Partida Rol por web

Las calles de la ciudad llegan a un angosto portico (cabe justo una carreta) que esta empotrado en el muro exterior de la ciudad.

Al otro lado el camino empedrado empieza a perderse entre lo que se puede ver a 100 pies mas o menos, es un incipiente bosque de arboles amarillentos por la estacion.

A poco andar por el camino, pueden ver que se empieza a espesar solo un poco, encontrandose grandes espacios como claros entre medio.

Aproximadamente a medio dia de camino, con el sol empezando ya a ponerse mas rojizo, señal de que en una hora o mas se ocultará, ven un par de bultos mas adelante, en medio del camino. Uno es de color cafe claro, mientras que el otro apareciera mas claro aun, como manchado. Se encuentran como a 100 pies de ustedes.

La pequeña Shemalla siguió a sus compañeros hacia la puerta noroeste mientras le daba vueltas al asunto del gobernador y el último comentario del bárbaro. A la mediana no le había gustado, pero tras darle una vuelta, pensó que podría tener sentido que el sacerdote quisiera tener controlado al alcalde vividor para poder resolver el misterio del sueño sin cortapisas. Sin embargo, no le veía sentido a los medios utilizados para hacerlo. 

Durante el trayecto Shem se acercó a la gnoma para conocerla mejor y tratar de encontrar el punto a su acento y forma de hablar. Tal vez por el tamaño, o quizá por su forma de actuar, le hacían sentir más cercana que otros miembros del grupo. Shem le preguntó sobre lo que se siente al transformarse en un animal, sobre su pasado y sobre sus creencias.

Luego, algo más lanzada, la mediana se animó a probar con la erudita. Ylian, como el caballero, le parecía mucho más rígida y seria que la animosa druida o el deslenguado fortachón. Shem pensó que una buena forma de iniciar la conversación sería alabando la estupenda nota que escribió para el maestro CervezaNegra. A partir de ahí, también se interesaría por su pasado y sus habilidades arcanas.

Una vez terminada la conversación con las dos otras féminas del grupo, la asceta volvió a recluirse en sus pensamientos sin prestar mucha atención a su alrededor. Sólo el choque con las piernas del caballero la sacaron de su ensimismamiento. 

–Perdón, señor Sir... ¿Por qué... paramos? ¿Qué hay ahí?

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La gnoma había pasado un buen rato conversando con la monja mediana, contándole de herbolaria y las diversas aves que se alcanzaban a oir y ver en aquella región.  Por alguna razón insistía que Shem se aprendiera el nombre de cada especie y trino que reconocía.  Tordo, tordillo, tordillo cabeza amarilla, tordillo garganta amarilla... 

A ver aves. -Llamaba esa parte de los trayectos.  A ver, ¿repítanlo 5 veces sin trabarse la lengua? ...AveravesAveravesaveravezaverabez...

Váyanme contando como ven aque...   -¿Que son esos bultos?  -Sacó su pequeño arco goblin.  Alerta. 

Como toda emboscada provenía de los bosques, también miró a los lados y hacia atrás.   Sobre todo pondría atención a si el ruido de las aves cambiaba. 

Poco a poco caminaron hacia el exterior de la ciudad y por el camino se le acercó la mediana del grupo de aventureros al que se habían juntado y la sonrió con calidez. Le agradeció sinceramente por la caligrafia de su nota y le explicó su etapa aprendiendo el arte de Mystra en la torre arcana en la que estudió. Aprovechó también para presentarle a Argolan, su búho familiar, que desde que salieron del templo no se había vuelto a comunicar con ella. Charlo mucho con la mediana y le preguntó a esta sobre ella misma, de dónde venía y como había conocido al resto de su grupo.

Cuando terminaron de hablar Ylian estuvo contemplando el vuelo de Argolan que les sobrevolaba tratando de desentrañar que había en la psique de su familiar pero el grupo se detuvo al ver que algo había en el camino  por lo que mando a Argolan volando con su prodigios vista para que le ayudara a descubrir que había en el camino mientras miraba haciendo con su mano una visera que le protegiera de la luz del sol.

El caballero marchaba al frente del grupo, tanto su orgullo como sus habilidades en la lucha le obligaban a mantener aquella posición mientras caminaban. Escuchaba la conversación entre las mujeres en tanto que él pidió a Laver que le acompañara.

- Con lo poco que sabemos los acontecimientos pueden girar en varias ocasiones. Quién sabe lo que descubriremos al final de esta andanza.

Se expresaba de un modo sofisticado, al estilo de las familias nobles del sur, Gael venía de tierras cálidas en las que los agricultores obtenían abundantes cosechas que peligraban más tarde en manos de las criaturas de los bosques, dadas al expolio de sus vecinos.

- No es correcto tratar de adivinar el futuro pero por mi cabeza pasa la idea de que hay poderosa magia implicada. Por suerte con Panacea e Ylian llevamos con nosotros un gran conocimiento de numerosas vías mágicas.

En eso se detuvo para mirar atrás notando que algo golpeaba contra él resultando ser la mediana, que se les había acercado. Al ser preguntado se fijó en los alrededores, en aquellos sacos o en cualquier otro detalle llamativo, lo cierto era que no esperaba peligro todavía por lo que no había alzado la guardia del todo, lo que no significaba que hubiera descuidado el escudo, convenientemente embrazado.

Llegan cerca de los bultos,  totalmente alertas,  y se dan cuentac que son 2 caballos en medio del camino. 

Los dos ejemplares están no sólo muertos, sino partes de sus cuerpos han sido cortados e incluso mordisqueados por alguna criatura. 

El olor a muerte es potente en este sector y , alejándose algunos metros en el bosque,  ven unas huellas de carreta.

Un gran e irregular bulto de madera se ve entre medio de los árboles, unos pies mas allá. 

 Repentinamente y sin mediar provocación,  una decena de PIEDRAS caen desde ambos lados del camino. 

El bárbaro Laver se lleva la peor parte,  pues 2 PIEDRAS caen cerca de sus pies,  y una le impacta en el hombro haciendo una fea herida.

La clérigo mientras tanto,  también ve pasar 2 PIEDRAS muy cerca de su cabeza. 

Finalmente,  Gael recibe un potente impacto en su espalda,  que se clava en un lugar casi imposible para una piedrecilla pequeña y  afilada.

Luego de esto, pueden ver varias criaturas asomarse por distintos lados del camino con su arco.

Parecen reptiloides pequeños,  con arcos idem.

Daño Gael: 8/22

Daño Laver: 13/21

Una vez más la historia parecía repetirse y los caballos volvían a ser víctimas de un ataque, sólo que esta vez habían llegado tarde. Estaba siguiendo las huellas de una carreta que podía haber sido la que transportaban los caballos cuando una lluvia de flechas cayó a su alrededor.

Miró hacia el cielo a Argolan mientras trataba de escudarse de las flechas. Había perdido totalmente la conexión con él, no entendía cómo había sucedido y debía trabajar en recuperarla. Pues estaba segura que a ojos de Argolan, los atacantes no habrían pasado desapercibidos.

Se volvió y miró hacia ambos lados para ver a unos reptiloides aparecer. ¿Serían parte de la banda de los bandidos?

Voy bastante distraido mirando e intetando descubrir que ha pasado con esos caballos del camino.

La bestia ha tenido que ser muy grande, para nada han podido ser unos simples bandidos.

Dudo si seguir acercandome a los cuerpos hasta el silbido de las flechas me hacen mirar hacia el cielo.

- Laver ¡Cuidado!

Mi compañero era un bruto, bocazas, tonto y descerebrado, pero en momentos de peligro no podía evitar preocuparme por él.

Hay magia fijo - coincido con el caballero -. Si no, ¿cómo explicas que la gente se quede dormida tanto rato? Y lo que es más importante, por quESPERA! ¡Qué hacen ahí esos caballos! Bueno lo que queda de ellos. Es como si estuviesen puestos a posta para emboscarnos jajaja - oigo el aviso de Noma - ¿Cuidado por qué? - en ese momento dos flechas aterrizan silbando a mis pies y otra se me clava en el hombro. Aprieto los dientes, buscando al culpable, mientras el dolor hace que me hierva la sangre - Oh, jojojo... - rio mientras me arranco la flecha clavada y la tiro al suelo. Miro fijamente a uno de los tipos con escamas - No sabes el fregao en el que te acabas de meter - mis manos se cierran alrededor del mango de Tom y una sonrisa siniestra cruza mi cara.

La mediana sigue al grupo hasta la posible primera pista sobre el paradero del cargamento, y sólo les da tiempo a intuir el fatal final de los pobres equinos cuando una lluvia de flechas cae sobre ellos. Debido a su reducido tamaño es posible que la asceta haya tenido algo de suerte. Sus compañeros mas voluminosos se llevan la peor parte. 

Shem aferra su bastón y queda mirando a los seres reptilianos por entre las piernas del bárbaro.

Ver a los caballos destrozados era una mala señal acompañada de una lluvia de disparos buscando atravesar la piel entre la armadura. Gael podía ver algunas figuras, había contado las flechas encontrándolas en buen número mas no suficiente como para obligarles a retroceder puesto que procedían de pequeñas criaturas. Tenían la oportunidad de cargar a un enemigo que se encontrara visible y al alcance, por eso se esforzó en ver la mejor ruta por la que iniciar una carrera en línea recta.

Se fijó en la altura a la que se encontraban los seres, evaluando sus opciones y le parecía que no había trepado ninguno lo que les convenía.

Finalmente,  Gael recibe un potente impacto en su espada,  que se clava en un lugar casi imposible.

Mm, Gael, ... ¿es eso una cola con plumas la que le está creciendo a tu espada?    ¿Es mágica? 

Panacea, siempre una gnoma, no puede dejar de aprovechar la oportunidad para hacer una mención de esta naturaleza.   

Lo que si, es que está preocupada.  Si son kobolds, ella es amiga de los kobolds, en general, pues.  Igual y esta es sólo una banda de asaltantes, y esos, esos son sólo amigos de ellos mismos. 

¡Enredereneréndensen!   -se convierte* en araña gigante y se prepara para lanzar una telaraña donde está la mayor cantidad de criaturas, para que, con la ayuda de arbustos y zarzas, y los árboles como pilotes, los detengan y así puedan así dialogar con ellos para que se retiren y les digan que pasó con los viajeros.