Partida Rol por web

Cástor asintió a Huesos, observando los lagartos que corrían por allí y rezando porque fueran más rápidos que el pequeño reptil que viajaba con ellos.

-Cólera, nada de atacar a las mascotas del lugar. Aquí nada es comida a no ser que te digamos que lo es-explicó a la criatura, esperando de corazón que le hiciera caso. No convenía ir fraguándose más enemigos cuando buscaban precisamente aliados. 

Filos siguió al resto hasta el bote del lagarto.

-Si no os importa, voy a hacer unas compras mientras esperamos a que venga alguien. Vuelvo en un rato, ¿de acuerdo?

Todo eran impedimentos a satisfacer sus ansias ¿Por qué tenía que ser así? No veía a Cástor sonreír ni disfrutar nunca, debía de estar frustrado y con apetitos pendientes de paliar ¿Ese era el camino de su dios? Qué complicado todo, no le gustaba, no le gustaba nada de nada.

- Jrrrr... - gruñó bajito, ascuas de su enfado anterior. No comería lagartijas de esas, pese a que era lo que más le apetecía en aquel momento, de manera que necesitaba qué comer y el 'duermetrasgos' iba a partir - ¡Filoooozzzz! Táreme rataz pakomé, jrandez, jordas ¡Ñaaamsss!

Tras esto hizo un esfuerzo por salir de la bolsa, quería estirar las extremidades y quedarse en algún lugar de tránsito. Cástor no podría enfadarse si uno de aquellos bichos se paseaba cerca de su hocico y daba la casualidad que tuviese las fauces abiertas, la mera idea le hizo reírse mientras miraba al clérigo con perversidad, creyendo que se saldría con la suya.

- Kij kij kij kij - gorgoreó, deleitándose con su malvado plan.

Filos preguntó al tabernero discretamente.

-Disculpe. Sabe usted donde podría alguien identificar unos extraños viales?

- Ya has odio. La niña quiere rata.- Le dijo a Filos en tono de sorna y para despedirse si no le iban a ver en un tiempo.-Posadero, ¿dónde podemos encontrar aventureros dispuesto a arriesgar su vida por una loable misión?- En aquel momento no  parecía muy concurrida la posada.- Hay una arena en la ciudad, ¿verdad?- Quizá allí pudieran encontrar a los ingenuos e incautos aventureros que necesitaban para actuar como escudos frente al aliento ácido del dragón.

Filos asintió a lo dicho por huesos y se dirigió al mercado, a ver si llegaba antes de que cerrara.

-La arena...-replicó Cástor, pensativo, a la idea de Huesos. Aquello quizás podría funcionar, como poco allí habría suficientes camorristas para que alguno estuviera interesado. Ahora, puede que no tuvieran suerte, pero por probar no perdían nada. 

-Sí, quizás los discípulos de Kord sean propensos a una gesta de este estilo. 

Cólera, pese a estar más quieta que una gárgola de piedra, no tuvo suerte con que ningún lagarto se le acercase al hocico, lo cual le supuso una gran molestia pues deseaba presumir de su presa ante Cástor y alegar inocencia al respecto. Con trote enfadado se acercó de nuevo a Ramase y se coló en su bolsa apestosa para roer hueso y revolcarse contra sus riquezas.

- Jrrr jrrr jrrr - gorgoreó.

En el gremio de magos, le contestó Kailee. 

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

El grupo de tres se dirigió hacia la taberna del Bote del Lagarto, una de las menos caras de la ciudad. Aún así el precio de las habitaciones era más de lo que alguno de ellos podía pagar, pero por suerte Enzo tenía un plan.

 -Bien, bien, vosotros entrad y decid que queréis tres habitaciones con cena y desayuno, si hay, que vuestro compañeros llegará ahora con el dinero para pagarlas. Yo voy a usar un pequeño truco para conseguir el dinero, ¡no os preocupéis, estaré con vosotros en unos minutos!

Dicho aquello, Enzo se separó de Apolo y Leonard para meterse en un callejón, a salvo de miradas indiscretas. Sacó tres de las monedas de cobre que le quedaban en su haber y lanzó el hechizo prestidigitación para convertirlas en tres rutilantes y brillantes monedas de oro. El efecto sólo duraría una hora, pero sería más que suficiente para pagar las habitaciones. Y si la tabernera les pillaba ya se le ocurriría una excusa para justificar el entuerto. A ser posible una bien verosímil.

Apolo suspira y asiente a la petición de su colorido compañero, nos vemos adentro Enzo, no tardes, luego el pícaro entra en la taberna esperando a su compañero Leonard, espero que el plan de Enzo funcione o no tendremos donde pasar la noche y estar excluidos de las tabernas más económicas tampoco es una situación que quiera experimentar.

Leonard sonrió y haciendo caso a su compañero, caminó conjunto a Apolo dentro de la taberna, y acercándose al mostrador, dijo;

-Buenas noches, estoy buscando tres habitaciones, una para cada uno de los que componen mi grupo, pagará un amigo mío que llegará en un rato, el se encargará de hacer el pago. -Dijo Leonard, mostrando confianza y decisión.

Kailee sonrió al recibir a los nuevos clientes que entraban en su taberna, después miró con desconfianza ante las palabras de Leonard, como si algo no anduviese bien. Después asintió, claro, cuando venga vuestro compañero os la daré sin problema. Dijo como si tal cosa. Mientras tanto, ¿queréis tomar algo?

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

- Bueno, pues hemos llegado. Te has ganado un buen descanso, Cólera.- Le dijo a la cría de dragón. Habían conseguido lo que habían venido a buscar, ayuda para matar al dragón, aunque dudaba que fuera suficiente.

Tras varios días recorriendo el bosque bajo el frío y el aguacero, durmiendo en la posada del gordo a precio de platino, cuando había suerte, o en las losas de un templo abandonado, sin saber que bajo los pies había una hueste de no muertos en ciernes, cuando había menos suerte, regresar al Bote del Lagarto era casi como volver a casa. Casi, casi mejor, de hecho, porque no estaba madre para mirarla con condescendencia y darle un discurso sobre deber filial. No era que no la quisiera, pues lo hacía, y la echaba de menos, y mientras pateaba catacumbas sacrílegas y pantanos apestosos, aún se imaginaba metiéndose en la cama de madre y acurrucándose junto a su corpulencia, más fuerte y protector que el de cualquier hombre que hubiese conocido. Pero no iba a regresar con el rabo entre las piernas salvo que se viera en la más abyecta de las miserias, y una de sus habilidades nunca se vería en tales salvo por gusto.

Saludó con la mano a Kailee, la posadera, antes de tomar asiento.

¿Querréis cenar? preguntó a sus nuevos compañeros. De cierta lagartija malencarada imaginaba la respuesta. El anciano tenía pinta de no haber comido en meses, y tal vez de haber encontrado el modo de mantenerse sin comer. Los otros dos eran mozos fuertes y sanos, y los mozos fuertes y sanos siempre devoraban como lobos hambrientos.

La bolsa que Huesos llevaba encima se retorció sin parar, emitiendo gruñidos y pedorretas.

- Filozmidijukabríapoyo, zíiii, kij kij kij - se reía una voz gorgoreante y aguda - ¿Dundepirzeguiré alpoyo? ¿Kurreguritaillura kuandulomuirda, zíii?

La bestia todavía no estaba hecha a los lujos de las tabernas y esperaba ansiosa el que se le entregase una criatura viva para perseguir, torturar y devorar en vida. Por mucho que se hubiesen esforzado algunos en reeducarla nada parecía hacerla más dichosa que el griterío de sus víctimas, animales o trasgos, mientras hundía sus fauces y garritas en ellas.

- Queromázoroijuyas, Raaamase, zecientevien bajumizpatitas - le confesó a su padre adoptivo - Kuandudizcanse suñaríkunmas ¿Kuántupudretiner? ¿Mushozíiii?

La bolsa fue relajándose para pasar a quedar casi quieta, Cólera oía otras voces en el local.

Apolo vio que el plan no parecía estar resultando bien, quizá él pudiese hacer algo para distraer a la señorita y que no se percate del engaño que estaba preparando su colorido compañero, en ese momento llego un grupo de aventureros con un anciano que llamaba particularmente la atención, parecía tener un dragón mascota y también había una mujer de aspecto tan delicado y dulce que pone en total duda la posibilidad que sea una aventurera, pero más sorprendente es su voz que choca aún más con su apariencia, en cualquier caso debía concentrarse en los asuntos que tenía en mano, se acercó con convicción y seguridad a Kailee, Mi hermosa Kailee, mis compañeros y yo venimos agotados y deseosos de descansar esta noche, pero claro, ver tu dulce rostro es realmente animador, yo con todo gusto esperaré aquí en la barra, me encantaría charlar un rato contigo.