Partida Rol por web

Xaz seguía intentando liberarse pero antes de conseguirlo la planta le causó tanto daño que la dejó fuera de combate e inconsciente. Si seguía así, terminaría engullida como el cadáver que habían encontrado unas horas antes.

Mientras tanto, sus compañeros Alvan y Nathye seguían haciendo todo lo posible por destruirla, pero la planta aún parecía resisitir un poco más los golpes. 

Alvan intentaba pinchar a la enredadera pero no lograba nada, Xaz estaba en grave peligro.

- ¡Rápido una antorcha hay que intentar quemarla!

El guerrero maldijo por lo bajo al ver como su compañera sucumbía a la presión de las enredaderas sobre su cuerpo. Aquello le hizo desconcentrarse lo suficiente como para fallar su siguiente golpe. 

- No tenemos. - respondió secamente.

Era una idea más que aceptable pero para cuando lograran encender una, Xaz ya estaría muerta. Nathye tenía la esperanza de que con otras amenazas aún en la liza, la planta abandonara a su compañera y centrara sus ataques en ellos.

Alvan y Nathye estaban viendo como aquella planta no solo se había llevado en algún tiempo anterior al mediano, sino que también parecía que iba a terminar llevándose consigo a Xaz, porque por mucho que lo intentaban la planta seguía atrapando y engulléndola con más y más fuerza. 

Poco a poco, Xaz iba sucumbiendo a los zarcillos que se enroscaban sobre su cuerpo. El guerrero no estaba seguro de cuanto tiempo podría mantenerla con vida su aura curativa mientras que Alvan y él trataban de destrozar la planta. Los tallos de la enredadera se agitaban erráticamente, lanzando latigazos mientras apretaba cada vez con más fuerza a su compañera. Resultaba casi imposible golpear a la planta sin poner en peligro la ya frágil salud de la cultista.

Alvan se estaba agobiando, una maldita planta estaba a punto de acabar con Xaz, y no podían liberarla, con gran rabia movió el estoque intentando penetrar en la maldita planta.

Los intentos por salvar a Xaz estaban siendo un fracaso totalmente real y a pesar del aura de curación del chamán del dragón, la enredadera continuaba engulliéndola lenta y dolorosamente. Por suerte aún parecían verla respirar, por lo que todavía quedaba algo de esperanza.

Pero los rayos del sol empezaron a iluminar las marismas y con ellos pudieron sentir el duro cansancio de haber pasado toda la noche en vela combatiendo. Ahora estaban muy cansados y seguir luchando les dejaría exhaustos, haciendo que corrieran aún más riesgo... Quizá su única salvación radicaba en dejar a Xaz y aprovechar el tiempo que la enredadera tardaría en engullirla para conseguir la sabia y marcharse de allí...

Alvan notaba como si sus brazos fueran una masa gelatinosa incapaz de manejar bien sus armas, intentó dar un golpe pero ni por asomo estaba cerca de acertar.

- ¡Rápido Nathye, la vamos a perder!

El combate seguía siendo un desastre y ninguno de los dos conseguía acabar con la planta. Finalmente, la criatura terminó de engullirla y acabar con su vida. Esta vez ya no tenían nada que perder, podrían salir huyendo de allí sin la resina y salvar sus vidas, o bien tratar de acabar con la criatura herbácea para que les dejara en paz y pudieran extraer de una vez por todas el líquido del árbol que habían venido a buscar.

Lágrimas aparecieron en los ojos de Alvan, Xaz había muerto ha manos de una planta, por conseguir una resina para reparar una taberna, eso era el resumen de la pobre chica.

- ¿Nos vamos Nathye? Poco podemos hacer aquí.

Las palabras de Alvan se perdieron en la inmensidad de las marismas y esta vez los zarcillos atraparon a Emily que habái decidido quedarse dormida en mitad de todo aquello.

Las ramas engancharon a la mujer atrapándola con todas sus fuerzas y preparándola para un destino muy similar al de Xaz...

El grupo de aventureros estaba dudando al ver como la enredadera había atrapado a Elianne y como poco a poco se la iba tragando como había hecho con Xaz. 

Alvan lanza un tajo con la espada corta, aun con el cansancio que sentía, esa rama debía caer.

- ¡Vamos, no vamos a perder a dos!

Algo le movía y simplemente no lograba reaccionar, somnolienta y más fatigada de lo que nunca había estado sentía que perdía el aliento ¿Que podría hacer más allá de moverse y ofrecer resistencia? Nada, pero esa resistencia en su condición tampoco era muy útil.