Partida Rol por web

Los golpes cesan cuando te acercas a la puerta de madera. ¿Habrán parado al oír tus pasos o habrá sido una coincidencia? Te preparas para encontrar cualquier cosa detrás de ella, colocando tu mano cerca de tu gema para sacar el arma al menor indicio de peligro. Además, pensar que podría haber una gema herida, quizá una Gema de Cristal, te llenaba de determinación.

Tus sospechas se hacen realidad cuando por fin abres la puerta. Justo delante de ti hay otra gema tirada en el suelo, como si se hubiera caído. Sus brazos están estirados en dirección a la puerta, por ello deduces que era ella quien daba los golpes. No puedes verle la cada porque la tiene contra el suelo. Está inmóvil, ni siquiera reacciona ante tu aparición. No parece una gema guerrera ni creada para las labores físicas, porque es bastante enjuta. Mientras la analizas, oyes cómo gime débilmente.

Petalita es consciente de que a Citrino no le gusta hablar del tema y le sigue la corriente cuando vuelve al tema principal.

- Eso depende de vosotras. Vuestra ayuda es totalmente voluntaria, aunque muy oportuna. Puedo daros tiempo para reflexionar, si queréis. Ahora mismo tengo un caso bastante urgente que me gustaría atender. Mejor dicho, que vosotras atendierais.- matiza con una leve sonrisa.- Es una de esas gemas descontroladas... Puedo daros direcciones cuando estéis preparadas.

Se gira y se acerca al trono, donde se sienta con postura imponente. Al hacerlo, se extiende una pantalla delante de ella y se enciende, mostrando muchos caracteres e imágenes.

- Aquí estoy para lo que necesitéis.

Agradezco que Petalita entre en materia en lugar de seguir dándole vueltas a mis funciones en el Planeta Natal. 

- Yo quizá debería descansar un poco - miro de reojo a Esmeralda -. Mi forma física ha sufrido daños durante el enfrentamiento de antes. Debería estar en plena forma antes de salir.

Intentas concentrarte, pero es difícil hacerlo cuando estás rodeada de brazos que te agarran y esferas que te presionan. Eres incapaz de encontrar una solución aunque empiezas a ver la forma de librarte de esta situación. Cada vez que logras recuperar el foco de atención, algo te golpea o te estira. Empiezas a temer que te quedarás atrapada para siempre entre todas esas trampas...

De repente, la espiral de ímpetu que te rodea se detiene. Los brazos se tensan y te sueltan, volviendo a sus escondrijos en las paredes y el suelo. Las esferas empiezan a deslizarse por tu cuerpo para bajar y caer al suelo. Pronto se alinean y vuelven en orden al techo, guardándose a sí mismas en los agujeros de los que han salido. El pasillo se vacía y puedes volver a respirar con alivio.

Delante de ti aparece un holograma de esa gema que ya conoces. Te mira y sonríe.

- Muy bien. Has logrado llegar hasta aquí. No te preocupes por este pequeño fracaso: esta trampa estaba hecha para ser muy complicada. Es comprensible que no hayas podido superarla, aunque también es admirable cómo has combatido y avanzado sin dudar. Felicidades.- la figura te habla de forma más natural, sin cortes ni pausas extrañas.- Ahora puedes saber que, en este mundo, no siempre te saldrá todo bien. Depende de ti afrontar los fracasos: puedes aprender de ellos más de lo que piensas.- se queda en silencio, mirándote de arriba abajo.- Sigue avanzando. Pronto saldrás de este pasillo y te estaré esperando.

Oyes cómo la puerta que hay más adelante hace un ruido metálico, como si se abriera. Quizá haya sido desbloqueada.

- Me parece bien. Si queréis, podéis descansar en la sala de operaciones y, mientras, podemos también analizar los datos que he recabado de momento sobre ese monstruo.- señala hacia la puerta de salida, por donde han escapado antes Cornalina y Piedra Lunar.- Es una sala acogedora, ya lo veréis.- se levanta y se acerca a vosotras.- Seguidme si así lo deseáis.

-Por mí podríamos salir ya, he descansado mucho durante estos dos siglos y medio... Pero esperaré hasta que se recupere. -dije a Petalita. Miré a Citrino y dándole un golpecito en el hombro con el puño.- Sin rencores por esos hachazos, Rubita.

Me sentía mal por haberle atacado tan fuerte antes. A fin de cuentas solo era una gema de administración. 

-En cuanto reposemos, nos informas sobre la misión y salimos.- le dije a Petalita. La verdad es que los dos aumentos de tamaño y la insoportable Ónice habían mermado un poco mis energías.

Asiento con la cabeza ante la invitación de Petalita. 

- Sí, vamos contigo.

Al andar detrás de la gema púrpura noto que cojeo un poco, a causa seguramente de los daños recibidos. Trato de disimularlo como mejor puedo, aunque el vestido roto no ayuda. Supongo que cuando tenga algo más de energía podré arreglarlo.

Pese a todo no miro a Esmeralda con rencor sino con... ¿lástima?

Con una sonrisa en los labios Heli avanza hacia la puerta con el conocimiento de haber logrado aprender algo nuevo, el fracaso es solo otro peldaño en la escalera hacia la maestría.

La puerta se abre en cuanto te acercas a ella. Te encuentras con un pasillo que se extiende hacia la izquierda y la derecha. Hay una puerta alta y ancha a tu derecha: parece que es pesada y resistente. Al fondo mirando hacia la izquierda también hay una puerta grande y un poco más cerca en la misma dirección hay otra puerta más sencilla. Antes de que puedas hacer nada más, la puerta del fondo a la izquierda se abre y de ella salen tres gemas...

Guiadas por Petalita, Esmeralda y Citrino llegan a un pasillo. Al fondo de éste está la puerta de salida y, al contrario de lo que suponían debido a los recientes acontecimientos, está cerrada. Petalita se detiene en seco cuando ver que se abre una puerta oculta en la pared derecha y que de ella sale otra gema. Ambas se reconocen al instante.

- ¿Heliotropo? ¡Ya has...! No sabía que estuvieras...- dice Petalita, claramente sorprendida.- Has pasado tu prueba sin supervisión...- avanza unos pasos y sonríe.- Soy Petalita. Me conoces, ¿verdad?

Me detengo en seco al ver a la gema desconocida. Miro a Petalita, desconcertada. ¿No se suponía que no había más gemas regeneradas aquí a parte de nosotras? 

Frunzo el ceño y analizo a Heliotropo con desconfianza. Ese tipo de gema... no me suena de nada.

- ¿De qué prueba hablas, Petalita? ¿Quién es esta gema?

-Umm, hola, ¿no me habías ayudado dentro con hologramas acaso?. Si, claro que si superé las pruebas ¿Eso es algo malo?- pregunta la gema al acercarse a Petalita e inclinándose en un saludo marcial.

Luego sonríe a las otras suavemente -mucho gusto, soy Heliótropo, ¿Y ustedes?- dice mientras observa atenta.

Extiende una mano a las otras dos gemas, un brazo hacia cada una para estrechar sus manos.

¿Heliotropo? ¿Otra gema aquí? 

-Hola... -dije con desconfianza. Extendí mi mano para saludarla.- Soy Esmeralda.

No sabía de qué pruebas y hologramas estaba hablando. Algo me olía muy mal.

-Petalita, explícate. -dije cruzándome de brazos. Poco me faltaba para sacar el arma de mi hacha.

Petalita parece algo nerviosa, como si la situación se hubiera descontrolado, pero en seguida hace un gesto para quitarle importancia al asunto y os sonríe a todas.

- Heliotropo acaba de salir de la tierra. Estaba incubando bajo el suelo.- explica lentamente.- Con la intención de prepararla para los peligros y los desafíos que podría encontrar tras su despertar, preparé algunas pruebas.- os mira y se siente algo incómoda.- Pruebas inofensivas, claro, diseñadas para que no supusieran ningún problema para ella en caso de que no lograra superarlas.

Se pasa una mano por el pelo y carraspea.

- Esos hologramas que has visto estaban programados. El recorrido ya estaba establecido, así que preparé también una ayuda y una respuesta tanto a tus posibles éxitos como a tus posibles fracasos. Eso lo hice en caso de que yo no estuviera allí para ayudarte, como ha ocurrido finalmente. Lo siento, Heliotropo, pero a la vez me alegro de que hayas podido encontrar el camino por ti misma.

Se queda en silencio y mira a la gema recién surgida de la tierra, repasando su físico de arriba abajo como si analizara sus características.

-¡Diantres! ¿Hay alguna sorpresa más de la que no sepamos? - bramé. Estaba cansada de sorpresas.

Un Heliotropo, eh... No me sonaba que función tenían estas gemas en el Planeta Natal. 

-¿Como puede ser que haya acabado de nacer esta gema? ¿Todavía siguen en pie las guarderías en la Tierra? ¿No las destruyeron las Gemas de Cristal?

Al ver que Heliotropo se me acerca doy un paso atrás, instintivamente. Cuando me tiende su mano - ¿para saludarme? - no hago amago alguno de corresponder el gesto.

- Citrino - entrelazo los dedos frente a mi vestido, en una pose que pretende resultar elegante - Soy un Citrino.

Si lo que dice Petalita es cierto, esta gema apenas sabrá nada. De nuestro mundo, de nuestra cultura... Nada. Como era de esperar, la Esmeralda ruda brama y maldice con su voz - en mis oídos - grave y ruidosa. Doy un respingo, y la miro con reproche. 

- ¿Esta gema se estaba incubando... aquí? - pregunto, sorprendida.

La duda de Esmeralda está bien fundada. Petalita y sus instalaciones están resultando ser una caja llena de sorpresas. Llena de demasiadas sorpresas. 

- Si es una guerrera podría ayudarnos - sugiero al recordar el saludo marcial que ha hecho Heliotropo hace unos instantes.

Heliótropo asistía atónita a lo que sucedía delante de ella -lenguaje- se dijo -es maravilloso-. Frente a ella las otras se entremezclaban en un complejo sistema comunicativo. Captaba todo fonema, cada expresión y movimiento corporal; su mente masticaba la nueva información que asimilaba a su gnosis.

Mientras no perdía terreno en ese baile dialéctico captó la información que consideró pertinente con respecto a lo que comentaban. Al parecer ella era una especie de suceso inesperado. También notó como aquellos seres, tan similares a ella, tendían a emplear conceptos y categorías a partir de un sistema que, al menos por ahora, consideraba arbitrario.

-Yo soy un Heliótropo- pensó consternada -no soy Guerrera ni Sorpresa, ¿Acaso me expresé mal?-.

-No soy quienes creen, pero mi disposición a ayudar está intacta. Les reitero que me llamo Heliótropo ¿Que precisan?- dijo retrocediendo y mirando a las tres al rostro con llameante determinación en sus ojos y la calma de un estanque en su voz.

- Heliotropo es especial. Cuando me percaté de su existencia, creí que sería un desperdicio y una injusticia dejar que se consumiera. Además, las gemas que están casi enteramente formadas sólo necesitan cierto tiempo para acabar de componerse.- sigue mirando fijamente a Heliotropo.- Así pues, usé estas instalaciones para dejar que siguiera creciendo. Y ahora ha salido.- sonríe, orgullosa.

Se gira para ver cómo reaccionan Esmeralda y Citrino.

- Las guarderías servían para producir gemas en masa. Aquí sólo ha nacido Heliotropo.- hay un brillo extraño en su mirada...- Y, según mis escasos conocimientos sobre ella, creo que sí podría sernos muy útil.- vuelve a girarse hacia ésta.- Verás: hace mucho tiempo hubo una guerra en este planeta. Algunas gemas querían destruirlo, así que otras gemas lo defendieron. Al final, las gemas invasoras se retiraron, pero su presencia dejó una grave corrupción en esta tierra. Las que tenéis suerte no habéis sufrido ninguna consecuencia. Las que no, se han convertido en monstruos.- hace una breve pausa.- Creo que ya te he avisado sobre los peligros que puedes encontrar, ¿verdad? Esas gemas corruptas son un problema. Hay que capturarlas y sanarlas, si podemos.

Al fijarte en cada una de las gemas, tu instinto te dice algo ambiguo pero interesante a la vez.

De la tal Petalita, la gema que te ha estado ayudando des de que saliste de la tierra, sientes una gran presencia. Tienes claro que es mucho más poderosa que tu, porque su energía se mueve en su interior como una tormenta en calma. Esto contrasta bastante con su expresión cálida y relajada. Además, hay algo que te incomoda sobre ella: parece que tu instinto quiera decirte que hay algo más que no puedes ver.

De Esmeralda, la gema fuerte y verde, sientes mucha fuerza física: la energía que desprende es imponente. Sin embargo, su interior es algo más quebradizo por alguna razón.

Citrino no destaca tanto por la energía, sino más bien por su apariencia. Está claro que es una gema elegante, pero parece algo confusa. Intuyes una fuerza latente pero no sabrías decir de qué se trata.