Partida Rol por web

De repente la puerta de metal vuelve a abrirse y veis como Dish flota mas que nada de vuelta hacia vosotros apenas pudiendo mantener la cabeza a flote y con gesto claro de no sentir ya gran parte de su cuerpo. Aun asi, cuando llega hasta Julian logra sacar de bajo las aguas su brazo sorprendiendoos al ver como entre sus palidos dedos sostiene unas llaves de metal oxidado.

En cuanto Julian alcanza las llaves de las celdas Dish parece no poder aguantar mucho mas y comienza a hundirse lo que hace apresurarse aun mas al caballero para intentar abrir la cerradura de su celda la cual ya se encuentra por debajo del agua marina. Con no poco problemas finalmente esta cede aunque Julian aun tiene que hacer un gran esfuerzo para abrir la reja y dirigirse hacia Marie para liberarla con Dish aferrado a el aunque sin muchas esperanzas de que el pistolero pueda resistir por mas tiempo; cuando los tres logran arrastrarse nadando hasta las escaleras de metal que conducen fuera de la mazmorra apenas pueden contener el cansancio y quedan tendidos en el suelo.

Dish queda tumbado boca arriba con el agua aun mojando su espalda, parece que ha tragado agua incluso pero lo mas preocupante es su palido tono de piel y la grandisima cantidad de sangre que ya ha perdido por tan grandes esfuerzos.

Marie aun se mantiene apoyada en la cercana puerta de metal que apenas puede cerrarse con la cantidad de agua que ha entrado en la sala contigua mientras que Julian se haya entre ambos, mas cerca de Dish que de Marie dado que ha llevado todo el rato a este desde su huida de la celda.

-¡Dish! -exclama sorprendida al ver entrar a su compañero casi sin vida-, ¡lo consiguió!

Marie espera impaciente que Julián habrá su puerta para salir de allí cuanto antes. Tendidos en el suelo, Marie intenta recuperarse para poder moverse y hablar. Pasados unos instantes, se incorpora levemente. -Tenemos que hacer algo, ha tragado agua y perdido demasiada sangre, no aguantará mucho -lentamente se acerca a Dish y posa su mano sobre la frente, y comprueba su pulso-. Alguien en este pueblo podrá ayudarnos... ¿verdad? -pregunta retóricamente algo escéptica.

-¿Qué tal tu herida? -se incorpora sobre Julián para comprobar que está bien-. Quédate con él, yo iré a buscar a alguien. Los tres juntos llamaríamos demasiado la atención.

Con esfuerzo, se pone en pie. El cansancio se nota cada vez más. -Sería bueno que os alejárais un poco de aquí. No me fio de este lugar y tampoco de estsa gente, pero es la única opción que tenemos.

-No, Marie. Deja que vaya yo, estoy bien. Escondeos aquí hasta que os confirme que tenemos vía libre para escapar de la casa. Si me descubren, intentaré causar el mayor alboroto posible para distraerles y permitir que huyais. Bueno, o que huyas tú si Dhish no puede caminar. - dice mirando de forma grave al maltrecho Dhish, a modo de disculpa por su crudo sentido de lo práctico - Aunque confío en que no sea necesario. - apuntilla con una media sonrisa.

Quitándose las botas y llevándolas en la mano para que sus pasos sean más silenciosos, se dispone a internarse en la casa. Blande la mellada navaja en la diestra, aunque de poco le servirá si ha de vérselas con un revolver. Es muy probable que su cupo de suerte se agotase en la playa.

Julian comienza a moverse desde su posicion en el suelo mientras Marie y Dish quedan tendidos en el pasillo empapado; pronto Julian llega hasta la puerta mas cercana que parece conducir al pasillo por donde llegasteis a estas mazmorras...

Caminas cansado, fatigado, mojado y con un arma que apenas crees pueda servir ni para untar mantequilla. Cuando tus manos se apoyan en el tirador y este cede dandote paso suspiras aliviado y compruebas como el pasillo se abre nuevamente tras ella encaminandose denuevo hacia el interior de la gran mansion. Nada, no hay nada tras ella aunque si se ven varias puertas a ambos lados hasta que desemboca al final en una mas exuberante.

El dormitorio de esa sabandija no debe de estar muy lejos de su despacho. - piensa mientras trata de orientarse, recordando las rutas que siguió en sus dos visitas a la mansión.

La fuga pasa a un segundo plano, así como la seguridad de Marie y las escasas posibilidades de salvar a Dhish. Julián tiene muy claro cual es su principal objetivo.

Avanzas por el pasillo. La puerta de enfrente es por la que salisteis del hermoso salon de la casa por lo que no tienes la menor idea de donde conducen las otras dos puertas del pasillo; aferras con fuerza tu navaja rota esperando que sus filos aun puedan darte ventaja contra un enemigo desprevenido aunque algo te dice que es poco consuelo para tanto pollo que degollar.

Al ver la resolución de Julián, Marie entiende que de nada serviría intentar hacerle entrar en razón para que se quedara con Dish. Antes de que Julián se de media vuelta y se marche, la mujer le agarra con suavidad de la mano -Ten cuidado, por favor-, le dice bajando la voz.

Con mucho cuidado, Julián va abriendo las puertas del pasillo lo justo para otear hacia su interior. La oscuridad no permite ver demasiado, pero confía en que sea lo suficiente como para distinguir un dormitorio de otro tipo de estancia.

Te acercas a la puerta de tu derecha y la entreabres con facilidad; en el interior tan solo hay un camastro y una mesilla junto a un armario... lo que podria ser una habitacion pese a no tener ventana alguna.

Te acercas para hacer lo mismo con la otra puerta pero esta se encuentra cerrada a cal y canto asi que solo te queda probar con la puerta principal que sale a la casa y, para tu sorpresa, se el pomo gira indicando que puedes abrirla y acceder a su interior dado que desde el resquicio de su avertura solo ves los muebles del mismo y, al parecer, nadie mas.

Julian ha desaparecido mas adelante y te quedas sola con el moribundo Dish del que puedes predecir sin error a equivocarte que no durara mas de diez minutos en su estado y poco podeis hacer ya por el mas que dedicarle una sentida oracion.

Te parece escuchar los pasos lejanos de Julian y temes por el... esta claro que alli atras no vas a hacer nada y el frio ya te esta atenazando las extremidades.

Mmm...ahora me vendría bien la habilidad con las cerraduras de ese pelagatos. - piensa desistiendo de interntar forzarla, antes de continuar su camino y traspasar la más grande de las tres puertas.

Abres mas la puerta y te deslizas hacia el vacio salon donde horas antes estabais reunidos con vuestros carceleros. Todo esta desierto aunque la ostentosidad de la sala casi te logra deslumbrar.

Las unicas salidas de la sala son retroceder sobre tus pasos o encaminarte hacia el recibidor de la casa por donde entrasteis la ultima vez aunque hay muchos lugares en el gran salon para esconderse o para rebuscar como muebles o mesillas de lujoso talle.

Cuando Julián se disponía a dar media vuelta y encaminarse hacia el recibidor, cae en la cuenta de que la huida de la isla requerirá recursos.

Seguro que por aquí encuentro algo de valor que no pese demasiado... - dice buscando en los cajones intentando no hacer ruido.

Abres los cajones y encuentras cuberteria fina de cuchillos redondeados y con bordados en oro al igual que vajillas y demas mobiliario de gran valor pero poca utilidad ahora mismo que bien podrian labraros un poco de dinero para vuestra huida; de repente escuchas un ruido procedente del recibidor como si alguien bajase las escaleras pero no parece que se acerque hacia el salon sino que se aleja...

A toda prisa, se guarda algunos de los cuchillos, envolviéndolos en un jirón de tela para que no entrechoquen y hagan ruido. Luego asoma para intentar ver quien está dejando la casa, pues eso podría hacerle cambiar sus planes.

Acercándose a su compañero, trata de hablarle para comprobar su estado. -Dish, ¿puede oírme? -le pregunta al ver su precario estado-, aguante un poco más, Julián volverá pronto... -dice intentando infundirse vagas esperanzas. De soslayo mira el lugar por el que Julián ha desaparecido, ese lugar no le resultaba nada agradable.