Partida Rol por web

-Maldito bribon- pienso cuando veo a Salazar revisar la habitacion en busca de los despojos -me gano de mano, aunque si me hubiera lanzado yo, probablemente Sthepon me hubiera reprendido-

Me estaba mordiendo los labios debido a la ansiedad y la tensión del ambiente, pero por fin Sthepon vuevle a tomar el mando y el grupo se pone en movimiento. Me acerco a Cormac -Que crees que encontraremos, Kobolds o gente de Heroinuis?-

Resultaba curiosa la perspectiva de Rod cuando varios de nosotros estábamos más en el otro barrio que en éste, pero siempre había más posibilidades de acabar prisionero antes que muerto cuando se pierde ante un enemigo al que le interesa obtener información.

Seguramente ese sea mi destino si nos enfrentamos a esos hombres.

Considero consciente de la poca amenaza que suponía en mi estado.

Salís de aquella habitación tras la puerta entornada para encontraros con un pasillo completamente recto. Tras andar varios metros entre las penumbras discernís una desviación de vuestro camino. Podíais seguir avanzando de forma recta, o bien desviaros hacia la derecha.

Stephon siguió recto ignorando el desvió, lo más normal es que si alguien había pasado por allí, hubiera ido recto sin desviarse.

Recorréis aquel pasillo que os suena extrañamente familiar para dar a lo que parecía ser aquella capilla por donde ya habíais pasado:

En el centro de aquel lugar podéis ver la estatua de un gran kóbold de un tamaño bastante superior al real. Alrededor de ella se pueden apreciar restos de piedra rota, parecen fragmentos de alguna extraña estatua que había sido eliminada y cambiada por aquella.

El gran kóbold vestido con una túnica negra y en una de sus manos un bastón apuntaba con él hacia la pared oeste del lugar.

En esa misma pared se podía apreciar un telar en cuya imagen se apreciaba el triunfo de una banda de kobolds contra una tribu de enanos.

En la pared del este se apreciaba lo que podía ser un altar con algunos objetos que parecían pertenecer a algún tipo de rito. Alrededor de él se apreciaban montones de maderas y pajas a modo de sillas. Sin duda aquel lugar representaba una pequeña capilla que hacía honor a algún dios kóbold como el que estaba representado en el centro de la estancia.

De frente hacia donde ibáis, en dirección norte, podías apreciar la salida de aquella pequeña iglesia, un lugar por donde podrías continuar en vuestra investigación.

La diferencia esta vez era sumamente sutil, junto al tapiz estaba un grupo bastante variopinto: Un enano junto a un lobo, un hombre un poco más allá, una mujer examinando bien de cerca la pared que cubría el telar, una gnomo que parecía estar conjurando y por último, el más lejano un semiorco.

De pronto dos haces de luz comenzaron a brotar del telar justo a cada lado de la mujer que estaba inspeccionando el telar, segundos después ella dio unos cuantos pasos hacia atrás para evitar que aparecieran a su lado al tiempo que la gnomo lanzaba el conjuro sobre uno de los dos animales que se habían materializado, un par de lobos.

Aquel grupo parecía estar investigando la pared que señalaba la estatua y no se había dado cuenta de vuestra presencia, pues Stephon tan solo se había asomado para ver que se iban a encontrar allí.

Ahora era un buen momento para hablar con aquel extraño grupo, pues tal vez fueran de gran ayuda, o quizá, simplemente fueran el enemigo. Pero de ser así, no había ni rastro del hermano de vuestro líder, Heironeus no estaba por ningún lado.

Salazar vio desde detras de Stephon a sus enemigos, parecian del bando de heironeous, pero no estaban seguros.

- Yo creo que son del bando de Heironeous, acabemos esto rapido ahora que no nos esperan.

Tras ello Salazar esperó a que Rob adelantara su posición para el tomar la que estaba ocupando él y realizar un disparo con la ballesta a uno de sus enemigos.

O bien eran otro grupo enviado por Hextor o la gente de Heironeous, y considerando que el primero no habría conseguido reunir otro grupo en tan poco tiempo, sólo quedaba la opción del derramamiento de sangre y vidas hasta que sólo quedaran uno.

Sin fuerzas, me apoyé en la pared sujetando la lanza por si alguno decidía que a causa de mis heridas el momento propicio de asestarme el golpe final. Al menos le enseñaría de que estaba hecho.

Efecto sorpresa de su parte, para variar. Ninguno de sus poderes llegaba demasiado lejos, no tubo ninguna duda de quienes eran, así que decidió disparar la ballesta, tampoco es que pudiera moverse estando entre los demás.

-Son de Heironeus- confirmo Stephon. –Hextor solo nos tiene a nosotros solamente, y no hay grupos de aventureros errantes en la zona.-

Mientras hablaba surgieron 2 lobos en la otra punta de la sala, y por la reacción de la mujer no parecía que fuesen aliados suyos.

-Ahora tenemos una oportunidad: podemos pillarlos entre 2 flancos, los lobos y nosotros, además, están separados. Centrad los disparos en el enano, está alejado del resto del grupo y neutralizarlo será un alivio. Intentare daros cobertura.- Giro con nerviosismo la espada y tamborileo los dedos en la misma. Espiro profundamente.

-Nos vemos luego.-dijo al tiempo que pegaba una patada a la puerta, la abría y se abalanzaba contra el grupo.

Sabía de buena mano que no podría hacer mucho ahora, es mas, posiblemente me tropezara y me clavase la espada en el ojo. Sabía que posiblemente habría otros nerviosos y no podíamos permitirnos caer ahora, quería hacer algo para subir la moral del grupo pero si hacía perder el efecto sorpresa, Sthepon me iba a colgar de los pulgares.

Así que espere que mis compañeros iniciaran el ataque y luego comencé a entonar una cantinela. La tonada era una canción de taberna, alegre y pegadiza; la letra era improvisada y buscaba ridiculizar a Heironeus y sus hombres mas que ensalzar a nuestro amado líder.

Rob asintió a la decisión tomada y con una sonrisa en los labios apuntó hacia dónde se encontraba el enano y soltó su flecha moviéndose a dónde estaba Stephon para dejar sitio a Salazar.

La mujer que estaba armada con la ballesta al fondo de la sala dispraba contra uno de los lobos que acababan de aparecer ajena aún a vuestra presencia. El virote se desvía soberanamente de su trayectoria por lo que no da en su objetivo.

Tras aquel ataque, los dos lobos que se habían materializado se dispersan para enfrentarse contra la mujer gnomo y el enano que estaba más cerca de vosotros. La primera logra esquivar el envite del can, pero el segundo siente como sus afilados colmillos se clavan en su torso haciéndole sangrar en abundancia. El enano queda a merced del can incapacitado para hacer más movimientos y gravemente dolorido.

El lobo que ya estaba con ellos se mueve en señal de protección hacia el enano, parecía su compañero animal, que tan solo se limita a comprobar el estado de su aliado y comenzando a aullar por el triste final de los acontecimientos.

Rob da un paso hacia delante, siendo el primero en mostrarse ante sus enemigos y disparando un virote contra el enano herido con tan mala suerte que su armadura de pieles lo bloqueó. Tras él le siguió Salazar que apuntó también al enano y le clavó su virote por la espalda. Finalmente Stephon también se adentra en la sala y se pega lo más que puede al enano para comprobar que estaba tan herido que acababa de caer al suelo inconsciente.

Después el hombre de rostro encapuchado comienza a murmurar unas palabras cuando descubre a Rob y a Stephon en la sala, y entonces redirige su magia hacia ellos, pero nada les sucede. Instantes después, el arcanista puede ver como un virote de ballesta lanzado por Eldrith pasa rozando su nariz y se clava contra la estatua que había en medio de la sala.

Aquel primer asalto concluía con la baja del enano y la suave y melodiosa música del bardo que os acompañaba que se burlaba del hermano de vuestro líder y de todos a quienes había contratado.

El ataque de los lobos confirmo sus sospechas:  era algo que podían usar a su favor, al menos de momento. “Esperemos que no nos vean por ahora más apetecibles a nosotros…”

Mientras corría hacia el enano, un par de proyectiles lo adelantaron e impactaron contra él, así como uno de los lobos que salto sobre el pobre hombre que provocaron que se derrumbara inconsciente.

Aun estaba planteándose su siguiente acción cuando un mago se decidió plantar delante suya, no sabía si en verdad era un mago, aunque intento hacerle algo a él y a Rob con poco resultado.

El paladin afianzo la pierna y aun con el impulso que llevaba descargo con golpe contra él, con el objetivo de provocar el suficiente daño como para evitar una respuesta.

Curioso por ver mejor lo que ocurre en el interior, me muevo lo justo para permanecer detrás de Eldrith y continuar observando de la seguridad de tener a varios compañeros entre lanza y los hombres de Heironeos, del mismo modo que les hago pensar que simplemente no avanzo por no tener espacio y no por apenas sostenerme en pie.

Por ahora parece que hay cierta ventaja, pero no hay que confiarse, Salazar recarga su ballesta, intenta abrir un poco de espacio para que sus compañeros entren en la sala también y aprovechar la ventaja numérica y dispara contra Udgren.

-Demonios muevanse!- le susurro a Cormac y a Eldrith agitando la espada como un demente -O me dejan pasar o les pinchare el trasero!-

Como estaba imposibilitado de ir a unirme al combate, seguí improvisando unas estrofas mas.

-Heronius es un borracho no mas y sus hombres ni a unos lobos pueden matar! Pero cuidado cuando los enfrentais, por que aunque con la espada dejan mucho que desear, dicen que su hedor puede ser mortal!-

Rob se dispuso a atacar. Apuntó hacia el mago que acababa de intentar lanzarles un conjuro a él y a Stephon y soltó una flecha y después otra con una velocidad pasmosa. Ambas flechas volaron hacia su objetivo.

Salazar apunta bien a su enemigo, y a pesar de tener a Troy por medio y a su compañero Rob también, esto no le dificulta como para impedirle disparar a la semiorca. El virote la roza la mejilla haciéndo un ligero corte en ella. Después la mujer del fondo de la sala que estaba armada con su ballesta, se coloca detrás de la estatua para esconderse de vosotros y mientras tanto atacar a uno de los lobos, con tan mala suerte que el virote pasa rozando la cara de su aliada gnomo.

Khatano seguía improvisando sus estrofas para animar a sus compañeros en aquel épico combate. Mientras tanto, los lobos que había en la sala, se enfrentaron contra vuestros enemigos, uno de ellos trató de morder a la mujer gnomo, pero ésta le esquivó con soltura, mientras que el otro tropezó con el cuerpo del enano inconsciente quedando tirado en el suelo sin poder hacer más.

Wulfen, el lobo que acompañaba al grupo se enfrenta contra el otro lobo que había en la sala, convirtiendo aquello en lo que parecía ser una guerra de machos alfa, pero más bien era un ajuste de cuentas entre ambas criaturas. Aunque ninguna lograba acertar un mordisco a su rival, a pesar de que éste estuviera en el suelo.

Mientras Korbis avanzaba un poco en su posición para tomar una mejor visión del combate que estaba sucediendo. Delante de él estaba Rob, que cargó un par de flechas en su arco y las lanzó contra el arcanista del grupo, con tan buena puntería que ambas acertaron en el corazón de su rival y que junto al profundo corte que le hizo Stephon, lo dejaron tendido en el suelo inconsciente y desangrándose. Habían logrado abatir a un enemigo más.

Causado por una magia diferente a la habitual, un ente astral se proyecta suficientemente cerca de Stephon como para ayudarle en el combate. Pero la gnoma que estaba escondida detrás de la estatua aprovecha que el lobo está tirado en el suelo para moverse y dirigirse hacia el grupo de enemigos que tenía frente a ellos. Shamel murmura unas palabras en un idioma desconocido y de pronto Stephon cae al suelo completamente dormido. Apenas un instante después, el lobo que ahora estaba más cerca vuestra, también cae fulminado por el abrazo de Morfeo.