Partida Rol por web

La cara de Marie se convierte en una mueca mexcla de asco y horror cuando escucha a Julián hablar sobre Santos. -El diablo terminará con él -dice casi con repugnancia.

-Ha sido un viaje lleno de sorpresas -responde ante la ronrisa del caballero.

-No creí que tuvieras complejos -añade riendo y agarra a Julián del brazo-. Me conformo con un vals, pero me gustaría verle bailar una danza típica de mi tierra. Son realmente divertidas aunque quién sabe, tal vez sean algo primitivas también.

Marie camina junto a Julián y rie tranquila. Hacía tiempo que no sentía esa sensación de paz en su interior que le permitía reir sin pensar en lo que pudiera pasar al torcer la esquina.

La luminosidad va desapareciendo como un hermoso cuadro mientras ambos hablais y os acercais mas hasta que el momento es roto por los pasos de un joven hombre, nativo de la isla, que agacha la cabeza al mirarle.

- Se... Señor y Señora. El Alcalde deseaba saber de ustedes y hablarles en privado. Si me hacen el favor...

Os invita a seguirle. El "muyayo" no tiene mas de quince años y su piel esta tostada por el sol llevando sobre su cabeza tan solo un sombrero de paja y de ropa una camisa corta blanca sucia y un pantalon de mismo estilo.

Marie mira a Julián con un interrogante en la cara.
-Supongo que será mejor que vayamos cuanto antes, ¿no crees? -le pregunta.

-Sí, ¿por qué hacerle esperar? - dice enchando a andar con paso garboso detrás del muchacho.

El muchacho os acompaña por las calles de arena y edificios costeros hasta llegar a una pequeña mansion apartada mucho mayor que las demas y os conduce hasta su puerta donde se despide de vosotros. Alli, una mujer gorda y mas negra que la propia noche os recibe con gesto serio.

- El Señor les recibira, pasen por aqui.

Acompañais a la sirvienta hasta un pequeño salon o comedor donde el lujo no escapa de vuestra vista y la opulencia es bastante desmedida comparada con los edificios de los que ya habeis dado buena cuenta, incluido el hospital improvisado.

-Gracias, es muy amable -contesta a la mujer que les recibe. Sin despegarse de Julián, Marie sigue a la señora por los pasillos hasta llegar al lugar donde les espera el alcalde.
-¿Tienes idea de lo que puede querer de nosotros? -le pregunta en voz baja al caballero.

-En un lugar tan pequeño y apartado, un naufragio debe de suponer todo un acontecimiento. Imagino que el alcalde querrá conocer en persona a los supervivientes y de primera mano la trágica historia.- comenta en voz alta.

Sin embargo, algo en su mirada revela una actitud cauta, a la defensiva. Mientras recorren pasillos y estancias, apenas parece prestar atención al lujo y a la ostentación que le rodean.

Esperais en la lujosa estancia durante un rato, mas del que os gustaria, hasta que escuchais los pasos de alguien y aparece ante vosotros un hombre de ropas finas y elegantes y anillos desmedidos en sus gordos dedos. Es una persona no muy alta de complexion "robusta" que parece tener algun tipo de lesion en el cuello porque lo alza en desmedida aunque os parece que quiza se trate mas de su porte y andanzas que otra cosa.

- Bienvenidos a mi humilde morada Señor... Señora. Mi nombre es Don Federico Leandro aunque pueden llamarme Señor Alcalde como hace toda mi gente - no, no es un chiste por su expresion serena y seria - quieren algo para tomar quiza? Bombina! trae el Whiskey añejo!

Se sienta en frente vuestro, a un par de metros, en un cuidado sillon del siglo XVI con dorados ornamentos y os mira con interes hasta que llega la criada con tres copas bien servidas y un puro para el Alcalde que no duda en empezar a prepararse para fumar.

- Y bien... que me pueden contar de su periplo?

Las finas ropas de su anfitrión contrastan con la escasa calidad de la que, circustancialmente, viste él. Lejos de apocarse por su falta de elegancia, intenta compensar ésta con el porte y las maneras.

-Soy Julián de Villalobos. Encantado de conocerle. - con una amplia sonrisa le ofrece la mano para que la estreche - Ante todo, me gustaría agradecerle su generosa hospitalidad. Sin los cuidados que he recibido, posiblemente no estaría ahora aquí, disfrutando de este magnífico whisky. - añade acercándose la copa a los labios y dando un pequeño sorbo al dorado licor.

-Nuestro periplo... -repite las palabras del alcalde - La versión breve podría ser: un mar embravecido, un barco menos robusto de lo que aparentaba y una tripulación inepta y desorganizada. La versión extensa, por otro lado, nos podría llevar toda la noche y refrescaría recuerdos que, la verdad, preferiría borrar si estuviese en mi mano. El terror y la sensación de vulnerabilidad que se siente en una situación así es algo que no le desearía ni a mi peor enemigo. - las palabras de Julián son acompañadas por una expresión de profundo pesar.

-Marie Jones -responde al alcalde tendiéndole la mano como había hecho Julián-. Es un placer.

Estoy hecha un asco... piensa al ver lo ostentoso de la sala y de la riqueza de la vestimenta del alcalde.

La cara de la mujer acompaña la expresión de pesar de Julián. -En verdad ha sido una experiencia dificil de imaginar para quienes no la han vivido, y sinceramente, deseo que nadie tenga que pasar por algo así.

Marie piensa en todo lo ocurrido y tan sólo ansía dejarlo atrás, como un capítulo borroso de su vida. Otro más.

- Si, si... ya... ya veo... bueno, la verdad es que me interesa las habladurias que circulan por el pueblo sobre el cargamento del barco. Saben, verdad?

Mueve su copa haciendo que el liquido se balancee hasta casi salirse por uno de los bordes del baso.

-¿Cargamento? No le entiendo... A no ser que con eso se refiera al polizón que mató al alguacil en la playa. - Julián, siguiendo con la actitud apesadumbrada, le relata al alcalde la misma versión de los hechos que a Fray Anselmo. A fuerza de contarlo, casi podría llegar a convencerse de que fue lo que realmente pasó.

No tiene sentido ocultar lo de los crímenes, ya que el religioso debe de ser el origen de los rumores, aunque considera innecesario comentar lo cerca que estuvieron ellos de convertirse en una víctima más. Y, por supuesto, de su boca no sale ni una sola palabra sobre el mapa.

Marie frunce el ceño al oirle al alcalde hablar sobre el cargamente del barco y mira a Julián sin comprender exactamente lo que ocurre. -Creí que el barco sólo transportaba pasajeros. Nunca escuché nada sobre cargamente alguno -responde al instante con sinceridad.

Ladea la mirada como si comprendiera que no quisierais decirle nada de lo que pretende oir.

-... Si, claro... solo es que se rumorea que el cargamento escondia un fuerte cargamento de algo valioso que viajaba a las americas. Por supuesto que ustedes no sabran nada de ello, verdad?

Deja quieta la copa y os mira seriamente para despues chasquear los dedos y hacer que aparezca su criada con un pequeño cofre enjoyado.

- Quiza es que no se acuerdan y necesitan de un incentivo... es asi?

Te despiertas y tus ojos apenas pueden ver nada intentando distinguir donde te encuentras. Esta todo muy oscuro y tan solo se filtra algo de luz del exterior. Te encuentras en una cama tumbado y sin mas ropa que tus largos calzones pero no hay nadie en la sala y la unica ventana parece tapiada con maderas. Hay una puerta en frente tuyo pero todo te duele demasiado.

Donde te encuentras?

-Don Federico, - pese a las formas, clava una dura mirada en él - créanos cuando le decimos que no sabemos nada sobre ese supuesto cargamento. Era un barco de pasajeros, no de mercancías. Si alguien del pasaje llevaba una gran suma de dinero, joyas, obras de arte o lo que sea, desde luego, no se dedicó a proclamarlo a los cuatro vientos.- hace una ligera pausa que aprovecha para relajar su actitud y dar un trago - El "Nueva Esperanza", con todo lo que iba a bordo, está en el fondo del mar. Puede darse un chapuzón y rebuscar entre los restos si quiere. Le daré la descripción de mi maleta, me encantaría poder ponerme una de mis camisas. - una ligerísima mueca de cinismo remata su respuesta.

La visión del ornamentado cofrecillo le recuerda la precariedad de su situación, pero mantiene un prudente silencio con respecto al tema del que, cada vez más convencido, cree que está hablando su anfitrión.

despierto todo aturdido y al ver la puerta quiero ir a ella peroalintentar moverme siento un dolor muy fuerte en todo el cuerpo

intentoacordarme que me paso y donde estoy me preocupo un poco ya que no se donde estoy lo ultimo que recuero es... Santos que paso con el y con Villalobos

al intentar recordar me duele la cabeza y me postro en la cama viendo todo mi cuerpo y me doy cuenta que tengovendas por todo mi pecho y mi cintura

santos me disparo pero despues que paso por que no reduerdo nada donde estan los demas

intento gritar para ver si no hay nadie cerca perocuidando que no me dañe el cuerpo

hay alguien afuera¡¡¡ hola???

Nada te responde. Apenas puedes mover las piernas y un fuerte dolor lacera tu pecho quitandote casi por completo el aliento y ves horrorizado como la sangre comienza a manchar tus vendajes.

De repente la puerta se entreabre y entra una figura extraña... un cura dirias o un monje.

- No os alarmeis hijo, todo esta bien.

Cierra la puerta tras de si y te parece escuchar un pestillo y el hombre se acerca con paso sosegado hasta el pie de tu cama.

- Que tal os encontrais hoy? espero que ya esteis lo suficientemente bien...

Su gesto torna severo, serio, frustrado, enojado...

- Que asi sea!

Se levanta bruscamente tirando la copa al suelo y haciendo que el vino se esparza por la alfombra y los cristales de esta se claven por doquier.

- Ahora vayanse de mi casa, ya se han burlado bastante de mi.

El hombre se aleja de la sala dejandoos en silencio por un momento antes de que la criada venga a indicaros la salida.