Partida Rol por web

Tal y como os dijo, El Hermano Egil os acompaña hasta la casa de su amigo Lucius.

Aparentemente, por el desangelado aspecto que ofrece este lugar, parece que ser bibliotecario en una ciudad como Tormentos Cristalinos no resulta un trabajo demasiado lucrativo. El pequeño hogar del hermano Lucius tiene una sola planta, dividida en dos estancias, y un sótano. La mayor parte de la estancia principal se encuentra atestada de libros, rollos de pergaminos, plumas de escribir, frascos de tinta y demás utensilios de calografía y de estudio.

En un rincón puede verse un pequeño camastro, y bajo la ventana principal hay un sencillo escritorio. La otra habitación de la casa es mitad cocina, mitad trastero. Una trampilla en el suelo de esta segunda estancia lleva al sótano.

El caballero mira a la mediana y le hace un gesto indicándole la cocina. La mediana podía empezar a mirar por allí, seguro de que, siendo más perceptiva, ella sería capaz de encontrar algo con sus sentidos mejor de lo que lo podría hacer él. Por su parte, el caballero se acerca al escritorio de Lucius, intentando encontrar alguna información relevante entre los papeles que allí había.

Angelica asiente al caballero y comienza a buscar por la cocina, revisando concienzudamente el lugar. Se centra especialmente en la zona en la que se acumulan objetos.

La mayoría de los libros y rollos de pergaminos que se pueden encontrar sobre el escritorio son pergaminos de tratados geográficos, que hablan de territorios muy lejanos. En la cocina no hay nada de interés, tan solo comida seca y ropa sucia.

Parecía que la búsqueda se iba a plantear dificil. La capacidad de buscar del caballero no era demasiado buena, pero tenían tiempo, por lo que se puso a inspeccionar la casa con detenimiento, sin prisa. Cada rincón, cada hueco, cada plancha de madera, puerta o estancia debía ser revisado de arriba a abajo.

Angelica se sienta en una silla aburrida mientras Barristan empieza a buscar. Pero finalmente se decide a ayudar al caballero, viendo que este no parece muy experimentado en la búsqueda.

En la habitación principal, entre los papeles dispersados hay una lista escrita rápidamente de "cosas por hacer":

COSAS POR HACER:

DORMIR UN POCO

HABLAR CON CAPITÁN SCARBELLY

NABOS

ACTUALIZAR DIARIO

EXAMINAR CUADERNOS DE VIAJE

DORMIR MÁS!!!

El escritorio tiene un cajón con doble fondo, que esconde un diario escrito por la misma mano que ha redactado la lista. Se tardará más o menos media hora en hojear todas las entradas de este diario.

Los pasajes más importantes son los siguientes.

De hace seis años:

Esta mañana me levanté horriblemente fatigado. Me siento como si hubiese pasado la noche peleando, sin dormir. Me duele la cabeza y me siento débil. No puedo dejar mi trabajo en el templo, pero creo que hoy me dedicaré a tareas de poco esfuerzo.

La siguiente entrada está fechada cinco años más tarde:

¡Que Boccob me ayude! ¿Qué me ha pasado? He despertado de alguna especie de sueño extraño y ¡he descubierto que han pasado cinco años! Egil me ha dicho que me expulsaron del templo hace cuatro años por violar el santuario. ¿Qué locura es ésta?

De hace seis meses:

La vida ha recuperado un poco la normalidad. He conseguido que me readmitan de nuevo en el templo. El recibimiento ha sido extraño, pero todo el mundo parece aliviado de que vuelva a ser el de antes. Tengo muchísimas preguntas sobre estos años perdidos, pero parece que es mejor que viva mi vida desde hoy. Si Boccob quiere, el conocimiento llegará.

De hace cuatro meses:

Egil dice que Milos ha estado preguntando por mí de nuevo, y que está preocupado por si tengo otro episodio. Quizás sólo está preocupado por el templo, pero yo ya he demostrado que estoy bien. Mi vida es mía y no voy a dejarlo estar.

De hace dos meses:

Los sueños volvieron anoche. No sé cuándo podré tener un buen sueño reparador. Soñé con ciudades tan altas como las nubes y criaturas tan extrañas que no puedo describirlas. ¿Esto tiene algo que ver con mis años perdidos o es algún tipo de tortura nueva?

De hace un mes:

Está claro que debo encontrar respuesta si quiero que los sueños cesen. Thuron y Milos han tratado de desanimarme (creo que tienen miedo de que pasen cosas en el templo). Es una pena que su compasión no se haga extensiva a las personas.

De hace una semana:

He empezado a sentirme como si me observaran. Ruego que no sea una etapa más en el camino hacia mi locura. Creo que llevaré mi daga conmigo a partir de ahora. En una ciudad como Tormentos Cristalinos, supongo que nunca se es demasiado precavido. Especialmente por la noche y si andan rondando piratas por los astilleros.

¿Has leído esto, Angelica? Dice el caballero señalando los diversos pasajes que había encontrado especialmente reveladores. ¿Qué opinas?

La mediana pone un gesto de concentración claramente exagerado y teatral mientras examina los papeles, intentando poner a trabajar su inventiva. -Ummm... Egil, ¿no habías visto este cajón cuando buscaste en la casa? Veamos, "capitán Scarbelly", "cuadernos de viaje", ¿y si pasó esos años que no recuerda en un barco. Podría ser un punto de partida ver si alguien conoce a ese tal Scarbelly en el muelle. Claro que también podría ser un capitán de la guardia, o algún tipo de mote sin más.

Angelica echa un vistazo general a los libros que estén abiertos o a mano en la mesa, buscando algún libro o apunte relacionado con el mundo marítimo que pueda corroborar su idea.

Sir Barristan ignora la forzada teatralidad de la mediana, ya que no era el momento. Él era un hombre serío, después de todo. Su voz sale grave de su garganta cuando la muchacha termina de hablar: Hablar con el capitán era la respuesta obvia, pero esperaba que tu rápido cerebrito y esos ojos avizores que tienes nos diesen algo más de información. ¿Qué opinas de las notas? ¿Crees extraer alguna conclusión sobre ellas?

Angelica se encoge de hombros ante el corte del caballero. -Nada que no supiéramos ya, ¿no? ¡deberíamos ir al muelle!

A falta de otra solución, podemos ir a los muelles de nuevo. Veremos qué obtenemos esta vez. Esperemos que los malandrines de antes no tengan la estúpida idea de enfrentarse a nosotros. Si se repite, no dudaré en cercenarles el cuello. La voz del caballero suena oscura, sombría, hasta el punto de que pese al caracter serio pero afable de Sir Barristan, Angelica siente un ligero cosquilleo por su columna. El caballero no podía hablar más convencido de sus palabras.

- Sinceramente, ese papel lo había pasado por alto, y ese doble fondo que había en el cajón también. Parece que no soy tan experto buscando como vosotros. ¡Habéis encontrado una pista y eso me alegra! Quizá podamos llegar a alguna conclusión al fin y al cabo.

Me alegro de haberos contratado, sin duda hacéis un buen equipo.