarlo, pero su intención con vosotras no es que volváis a ver a vuestras familias. Puede que lo tengan o puede que no. - Me jodía ser así de dura y cruel, aunque lo que me daba es que su pequeño estaba muerto. - Varias de vosotras estáis siendo buscadas por vuestras familias y aún queda gente buena en la ciudad y dentro del cuerpo de policía.

Miré a las chicas. - ¿Realmente preferís estar aquí y sufrir lo que os vayan a hacer antes de mataros a salir de este infierno y tener la ocasión de salir de la ciudad y empezar de nuevo en otro sitio? Porque seguramente os prostituyan, os mantengan drogadas, os den palizas y cuando no sirváis apareceréis dentro de un contenedor de basura, sin vida. Si ese es el futuro que queréis... no perderé el tiempo ni arriesgaré mi vida para sacaros de aquí y poneros a salvo. - Clavé mis ojos en quien temía por su bebé. Iba a ser un hueso duro de roer.

- Y tú, me darás tu dirección, me dirás donde te cogieron y lo que recuerdes de quienes te atraparon... y si tu hijo aún vive, daré con él. - Añadí con seguridad, pero sabía lo que encontraría.

No todas aceptaron a la primera pero la idea de quedarse solas y tener que explicar lo que paso con las que faltaban les gusto menos que seguir allí. Lograste que te hicieran caso y se quedaran calladas pero sabias que alguna saldría corriendo por su cuenta en cuanto tuviera oportunidad. 

Respecto al niño era una historia triste. Los padres de la chica la largaron de su casa al saber que estaba embarazada y su novio, un chico italiano le dijo a su padre que le arreglara el problema. La chica pario en casa del mafioso para horas después meterla en un coche y despertar allí. 

Si se quedaron con el niño era por esa extraña unión que tenían los Fratello con "la familia y la sangre que los únia". No le harían daño, seguramente lo educarían para que años después siguiera con los asuntos de la familia, lo cual tampoco era algo buen.

Fratello eran palabras mayores, el cabeza de familia murió en un accidente al ser perseguido a toda velocidad por Red Hunter, en las calles de la zona sur, sus mejores hombres estaban entre rejas y era Fratello hijo el que estaba tratando de devolver la gloria a su familia.

Al sacar la cabeza oíste más tiros y golpes, olor o humo, algo se estaba quemando. La puerta trasera estaba muy cerca pero no veías a Tyr.

Los disparos venían bien pues seguramente eso del sigilo no lo llevarían bien y el olor a humo me decía que si no hubiesen accedido a salir, estarían muertas. No vi a Tyr, pero él tenía su parte del plan y yo la mía, aunque me hubiese gustado que nos hubiera visto salir de allí. Me acerqué a la puerta trasera y la abrí, animando a las chicas a que se apresurasen a salir al exterior.

El golpe de frío fue inmediato. Si yo lo notaba, ellas que iban con menos ropa más. - Vamos, tendremos que correr un poco, así no nos cogerán y mantendremos el calor. - Señalé con el dedo hacia donde tenían que correr después de asomarme por el rincón y ver que era seguro. Tendríamos que bordear parte de los edificios sin ser vistas, para luego salir de los muelles y adentrarnos en la ciudad.

Antes de hacerlas moverse, me asomaba a ver si era seguro y las hacía pasar delante mía, procurando que ninguna se quedase atrás. Y si alguna decidía escaparse... no iba a seguirla ni a llamarla. Mientras huíamos la chica del bebé me contó su historia. - Entonces tu hijo no morirá. Tiene sangre de los Fratello y le cuidarán y educarán como uno de ellos. - Llegué a decirle mientras corríamos. 

Una puerta y un vigilante de seguridad era lo que nos quedaba por delante para salir de allí. El plan era sencillo, decirles a las chicas que esperasen, acercarme a él en sigilo y dejarle K.O. abrir la puerta y correr hacia las calles de la ciudad, en busca de algún edificio abandonado donde ponerlas a salvo y llamar a Sam desde allí.

Pan comido si no lo complicaba ninguna de ellas.

El único problema al plan era que el ruso había mandado a sus hombre a ver que pasaba. A diferencia de los italianos, que a menudo metían familiares incompetentes en sus filas, los rusos eran como un ejercito. La mayoría de ellos tenían adiestramiento de primer nivel y cero remordimientos. 

Dos coches cerraban el acceso y varios hombres armados vigilaban que nadie entrara ni saliera. Los hombres de Fratello estaban condenados y seguramente seria el principio de una guerra.

Escuchaste algo y te volviste. Un camión sin luces, a una velocidad ridiculamente baja se acercaba a vosotras. Al pasar bajo una farola bajo la ventanilla y se asomo el tipo feo de la mascara de calavera, haciendo un gesto para que os acercarais.

Las salidas estaban bloqueadas. Eso acababa con el plan de escape en un chasquido. En ese momento oí el motor de un vehículo y me giré, haciendo que las chicas se mantuviesen agachadas en las sombras. Entonces aquel camión con las luces apagadas se detuvo y al bajarse la ventanilla vi a Tyr conduciendo aquel trasto. No había tiempo para celebraciones.

- Vamos chicas... cambio de planes... salimos en camión... - Las susurré señalando el vehículo e instigándolas a moverse hacia él. Corrí a la parte de atrás y la abrí para que subiesen mientras las iba contando y mirando si alguna se había quedado atrás. Saliese el número que saliese me iba a dar igual. Cerraría las puertas y me tocaría ir en la cabina. - Tranquilas, sujetáos donde podáis y guardad silencio. - Aconsejé antes de cerrar las puertas y correr hacia la cabina.

Esperaba que Tyr no me dejase allí, puesto que me iba a costar salir de aquellos muelles sin ser vista.

John espero que todas estuvieran dentro.- Señoras, pongan sus posaderas en el suelo y cubran las cabezas con las manos, esto va a ponerse movidito.- Aseguro Tyr mostrando una sonrisa bajo la fila de dientes de su mascara que no auguraba algo bueno.

- Usted ajuste se el cinturón, señorita.- dijo hablando a Noche, para quien tenía reservado el asiento del coopiloto.- Con ese pedazo de Airbag de la naturaleza la doto no creo que corra peligro pero de todas formas agarrese.

Era imposible salir de forma sigilosa, tampoco es que Tyr se hubiera hecho famoso por la sutileza de sus actos. Quemo rueda y arremetió contra los vehículos que taponaban la entrada. Los desperfectos le daban lo mismo, era una furgoneta robada, el seguro lo cubriría... o no.

El plan era no parar hasta estar llevar a un sitio seguro y conocía uno cojonudo. Un motel de carretera donde por un "donativo" podías meterte en una habitación con tres chicas, un caballo y un loro sin que nadie hiciera preguntas ni molestara. 

Subí al asiento del copiloto y el aroma a macho se olía en toda la cabina. Provenía de Tyr y su sutilieza con sus palabras. Me puse el cinturón y miré al hombre enmascarado. Tenía un cuerpazo impresionante, pero la máscara y su descarado machismo me tiraban para atrás, a parte de que estaba idiota por Sam.

- Veo que es todo un caballero que sabe expresar claramente lo que más le gusta de las mujeres. Me sorprende que no tenga una hilera de fans persiguiéndole noche y día. - Dije no carente de sarcasmo. - Espero que todo esto solo sea por el influjo de la máscara y que cuando se la quite, sea alguien un poco más... comedido.

Entonces Tyr pisó a fondo y no fue difícil deducir que aquel vehículo no era suyo al igual que seguramente, el que dejó en la entrada del muelle. Básicamente porque iba a estamparlo contra la barricada de coches montada por los rusos. - ¡Sujetáos! - Exclamé a las chicas antes de la embestida, haciendo lo mismo.

Tyr no estaba allí por casualidad. Sabía lo que se cocía allí dentro y sin duda tendría un lugar seguro donde dejar a las mujeres. - Adios a mi llamada a Sam. - Podía avisarle del vehículo en la entrada del muelle, que se encargase de las huellas, pero seguramente Tyr no hubiese dejado ninguna y solo le llevaría a una muerte segura con los rusos controlando la zona.

Suspiré inquieta. Estábamos a un día de Nochebuena y o bien lo celebraba sola, porque no era capaz de invitar a Sam a venir a cenar a mi casa esa noche o lo pasaría por las calles hasta que pudiese abrir el bar y dejarme ver por allí un poco. Era idiota. Había dejado pasar la oportunidad esa misma noche, cuando estuvimos hablando de las fiestas y de que se quedaría solo en casa y ahora... era demasiado tarde para llamar. Quizás por la mañana, unas compras de última hora, algo sencillo para no estar solos esa noche y hablar en un lugar que no fuese el bar y...

- Digo las cosas como las pienso, ¿No valoran las mujeres la sinceridad?.- pregunto Tyr preparando el cuerpo para el brutal impacto. No freno ni ápice después, ni cuando las balas sonaron demasiado cerca. Dio unos volantazos controlados para ser un blanco más complejo de acertar y se adentro por la carretera a toda velocidad. Tardarían un poco en seguirlos, con los coches jodidos, claro que podían llamar refuerzos y el humo que empezaba a salir del motor indicaba que tampoco le quedaba mucho.- ¿O solo valoran las frases ñoñas que suenan sinceras? ¿No prefiere que le digan "me gustaría follar contigo esta noche" en lugar de "eres el amor de vida" y desaparecer por la mañana?.- pregunto iniciando una conversación. 

- Las dejare en el motel, se quedan en la habitación y llama a quien sea que pueda ayudar a las chicas. Mientras yo les despisto y me deshago de esta chatarra.

- Así es... aunque no es muy sincero ocultar un rostro tras una máscara... - Sonreí divertida con ello. - Pero al tema, ninguna mujer se va a creer que en cinco minutos se convierta el en amor de la vida de nadie y sabe perfectamente que si se va a la cama con alguien una noche, sera solamente esa vez.

» Pero ya que me lo pregunta como mujer, pues me sentiría un poco molesta según que comentarios hiciese mi interlocutor sobre mí al respecto de mi físico. Que un hombre me llegue y me diga, "estas buena, eres follable..." le quita todo el encanto al momento. Ahora, un "eres preciosa, me encantaría pasar la noche contigo..." viene a decir lo mismo y es más fácil que una mujer ceda a esas palabras antes que a las previas. - Respondí entre balazos, bandazos con el camión sobre la nieve reciente y el impacto que se acercaba.

- Lo tenías todo muy bien planeado. Suponía que también como hacer que las chicas llegasen a buenas manos. - Le dije con respecto al motel aquel y que me encargase de eso. - Pero tengo a quien llamar. Muchas están siendo buscadas por sus familiares y serán un buen regalo de Navidad que se reencuentren.

Quería sacar el tema de Red Hunter, pero no con ellas delante. Tendría que encontrarle de otra manera otra noche, pues me iba a tocar dar un buen paseo para regresar a casa desde aquel motel a las afueras y si accedía a ir con Sam, me temía que sería engruilletada y llevada a comisaría.

- No es sincero ocultar la cara tras una mascara... dijo la mujer con mascara y pintada como una puerta...- comentó Tyr murmurando entre dientes.-Mire, no es por ofender pero el romanticismo se creo para abrir piernas. Todo hombre sabe que si logra agradar a una mujer con palabras bonitas sus opciones de follar aumentan, si eso no fuera así, si no fueran tan tontas de dejarse convencer por gilipollas con labia, les iría mucho mejor. 

Tyr estaba convencido de todo lo que decía, por machista que sonara a los demás el estaba convencido que sus palabras eran verdades universales fuera de toda duda o cuestión.

- No es mi plan.- confesó saltándose un semáforo en ambar.- Un amigo me llamo y me pidió que me ocupara yo de esto, el descubrió donde estaban pero le hirieron y no podía ir. Tenía que ser esta noche, mañana las habrían repartido por los burdeles o vendido a hijos de puta. Aviso a los rusos de lo que pasaba y donde podían encontrar a los italianos, todo el plan es suyo. En este caso soy un simple ejecutor.

- Eras tú el que hablaba de sinceridad, no yo. - Me acomodé en el asiento ahora que todo parecía haberse calmado un poco en la huída, aunque no tardarían en perseguirnos. - No todas las mujeres somos así, al igual que no todos los hombres. - Miré por la ventanilla, pensando en Sam. - Algunos se enamoran y no quieren saber nada de nadie más mientras esperan a que el otro les corresponda. - Hablaba de sí misma. - Y ahí le asuguro que ni palabras bonitas ni groserías ni sinceridad servirán para nada. - Miré a Tyr.

- Y sí, máscara y exceso de maquillaje. Tengo gente a quien proteger si se descubre mi identidad e incluso alguno me entregaría a la justicia si supiera quien soy por las noches.  ¿Acaso no se oculta el rostro por lo mismo? - Porque estaba claro que el cuerpo no lo tapaba demasiado. Cuerpo que volví a mirar y que una parte de mí me decía que no le importaría nada poder tocarlo, mientras que la otra solo me hablaba de Sam.

- Bueno, no me cuentes más. Se quien es tu amigo. Te vi tirar los trapos llenos de sangre mientras vigilaba un local nocturno para ver si lograba pillar a alguien tratando de secuestrar a alguna chica y al verlos, opté por seguir tu coche, seguramente robado, a los muelles... y me colé en la fiesta sin invitación. Pero... es que se veía tan divertida, que no pude evitarlo. - Le dije con sinceridad. Podía ser un aliado potencial y más aún si estaba con Red Hunter.

Tyr conocía la calles como si las hubiera construido el mismo mientras las chicas escuchaba la conversación sentadas en la parte trasera de la furgoneta, demasiado asustadas para decir nada.

Al cabo de un rato Tyr estuvo seguro de que no le seguían y se dirigió a un motel de mala muerte.

Le dio a Noche la llave de una habitación en la segunda planta, justo debajo del cartel, para que metiera allí a las chicas mientras el se deshacía del coche. No tardo mucho en reunirse con ellas. La habitación era más bien pequeña y las chicas se sentaron donde pudieron, aun temiendo que las encontraran. Algunas agradecieron a sus salvadores entre sollozos, con palabras sinceras de gratitud.

La habitación no pasaba las mas elementales normas de higiene pero serviría para el propósito de esconderlas un rato.

La conversación con Tyr se me hizo extraña a la vez que cómoda, quizás por llevar el rostro tapado y saber que nunca sabría quien era yo. Tuvimos suerte y los rusos no nos siguieron no tardando en llegar al motel más asqueroso del lugar. Una vez allí, Tyr me dejó a solas con las chicas en una habitación. Si el encargado nos vio subir, se pensaría que menuda fiesta se iba a montar el enmascarado con tanta mujer.

Mientras el hombre se deshacía del vehículo, yo traté de calmar a las chicas. Algo complicado por un lado, puesto que unas lloraban porque pensaban que serían ejecutadas y otras lo hacían de felicidad, agradeciéndonos tanto a Tyr como a mí el rescate de aquel lugar. A las que lloraban por haber sido salvadas las hablé quizás con algo de dureza. - El almacén acabó ardiendo. Posiblemente ahora estaríais muertas de verdad, por afixia por el humo o consumidas por las llamas, así que tenéis una nueva oportunidad.

Quería llamar a Sam, pero hasta que no se relajasen un poco no podía hacerlo y cuando regresó Tyr, los agradecimientos volvieron a salir de sus bocas. - Tengo que llamar para que vengan a por ellas y las lleven con su familia. - Le informé sacando un móvil desechable de algún sitio de mi traje, oculto bajo la capa. Lo encendí y marqué el número de Sam y le llamé, no sin antes cubrir el móvil con la capa para no dejar muestras de saliva en él.

Siempre usaba móviles de ese tipo para llamarle. Los mantenía apagados siempre para evitar que lo localizasen y solo lo encendía para llamarle, para volverlo a apagar de nuevo. Cuando me quedaba sin saldo o bien no sabía decirle donde acudir, le dejaba el móvil encendido para que lo pudiesen localizar, aunque los móviles desechables no tuviesen esa función y menos aún GPS o internet, si podían buscar la antena más próxima.

Sabía que era tarde y que le despertaría. Dieron varios tonos y pudo ver en su pantalla un número que no conocía. Nunca ocultaba el número por si tenía que llamar antes de llegar. Ahora tocaba lo divertido, modular mi voz un poco más, para que Sam no me reconociese. Descolgó dormido, pero supo que era yo. - Siento despertarte Sam. Tenemos a las chicas desaparecidas. No son cinco, son once, así que tendrás que traer algo grande para llevártelas y gente de confianza, puesto que una de ellas fue entregada a la mafia por un policía. - Tras estas palabras, le di la dirección del lugar. - El resto, te lo contaré en persona, como siempre. - Y colgué.

Luego miré a Tyr, quien estaba siendo adulado por las mujeres y sonreí para mí. A pesar de su manera de ser, seguramente alguna o algunas si caerían en la cama con él esa misma noche. - Tardarán un rato en llegar. Para cuando lo hagan, las chicas deberán estar solas. Sam no se anda con chiquitas y nos detendrá a los dos también si puede. A pesar de estar haciendo un bien a la ciudad, nos considera delincuentes por todas las leyes que nos saltamos. Por eso confío en él. - Le expliqué al héroe delante de las chicas, para que viesen que era alguien de confianza de verdad.

- Ya que estamos bajo el cartel, sugiero que dentro de un rato subamos al tejado y desde ahí controlemos todo. Luego le contaré quien tenía a quien, que los rusos fueron a por un nuevo botín y que mandaron refuerzos. No tiene que saber nada más. Si quieres puedes estar presente en la conversación. - Le dije al hipermusculado hombre.

Tyr estaba incomodo con las chicas.- Señoras, si llego a saber que iba a ser tan pesadas las dejo dentro del puto almacén. Por el amor del Dios en el que crean, cierren la boca un rato que ponen dolor de cabeza.- pidió con su "amabilidad" natural. 

- ¿Sam?¿Sam Jordan?.- pregunto Tyr con un bufido entre dientes.- ¿Ese tipo con cara de sardina en mal estado y con mas entradas que un campo de futbol?¿Ese Sam? ¿En serio confía en el? Porqué si, es un buen tipo pero no parece que tenga todas las luces encendidas.- aseguro.- Trato de detenerme por soltar dos guantazos a un niñato que vendía droga solo porqué "era menor". Tócate los huevos.

Tyr se cruzo de brazos y se quedo cerca de la ventana, sin apartar la cortina.- Tardara entre veinte y treinta minutos en llegar, esto no queda cerca de ningún lado. ¿Sacamos el monopoli o tiene otra idea mejor?

Miré a Tyr cuando trató así a las mujeres. - Simplemente expresan sus emociones y agradecimiento. Sabes que si se hubiesen quedado allí estarían muertas ahora mismo. - Le respondí a Tyr. - Pero es cierta una cosa, debemos permanecer en silencio, señoritas. No queremos que los vecinos llamen a quien no deben por alboroto.

Esperaba que con eso se calmasen.

En ese momento Tyr habló de Sam. Mi Sam. No pude evitar mirarle mal cuando le describió de aquella manera. Mis sentimientos hacia él me traicionaron en ese momento. - Sí, confío en él precisamente por eso. Porque sería capaz de arrestarme a mí a pesar de las veces que le he dejado "regalos" y ayudado. Nunca hemos trabajado codo con codo, porque me imagino que en cuanto me descuidase acabaría esposada, pero siempre que he podido le he ayudado por ser legal.

» Quizás algún día logre convencerle de que los vigilantes no somos tan malos como nos ve. Pero hasta que llegue ese día, lo mejor es mantener la distancia. Créame Tyr, podrá acudir a él para que se asegure que encierren a alguien, porque él lo hará... pero como ya ha visto, si puede, tratará de detenerle también. Para un policía que funciona como debe, no voy a dejarle escapar... metafóricamente hablando.

Tyr miraba por la ventana, vigilante. Anunció el tiempo de espera. - Pensar como volver a la ciudad... Con Sam lo haremos engrilletados y caminando está muy retirada. - La verdad era que me imaginaba que iba a ocurrir. Tyr tomaría prestado un coche del parking, si es que se quedaba hasta verle la cara a Sam. Pero la verdad es que también tenía algunas dudas. Quería saber hasta que punto aquel secuestro había sido gordo y miré a las chicas. - Sabemos que a una fue un poli quien la trajo aquí, a otra su supuesto novio... ¿cómo os captaron a las demás?

Tres chicas se miraron entre ellas y una rompió el silencio.- Nosotras fuimos a una entrevista para camareras en un local italiano, "El Pasta Napoles", nos dijeron que pasáramos a la trastienda y allí nos ataron para meternos en una furgoneta.

Otra chica sollozo.- A mi me cogieron mientras hacia runnig a lo que otra levanto la mano.- A mi también.- y otra comentó.- Yo volvía de la biblioteca. - las tres que restaban por hablar añadieron.- Nosotras fuimos a un local, unos chicos italianos nos invitaron a copas y lo siguiente que recordamos es estar en ese sótano horrible.

- Mis disculpas señoras, se me olvidaba que son sacos de hormonas con patas.- dijo Tyr queriendo ser "conciliador".

La peliroja se pico cuando hablo mal de el jodido policía.- Señora, sera muy bueno en su trabajo pero tiene la mente cuadriculada.. aunque me parece que no opondría mucha resistencia si le quisiera poner las esposas pero ¡Eh! Yo no me meto en sus filias raras.

-Si quiere puedo acercarla a alguna parte, ese coche gris tiene buena pinta.- sugirió señalando al que estaba aparcado frente al motel.

Las chicas comenzaron a decir donde las cogieron y Tyr añadió algo.- Las tres últimas son putas, no es que sea nada malo, no tengo nada en contra, pero tal vez sea un dato que necesite.