Aristóteles croó de indignación cuando todo ocurrió. Ella quería quemar la casa. Ahora ya era tontería.
Seguro que le convirtió en piedra. Si no está por aquí, seguro que le encontramos en el museo la joven asintió, recogiendo todos los pergaminos que había encontrado, que seguro que era un conjuro oscuro y siniestro. Después, se puso a buscar por toda la habitación con Tirk
Tirada oculta
Motivo: Buscar
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+1)=8
Se oyó un fuerte golpe de alguien que se va por la puerta, o simplemente un fuerte golpe? XD
- No encontráis nada relevante -
- Un golpe seco, puede ser que haya salido por la puerta -
Tenemos que ir a contar lo que ha pasado a la catedral de pelor, Desthen es malvado, y cluso convoca criaturas maligna, tal vez sea uno de los culpables de que la gente de pelor desaparezca.- Tirk agarro a Aire del brazo y añadió- El tienpo apremia,de camino enseñame lo que has encontrado
bueno, pues si no hay nada en la casa, habra que ir a la catedral con todas las cosas que henos encontrado(ha encontrado aire) y contar todo a las buenas gentes de pelor.
a la catedral de pelor
pd. px por ganar a Desthen que ha escapado :D
pd2. dine si la puerta de la casa sigue teniendo el seguro puesto por dentro, porque si es asi es que hay otra salida, aunque sea oculta.
Aire frunció el ceño, enfadada. Quizá el del museo donde van las estatuas está aliado con él. Al fin y al cabo, vende sus estatuas... Aire dio una patada a la silla que estaba por allí
Mira, es un pergamino con un conjuro seguro. Es para hacer cosas oscuras, por supuesto.
- La puerta tiene el cerro abierto -
Tomais la dirección que os da Aire hasta el hogar de Desthen. Finalmente os encuentrais frente a su puerta. Llamais en repetidas ocasiones pero nadie parece abrir. Después os fijais en que una de las ventanas parece haber sido forzada para entrar.
El orco observó los alrededores y luego de que llamaran varias veces a la puerta del hogar del mago, vio que nadie respondía si bien notó que una de las ventanas había sido forzada, lo cual implicaba que podría haber varios problemas.
Bien ¿Qué hacemos ahora? ¿Entramos? Al parecer alguien ya se ha tomado las molestias de entrar por la fuerza, deberíamos entrar para ver que no haya ningún problema. Teniendo en cuenta que nos acompaña la ley, no debería ser problema ingresar a la residencia de este tal Desthen.
No estaba muy tranquilo, realmente no deseaba tratar con magos, prefería los enemigos que dependían del uso de la fuerza física, y al parecer las cosas se habían complicado aún más.
Por ahí entré yo susurró al orco. Aunque no se si habrá entrado alguien más.
Miró al guardia que les acompañaba. ¿Desthen dijo que volvería a casa? ¿No se habrá ido a otro lugar? Yo digo de entrar a la fuerza.
El orco escuchó las palabras de Aire. Se sorprendió al escuchar esa respuesta puesto que no imaginaba esa clase de acción por parte de la humana.
Ya veo. En ese caso, deberíamos entrar. No creo que el capitán tenga problemas en que se recurra a la fuerza para ingresar, ¿no es así? Después de todo, por lo que ha contado Aire, hay motivos suficientes para acceder al hogar del mago de cualquier manera posible. Vamos a usar la fuerza en la puerta en ese caso.
Iborian lanzó una mala mirada a Aire, sabía que había entrado a la fuerza en la casa, pero no estaba bien que lo reconociera de una forma tan abiertamente. Está prohibido entrar en casa ajena, y mucho menos si no tenemos una orden judicial. Dijo impidiéndoles que entraran por la fuerza. Efectivamente hay motivos suficientes para desconfiar de Desthen, así que tendremos que ir al Ayuntamiento, hablar con nuestro excelentísimo señor alcalde y pedirle que se reúna con el consejo para ver si nos dan la orden o no. Miró a través de la ventana a ver si veía algo de movimiento a través de ella. Me temo que aquí no debe de haber nadie, Desthen no nos dijo donde iría.
Dejad este asunto en nuestras manos, terminó Iborian, mañana por la mañana iré al Ayuntamiento, hoy ya estará cerrado, y me reuniré con Don Erolin para solicitársela. Muchas gracias Aire por haber averiguado todo esto y por habernos informado. Siento que no te hiciéramos caso en su momento. Si ese hombre es culpable, pagará por ello, no lo dudes. Dijo esperando unos segundos por si querían añadir algo más para después irse de allí.
Aire se mostró ofendida y abatida
Pero... pero... ¡puede hechizar a más gente por la noche! ¡Incluso puede huir! ¿Cómo podemos dejar que pase una noche? ¡O más, porque a saber cuándo se reúne el consejo ese del que hablas!
La joven no se lo podía creer. Movía los brazos con tanto ímpetu que Aristóteles estuvo en riesgo de caer al suelo más de una vez.
¡Tenemos que entrar! ¡Hay que detenerle!
El orco escuchó las palabras de Iborian y luego las de Aire. Por un lado sentía un cierto alivio al evitar entrar al hogar de un mago pero, por otro lado, podría perderse ciertos posibles beneficios si no lo hacía. De todas maneras, no deseaba ganarse el mal visto de la ley cuando hacía poco que había puesto sus pies en la ciudad.
Tranquilízate Aire. La ley ha hablado, no puedes ir en contra de tales palabras.
Le guiñó un ojo a la humana, mientras le daba la espalda al capitán de la guardia, para que le siguiera la corriente. Realmente no deseaba entrar pero a la vez imaginaba que en ese lugar podría encontrar algo valioso al igual que otros beneficios si se ganaba el favor de la mujer.
Lo sé, lo sé. Dijo Iborian dándole la razón a Aire. Pero me temo que no podemos hacer otra cosa. Yo no soy la ley, le dijo al orco, simplemente soy el líder de la guardia de la ciudad, y como tal debo seguir estrictamente las leyes de esta ciudad, y tal y como dicen no tengo derecho a entrar en casa de nadie sin consentimiento del propietario o del alcalde de la ciudad. Y para eso primero tengo que reunirme con él y proponérselo. Así que me temo que tan solo podremos esperar. Y rezar a todos los dioses porque los trámites se resuelvan cuanto antes y podamos actuar para resolver todo este asunto de una vez por todas. Les dijo mientras trataba de emprender el paso para dejar atrás la casa de Desthen.
Pero... llamar a la puerta no era delito. Aunque Aire no era tonta y sabía que Desthen, de estar allí, les estaría escuchando y esperando. Pero, ¿dónde podría estar ese maldito mago para darle de collejas hasta que reconociera lo que había hecho?
Ya no podía hacer nada. Vio el gesto de Vitgurat, pero no lo entendió. Pensó que era algún tipo de tick y, aunque en otro momento le hubiera preguntado qué le pasaba en el ojo, no hizo ningún comentario. Un resoplido de resignación y una caída de hombros era lo máximo que llegó a hacer la joven.
Vaaaaaale... Pero es que es malo...
Como siempre, la ley con todo su proceder posiblemente dejaría escapar al criminal. Era por cosas como estas que individuos como él se salían con la suya, pensó el orco. Recordaba los momentos en los cuales atacaban aquellas caravanas.
Luego de escuchar a Iborian, asintió a sus palabras.
Como dije, está claro que esperaremos a tener una autorización legítima para ingresar a la propiedad. No hay ningún problema.
Miró a Aire para ver si había comprendido su gesto. ¿Había comprendido realmente? O no lo había hecho o era muy buena actuando, si era lo último, debería de felicitarla más tarde. Imaginando que simplemente estaba buscando engañar al guardia, le siguió el juego o al menos así creía él.
No te preocupes Aire. Todo se resolverá con rapidez.
Bien, pues muchas gracias por darnos el aviso. Nos mantendremos alerta con este tema, y en cuanto pueda reunirme con el alcalde iremos a investigar a Desthen. Por hoy creo que podréis ir a descansar, se hace tarde y si es verdad lo que decís, será mejor que no andéis mucho tiempo por las calles. Mañana por la mañana me ocuparé personalmente de hablar con el Sr. Timertikos. ¿Entendido?
Aire volvió a suspirar y se apoyó en una de las paredes cercanas.
Vaaaaale, habrá que esperar... Pero si gente inocente muere hoy por no encontrarle, no será culpa mía. Ni de Aristóteles, claro el sapo croó al escuchar su nombre, poniéndose contento por momentos.
¿Y ahora que vamos a hacer?
Creo que lo mejor será que vayais a descansar. Se hace tarde, y si es cierto que ese hombre es tan peligroso, lo mejor será que os refugiéis antes de que tome algún tipo de represalias sobre vosotros.
¿Y no nos puede escoltar? ¿Una casa franca? Nos tiene que proteger, ¿no? Ese hombre es muy peligroso, nos tiene que ayudar a que no nos haga nada
La muchacha se agarró del brazo del guardia, medio llorando. Y el croar de Aristóteles no ayudaba nada.
No disponemos de casas francas, pero decidme en qué posada os alojais, y yo mismo os escoltaré hasta allí.