Partida Rol por web

La voz de la mediana llegó a la vez que recuperaba la consciencia. - ¡Por mystra! susurró mientras se tocaba el lugar dónde la habían lacerado. Se encontraba muy debil en esos momentos apenas se podía mover. Desde el suelo abrió los ojos para ver a Gael y Shem junto a ella. - ¿Están todos bien? preguntó mientras trataba de recomponerse. Parecía que no había ningún peligro inmediato por lo que se tomo su tiempo para recuperar fuerzas mientras los demás se reagrupaban.

Me levanto de sopetón, cogiendo una enorme bocanada de aire, y casi tirando a Noma en el proceso.

¡Los reviento! ¡¡Traédmelos que los reviento!!! - clamo mirando en todas direcciones y apretando el mango de Tom con fuerza. Un ramalazo de dolor hace que me doble y me lleve una mano al vientre - Aggg, ¿qué es esta pasta verde y viscosa? ¿¿Y por qué todo me huele a mentol??

Laver ha muerto, yo me estoy desangrando, esperame amigo no tardaré en verte.

Al notar un frescor rebitalizante en mis heridas abro por fin los ojos después de dar todo por perdido. Y nada más hacerlo no es si no Laver el que me trae de un golpe a la realidad, literalmente, casi cayendo sobre mi espalda.

- ¿¿LAVER?? Ejem -  me recompongo - ¿Quieres dejar de estar ahí tirado, tontaina? Si es que solo das problemas.

Echo un vistazo a todos lados para hacerme una idea de lo que ha ocurrido.

¿Hemos ganado? Que sorpresa...

- Gracias señorita Druida, ¿eh? ¿aquello? - Entrecierro los ojos para ver mejor

Se sienten unos ruidos extraños, como de bofetadas y luego quejidos, adentrandose en el bosque en la misma direccion donde se retiraron los kobolds.

Luego de unos segundos, unos quejidos agitados, que van disminuyendo de a poco.

Panacea se acercó a ver qué producía esos sonidos.   Estaba a las vivas, por si era un ataque renovado. 

Fue sintiendo alivio conforme los miembros del grupo abrían los ojos, afortunadamente los kobolds no llegaron a causar ninguna muerte. Estaba al lado de Ylian ayudándola a sentarse cuando escuchó unos gemidos que venían de un poco más allá, Panacea se puso en marcha lo que le hacía pensar que debía acercarse también.

- Ha costado pero logramos superar la emboscada. Es posible que tengan que ver con los robos de suministros como bien apuntas, parecen bien organizados y con muchos recursos.

Respondía a la maga y luego a Shem. El caballero colocó en el suelo la mochila de la que colgaba su cuerda, la liberó del nudo que la mantenía sujeta para proceder a desenredarla.

- Atad a los dormidos, esos sonidos son sospechosos, debemos saber más.

Se irguió para seguir a la druida con la intención de ver a esas nuevas figuras y guardando la distancia para no alertarlas con sus pisadas. Prefería quedarse atrás a causar demasiado ruido puesto que varios de sus compañeros parecían tener más facilidad que él para moverse con el cuidado que la situación requería.

Avanzan algunos pies y ven un monton de cosas desperdigadas por el piso, a juzgar por sus aventuras anteriores, y por la carreta a mal traer a unos pies de ustedes, la carga de la carreta, de quien quiera venia aqui.

Frascos rotos, ropa deshilachada, unas bolsas, ahora vacias y rotas, cubren todo el lugar entre los arboles.

Adicionalmente, ven a una criatura azulada, inmovil y sentada con la espalda apoyada en un gran arbol, aparentemente amarrada y sangrando profusamente.

La criatura es humanoide, tiene sus dos ojos cerrados, y se ve algo en su frente, una especie de tercer ojo, todo moreteado y sangrando. Tiene multiples cortes y moretones en sus brazos y partes visibles de su cuerpo.

Los gemidos debiles provienen de esta criatura.

Panacea aplica el último de sus hechizos de curación. 

¿Cómo está?  ¿me puede oir?  -Su cara y pelo verde desmadejdo todo encima del individuo, a saber qué susto se va a meter cuando despierte y abra los ojos....

La mediana esperó con los justicieros, tratando de vislumbrar en la distancia cuál era el origen de los gemidos que el caballero decía haber escuchado.

Se levantó malherida del suelo tras ver marchar a Gael y escuchar la voz de Panacea en la distancia tratando de hablar con alguien. Dejó su escudo en el suelo por unos momentos y cogió la cuerda de Gael para atar a aquellos Kobolds que habían caído presa de su hechizo. Nada más llegar lo que hizo fue alejar las lanzas de estos por si acaso y se dispuso a atarlos aunque con el dolor de la laceración no podía hacer demasiados esfuerzos. Se giró hacia Laver y le pidió por favor que le ayudara a atarlos antes de que despertaran pues su conjuro no tardaría en dejar de tener efecto.

Por favor no mas-...no me mateis! -  exclama el sujeto cuando ve a Panacea hacer los gestos técnicos y arcanos de la curacion, para despues dar un sonoro Ahhhhhhhhh.

No se quienes sois, pero gracias, esas criaturas viles ya me tenían al borde de la muerte con sus torturas... Primero me atacan en mi carreta y despues se dedicaron a buscar y romper.... mis COSAS!

Intenta incorporarse pero se ve completamente atado al arbol y prosigue...

Muchas gracias al menos puedo seguir viviendo... gracias por la curacion pequeña gnoma.

Me podrían desatar? quiero ver si puedo recuperar algo de mi equipaje, voy de camino de Purixta...

Quedó sorprendido ante el aspecto azulado de ese hombre, los tres ojos le desconcertaban pues nunca escuchó relato alguno que hablara de un ser como aquél.

- Le vamos a desatar, volveremos junto al resto con presteza, hay kobolds dormidos que podrían causar problemas.

Guardó el martillo para recurrir a la espada familiar, cortando aquellas cuerdas.

- ¿Su nombre es? debo reconocer que tiene un aspecto novedoso para mi. Mi compañera es Panacea y yo soy Sir Gael Taulo.

En cuanto le liberó de las ataduras le tendió la mano para que pudiera levantarse, con la intención de caminar de nuevo hacia el claro donde estaba el carro.

ohh pero que descuidado y desubicado soy con mis salvadores!!!! - exclama en una voz con un tono alto,  que no molesta el oído, pero esta a punto de. 

Zil'akkir, a su servicio - les comenta mientras le ayudan a levantarse,  a duras penas,  y se apoya en Sir Gael.

Un humilde onironauta a su servicio... - dice,  mientras lentamente mira sus cosas desperdigadas por todos lados...

Pero que horror!!!, que buscaban estos salvajes... mis hierbas!!! - dice mientras abre dos de sus tres ojos y empieza a recoger algunas cosas,  con la ayuda de Panacea y Gael...

que contratiempo!!! Al menos estoy vivo,  espero que en Purixta pueda reabastecerme...

Puedo preguntar que hacen aqui, alejados del camino? No es que no esté contento claro..

Ven desaparece unos minutos a Gael, Panacea,  y luego volver con un ser azulado, curiosamente apoyado en Gael, y con una pequeña bolsa de efectos personales. 

El ser azulado se ve muy a mal traer. 

Las palabras del hombre le resultaron agradables a Gael. El duro combate sirvió para rescatar al onironauta lo que convertía la victoria en una mucho más dulce.

- Venga a conocer a los demas. Me alegro de haberle encontrado, la ciudad está pasando por un duro trance con varias personas dormidas. Necesitan su ayuda.

Le decía mientras caminaban de vuelta.

- Nosotros justamente salíamos a buscarle y a buscar la causa de que no llegaran suministros a la ciudad.

Una vez atados los Kobolds vio como a lo lejos llegaban Gael y Panacea con un ser azulado. Se quedó mirándolo con atención para tratar de identificarlo. Por la forma en la que lo llevaban parecía que también estaba gravemente herido y Ylian se lamentó a Mystra de no disponer de poder mágico para poder ayudar a todos los héridos a su alrededor. Incluso a ella.

Con una llamada mental hizo que Argolan volara y se apoyara en su hombro. Estaba herida pero la cercanía de aquel ser celestial le daba mucha más seguridad. Así pues avanzó poco a poco, con la mano apoyada en su herida hacia sus amigos para saber que habían encontrado.

- ¿También ha sido atacado por los kobolds este pobre ser? les preguntó.

Shem se incorporó y trató de aclararse la vista para comprender qué estaba ocurriendo.

–¿Qué es eso que traen? –preguntó la muchacha en voz alta, sin malicia, acercándose con pasos lentos hacia el caballero y la druida.

Se acercaron acompañados del extraño hombre de piel azul y tres ojos verdes, el caballero nunca había escuchado historias sobre este tipo de seres, ni de las habilidades que debía tener.

- Os presento a Zil'akkir, es el oneiromante que venía a la ciudad. Zil'akkir, estos son Laver, Noma, Shem y finalmente Ylian.

Los restos del carro y los caballeros evidenciaban la maldad de aquellos kobolds, a punto estuvieron de arruinar el futuro de toda la ciudad. Unos minutos más y tendrían que lamentar una gran pérdida.

- Lo tenían atado y lo torturaban, estaba en muy mal estado, suerte que lo halló Panacea. Parece que perdió algunas de sus hierbas.

Quizás en la ciudad pudieran reponerlas, dependería de si en el mercado alguien se ocupaba de esos menesteres, los de recolectar.

Hola Señor Zil.  ¡Justo a usted lo estábamos buscando!  -En Purixta no sólo se está durmiendo perdidamente la mar de gente, sino que el propio gobernador cayó, y un grupo de truhanes están dominando su mansión, aprovechándo para ocultarlo al resto de la gente, incluyendo propios empleados, quiensabe con qué nefandos propósitos. 

-escuchó lo de la pérdida de las hierbas, y sonrió.-   Uy, ¡no se preocupe!  Las hierbas son lo mío.  Es más, de chica, si, más chica, a mi me decían que si yo era hierbas.   Y bueno, si, la unión con la naturaleza a veces exige que pienses tú como si tu fueras una hierba misma, movida al viento, quedándote quieta quieeeta.. 

Cosas de druida. 

Las podremos ir encontrando en el camino.

Pero ahorita, curando y corriendo, que tenemos que llegar de regreso, e ir pensando en el camino un plan para que los truhanes no lo atrapen a usted antes de que pueda resolver el problema.  

Parece que quienes inician esto son un grupo de músicos, o pasa cuando la gente los oye aunque no lo quieran hacer a propósito. -Lo miró, escudriñando su alma, para ver si él mismo no estaba confabulado con los potenciales causantes.   ¿Habrá algún instrumento musical hechizado o ser sobrenatural disfrazado que lo esté causando? 

Se fue a revisar los caballos, a curarlos también a los supervivientes. 

Todo animal que trabaje con la gente merece el respeto de la curación.  Equidad equina.

Después de dar las gracias a Shem por las curas y ayudar a la maga a atar a los dos Kobolds bastardos que habían decidido echarse una siesta, miro disimuladamente (no) un papelito en mi bolsillo y lo guardo antes de acercarme al tipo azul.

Así que esto es un o-ni-ro-man-te - me acerco mucho a él, más de lo necesario, observándolo como quien mira un cuadro. Me giro hacia el grupo -. ¿Creeis que habla nuestro idioma? - Me vuelvo de nuevo hacia él y me pongo una mano en el pecho - YO SOY LAAAAAVER. ESE DE AHÍ ES NOOOOMA, AQUELLA ES SHEEEEM - voy enumerando a todo el grupo en voz alta -. OYE, ¿POR QUÉ TIENES TRES OJOS? - acompaño la pregunta con gestos, indicando que nosotros tenemos sólo dos ojos y él tres. Varias veces. Para asegurarme de que queda claro.