Partida Rol por web

La puerta que da al gran salon se abre mostrando primero al doctor del pueblo que cuido de Julian y luego a otra figura que no os resulta desconocida.

Vuestros gestos de asombro se entrecruzan al ver aparecer tras de el, cojeante y con el rostro demacrado y apenas teniendose en pie a Dish que entra en la opulenta sala.

Finalmente el doctor ayuda a sentarse a Dish en frente de Marie y Julian quedando custodiando la puerta por la que acaban de entrar mientras que un pistolero cubre la otra que conecta el salon con la de entrada. El Monje Anselmo se mantiene en pie junto a una gran mesa de madera finamente tallada mirandoos, complacido sin duda por la sorpresa patente en los rostros de los presentes.

La sala es un gran salon comedor donde Julian y Marie se encuentran sentados en unos sillones, aparentemente mas que sanos, mientras que tu acabas de entrar por una de las puertas y la otra, la que sale de la sala parece ser, esta custodiada por el Fray Anselmo y un pistolero que parecian esperar con impaciencia tu llegada.

-Dhish, le hacía muerto. - Julián expresa su inevitable sorpresa de una manera comedida - Me alegro de estar mal informado.

Su atención deja pronto de centrarse en el polizón y examina la sala, los presentes y las posibles salidas.

No, no les daré la satisfacción de protagonizar un bochornoso espectáculo que no serviría más que para hacer que me maten como a un perro.

Su cerebro empieza a barajar posibles salidas...diplomáticas para este atolladero, este "salir del fuego para caer en las brasas".

Marie se lleva la mano a la boca y reprime una exclamación. ¡Dish! -dice en un susurro y poco a poco va reponiéndose del asombro-. Pensé que le habíamos perdido. Gracias por salvarle -dice ahora al doctor.

Marie se alegra de ver a Dish con vida, pero ahora una pregunta no deja de rondar por su mente: ¿Qué habrá contado? Si Dish había dicho algo, lo que sea, no coincidiría con su versión y el alcalde tendría la excusa perfecta para retenerles más tiempo del deseado...

El momento se rompe cuando la puerta principal, por la que habian entrado momentos antes Villalobos y Marie, se abre para dar paso al opulento alcalde del pueblo que mira complacido la reunion de pastores.

- Bienvenidos... denuevo.

Con tranquilidad se coloca en medio, sentado a un lateral de todos en un lujosos y confortable sillon.

- Creo que, entre todos, quiza podamos ver que piezas encajan y cuales fallan no creen? Aqui su compañero, monseñor, ya nos ha contado lo mas importante pero quiza alguno de ustedes desee cambiar o añadir algo mas que decir.

Sonrie triunfal.

tras ver a los demas en vida me alegro mucho

me habian dicho que perdieron la vida por intentar salvarme que bueno que no es cierto y Marie te debo la vida estare complacido hasta el dia que muera

me siento en un sillon para hablar con mis amigos y de repente entra el alcalde con un sonrisa entre los labios

este tipo trama algo por que me dijo que estaban muerto ??? el sabe mucho del mapa y creo que alguien le conto

bueno ahora que estamos juntos señor por que me dijo que mis amigos estaban muertos???

Julián mira uno por uno al alcalde, al médico y al fraile. La mirada que clava en ellos es profundamente reprobadora.

-Sí, aquí son ustedes los únicos que tienen que dar explicaciones. - dice fingiendo que sigue sin saber lo que quiere el alcalde.

Sonrie confabulador.

- Mas bien al contrario... señor Villalobos.

Se pasea con tranquilidad con la mirada a los presentes sin hacer el menor caso a las palabras de Dish.

- Fray Anselmo nos asegura de que usted y su compañera saben mas de lo que hablan... algo sobre un tesoro... aunque se afana en decidir que su vida no vale lo mas minimo yo pienso que ustedes querran compartir con nosotros su conocimiento. Nunca me gusto tocar un cadaver muerto para mirar en sus ropajes aunque aqui el doctor presente lo haria si yo se lo pidiese... no se confie demasiado.

Su compañero, el pistolero venido de la muerte, nos ha dicho que sabe tambien algo del tema asi que la unica pieza que nos falta son ustedes dos claro que, quiza necesiten un incentivo para hablar de ello ya que con los buenos modales anteriormente no conseguimos llegar a nada, no creen?

El pistolero de la entrada acaricia su revolver en su pistolera.

-¿Tesoro? -pregunta Marie retóricamente-. Antes nos preguntaba por el cargamento del barco, ahora por un tesoro... Si en ese barco había algo de valor equiparable a un tesoro le aseguro que está en lo más profundo del océano. Usted vio cómo llegamos -le dice ahora al médico-. Nos curó y cuidó todo un día de nosotros. Es testigo de que no llevábamos ni llevamos nada encima aparte de nuestras ropas.

No puede estar pasando de nuevo, es imposible, no puede ser... Las lágrimas están a punto de brotar de los ojos de la mujer, que poco a poco ve como las situaciones difíciles se suceden sin descanso una tras otra.

Si abrimos la boca, nuestra vida valdrá menos que nada. - Julián permanece serio y callado, evitando mirar a Dhish para que no se adivine ni un atisbo de complicidad entre ambos.

Cuando nota que Marie parece a punto de derrumbarse, le coge la mano bajo la mesa y se la aprieta con firmeza.

permanesco en silencio mientras oigo lo que diran villalobos y marie mientras miro al alcalde muy directamente

este tipo sabe algo si no no estaria siendo tan rudo por encontrar el tesoro Santos debio informar a alguien aqui para que le ayuden a encontrar el tesoro pero... donde esta el mapa si todos fuimos atendidos donde esta el mapa

Ante las espectativas Don Leandro sacude la cabeza y se aleja haciendo un gesto al pistolero que desenfunda su revolver y apunta a Marie.

- Quiza sea muy valiente señor Villalobos pero el cargo de ver morir por su culpa a quien le salvo de la muerte hace unos dias quiza sea razon suficiente para corroborar las palabras de Dish sobre el tesoro.

- No tiene sentido que muera nadie... y menos por esas habladurias!

- Callese doctor. No es ninguna tonteria y ya ha costado demasiadas vidas. Sabemos que ese hideoputa de Causse habia conseguido el mapa de la antigua Mision de los Franciscanos en el "Nuevo Mundo" y que Dish se lo arrebato de sus manos muertas para intercambiarlo por su vida. El malnacido de Santos en cuanto supo de su existencia no pudo refrenar su codicia e incluso mi propio "hijo" Brawl fue abatido por este maniaco por defender ese "tesoro" asi que no creo que lo hayan dejado hundirse en el barco...

Junta las manos y eleva la cabeza para mirar al techo y luego volver a contemplar la escena.

- La partida de poker ha terminado señores, pongan las cartas sobre la mesa y quiza puedan salir de esta con vida... el alcalde sabe todo y esta dispuesto a ser generoso.

agacho la cabeza para despues volver a ver a todos en la sala

como usted dijo fray Anselmo Santos era un maldito y fue el quien tenia el mapa despues de la tormenta solo queria vivir y ese maldito casi me mata si sabriamos algo del mapa no creen que lo tendriamos ustedes nos vieron botados al borde de la muerte y ahora quien que hablemos de temas que desconocemos

Brawl... -Julián cree saber a quien se está refiriendo el fraile.

En cuanto a la petición de levantar las cartas, se resiste a ceder. A estas alturas, la codicia no es razonable, pero sigue convencido de que no están muertos todavía por lo que puedan saber. Si pierden esa ventaja, estarán a merced de sus captores.

Hay que buscar otra.

-Vamos a hacer una cosa.- dice con decisión- Es posible que yo sepa algo más que el señor Dhish. Pero ese "quiza puedan salir de ésta con vida" no me gusta. Sé que a estas alturas no me creerán si les digo que ese asunto vino a nosotros y no al revés. Tampoco me tomarán en serio si les digo que soy un hombre temeroso de Dios y que jamás se me ocurriría robar a la Santa Madre Iglesia. Lo que nos ha contado de una misión, es la primera vez que lo escucho. - Julián entrelaza las manos - A lo que iba. Como nada les va a impedir matarnos, pese a lo poco cristiano que sería, no diré nada hasta que nos dejen mandar una carta a cada uno de nosotros y recibamos respuesta. Podrán leer la carta si lo desean. En ella, simplemente informaremos a nuestras respectivas familias de la tragedia que ha sucedido. También les explicaremos donde estamos, que nada malo nos va a pasar, y que esperamos respuesta mientras disfrutamos de la hospitalidad del honorable alcalde Don Federico Leandro. No conozco a las familias de la dama y el caballero,- señala alternativamente a Marie y a Dhish - pero le aseguro que mi padre, además de asquerosamente rico e influyente, es de esa clase de hombres capaces de todo por defender lo suyo. Si yo desapareciese, removería cielo y tierra hasta dar conmigo. Y, tras recibir esa carta, de por seguro que empezaría a buscar en esta isla.

Marie responde al apretón de mano con agradecimiento. Sabía que Julián no dejaría que le pasase nada.

Los ojos de la mujer se abren de par en par al ver el arma del pistolero apuntándole. -Esto es una locura, el doctor tiene razón -musita-, son todo habladurías!

Marie no suelta la mano de Julián, sino que la aprieta con más fuerza ante esa situación. -Tranquilo -le dice en bajo a Julián al ver sus intenciones de rebatir algo de lo ya dicho. Lo poco que conocía a Julián le hacía saber que en ocasiones tenía una lengua afilada. Escucha atenta sus palabras y le mira sorprendida. Qué gran idea... Después se gira de nuevo hacia el alcalde para ver su reacción. No estaba segura de que le convenciera la idea del caballero, no, seguro que no.

Contorsiona la cara con gesto extraño como refunfuñando en voz baja.

- Por que cree que accedere a esa demanda? En su posicion creo que, o bien sus dos compañeros no saben nada y, por tanto, son prescindibles, o bien es usted quien no sabe nada al igual que ellos y quiere ganar tiempo...

Alza la mirada al pistolero y luego al fraile para volver a mirar al trio.

- Como he dicho creo que podemos acceder a su peticion... pero a la suya, puesto que ni la dama ni el pistolero parecen ser mas que un estorbo en esta situacion asi que primero les despacharemos y luego podremos esperar con tranquilidad su misiva... le parece bien o quiza quiere cambiar los terminos de sus condiciones?

- No perdais el tiempo Señor Alcalde, yo conozco formas de hacer hablar a los "falsos devotos" como el caballero que tenemos delante.