Partida Rol por web

Este gran edificio, uno de los más antiguos de Tormentos Cristalinos, ha sido reparado incontables veces por incontables dueños, aunque sigue siendo el mismo ultramarino de siempre. Aquí se pueden comprar armas sencillas, equipo de aventuras, herramientas y equipo para habilidades, ropa, comida, bebida, e incluso equipo para monturas y transporte. 

Además, el propietario dirige un popular bodegón y bar, que siempre logra llenar de clientes el gran porche de la fachada (que ha sido ampliado tres veces en los últimos seis años).

Thörgus llegó delante del edificio e hizo un gesto a su compañero para que esperara fuera. Entró y la verdad es que se sorprendió, por dentro parecía mucho más nuevo que la impresión que daba visto desde fuera. Se acercó a un mostrador tras el cual había un hombre, supuso que sería el dueño de todo aquello.

Buenas, me gustaría saber si tiene algún pergamino de hechizos, soy de fuera y no se todavía donde preguntar por ellos en esta ciudad. Por cierto, mi nombre es Thörgus.

Pues aquí no tenemos, lo lamento. Dijo el enano que se encontraba detrás del mostrador. La verdad que no tengo muy claro donde puedes encontrarlo, porque aquí no vendemos ningún artículo mágico, ni nunca me ha interesado. Quizá, si fueras a la Tienda de las Curiosidades, puede que Misha pueda echarte una mano. Pero no estoy seguro.

-Muchas gracias por la información. ¿Podría, si fuera tan amable, indicarme donde se encuentra esa tienda y ponerme un par de raciones de comida de las que aguantan varios días? Thörgus se quedó ahí plantado delante del tendero, observando si algo más de todo aquello que podía ver a simple vista le serviría de algo en un futuro.

Claro, sin problema. Dijo mientras se agachaba a coger algo que estaba debajo del mostrador, sacaba un par de trozos de pescado secado al sol y un par de bollos secos pero de buen sabor. Pues es una pieza de plata. Dijo esperando a la respuesta. 

Mientras su cliente buscaba la moneda para entregarle, le dio las indicaciones pertinentes para llegar  la tienda de curiosidades.

Thörgus pagó la pieza de plata no de muy buena gana por aquella comida, pero la información bien podía valerla. Metió el par de raciones en su mochila y se despidió de Radric dándole las gracias por todo, tras eso salió fuera, llamó a su compañero y, siguiendo las indicaciones que le habían dado, puso rumbo hacia La Tienda de Curiosidades, donde podría conseguir lo que iba buscando.
Las calles parecían más vivaces que cuando entró, y no había pasado tanto tiempo. Aunque quizá hubiera un mercado o algún puesto de venta cerca, ya lo descubriría más adelante. Atravesó las calles y en unos pocos minutos estaba delante de la puerta de aquella tienda. Espero tener suerte esta vez pensó mientras volvía a repetir la operación de dejar fuera a su fiel acompañante.