Partida Rol por web

Petalita finge no haber captado las segundas intenciones de tu comentario y os hace un gesto a ambas para que la sigáis. Se gira, haciendo que su vestido se zarandee de nuevo, y empieza a caminar hacia el lado opuesto de donde habéis venido. Ahora que te fijas mejor, ves que detrás de Petalita, al fondo de la sala, había una puerta cerrada. Ésta está en buen estado, al contrario de la puerta derrumbada, y casi se funde con el resto de la pared metalizada a causa de estar hecha del mismo material.

- Seguidme pues.- dice Petalita mientras sus pasos empiezan a hacer eco en la sala.

Turquesa agradece tu comentario con una cabezada y una sonrisa. Parece que tu presencia le ha devuelto el coraje que ha perdido durante la conversación con la misteriosa gema rosada. Sin dudar demasiado, sale de detrás de ti y empieza a seguir a Petalita desde una distancia cautelosa.

En sus ojos ves una profunda preocupación, pero también mucha curiosidad. Teniendo en cuenta lo perdida que estaba cuando la has encontrado, es evidente que está deseosa de obtener respuestas a muchas preguntas.

Llegáis a la puerta y Petalita se acerca a un panel digital para introducir un código de cuatro dígitos para abrir la puerta. Ésta se desliza hacia un lado, dejando ver el pasillo que hay detrás. Se trata de un camino recto y austero, sin nada en lo que fijarse pero bien iluminado. Es curioso lo bien que funciona la tecnología de este lugar teniendo en cuenta que Petalita parece ser la única gema del lugar.

- Ya que voy a confiar en vosotras y a enseñaros Santuario a fondo, espero que también me deis vuestro voto de confianza.- comenta Petalita a la vez que os señala el pasillo para daros a entender que, como bien se puede deducir, ése es el camino.

Las dos gemas empiezan a caminar de nuevo, Petalita primero y Turquesa aún dejando espacio entre ellas.

Jade caminó con decisión tras Petalita y le sonrió a Turquesa, en parte para transmitirle confianza a ella igualmente. Todo el lugar parecía cambiar y al notar aquello que se escondía en ese lugar, no pudo evitar mostrar sorpresa. Sin duda, había pasado un largo tiempo, ya que había tenido suficiente tiempo de construir todo aquello.

La gema mira a la aristócrata gema rosa y sigue el camino señalado. Sus alarmas de cazadora se encienden, aunque duda que pueda ser una trampa, ya que de haberlo querido, no la habría dejado despertar y solo habría destruido su gema cuando esta se encontraba aún dentro de ella.

Jade caminó y trató de seguir escoltando a Turquesa para que la gema pudiera sentirse sana y salva.

Tras recorrer el pasillo, llegáis a otra puerta y Petalita vuelve a introducir un código para abrirla esforzándose para que no lo veas. La puerta metálica se desliza con la misma facilidad que la otra y detrás de ella podéis ver una sala bastante amplia llena de computadoras y otros dispositivos de una tecnología que, a tu parecer, es bastante más avanzada de lo que cabría esperar de una gema en la Tierra.

Petalita no deja mucho tiempo para que podáis contemplar; sencillamente sigue caminando esperando que la sigáis. La mayoría de dichos dispositivos están encendidos y funcionan a una velocidad pasmosa, procesando información que no sabrías distinguir con el vistazo parcial que has hecho.

Turquesa se queda sorprendida durante unos segundos, pero al ver que la gema rosada sigue su camino, se pone en marcha para no quedarse atrás. Observando con una mirada más atenta, puedes ver que en las pantallas aparecen nombres de muchas gemas y muy distintas entre ellas...

Petalita se detiene cuando llega al otro extremo de la sala, se gira y te mira esperando a que la sigas y te pongas a su lado. En sus ojos ves una expresión de dudosa interpretación... Aunque, a estas alturas, ya no te sorprende que no puedas saber en qué está pensando exactamente.

- Vamos, querida.- dice Petalita proyectando su voz hacia ti.- Lo que quieres ver está cerca...

Jade se sentía nerviosa y ansiosa. Según lo que conocía, nunca había visto nada parecido. Por esto, se sentía en parte asustada pero no era algo que fuera a exteriorizar.

Trató de mirar a su alrededor para tratar de encontrar evidencia de las gemas de cristal, pero supuso que todo se trataba de una recopilación de las gemas en el refugio. Jade simplemente siguió a Petalita y trató de no darle el gusto de perder el paso, a pesar de lo impresionante de esta nueva tecnología.

Trató de mantener la compostura para no darle oportunidad de criticarle y asintió ante sus palabras. Permaneció con Turquesa para que ella no fuera a perderse.

En cuanto te acercas a Petalita, te das cuenta de que está encima de una plataforma que encaja casi perfectamente en el suelo. Al estar encima de ella las tres, la plataforma se activa de forma automática, aparentemente, pues no has visto que Petalita hiciera nada para ponerla en movimiento.

Esta plataforma circular empieza a bajar. Turquesa se te acerca y se agarra a tu brazo, en parte para mantener el equilibrio y en parte porque aún no se siente del todo segura. Perdéis de vista la sala repleta de pantallas y computadoras y os adentráis en la tierra. Mientras descendéis, empiezas a ver una especie de tubos púrpuras que salen de tierra y se retuercen entre ellos. Estos conductos parecen estar haciendo algo, pues oyes un extraño ruido, como si algo fluyera por su interior.

Unos segundos después, llegáis por fin a la sala que está bajo tierra. Hay gemas encerradas dentro de burbujas de color violáceo, y con un vistazo rápido deduces que podría haber dos docenas, aproximadamente. La sala de piedra gris en la que os encontráis le da un toque algo tétrico al panorama: todas esas gemas encerradas, flotando sin tocar nada, suspendidas en el espacio y el tiempo.

La plataforma llega al suelo y se posa con delicadeza.

- Como te he dicho, es una visión trágica, ¿no crees?- pregunta Petalita sin miraros.- Todas estas gemas están siendo tratadas para que no sucumban a la corrupción.- hace un amplio gesto, señalando a todas esas burbujas que flotan tan arriba.- Las mantengo aquí, ocultas de posibles amenazas. Intento protegerlas mientras investigo la forma de curarlas.

Se gira y os mira con detenimiento. Se cruza de brazos y suspira.

- Esas gemas... Son como nosotras, ¿verdad?- susurra Turquesa, aunque suena más como un pensamiento en voz alta. Afectada por la situación, no se despega aún de ti.- Qué pena...

Jade sigue a la aristócrata gema mientras continúan y cuando la plataforma comienza a descender, la gema se sorprende. Tal vez era la falta de costumbre o tal vez era la avanzada tecnología que no recordaba de su tiempo de batalla con las gemas de cristal.

O quién sabe, tal vez aún guardaba algo de recelo por las verdaderas intenciones de Petalita. En el Planeta Madre, las Jades eran utilizadas como espías, gracias a su habilidad para pasar desapercibidas. Al tener esta habilidad, podían infiltrarse en otros planetas y pasar desapercibidas pues eran buenas para ocultarse. A pesar de todo, Jade había aprendido la habilidad de manipular la tierra en la tierra y todo gracias a Rosa Cuarzo. Por esto, le estaba tremendamente agradecida, aunque siempre hubo más cosas.

Entonces, la visión se abrió ante ellas y Jade sintió cómo su pecho se recogía ante lo visto. Miraba con pesar y luego dijo – Sí, lo es – aunque ella aún no veía nada que indicara la corrupción en dichas gemas, hasta que decidió preguntarlo.

- ¿Cómo sabes que son gemas corruptas? – le dijo tratando de mostrar serenidad para que Turquesa no se asustara de más.

Petalita vuelve a mirar hacia las gemas atrapadas en burbujas.

- A la mayoría de gemas que están aquí las encontré hace tiempo abandonadas o perdidas. Seguramente perdieron la forma física a causa de la guerra y se las dio por perdidas. Para asegurarme de que no fueran un peligro para sí mismas ni para las demás, las encerré en estas burbujas.- hace una pausa y suspira.- Aproveché ese tiempo para analizarlas. He aprendido a detectar la corrupción gracias a distintos procesos. Lo más fácil sería dejar que se regeneraran para ver si se transforman en monstruos, pero eso sería cruel.- se queda en silencio de nuevo, con una expresión ausente.- Ya he visto gemas corruptas y he tenido que luchar contra ellas. No ha sido agradable.

Camina hacia adelante y alza los brazos. Al instante, una de las burbujas empieza a descender lentamente hasta posarse sobre sus manos. Petalita la agarra con cuidado y la observa con piedad y preocupación. La gema del interior es de un color azul oscuro.

- Pobres gemas... No puedo saber qué papel jugaron en la guerra, pero ninguna de ellas merece esta enfermedad. Una gema corrupta deja de ser gema.- acaricia la burbuja lentamente.- He liberado a las que no están corruptas.- se gira y te mira.- A ti, por ejemplo.- aparta la burbuja y la lanza hacia arriba. Ves cómo asciende lentamente hasta quedar a pocos centímetros de una pared.- No muchas han tenido esta suerte.

Petalita vuelve a mirar hacia las gemas atrapadas en burbujas.

- A la mayoría de gemas que están aquí las encontré hace tiempo. Seguramente perdieron la forma física a causa de la guerra y se las dio por perdidas. Para asegurarme de que no fueran un peligro para sí mismas ni para las demás, las encerré en estas burbujas.- hace una pausa y suspira.- Aproveché ese tiempo para analizarlas. He aprendido a detectar la corrupción gracias a distintos procesos. Lo más fácil sería dejar que se regeneraran para ver si se transforman en monstruos, pero eso sería cruel.- se queda en silencio de nuevo, con una expresión ausente.- Ya he visto gemas corruptas y he tenido que luchar contra ellas. No ha sido agradable.

Camina hacia adelante y alza los brazos. Al instante, una de las burbujas empieza a descender lentamente hasta posarse sobre sus manos. Petalita la agarra con cuidado y la observa con piedad y preocupación. La gema del interior es de un color azul oscuro.

- Pobres gemas... No puedo saber qué papel jugaron en la guerra, pero ninguna de ellas merece esta enfermedad. Una gema corrupta deja de ser gema.- acaricia la burbuja lentamente.- He liberado a las que no están corruptas.- se gira y te mira.- A ti, por ejemplo.- aparta la burbuja y la lanza hacia arriba. Ves cómo asciende lentamente hasta quedar a pocos centímetros de una pared.- No muchas han tenido esta suerte.

Todo lo que le decía era, sin duda, desalentador. Era triste saber que todo eso le había sucedido a tantas gemas después de la batalla que tuvieron. ¿Transformarse en monstruos? Ninguna gema merecía algo así.

- ¿Conoces las causas de la corrupción? - le preguntó y luego comenzó a meditar en algo que no había pensado con mucha profundidad.

- Una pregunta: ¿Ahora qué planeas hacer conmigo? No estoy corrupta y, ciertamente, no creo ser la única -.

- Las causas no son claras. Todo empezó justo al acabar la terrible guerra... Las mayoría de las gemas que se quedaron en este planeta contrajeron esta inaudita enfermedad.- explica mirando al techo.- Huyeron rápidamente, vencidas, asustadas, con urgencia... Un fulgor cegador, y luego... El silencio. Un silencio que dura demasiado. Y el silencio trajo la enfermedad.

Baja la cabeza y cierra los ojos a la vez que suspira. Entrelaza los dedos y coloca las manos delante de su cintura, justo donde empieza a caer la pomposa falda.

- En cuanto a ti...- cambia de tema, mirándote con ojos atentos.- Eres una exploradora. Ágil, astuta, diestra e independiente. Esperaba que me ayudaras. Tú y Turquesa.- su mirada salta de una a la otra varias veces. Sonríe y asiente.- Estoy sola aquí. Quiero erradicar la corrupción pero no puedo abarcarlo todo. Hay gemas corrompidas por ahí, causando destrozos lamentables... Yo misma he capturado algunas.- hace un amplio gesto para dar a entender que las gemas de las burbujas son ésas mismas.- Pero también tengo que investigar. ¿Entiendes qué os estoy pidiendo?

Se gira y se aleja un poco, observando con aire ausente las burbujas que flotan unos metros por encima de su cabeza.

- Evidentemente, eres libre. El mundo es grande. Las Gemas de Cristal han desaparecido, pero sospecho que no para siempre.- comenta sin miraros.

Turquesa, que ha estado observando en silencio a las gemas encerradas, vuelve a acercarse mucho a ti para recibir tu apoyo o solamente para sentirse más cercana a ti.

- Esas gemas corruptas... Parecen peligrosas, por cómo hablas de ellas.- le dice a Petalita.- No sé si podría hacerles frente. Ni siquiera sé...

- Claro que podrás.- interrumpe Petalita. Se gira y sonríe.- Yo sé que podrás.

Y Turquesa se queda en silencio, quizá meditando sobre estas breves afirmaciones o quizá temerosa de volver a causar tal reacción en la gema violácea.

Cuando habló de la desaparición de las gemas de cristal, mira a Petalita con sorpresa - No podrían. Rosa... - y entonces se detuvo. Ella no sabía nada de ellas, así que era posible.

- ¿Contraeré yo también la enfermedad de enfrentarme a ellas? - le preguntó curiosa, aunque eso le importaba muy poco.

- Según mis estudios, no es algo contagioso. Aunque, por supuesto, es mejor contener a las gemas corruptas antes de que puedan hacer algo malo.- te responde Petalita con la misma expresión casi neutra.- Tampoco creo que estemos expuestas a la corrupción ahora mismo. Sospecho que fue algo puntual.

Está claro que no te puede asegurar nada, su mirada te lo confirma. Aun así, percibes confianza en su voz.

Jade la mira con intriga y le dice - De acuerdo, te ayudaré. ¿Irás conmigo, Turquesa? - se voltea hacia la otra gema con una sonrisa. Quería que fuera alentadora, pero ni ella sabía si podía estar satisfecha con una respuesta de esas.

A pesar de todo, era una oportunidad de oro para buscar a las Gemas de Cristal. Si no habían muerto, debían estar ocultas en alguna parte y bueno, advertirles sobre la corrupción sería lo mejor.