Partida Rol por web

Tomó un sorbo del café y mordisqueó el pan. Aquello podía ser interesante.

Tiene buena pinta. ¿Podrías decirme donde dirigirnos para tener más información? Cuando bajee Makkler quizás le interese también

No perdería el tiempo volviendo a los Recados si podía salir de allí con algo que hacer. Mientras le reportara algo con lo que subsistir unos días le vendría bien.

¿Ofrecen algo por acabar con ese culto?

Las noticias han venido de Llagron, una pequeña aldea que hay al este de la ciudad. Tan solo está a unas horas andando. A Makkler* parece que se le hayan pegado las sábanas, si veo que se despierta puedo decirle dónde has ido. Y sí, me imagino que algo darán, pero esa información tendrás que preguntarla allí.

No podía esperar más a Makkler. Si me retrasaba, me arriesgaba a que cualquier otro llegara antes que yo y me quitara el trabajo. Tampoco me apetecía acometer eso en solitario, pero no me quedaba más opción.

Volveré pronto o eso espero. Gracias por la información y por la habitación.

Con el último trago de café, salí de la posada y me dirigí hacia las puertas de la ciudad. Una vez fuera, cogí el camino del este en dirección a la aldea. No creía que me costara encontrarla ya que el posadero dijo que estaba cerca. Por fin podría empezar a hacer algo que me reportara algo de oro. Aunque no fuera mucho, me ayudaría a pasar unos días.

Este edificio de nueva contrucción se las arregla para tener una apariencia destartalada y decrépita. Un cartel que cuelga sobre su entrada muestra un burdo sátiro, con una de las pezuñas de sus pies introducida en su boca y una expresión de sorpresa y preocupación en su rostro.

Se trata de la taberna más reciente de Tormentos Cristalinos y en apenas cinco meses se ha convertido en un lugar popular entre los marineros y pescaderos locales.

Un excéntrico enano llamado Blahg dirige la taberna.

Xaz se dirigió hacia el tabernero, el tal Blahg y le preguntó dos cosas.

-Buenos días. Dos preguntas. ¿Cuanto por la habitación más básica e información acerca de un rumor: He oido que un poderoso y peligroso culto que rezaba a un dios oscuro parece que está volviendo a levantarse. Se dice que sabes a donde debo dirigirme para echar una mano. Me preguntaba también si esa mano estará renumerada. Planeo levantar una nueva fe en la ciudad y necesito fondos.

Buenos días, contestó el enano. La habitación más básica que tenemos, que no disponemos de más, cuesta 5 piezas de plata, si además te quedases a cenar, se quedaría todo en 6.

En cuanto a eso, no puedo responderle a todo lo que me ha preguntado, solo puedo decirle que las noticias han venido de Llagron, una pequeña aldea que hay al este de la ciudad. Tan solo está a unas horas andando, tendrás que dirigirte allí si quieres resolver todas esas dudas.

-Bien. Muchas gracias -dijo. De momento voy a quedarme un rato por aquí para ver si viene más gente preguntando por la misión. Tomaré una cerveza mientras tanto.

Blagh sirvió a la mujer una cerveza de color muy oscuro y bastante espesa y algo terrosa, pero lo cierto es que estaba bastante buena.

Ella la probó y luego asintió con satisfacción. Desde su mesa levantó la jarra en dirección al enano como felicitación.

Espero que venga alguien pronto. No me gusta perder mi tiempo.

Xaz se tomó la cerveza tranquilamente aunque aún era temprano. Lo más probable es que la taberna se llenase a la hora de comer...

Xaz se levantó y le dijo al enano: 

-Voy a darme una vuelta,cóbreme. Volveré, así que, si llega alguien interesado en la misión, dígale por favor que cuenten conmigo.

Y dicho esto, pagó y se fue.

Este edificio de nueva contrucción se las arregla para tener una apariencia destartalada y decrépita. Un cartel que cuelga sobre su entrada muestra un burdo sátiro, con una de las pezuñas de sus pies introducida en su boca y una expresión de sorpresa y preocupación en su rostro.

Se trata de la taberna más reciente de Tormentos Cristalinos y en apenas cinco meses se ha convertido en un lugar popular entre los marineros y pescaderos locales.

Un excéntrico enano llamado Blahg dirige la taberna.

Esta noche, la taberna parecía excepcionalmente vacía, era como si se hubiese equivocado de lugar...

Aquí no iba a encontrar a nadie para que le ayudara en la misión. La taberna estaba inusualmente vacía y, a pesar de que la noche caía, salió de ella sin decir palabra dispuesto a visitar otros lugares para encontrar algún compañero o otra misión en la que ganarse algo de dinero.

Recordó que podía ir a una de las tabernas que ya conocía, pero se encaminó hacia uno de los mapas de la ciudad para ver la ubicación de los lugares de la ciudad. Una de las posadas llamó su atención por el nombre y hacia allí fue directamente. Aprovecharía y, si podía, dormiría en ella hasta la mañana. Quizás el nuevo día traería nuevas oportunidades.

Señaló con el dedo en el mapa para afianzar su decisión. "El bote del lagarto".