Partida Rol por web

El despertador suena estridentemente, cómo cada día, puntualmente a las seis de la mañana excepto cuando te toca turno de noche, alertando a tu perro que se yergue enseguida a los pies de la cama con un ladrido animado, bajando de un salto enérgico y saliendo de la habitación, probablemente directo a la cocina...
A pesar de la hora temprana Irina ya no está en la cama, pero intuyes que estará haciendo el desayuno cómo casi cada día, aunque le insistas en que no es necesario que madrugue tanto sigue haciéndolo, es tan terca cómo una mula.

Arrastras los pies hasta la cocina para confirmar lo que ya pensabas: tu mascota comiendo abundantemente de su propio plato en el suelo en uno de los rincones e Irina sirviendo un desayuno contundente de bacon, huevos fritos y tostadas con zumo y café.
-¡Buenos días...!- te sonríe de forma radiante y te besa en la mejilla cariñosamente antes de tomar asiento en la mesa, sin embargo su desayuno es bastante más escueto que el tuyo, tan sólo las tostadas y el zumo.

La alarma suena como cada día. Y aún así, mi cuerpo no se habitúa a cogerle la hora al despertador, seguramente los cambios de horario, las guardias, las preocupaciones y últimamente las pesadillas, no me hacen bien. Coque se levanta antes que yo de un salto-claro, tu tienes todo el día para dormir, así me levanto yo también con ganas-suelto un gruñido mientras me levanto de la cama rodando sobre mí mismo.

En la cama ya no queda nadie. Aunque me encanta encontrarme el desayuno cuando me levanto, aún me gustaría más que me despertaran en la misma cama, aunque fuera sin desayuno, pero Irina no aguanta quieta y tiene siempre listo un gran desayuno-el desayuno de los campeones-sonrío al llegar a la cocina.-¿Crees que tu preciosa cara sea alguna vez lo que vea por las mañanas? en vez de un perro hiperactivo-digo mirando a Coque devorando su plato de comida como si hubiera estado haciendo ejercicio toda la noche. Me acerco a Irina y le doy un beso y un abrazo antes de sentarme a comer.-Buenos días preciosa.

Me como el plato mientras escucho en la radio las noticias locales. Apenas les presto atención cuando veo a Irina pasar por delante de mí con el pijama aún puesto. A veces me pregunto como he tenido tanta suerte de tener la vida que tengo. Así que sonrío y termino de comer.-Voy a la ducha-digo mientras echo los platos al fregadero.-Hoy me toca a mi fregar los platos, así que ni los toques-aunque la verdad, por la mañana no me da mucho tiempo a fregar nada.

Subo de nuevo las escaleras y me acuerdo de la familia del arquitecto y de la sombra que me persigue por haber elegido esta casa con escaleras. Muy bonita, pero poco práctica. Tiro la ropa al suelo del baño mientras me miro en el espejo y me veo cada día más viejo. Encojo barriga, pero la verdad, no tengo, al menos el ejercicio físico hace que no se me caigan las tetas. Abro el grifo y me ducho con calma, es mi momento.

-¿Eso lo que te gustaría ver de buena mañana?, ¿mi cara llena de legañas y soñolienta?- pregunta en tono de burla mientras mira de reojo el entusiasmo de Coque con su simple plato de comida que podría calificarse de "prefabricada".
-Lo intentaré, pero no prometo nada- acaba respondiendo a tu "propuesta" indirecta mientras dejas los platos en el fregadero, dejando que te marches sin que tu amable ofrecimiento acabe de surtir efecto ya que después de todo ambos sabéis que probablemente no te dará tiempo.

Entras en la ducha con el tiempo algo apurado, así que te das más prisa de la que te hubiera gustado, saliendo completamente despejado y despierto, justo lo que necesitabas.
La cama de la habitación ya está hecha e Irina se viste con total naturalidad, tendiéndote tu propia ropa y preparándose para ir a su propio trabajo de camarera. No es que sea un trabajo de "futuro" pero ayuda a pagar las facturas.

Tras ayudarte a vestirte y hacerte alguna que otra carantoña sales de casa relativamente animado, dispuesto a otro día de duro trabajo... O quizá de soberano aburrimiento, es lo malo de esto, a veces surgen emergencias con las que resulta casi imposible lidiar y otras veces sencillamente no ocurre nada o son cosas tan absurdas cómo bajar a un gato de un árbol.

Llegas a la estación de bomberos con bastante puntualidad, dejando la moto en el pequeño párquing para empleados. Lo cierto es que caben muy pocos vehículos pero para la moto no es problema, es una de sus ventajas.
En realidad sois una de las varias estaciones de la ciudad, una de las más pequeñas, por eso sólo se os suele llamar para asunto "importantes" cuando realmente hace falta mucho personal... Algunos preferirían poder trasladarse a la Estación principal del centro, pero la mayoría ya se han habituado y prefieren la relativa tranquilidad.

Nada más entrar te percatas de que todo está tan tranquilo cómo cabía imaginar. Algunos de tus compañeros revisando los vehículos te saludan, los demás están en la sala de espera mirando la tele, hablando o jugando a cartas. Tan sólo faltan un par de ellos que deben haber ido a algún tipo de llamada "secundaria".

La ducha no es todo lo relajante que quisiera, como siempre, voy con la hora pegada al culo, así que es mejor que salga cuanto antes y me vista. Me seco de mala manera mientras voy al cuarto, donde Irina ya se está poniendo la ropa para ir a trabajar.-Y si hoy no vamos a trabajar...-digo acercándome a ella con la toalla anudada a la cintura y cogiéndola por las caderas. Acepto gustosamente sus carantoñas y decido separarme de su cuerpo antes de que sea tarde.

Me visto rápido y salgo de la habitación.-Creo que no me da tiempo a limpiar los platos. Esta noche cocino yo para compensar.-Lanzo un beso al aire y salgo pitando escaleras abajo. Cojo la moto y me dirijo al trabajo. Cuando llego está todo como siempre, salvo que falta un camión.

Entro en los vestuarios y me pongo la ropa de faena.-Falta un camión ahí abajo, ¿no? ¿donde están?-digo poniéndome la chaqueta y cogiendo el casco para tenerlo a mano en caso de emergencia. Me siento en un sofá y miro la tele para ver qué están echando mientras nos mandan algo que hacer.

Escuchas de fondo las noticias, un poco lo de siempre en realidad, aunque al parecer acaba de conocerse la noticia de que un asesino en serie anda suelto y la gente empieza a asustarse, así que no paran de repetir las típicas medidas de seguridad básicas que debería seguir todo ciudadano, sin embargo del criminal poca información dan.

La mayoría de tus compañeros pasan de lo que se escucha, sea porque ya lo han oído o porque sencillamente no les interesa.
Tomas asiento junto a Adam, un hombre robusto y enérgico que enseguida te da una sonora palmada en la espalda a modo de saludo matinal.
-Creo que un niño resbaló en algún tipo de pozo y han ido a sacarlo, algo por ése estilo era...- se encoge de hombros dejando bien claro que a pesar de todo el rescate no parece grave y apoya los codos en las rodillas.

-Me parece que los que van a tener curro son los polis, con todo ese follón del asesino quizá hasta nos llaman menos...- chasquea la lengua con fastidio y mira las barras metálicas verticales que hay apostadas en un lateral casi con nostalgia.
-Es un poco tétrico darse cuenta de que haya gente capaz de hacer cosas como esa, ¿verdad?- parece dispuesto a hablar de algo tan siniestro como eso, aunque quizá sea mejor que comentar el reality show que te hizo tragar Irina anoche.

En la radio se escuchan los detalles de una serie de asesinatos. Un asesino anda suelto y parece que tiene intenciones de seguir matando. Intento escuchar qué tipo de víctimas son las que le gustan y empiezo a preocuparme por Irina. Estás acostumbrado a tener a alguien siempre donde se espera que esté que cuando te planteas por un momento que alguien ha sido asesinado te das cuenta de que alguien esperaba que esa persona volviera a estar justo donde siempre, y sin embargo, ya nunca más lo estará.

-Espero que saquen a ese niño del pozo y no sea una falsa alarma, ya sabes como son los críos cuando se aburren.-Esucho a Adam poco menos que de fondo e intento saber los detalles que dan sobre el asesino.-La verdad es que si Adam. Hay cosas en este mundo que no me caben en la cabeza y el hacer daño a una persona e incluso matarla, solo por placer es una de esas cosas que nunca podré entender.-Me siento tentado de levantarme y llamar a Irina por teléfono para decirle que tenga cuidado al salir del trabajo y que iré a recogerla si es necesario, aunque no sé si podré estar allí para cuando ella salga. Nuestros horarios no suelen coincidir.

-Bueno, piénsalo por el lado bueno, si tu te aburres es que no hay gente sufriendo, bosques ardiendo o alguna catástrofe natural.-Sonrío y me echo hacia atrás en el sofá apoyando la cabeza la parte superior del respaldo mirando al techo pensativo.

-Joder si lo dices así parecemos monstruos...- admite Adam rascándose distraidamente la cabeza antes de acabar negando, arrastrándote con él a una de las mesas para echar una partida de póquer con otros compañeros y dejar de darle vueltas a asuntos tan desagradables, aunque a ti te resulta algo más difícil con la imagen de Irina pululando por tu mente. Ya has tenido más de una pesadilla al respecto...

Al final acabas por abstraerte con tus compañeros y la mañana transcurre con la suficiente calma cómo para que resulte tremendamente aburrida...
Algo pasado el mediodía y mientras algunos todavía se encuentran comiendo sus bocadillos o lo que sea que han traído, empieza a sonar la alarma.

Es tan repentino que más de uno pega un brinco, pero la reacción no se hace esperar y todos se levantan recogiendo su equipo y bajando por las escaleras y las barras metálicas.
En el párquing os espera el jefe de bomberos para daros el resumen y la dirección, podéis ver cómo en el exterior ha empezado a lloviznar.

-Bien chicos, parece ser que un hombre ha dado la voz de alarma porque ha visto salir humo del piso de uno de sus vecinos y éste no le abre la puerta. No creemos que sea nada excesivamente grave así que irá sólo la unidad uno- lo cuál por suerte o por desgracia te incluye.
La dirección es facilitada al encargado de conducir el camión mientras el resto toma su posición en el vehículo. En total unos cuatro.

Tras mi comentario Adam parece que ha recapacitado acerca de su labor para con la humanidad y me recrimina por ello. Sonrío satisfecho y paso la mañana sin hacer mucho. Paseo por allí y salgo al patio a que me de el aire. Veo a la gente pasar y me pregunto si cualquiera de ellos podría ser un asesino despiadado.

Me encuentro en la puerta cuando suena la alarma, la cual puede escucharse en todo el barrio. Salgo corriendo hacia el interior y cojo el casco y la chaqueta. Me coloco la chaqueta mientras el jefe nos da cuenta del aviso y dejo el casco bajo mi brazo. La unidad uno, me toca moverme.

Me monto al camión y me siento en uno de los asientos mientras me coloco el casco. Somos cuatro, pero según el jefe no parece que sea gran cosa, así que deberíamos poder solucionarlo sin más ayuda.-Vamos, puede que tengamos a un hombre intoxicado por inhalación de humo. Comprobad bien las mascarillas de oxígeno.-Miro el regulador de mi botella de oxígeno y compruebo que la máscara funciona de camino al lugar.

Subes al camión mientras tus compañeros aseguran sus máscaras de gas y se agarran a los laterales.
El camión sale con relativa rapidez encendiendo la sirena para que los coches faciliten vuestro avance, percatándoos de que ha empezado a llover aunque por el momento sólo son unas pequeñas gotas y unos grises nubarrones que encapotan el cielo... En realidad debería facilitaros todavía más las cosas.

El vehículo avanza sin apenas descanso hasta que empieza a frenar, por el contrario tu pulso se acelera enormemente al percatarse de que es tu propia calle, y resulta inevitable que las imágenes de las múltiples pesadillas que has tenido al respecto asalten tu mente.
Los chicos bajan del camión mientras vosotros salís del interior, sin embargo no es en absoluto lo que esperabais... Todos los pisos superiores ya están incendiados y las llamas salen por las ventanas cómo si aún quisieran consumir más de lo que pueden, llegan hasta el séptimo piso y el tuyo es el quinto.

-¿Qué diablos es esto...?- pregunta completamente aturdido el conductor mientras vuelve al interior para pedir refuerzos y todas las unidades disponibles.
El resto a pesar de ser pocos no pierden tiempo y enseguida preparan la manguera y la escalera para poder comenzar con el apagado del fuego.

-Vamos a ver si podemos evacuar a alguien- te dice el conductor cuando acaba de transmitir el mensaje, colocándose la máscara y la bombona que habíais decidido traer cómo buenos previsores.

Paso el camino concentrado en mis utensilios y en colocarme bien la chaqueta para estar preparado nada más llegar. Miro como mis compañeros hacen lo mismo mientras la sirena es la melodía de la urgencia y nos acompaña curva a curva. Los coches deberían estar apartándose a nuestro paso porque no siento que en ningún momento se detenga, así que llegamos pronto.

Bajo del camión y me encuentro de frente con el incendio.-Mi edificio--¡Mi casa!-grito sin pensar.-Mi perro está dentro.-Es el primer pensamiento que viene a mi mente, incluso antes que cualquier objeto que pudiera quemarse en el incendio. Al menos Irina debería estar aún en el trabajo, pero no quita que imágenes de mis pesadillas vuelvan a pasear danzantes y diabólicas por mi mente. Mi perro no respira, Irina inconsciente...

Mis compañeros ya preparan la manguera cuando hasta el conductor tiene puesta ya la máscara y están a punto de atacar al fuego. Hago lo propio e intento calmar mis nervios. Máscara, bombona de oxígeno y me acerco al jefe de unidad a la espera de órdenes-Jefe, mi casa está dos plantas más abajo del fuego. Démonos prisa, mi perro está dentro.-Me mantengo a su lado. Ante todo soy un profesional y debo acatar órdenes, porque de ellas depende que salgamos vivos y no puedo dejar a mis compañeros por un arrebato-¿órdenes señor?

Uno de los compañeros se sube a la escalera mientras el otro le sitúa desde abajo para después subir también y ayudarle con el manejo de la manguera.
Todo sucede demasiado deprisa, cómo siempre que hay una emergencia de tal calibre, no han llegado todavía los refuerzos pero tanto tu jefe, Fred, cómo tú ya estáis preparados, así que levanta el pulgar en señal de que estáis listos y os adentráis en el edificio con las bombonas de oxígeno y las hachas, por si fuera necesario tirar abajo alguna puerta.

-¡Malone...! Lo prioritario ahora son las personas- te espeta sin andarse con rodeos mientras empezáis a subir escaleras y miras tu reloj.
La hora de comer, Irina suele retrasarse... Bueno, a veces se retrasa, quizá esta vez también lo haya hecho.

Dentro del traje la calor es abrasante pero os habéis entrenado duramente para soportarlo y es más conveniente eso que quemarse directamente con el fuego.
Fred se dispone a subir hasta el último piso despejado, sin embargo cuando llegáis al quinto las llamas ya han consumido las escaleras de forma irremediable.
-No es posible, ¿cómo se propaga tan rápido..?- pregunta completamente perplejo y sin comprenderlo, puesto que no hay ningún elemento que pueda acelerar su crecimiento cómo gas u otros contaminantes.

Niega con la cabeza y empieza a abrir las puertas de los distintos pisos, en total hay unas ocho.

Cita:

Lamentando no poder hacer nada por Coque de momento, asiento ante las palabras del jefe y me coloco la máscara. Vamos a entrar de inmediato. La bombona de oxígeno a la espalda y hacha en mano entramos en el edificio. Si bien estaban las llamas en el séptimo piso cuando entramos, ahora nos encontramos con que no se puede ir más allá del quinto.

Miro a mis compañeros que empiezan a abrir las puertas de esta planta tal y como hemos hecho en las anteriores. De momento no hemos encontrado víctimas o gente inconsciente por haber inhalado humo. Será mejor que actúe rápido, así que golpeo mi propia puerta con el hacha con intención de derribarla. Las llaves están en la taquilla.-No puede ser, no puede ser igual que mi pesadilla, por favor, que no lo sea-me afano en golpear la puerta esperando encontrar mi perro tras la puerta deseando salir.

Tu compañero se afana por derribar la puerta que tiene delante puesto que sólo sois dos y tenéis muy poco tiempo. Si vosotros ya corréis riesgo llevando los trajes y las máscaras, imaginar el peligro al que puede estar la gente atrapada dentro de sus casas resulta frustrante, sin embargo en la mayoría de ocasiones casi todos consiguen salir del edificio antes de llegar a estos extremos.
Debéis daros prisa en buscar por todo el piso para después proseguir en los inferiores donde el fuego todavía no ha llegado, pero a no ser que los compañeros de fuera se den prisa en sofocar las llamas éste incendio parece algo fuera de control.

Consigues adentrarte en tu propia casa tras derribar la puerta, sin embargo tus temores se hacen patentes y nada se mueve en el interior del piso, donde el humo debe de ser asfixiante por lo que puedes ver.
Traspasas el recibidor y el comedor, tras el sofá encuentras a Coque tumbado e inmóvil, con unas extrañas marcas de quemaduras con forma de cadenas rodeándole el vientre. Al parecer ya es tarde para tu mascota.

Desde ese mismo sitio puedes observar tu propia habitación, donde distingues el cuerpo tendido de Irina en el suelo, inconsciente o quizá algo peor, de todos modos cuando te dispones a acercarte alguien sale del cuarto, o quizá sería más adecuado decir "algo".

La calavera envuelta en llamas que conforma su cabeza parece observarte por unos segundos antes de hablar con voz grave y cavernosa.
-Malone... Llegas un poco tarde- una sonrisa grotesca parece componerse en su huesuda mandíbula.

Golpeo la puerta con todas mis fuerzas. Noto el temblor del mango al rebotar contra la puerta de madera, pero su vibración no me molesta, ya casi estoy acostumbrado y la mantengo firme. Mi respiración dentro de la máscara es agobiante y sin embargo no me importa. Tengo un objetivo y es derribar la puerta.

Un vistazo a mi espalda y Fred está haciendo lo mismo con la puerta de en frente, solo que yo, tengo motivación extra. Pienso en mi perro y el por qué no le escucho tras la puerta. Él es seguro que se encontraba allí, pero si Irina hubiera vuelto se habría enterado del incendio y hubieran salido los dos-¿no?-golpeo la puerta una vez más y esta cede finalmente.

Sale humo de su interior, aunque no parece que haya fuego. Debe haberse colado por los conductos de ventilación, que para más inri seguramente estén taponados.-Maldito viejo edificio-Empujo la puerta abriéndola de par en par y entro corriendo.

Miro en la cocina que es la primera puerta que encuentro y no encuentro nada, pero cuando llego al salón la cosa cambia. Allí está mi perro, mi fiel labrador detrás en el sofá, en el suelo, inherte, inconsciente... muerto. Tiene el pelaje quemado en una extraña forma, como si una cadena o cuerda ardiendo le hubiera tenido rodeado, pero está claro que no respira.

Aguanto la rabia y la impotencia que me produce su pérdida agarrando con fuerza el hacha que aún sostienen mis manos y miro a la habitación. Allí lo que me encuentro es aún peor. Aún agachado en el suelo y con una mano sobre el lomo de Coque veo a Irina tumbada en el suelo-Irina...-Mi voz apenas se escucha fuera de la máscara mientras me acerco a la habitación y "algo" sale de ella tapándome su visión.

Alguien sale de la habitación y me quedo clavado en el sitio al verlo. Jamás he visto algo así en mi vida y es que su cabeza está ardiendo. No solo arde sino que ya solo quedan sus huesos. Dentro de la máscara mi boca se abre y me quedo sin saber como reaccionar ante esta visión macabra de una persona viva. Mi primera idea tras el shock inicial es intentar apagar el fuego, pero mi cerebro se colapsa al comprobar que la calavera no sólo no es una alucinación sino que además habla. Me llama por mi nombre y me reprocha que llegue tarde. Tarde para qué-para salvarlos.

Sus ojos de fuego, la calavera en llamas y las extrañas cadenas que se mueven a su alrededor como por arte de magia me hacen pensar que quizás, solo quizás sea él el causante de todo esto. Miro a mi perro de reojo y comprendo a qué se deben sus quemaduras, deben ser de las cadenas que de alguna manera maneja este ser. Sujeto el hacha con las dos manos. Ya no se qué pensar.-¿Quién eres y qué ha pasado aquí? ¿has hecho tu esto? ¡IRINA!-intento llamarla desde este lado de la puerta, pero algo me dice que si no ha corrido la misma suerte que mi perro, poco le debe quedar si sigue respirando este humo.

De nuevo, flashes de mi pesadilla vuelven a mi cerebro y una lágrima escapa de mi ojo derecho refrescándome la mejilla.

No puede ser verdad.

Los dedos de una de las manos de Irina se mueven ligeramente, pero es el único gesto o respuesta que alcanza a hacer ante el grito de Mark, probablemente más cerca de la inconsciencia que de la consciencia.
El ser sigue con esa extraña sonrisa de satisfacción que tan sólo componen sus huesos y dientes carentes de piel y músculo, sus ojos emiten un brillo cuando Natalie hace acto de presencia en el comedor, sin ningún tipo de protección o máscara para poder respirar.

-Los humanos siempre tan patéticamente predecibles- dice con desdén y esa voz de ultratumba característica -Claro que lo he hecho yo, tenía que atraerla...- avanza unos pasos mirando a la recién llegada, manteniéndose todavía a varios metros de distancia del bombero.
-Sven quiere que te dé un mensaje- aparentemente habla a la mujer, pero las cadenas se mueven pro sí solas directamente en dirección al hacha de Mark para intentar sostenerla.

Veo desde mi posición como Irina trata de mover los dedos. Parece estar demasiado débil para hacer algo más.-Qué le has hecho...-Vuelvo a mirar al ser que se muestra ante mí y llego a la conclusión de que es tan anormal que no puede ser verdad. Es otra de mis pesadillas y quiero despertar.

Entonces mi pesadilla se vuelve aún más extraña al aparecer una mujer en mi salón, sin máscara, chaleco innífugo o cualquier tipo de protección anti-incendios. Ninguna persona podría estar tan tranquila respirando el humo sin caer intoxicada en pocos minutos.-Despierta Mark, vamos.-Aprieto el hacha contra mi pecho y cierro los ojos intentando despertar.

De pronto la calavera ardiente vuelve a hablar y abro los ojos.-¿Atraer a quién?-La pregunta es más instinto que otra cosa, porque estoy casi convencido de que esto no puede ser real. Justo en ese momento las cadenas fantasmales que revuelan a su alrededor se dirigen hacia mi intentando quitarme el arma de las manos. Apenas me da tiempo a verlo venir, pero sus cadenas no llegan a tocar el hacha. Ha fallado por muy poco, pero no sé qué más podría hacer con ellas.

Está claro que no es amistoso, así que miro a Irina y calculo mis posibilidades de ir a por ella y sacarla mientras ellos hablan. Quizás así despierte de este mal sueño.

Las cadenas van directas hacia Mark, pero él consigue moverse a tiempo y cuando éstas giran acaban por rebotar en "algo" invisible que parece encontrarse alrededor del bombero haciendo saltar chispas en contacto con el metal, cómo si de una extraña barrera protectora se tratara.
El extraño ser mira por un momento al hombre, pero parece que su interés cesa y las cadenas vuelven a él dejándole vía libre para llegar hasta Irina.

-Así que se te ha comido la lengua el gato eh...- responde con una risotada de desdén al observar como Natalie se queda quieta sin reaccionar ni decir nada, satisfecho del temor que ha conseguido infundirle -Entonces seré mucho más escueto de lo que debería, simplemente... Lárgate de la ciudad- sus ojos se encienden todavía más y entonces salta hacia el techo en llamas fundiéndose con él, momento en el cuál el fuego empieza a apagarse progresivamente, aunque el humo sigue ahí.

Las cadenas pasan muy cerca de mí pero no consiguen su objetivo, sin embargo un destello salta junto a mi cara. Unas chispas provenientes de las cadenas hacen que instintivamente cierre los ojos un instante para evitar que las pequeñas llamas entren en ellos. Cuando vuelvo a abrirlos parece que me deja de lado y ya no le intereso, así que salgo corriendo hacia Irina lanzándome a última hora para derrapar con las rodillas por el suelo hasta llegar a su lado e intentar esquivar de esa manera cualquier intento de ese infernal monstruo que me agarre las piernas con las cadenas haciéndome caer.

-Hey, Irina, preciosa. ¿Estás bien?-Me quito la más cara rápidamente tras darle una buena inspiración para ponérsela a ella que quizás le haga más falta. Me subo el cuello de la chaqueta aún más intentando que me tape la nariz todo lo posible y conseguir filtrar algo del humo. Por suerte, a esta altura el humo es poco ya que las llamas están en los pisos superiores y el humo tiende a subir hacia la zona más alta de la habitación. Suelto el hacha y me la pongo en el cinturón.

Le hago respirar lo suficiente para ver que no corre peligro su vida, al menos hasta que la saque del edificio. Le coloco la máscara con las gomas para que no se le caiga y la cargo en brazos. Como en una macabra noche de bodas al revés, la saco de la habitación ignorando a la mujer y al monstruo que parece desvanecerse en el techo como el humo de un cigarro. El fuego cesa y solo quedan las huellas de su destrucción humeantes. No puedo evitar mirar hacia el sofá y ver a mi perro allí, tumbado.

Evito la tentación de quedarme más tiempo ahí-ahora vuelvo a por ti amigo-camino hacia la entrada de la casa-vamos señorita, no debería estar aquí dentro y sin máscara de oxígeno. Salga del edificio por favor.-Tras la advertencia y sabiendo que aún tengo que subir una vez más, la dejo atrás y bajo las escaleras hasta poder respirar el preciado aire de ciudad.

-¡UN MÉDICO!

Camino hacia mis compañeros con ella en brazos hasta llegar a ellos y soltarla delicadamente en el suelo para comprobar sus constantes vitales y ver si vuelve en sí.