Partida Rol por web

Cuando Hellas dejó inconsciente al tarugo, Colibrí se encogió de hombros. Alguien tenía que hacerlo. Desenvainó una pequeña daga en su mano izquierda y miró al las chicas. Ellas sabían de magia y esas cosas, y no tenía claro quién a parte de Aranna que era capaz de golpear con los pechos si fuera necesario podría hacer un frente para contener a los tipos que se acercaban. Podía contar con Zanahoria y con Compadre, eso seguro. Dirigió unas palabras a apagadas a sus amigas.

- ¿Como lo hacemos chicas? Ese bocazas habló de magia y vosotras sois las que controláis ese tema. Yo sólo necesito tener a alguien cerca para darles una cálida bienvenida a esos mierdecillas. La cosa se va a poner muuuuy caliente. -

Como si fuera una acertada predicción, el cuerpo del menudo halfling pareció emitir unas ondas de calor, mientras de su nariz exhalaba un fino humo de color dorado. La muchachas ya lo habían visto en otras ocasiones; cuando Colibrí peleaba hacía gala a a su nombre (Ember) y parecía que sus golpes estaban embebidos de un fuego que provenía de su interior. Alguno ancestro dragón había en su linaje, eso seguro.

Aprovechó para ponerse fuera de la vista, puede que detrás de Compadre o algunos libros. Así su primer ataque sería por sorpresa, lo cual siempre era favorable en una lucha.

La mención del nombre hizo saltar a Oona de su asiento con tanta brusquedad que el pobre Gary acabó por los suelos, agitado no solo por el movimiento de la genasí, si no por las emociones que colapasaron dentro de ella. Gary necesitaba vacaciones, Oona era un torbellino emocional porque no expresaba absolutamente nada de lo que sentía, se lo guardaba todo y terminaba por acumular tantísimas que un buen día acabaría por explotar como un géiser. El familiar se recompuso como pudo y echó a volar agitando las alas, para después arrojarse a la cara de la genasí cuando los instintos homicidas de ésta salieron a flote.

Hellas le propinó un golpetazo al contrabandista y Oona dedicó los siguiente segundos a intentar despegarse a Gary de la cara. Para cuando lo consiguió, el tipo estaba inconsciente, se escuchaban pisadas al otro lado de la casa y la genasí estaba fuera de sí.

-¿Por qué le has golpeado? -recriminó. No tenía razones para hacerlo, no después de haber intentado pincharlo, pero la revelación de que Eved podía estar en la casa le había puesto los nervios de punta. Y Oona solía ser fría como un pez-. No importa, vamos a librarnos de esa gentuza, tengo que subir a por el prisionero.

Oona se preparó para enfrentar a los asaltantes. Sacó un pedazo de cuero de su bolsa, recitó las palabras y tocó a Zanahoria. El cuerpo del perro brilló durante unos instantes cubierto por una coraza mágica, que luego desapareció de la vista.

Así se queda calladito, respondió la aventi, aunque no había sido ella la que había pegado al tipejo. Los repetidos porrazos en la cabeza no podían ser buenos, pero el Consejo no iba a demostrar piedad en cuanto los pusieran a su disposición, así que el traumatismo craneal iba a ser en poco tiempo una preocupación menor para el tipo.

La reacción de Oona fue tan repentina que se hizo la luz en la mente de Aranna, permitiéndole recordar de qué le sonaba ese nombre. Pobrecita. Aunque había pasado tanto tiempo... seguro que lo había superado, y solo se había sobresaltado por la sorpresa.

Zanahoria en E15. Aranna en E17.

Los pasos se acercaron. Eran más de media docena de pares de botas martilleando las crujientes tablas de la casa del Maestro Dumballah. De pronto se detuvieron, y casi se escuchó la tensión.

—¡Rendíos, babosas de mar! —se escuchó una voz rasposa—. ¡Salid de vuestro escondite con las manos en alto o me haré una bufanda con vuestras entrañas!

(26) Zanahoria: 24/27 (Armadura de mago 3 horas, Estremecido 37 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos, Escondido)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 37 minutos)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 37 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, Concentrada en Imagen Silenciosa, Estremecida 37 minutos)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, Estremecida 37 minutos)

Aranna se sintió frustrada por la situación. La comprendía, por supuesto; quién iba a lanzarse como un bersérker de Rashemen cuando podía ganar la partida sin arriesgar el pellejo.

¿Te gusta tejer en tus ratos libres? gritó Aranna. ¡Siempre quise aprender, pero no he encontrado el momento! ¿Quieres enseñarme?

Mientras hablaba, hacía gestos hacia Colibrí. Señaló al mediano y después a la ventana que había justo detrás de ella. Prosiguió trazando una circunferencia con el dedo índice, y concluyó señalando la pared, o más allá, hacia la puerta principal de la arruinada casa.

Colibrí vio como Aranna le hacía señas y creyendo interpretar las mismas de manera correcta, se puso en movimiento. Enfundó su sable, dejando sólo una daga en su mano izquierda, y le hizo un gesto a Compadre que significaba que vigilara y cuidara de Oona. Después de eso y con paso sigiloso se dirigió a la ventana que estaba detrás de Hellas/Fay y oteó en silencio por ella por si había enemigos apostados fuera.

Señaló a Aranna y su ventana, tras lo cual negó con un gesto y señaló la que tenía al lado, para luego señalarse los ojos y el pasillo. Por último hizo el mismo movimiento circular con el dedo que abarcaba hasta la entrada de la casa, poniéndose en movimiento con el sigilo que un pequeño halfling puede hacerlo.

—Una bufanda con entrañas, ¿no se le podía ocurrir nada mejor? ¿En serio?—dijo Hellas negando con la cabeza.

La intento de heroína de Marjal Salino tuvo una idea. A fin de cuentas ella también tenía sus trucos. Chasqueó los dedos para llamar la atención de Compadre y señaló la trampilla para que el sabueso estuviera atento a lo que puidera pasar. El perro le devolvió una mirada... perruna.

Bueno, ojala funcione.

Hellas se agachó y sacó una moneda de cobre, apretó el puño y mientras murmuraba unas palabras de sus manos empezó a irradiarse oscuridad. Centró su atención en la trampilla y al no oír nada, fue a abrirla un poco para deslizar lanzar la moneda por la abertura.

Por Valkur que no haya nadie...

Hellas lanza Oscuridad sobre una pieza de cobre, intenta abrir la trampilla lo mínimo posible y la lanza. No me voy a descontar la moneda porque pienso ir a por ella cuando acabe todo esto :<

Ten cuidado, susurró al mediano cuando pasaba por su lado, no te la juegues.

La imagen de Oona se quedó allí, de espaldas al pasillo, hasta que gritaron desde el otro lado y Aranna les contestó. Eso le vino bien, la genasí se concentró para hacer que la imagen girase sobre sus talones y se pusiera en posición defensiva, esperando a que vinieran. La hizo retroceder unos pasos.

Hellas abrió la trampilla apenas un resquicio y arrojó la moneda cubierta de su conjuro de oscuridad. Escuchasteis la moneda tintinear en el piso inferior mientras rodaba escaleras abajo.

—¡Claro! ¡Ven aquí y te lo enseño! ¡Y a tejer también! ¡Jajajaja!¹—rio estentóreamente. Se detuvo un momento y gruñó como si algo lo hubiera sorprendido—. ¿Qué? ¿Una ilusión? ¿Pretendías engañarme a mí, niña? ¡Seréis pasto de los tiburones!

1: Tenéis que escuchar a Sambalet con la voz del capitán Barbossa de Piratas del Caribe.

Desde tu privilegiada posición, espiando desde la ventana, viiste a Sambalet indicar a dos de sus hombres el pasillo que conducía a la cocina, y a otros dos la puerta principal. Dos tipos con aspecto rudo se dirigieron hacia donde tú estabas...

Ah, eso lo explica, gritó Aranna, haciendo una mueca de asco, como si alguien fuese a verla, o si hacer la mueca fuera a transmitir la pantomima a su voz. ¿Te importa alejarte y darte media vuelta? Cuando puse la oreja en la trampilla, escuché a tus gañanes hablando de lo mal que te olía el aliento: "como si recogiera su mierda en un plato y se la volviese a comer", fueron sus palabras exactas. Y ya nos está llegando el hedor. Yo ya he vaciado las tripas hace un rato —no corras después de beber y comer como si fuese a acabarse el mundo—, así que estoy bien, pero mis amigos se están poniendo verdes. Y tus secuaces se han desmayado. ¿Tus antepasados eran trogloditas? ¿O es que eres un necrario?

Aranna miraba por la ventana, buscando al mediano con la mirada. ¿Planeaba atacar? ¿Iba a volver? Solo habían pasado unos segundos, y ya se sentía como una madre que veía a su hijo marchar a la guerra. Y eso que Colibrí era mayor que ella, o al menos lo parecía, exceptuando su tamaño, que por ser un mediano era pequeño, curioso oxímoron.

Por un momento Colibrí se sintió tentado de emboscar a los dos que iban en su dirección, pero eso dejaría a las chicas sin idea de lo que se les venía encima y peor aún, si oían ruidos de lucha, puede que incluso quieran ir a ayudarle debilitando más aún su posición. Con un ligero encoger de hombros y desenvainando su sable con la mano derecha, el menudo halfing se deslizó como una sombra entre los arbustos hasta la ventana de Aranna, dispuesto a hacer unos gestos que le explicaran qué se les venía encima.

Tras constatar que la aventi estaba pendiente de él, le hizo un gesto que abarcaba nueve dedos. Luego usó dos de ellos para señalar al sur, la dirección de la puerta principal; dos para señalar el norte en dirección a la cocina; y otros cinco para señalar el pasillo delante del cual se encontraba la ilusión de Oona.

Luego se señaló a sí mismo, volviendo a señalar la dirección de la cocina hacia el norte y exhibiendo una sonrisa salvaje. Por último señaló a la druida aventi y tocó una de las ramas haciendo un gesto como si se enredara con ella, mostrando dos dedos en dirección al sur, a la puerta principal. Esperaba que las intenciones de tanto los enemigos, como lo que esperaba de Aranna, como las de Colibrí quedaran claras

Aranna frunció el ceño un momento, mientras trataba de descrifrar el mensaje de Colibrí, y por fin asintió, aunque ya no había mediano para verla hacerlo.

Llamó la atención de sus compañeras e imitó a Colibrí, gesticulando con los dedos. Levantó dos de ellos y señaló hacia el exterior, por el lado de la entrada. Con la otra mano, también con dos dedos alzados, señaló hacia el otro lado de la casa. Finalmente, con los cinco dedos de una mano extendidos, señaló hacia el pasillo desde donde llegaba la voz de Sambalet.

Y, siguiendo las instrucciones del mediano, se asomó por la ventana y ordenó a la vegetación del patio que atacara a los incautos que debían estar pululando por allí.

Estaba claro que de un momento a otro, toda la tensión explotara dando paso a la violencia. Pero el jefe de esos contrabandistas todavía no se atrevía a dar el paso para atacarles. ¿Estaría esperando movimiento por la trampilla? O quizás... Entonces Aranna le hizo a ella y a Oona esos gestos y creyó entender que pasaba. ¡Estaba esperando a que el resto de sus hombres tomaran posiciones!

Hellas estaba asustada y cabreada. O cabreada y asustada. No sabía cuál de las dos emociones ganaba en ese momento. Pero decidió seguir los insultos de la aventi.

—Una vez oí hablar de un pirata que asolaba islas con su aliento. ¡No me imaginaba que fuera tan gañán!—no estaba muy convencida de lo que había dicho por lo que acabó añadiendo un escueto—¡Imbécil!

Tampoco esperaba que se tragaran el engaño a la primera, de modo que Oona siguió concentrada en su ilusión mientras los demás hacían gestos y tramaban sus propios planes. Hasta que no empezara la pelea de verdad, la genasí no extinguiría a su copia. No sabían cuántos eran -bueno, sí lo sabían, más o menos-, así que prefería esperar el primer paso del enemigo. Era una desventaja, pero no podía salir al pasillo sin saber a qué se enfrentaba.

Movió la ilusión para que se pusiera erguida y bajara las armas. La ilusión levantó una mano y le hizo una peineta a los del pasillo. Luego hizo lo mismo con la otra mano. Y las movió arriba y abajo. Solo le faltaba tararear.

Colibrí continuó su andadura hacia el norte, esperaba alcanzar a los dos tipos que el líder de los bandidos había enviado hacia allá, y que las magias naturales de Aranna se ocuparan de los del sur. Si conseguía sorprenderles con su sigilo, el mediano creía que podría despacharles sin muchos problemas.

—Habláis mucho para ser mujeres muertas —se rio Sambalet—. ¡Sacadles los riñones!

Escuchasteis crujir las tablas de madera de la mansión mientras las botas de los hombres de Sambalet se dirigían hacia la habitación en la que os habíais atrincherado.

Pirata F19 y Contrabandista en H19 fallan sus TS de reflejos y quedan enmarañados. El Contrabandista pasa la tirada de escapismo y puede mover a la mitad de su velocidad hasta E19. Aparece un segundo Contrabandista bando la vuelta por la esquina norte de la casa.

¡Turno de Hellas y de Compadre!

(26) Contrabandista I1: ileso

(26) Contrabandista E19: ileso

(16) Hellas: 13/15 (-3 Fue, Estremecida 35 minutos)

(15) Compadre: 22/22 (Estremecido 35 minutos)

(15) Piratas orcos: ilesos

(17) Sambalet: ileso

(14) Zanahoria: 24/27 (Armadura de mago 3 horas, Estremecido 35 minutos)

(14) Oona: 12/18 (-1 Des, Concentrada en Imagen Silenciosa, Estremecida 35 minutos)

(11) Aranna: 21/23 (Estremecida 35 minutos)

(9) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos, Escondido)

(8) Piratas: ilesos

(8) Pirata 1: ileso (Enmarañado)