Partida Rol por web

Valanthian presenta unos a otros en cuanto el grupo que ha salido de la tienda se acerca.

- Os presentare unos a otros. El gigante es el druida Ilhuicatzin que nos esta ayudando con nuestros heridos, el semidragón plateado es Sebastos, el ogro hechicero es Rashesh, la herida es Sara y en cuanto a la troll, no tengo el gusto de conocer su nombre. Nuestros exploradores han confirmado los rumores y ahora podemos afirmar que la Legión del Águila Dorada tabajan para Einar y le proporcionan esclavos para proceder con lo que los dioses quieran que este haciendo ese gigante en la Colina Humeante. Y por lo que los recien llegados nos han informado no andan muy lejos de nuestro campamento, todavia no hemos tenido un enfrentamiento contra el Águila, pero dudo que podamos hacer nada contra ellos si los informes son correctos.

Este grupo ya no puede ser más variado y pintoresco, si aún quedan seres extraños por las inmediaciones seguro que se unen.

- Bien Valanthian me llamo Graatz y estaba en el castillo de Einar, consegui escaparme y Sebastos me encontró y me trajo aqui para que me atendieran - este grupo parece gente capaz y que también odia a Reinar, bastante para mi - la legión del aguila es fuerte si, no pensaba que los humanos fueran asi de duros, sin ofender Sara pero esos tipos son peligrosos pero si quereis luchar hare lo que pueda - la verdad es que eso suena bien pero no creo que pueda ni matar un pollo.

- Por cierto cuanta sangre puede perder un humano? Esa herida parece bastante importante.

Me acerco en silencio hasta la joven ¿Cómo se habrá ganado esa herida? me pregunto mientras me coloco frente a ella, a mi lado parece un pequeño animalito indefenso que espera que terminen con su vida, pero yo no estoy aquí para ser juez ni verdugo de nadie, se me encomendó la tarea de atender heridos y eso haré, ahora lo importante es detener la hemorragia.

- Ilhuicatzin para servirte - me presento - no temas muchacha, haré todo lo que esté en mi poder para curar tus heridas. Necesito que permanezcas quieta por unos instantes. Tengo que analizar de cerca esa herida y las extremidades de los humanos son tan pequeñas que es difícil tratarlas. Rashesh, si eres tan amable, podrías sostener la cabeza de la mujer o proporcionarle alguna almohada hasta que podamos trasladarla a un sitio más apropiado.

-Solo es una herida!. Grande..., pero ya apenas sangra.- Sara se sentía abrumada por tantas atenciones.-Estoy bien, de verdad. Os agradezco vuestra atención, pero aún puedo moverme. Vayamos a un lugar más tranquilo donde puedas atenderme.- No quería mostrar debilidad ante tan impresionantes personajes.

Lo que más le apetecia a la embaucadora era un buen caldo caliente, con el estomago lleno y los huesos calientes, no habría herida que la detuviera. Se rió Sara para ella misma mientras le daba vueltas a la tontería que acababa de pensar.

Su vida no corre peligro alguno, aunque tardaria tres días o mas en recuperarse de forma natural, demasiado teniendo en cuenta que en cualquier momento Einar podria condenar el mundo y el tiempo corre en vuestra contra. Si le lanzas un conjuro de Vigor podrías sin duda dejarla con unas heridas que podrian estar perfectamente sanadas al alba.

Tener que mirar hacia arriba no es algo a lo que esté acostumbrado así que me quedo unos segundos más observando al druida, de lo que es políticamente correcto, voy a seguir sus indicaciones como curandero, pero Sara prefiere aguantar un poco más y dirigirnos a un lugar menos transitado, cosa que me parece bastante práctica. 

Tan variopinto grupo que nos hemos congregado en este momento determinado, no hace sino asegurar lo que la profecía ha vaticinado... 

Saludo con la cabeza a los que se han presentado y a los que no, no repito mi nombre, pues ya he sido presentado por Valanthian, y no me gusta ser repititivo. Tengo muchas preguntas en la cabeza, pero con tanta gente las seguiré aguantando para ir hablando con ellos. Bien conozco mi verborrea exagerada y podría caer pesado a primera vista.

Sigo al lado de Sara a donde vaya hasta asegurarme que está bien. Y por quedarme con alguien conocido, porque no admitirlo.

Perdona no me fijé que el mensaje de "Saber" iba solamente para mí.

Tiro: ouch!

Lo sé, pero tiene que ser un buen post, que tengo que dejarles claro a los demás quien es el líder xD

Es broma :P Pero estoy por casa con varias cosas y prefiero dejarlo para mañana por la mañana que le pueda dedicar un ratillo a dejar un buen post :)

Al ver como Sara intenta moverse para trasladarse a un sitio más cómodo intervengo:

- Admiro tu coraje, pequeña humana, pero que ésta no te haga caer en la insensatez, tus heridas no son mortales pero eso no significa que no sean graves. Si permaneces sin la apropiada atención médica, tus heridas podrían tardar en sanarse varios días, tal vez tres o más. Antes de que te trasladen a un sitio más cómodo permíteme hacer algo por tí. - clavo mi Arma Montaña en la tierra delante de la muchacha y hago chocar mis manos entre si, luego apunto las palmas hacia ella y comienzo a emanar la energía positiva que me brinda mi hechizo "Vigor" - Que los ancentros de la tierra cuiden de tus heridas y protejan tu espíritu, que se te otorgue el vigor necesario para que puedas afrontar tus males y sobreponerte a ellos - cuando termino de conjurar vuelvo a tomar mi arma - Si la madre naturaleza escucha mi pedido tus heridas sanarán por la mañana, joven humana, y podremos ponernos a trabajar para detener a ese supuesto "rey".

Unas cosquillas en la nuca de Sebastos son el efecto físico de un repentino y fugaz acceso de euforia. Un poderoso y enorme druida, una robusta troll que odia a Einar y ha estado en el castillo, un imponente ogro hechicero, y él mismo, un semidragón plateado... será por fin el momento de devolver Cima de Tramontana a sus legítimos propietarios? Pero todavía hay que ser prudentes... por ejemplo, quien es esta mujer herida? Demasiadas casualidades y novedades juntas. Después de tanto tiempo vagando por los bosques, estudiando los movimientos y las debilidades de los gigantes de fuego, no es momento de arriesgarse por una simple corazonada.

- Valanthian, Graatz, quién compone esa Legión y cuál es su papel en el reinado de los gigantes? Me gustaría conocerlo, ya que hasta ahora solamente he oído rumores de refugiados. Seguro que un grupo competente podría ponerles en su sitio - añade, con una sonrisa complice.

- Rashesh y Sara, un placer. Qué os trae por aquí? Estamos dando más trabajo del habitual a los elfos - se inclina levemente ante Valanthian, agradeciéndole una vez más su incondicional ayuda a los refugiados-.  Una fea herida esa, pero no os preocupéis, aquí sanaréis enseguida. Cómo os lo habéis hecho? La última vez que vi algo parecido, una troll estaba probando el salto con pértiga del castillo al foso - guiña un ojo a Graatz.

Las heridas de Sara empiezan a cerrarse a un ritmo casi identico al que hicieron las del Ogro Hechicero en su momento.

- Por lo que sabemos su lider es un hechicero llamado Klaus Hinderburg, al que denominan Kaiser -cuenta Valanthian a Sebastos- no tiene mucho aprecio a los elfos y nos tememos que a diferencia que lo que hacen humanos con nosotros no tomara esclavos, se limitara a destruirnos.

- Yo poco sé, aparte de que son todos humanos, son más de un centenar y muy efectivos, acaban facilmente contra fuerzas superiores, pero desconozco que reciben de Einar a cambio, si dejaran de servirle perdería mucha de su fuerza - si eso sería lo ideal un Einar debil listo para su ejecución.

Hasta ahora lo único que ha pasado es que un grupo de gente que se lleva mal con Einar se ha juntado en un campamento elfo, de ahi a echar a los gigantes es un trecho muy grande.

Refunfuño por lo bajo, parece que el druida tiene un gran ego o se toma muy en serio su labor. Tras la negativa de Sara de querer ser atendida allí mismo, hace caso omiso y ejecuta su hechizo quiera ella o no. Bien mirado, es como actúan los sanadores, acostumbrados a berrinches negativas y que les digan como hacer su trabajo. Aun así, nada se hubiera perdido por darle el gusto de movernos unos metros y poder hablar tranquilamente en una tienda. Por fin, acabo por hablar.

- Sebastos, el placer es mío. Creo que todos estamos deseos de compartir información, pero con demasiado apremio que no reparamos que un lugar más tranquilo, con algo de comer, nos relajará y pondrá los pensamientos en su sitio para discernir mejor lo hablado y escuchado- intento razonar- por poco que sepamos, todo unido puede hacer un algo. Toda gran hoguera, empieza con una chispa, brillante, que nos puede llevar al cielo, desde nuestros ancestros nos guían. Es por todos sabido que lo que fue, se repite una y otra vez en ciclos- me estoy enrollando, maldita sea, tengo que resumir- debemos recopilar información.

Carraspeo, mientras muevo los ojos de un lado a otro, y entrelazo las manos por detrás de la espalda, para dar un paseo por el campamento.

- Dirigios a la tienda principal si deseais descansar, es la única lo suficientemente grande como para alberbar a seres tan grandes. En seguida se os traera algo de comida para que entreis en calor.

-Muchas gracias Ilhuit... Ilhuitcat...zin.-Dijo Sara un poco abochornada por pronunciar mal su nombre. Se le daban bastante bien los idiomas, incluso hablaba Gigante con fluidez, pero era un nombre complicado.-Ya me siento mucho mejor.- Sus heridas comenzaban a cerrarse lentamente.

-Valanthian[, gracias por el ofrecimiento. Hablemos mejor en la tienda, con el estomago lleno estaré mejor.-Decía Sara mientras se dirigia a la tienda grande. Sonreía ante la posibilidad de calentar el estómago. Una vez dentro empezó con su relato. No había mucho que contar... pero tal vez fuera de ayuda.

-La Legión arrasó mi pueblo hace apenas algunos meses. Tomaron muchos prisioneros, entre ellos mi madre, y al resto los matarons. Esos malnacidos pagarán su osadía!.- A la joven replicante le entró un arrebato de ira. Esperó unos segundos para calmarse y continuó.-Conseguí escapar. Vereis... se pasar desapercibida si me lo propongo. El caso es que la legión siguió su camino hacia aquí y yo los seguí a ellos. Su retaguardia me.descubrió y si no hubiera sido por la ayusa del buen Rashes, dudo que siguiera aquí.- Tras una pausa continuó.

-Graatz, me temos que son 150 soldados, o incluso 2 centenares de ellos. Numca me acerquè lo suficiente para saberlo con certeza. En cuanto al rey Einar y sus subditos, poco se.-Intentó hacer memoria Sara. -Pero si la legión son sus vasayos, merecen la misma simpatía por mi parte.