Partida Rol por web

Me llevo una mano a la barbilla mientras inspecciono a Heliotropo. 

Es formal. Directa. 

Levanto las cejas.

Me gusta.

- Estaría bien que nos acompañase a Esmeralda y a mí. Cuantas más seamos... mejor - mi mirada se desvía hacia Esmeralda - supongo.

Aquello se parecía cada vez más a un equipo. Quizá estar rodeada de gemas a las que les podía ordenar cosas me ayudaría a... a relajarme.

- Además hay una gema en concreto que requiere nuestra atención urgente - le digo a Heliotropo.

-Cuanto antes nos pongamos en marcha mejor. -dije crujiéndome los dedos.

Miré a las acompañantes con las que emprendería la misión. Una administrativa que no sabía pelear y una gema recién nacida. Esperaba que me fuera leve.

-Heliotropo, ¿Sabrás combatir ahí fuera? -le dije intentando poner una entonación cariñosa.- Nos esperan monstruos, necesitaremos ser  valientes.

Cuando dije eso último también miré a Citrino. Se podían cometer muchas locuras en el fragor de una batalla

- Heliotropo es especial. Cuando me percaté de su existencia, creí que sería un desperdicio y una injusticia dejar que se consumiera. Además, las gemas que están casi enteramente formadas sólo necesitan cierto tiempo para acabar de componerse.- sigue mirando fijamente a Heliotropo.- Así pues, usé estas instalaciones para dejar que siguiera creciendo. Y ahora ha salido.- sonríe, orgullosa

Heli escucha el comentario de la gema, sus marcas cobran un brillo más intenso. ¿Orgullo? ¿Pena? -No soy Especial, yo sé quien soy, HELIÓTROPO-.

- Estaría bien que nos acompañase a Esmeralda y a mí. Cuantas más seamos... mejor - mi mirada se desvía hacia Esmeralda - supongo.

Aquello se parecía cada vez más a un equipo. Quizá estar rodeada de gemas a las que les podía ordenar cosas me ayudaría a... a relajarme.

- Además hay una gema en concreto que requiere nuestra atención urgente - le digo a Heliotropo.

-Los ríos del destino nos llevarán al mar del futuro y cuanto mayor sea el caudal de agua más veloz podrá avanzar nuestra nave- comenté a Citrino -Vamos ¿A quién debemos ayudar?-.

-Heliotropo, ¿Sabrás combatir ahí fuera? -le dije intentando poner una entonación cariñosa.- Nos esperan monstruos, necesitaremos ser  valientes.

-¿Debo usar fuerza letal? ¿Algo que puedas aconsejarme Esmeralda?- dice mirando primero a los ojos de la gran gema verde y luego sus propias manos y cuerpo como buscando el por qué no confía en su capacidad de pelea -La verdad es que nunca me enfrenté a nadie...-.

Esperando la respuesta se volteó hacia Petalita esperando una respuesta acerca de eso pero solo comentó -Vamos-

Las palabras de Heliotropo me hacen estremecerme. Parece... una gema muy poética. Quizá no es lo más útil en el fragor de la batalla. Pero yo tampoco soy quién para cuestionar esas cosas. 

- Petalita nos dará más información en breves sobre nuestro objetivo - extiendo una mano hacia la gema púrpura mientras expongo a Heliotropo la situación - Mientras descansamos elaboraremos un plan. Yo debo recuperar fuerzas antes de partir. 

Puede que Heliotropo no hubiese reparado antes en ello, pero mi cuerpo se encuentra algo dañado y mi vestido está roto por algunas partes. Todo de la batalla que hemos librado hace poco. 

- Y no. No deberíamos usar fuerza letal. Nuestro objetivo es sanar - junto las manos, dando énfasis a mis palabras - Esto es un santuario.

- Muy bien. Ahora que hemos hecho las presentaciones, más o menos, y que habéis accedido a ayudarme, os explicaré qué debe hacerse. Iremos a la sala de operaciones, justo esa de allí.- señala a una puerta que tenéis muy cerca, en la pared de la izquierda.- Seguidme...

Jade, al ver a la gema malherida, inspeccionó el área en busca de enemigos, de una emboscada, de cualquier indicio que pudiera ser considerado peligroso, para luego socorrer a la gema y acercársele sin exponerse demasiado.

- Oye, ¿Estás bien? ¿Quién eres? ¿Con qué ejército te encuentras? - dijo tranquila pero alerta.

Al inspeccionar la zona, te das cuenta de que has entrado en una especie de jardín interior. Hay una pequeña fuente en el centro y un árbol gigantesco en cada una de las esquinas. Estos árboles han crecido tanto que han llegado a traspasar el techo de piedra, de modo que la luz del sol ilumina de forma natural esta estancia. Por lo demás, no hay nada destacable. La gema que has encontrado está sola y no parece haber señales de batalla. Ella misma no parece herida, al menos no físicamente. Simplemente, está agotada.

- ¿Eh?- intenta levantar la cabeza para mirarte. Te das cuenta de que sus pupilas son totalmente blancas.- Soy... soy Turquesa. No recuerdo...- gime y se frota la cabeza.- No recuerdo qué hago aquí. ¿Me has traído tú?- su voz es débil. Tiene que hacer mucho esfuerzo para hablar.- ¿Dónde estamos...?- pregunta volviendo a dejar caer la cabeza al suelo.

- Me llamo Jade - le dijo tranquila y trató de cargarla para llevarla a un lugar seguro - ¿Qué te sucedió? ¿Por qué te encuentras así? - dijo mirando a su alrededor, esperando no encontrar nada sospechoso a sus alrededores.

Cuando miró a su alrededor, buscó un lugar donde escabullirse pero decidió llevarla adentro primero. Tal vez ella llevaba menos tiempo que ella en su gema.

- No, yo acabo de despertar aquí y esperaba preguntarte dónde estábamos. ¿Qué es lo último que recuerdas? -.

Turquesa se apoya en tus hombros, aunque a duras penas se tiene en pie. Puedes ver que, obviando el hecho de que ahora mismo está agotada o herida, es en sí una gema débil. Te mira e intenta concentrarse tanto en hablar como en soportar el peso de su propio cuerpo. Cuando empieza a recuperar la compostura, echa un vistazo a su alrededor y parece tan confundida y perdida como tú.

- No sé qué es este lugar... Tampoco consigo... recordar nada. ¿Tengo que recordar algo?- por el ritmo de su habla, deduces que le cuesta hacerse entender.- Soy Turquesa. Eso lo sé.- hace una pausa y mira su gema del pecho.- Turquesa... Sí. Lo único que sé es que... Estoy aquí. Pero, ¿por qué?- está asustada porque no comprende lo que ocurre.

Aun teniendo en cuenta su peso, no te es difícil moverte. Puedes volver por donde has venido, pero Turquesa parece reacia a moverse.

- Creo que debemos buscar un lugar para escondernos. ¿Puedes moverte? - le dijo escuetamente y se dedicó a buscar por todo su alrededor para poder buscar un posible agresor.

Era confuso. ¿Esa gema había recién despertado? ¿Por qué se encontraba así? ¿Quién le había hecho eso? No podía entenderlo.

- Puedo moverme... creo.- responde con una media sonrisa. Trastabilla un poco al intentar mantenerse en pie por si misma, pero finalmente consigue conservar el equilibrio. Suspira con alivio.- Estoy bien. Turquesa...- repitió como si pensara en voz alta.- ¿Dónde estamos? Espera, ya he preguntado eso. Jade, ¿eres como yo?

Te mira con curiosidad, clavando sus blancas y casi vacías pupilas en tus ojos. Es una visión algo desconcertante, pero no puede intimidarte con su expresión cándida. Antes de que te plantees siquiera responder, Turquesa mira hacia el pasillo por el que has venido. ¿Habrá oído algo?

- ¿Lo has visto?- te pregunta señalando hacia allí.- Ven, por aquí...- empieza a caminar lentamente y cruza la puerta de madera. ¿Está siguiendo algún rastro?

La gema parecía confundida y mucho, cuando le dijo que si era como ella, solo pudo decirle - ¿Como tú? No comprendo. ¿A qué te refieres? - y entonces Turquesa repetía varias veces las mismas preguntas. ¿Qué le sucedía? No lo sabía, pero no parecía bueno.

Entonces parecía haber detectado algo. ¿Cómo era que ella no lo había visto? No importaba, era mejor seguirle. Podía ser una espía pero también podía ser quien la guiara a Rosa Cuarzo y a las Gemas de Cristal.

- De acuerdo pero ¿A dónde? - le dijo siguiendo el sigilo con el cual la otra gema se movía. Ella era mejor rastreando, o eso creía, así que decidió probar suerte.

Observando mejor la zona, ves unas huellas en el jardín, más allá de donde has encontrado a Turquesa. Son unos pies bastante grandes, redondeados y, por la profundidad que han dejado en las zonas de tierra, pesados. Debe de haber sido una gema grande y fuerte, quizá guerrera a juzgar por su complexión. El rastro conduce precisamente hacia donde está yendo Turquesa y se pierde en cuanto el suelo deja de ser terroso para dar paso al pasillo metalizado. Por supuesto, hay una puerta derribada, así que no te es muy difícil deducir qué ha hecho después de entrar.

Por su parte, Turquesa sigue avanzando. Va directamente hacia dicha puerta y se gira un momento para mirarte y señalar en esa dirección.

- Mira ahí. ¿No lo has visto?- te pregunta otra vez. No sabes aún a qué se refiere... Detrás de la puerta hay algún tipo de sala, pero no sabrás exactamente qué es hasta que vayas.- Nos han llamado...- susurra mientras sigue caminando.

- Turquesa... ¡Espera! - decía sin alzar la voz pero con urgencia. Los pasos de una guerrera. ¿Y si se trataba de una guerrera de Diamante Amarillo? No podía permitirse ser descubierta, al menos no por ahora.

Haló a Turquesa y se desvió hacia un lado - Debemos llegar sigilosamente. Son huellas de gemas guerreras - trató de halarla consigo que, debía ser capaz de lograrlo.

El desconocimiento del terreno y su nerviosismo se hacían notar, era terrible no saber dónde se encontraba. ¿Y si había nuevos enemigos? ¿Alguien más que quisiera dañarle? Jade temía la imprudencia de Turquesa. A pesar de ello, trató de inspeccionar el lugar por un costado sin llegar directamente y tratando de no dejar rastro.

Turquesa te mira con curiosidad. Parece que, al cogerla, has hecho que pierda la concentración y que se dé cuenta de que estaba caminando casi por impulso. La atraes hacia ti y ella imita tu postura discreta.

- Perdona...- responde en voz baja y con tono de arrepentimiento.

Mira a su alrededor, pero sus ojos vuelven a clavarse en la sala que hay más allá de la puerta derribada. Como tú, empieza a inspeccionarla con cuidado, al menos lo que puede verse desde allí.

Arrimadas a la pared, Turquesa y tú podéis ver que, en el extremo de la sala, a la izquierda entrando por la puerta derribada, hay una especie de trono. No es el típico trono de las gemas aristócratas, aunque sí que debe pertenecer a una gema porque está muy ornamentado y es imponente. Además, ¿qué otra cosa podría haber construido un lugar como éste? Esto te hace preguntarte qué clase de instalación es ésta. ¿Será una base de las Gemas de Cristal o de las gemas del Planeta Natal? La incertidumbre se mantendrá hasta que consigas descubrir algo más...

El trono está vacío pero, tras unos segundos, crees ver una sombra alargándose hacia él. Parece que está dando vueltas por la sala, yendo de aquí para allá. A juzgar por la sombra, debe de ser una gema esbelta y delicada, vestida con algún tipo de vestido. Sus pasos ligeros resuenan gracias al silencio expectante que habéis creado al observar con tanta atención. Turquesa parece hipnotizada por este nuevo descubrimiento aunque también está visiblemente nerviosa. Te mira sin decir nada, esperando tu reacción.

Jade no sabía muy bien qué hacer y se sentía nerviosa de saber que Turquesa era una gema extraña. Ese trono debía ser de alguien, eso era seguro. Además el hecho que una gema esbelta estuviera por ahí la ponía nerviosa. Trató de mirar un poco más adentro para ver si lograba ver con claridad a la gema que parecía estar esperando allí.

Puso su mano sobre su gema, lista para convocar su arma cuando lo viera necesario.