Partida Rol por web

Xanaphia vió con satisfacción como el ácido corroía hasta los huesos del orco mas cercano, así como la piel y algunos trozos de carne del jabalí. No se dió cuenta que también había alcanzado al orco al otro lado del animal hasta que las flechas volaron por encima de su cabeza y como, con la caída de la bestia, el ser salió corriendo cubriéndose las llagas.

Sin pensar en que el orco podía estar ya demasiado lejos, solo con la sangre todavía golpeando sus sienes debido al calor del combate, agarró la lanza bien fuerte se movió unos pasos cogiendo impulso y la lanzó con todas sus fuerzas intentando detener esa huída.

-¡¡¡Cobardes!!!

Nuevamente Khalam lanza un nuevo hachazo al jabalí para intentar derribarlo, en este momento era el oponente mas fuerte que se encontraba a su lado, sus compañeros estaban haciendo lo suyo.
- Terminemos con esto!!! Les grita a sus compañeros.

Viendo que todo estaba ya acabado el bardo soltó el látigo y siguió tocando por el simple placer de hacerlo.

Bueno, todo ha sido muy rápido, me preocupa que haya tantos campamentos y grupos sueltos, y sobretodo que estos estuvieran tan organizados, registremos sus bienes y sigamos sus huellas de nuevo.

-Tranquilo Jairee,- le dice al joven rubiales,- nuestro nuevo amigo nos dirá todo lo que queremos saber, ¿verdad?. -Le dice al orco capturado mientras le sonríe de oreja  a oreja, con una cara de sádica que para nada ni quiere ni puede ocultar.

Xanaphia remató a otro de los orcos que huían, mientras que Atara lograba herir a uno para impedirle que siguiera huyendo. En seguida Fenrir se encargó de evitar que escapara y así lograron poder interrogarle.

El orco miró con pánico a la cazadora, pues sus flechas eran lo más peligroso y mortal que había visto hasta la fecha, y su puntería era digna de los arqueros más prodigiosos de aquel lugar.

Era hora de interrogar al orco y averiguar todo lo que pudieran.

La cazadora había engrilletado al orco a la jaula para comenzar el interrogatorio, sonreía de oreja a oreja por las horas de entretenimiento que tendría.

-Bueno, bueno, bueno, ¿sabes quien soy?,- le pregunto al orco divertida. -Soy Atara Kenwac y soy la que os va ha destripar poquito a poco hasta que me digas todo lo que quiero saber, así que te aconsejo que hables a cambio de una muerte rápida e indolora. ¿Que decís?

-Bien, ¿que hacíais aquí?, ¿cuantos sois? ¿quien es vuestro líder? ¿porque han tanto orco por las inmediaciones? ¿donde tenéis los nobles secuestrados? ¿quien ha organizado todo esto? 

JAiree no tenía estomago para ese tipo de cosas, así que se alejó intentando hacer oidos sordos, mirando dentro de las tiendas para ver que tenían los orcos y si había alguna pista sobre aquellos nobles o algo parecido.

Una vez terminada la lucha, observo las heridas que le causo el jabalí y con la ayuda de su cinturón trata de curarse para poder estar en condiciones para seguir la busqueda de los nobles.
Mierda. Piensa Khalam al escuchar a su compañera.
No se anda con rodeos esta mujer.
Pues parecía que disfrutaba esto, por lo que se mantuvo al margen y solo iba a intervenir si era necesario. Mientras espero, se dedico a buscar junto con Jairee cualquier objeto que les pudiese servir en la misión, ya sean armas, alimento, cuerdas, lo que sea.
 

La semielfa sonrió cuando vió su arma alcanzar al objetivo, no las había tenido todas consigo dado que estaba en movimiento, interiormente se enorgulleció de mejorar a cada paso que daba.

-Esto es un buen ejercicio para abrir el apetito -se vanaglorió mirando al prisionero y a Atara -tendremos carne fresca para celebrarlo -en su tono no había tanto de interrogación como de afirmación.

Viendo la situación controlada, pues la otra mujer y su lobo parecía que lo hacían muy bien, apartó la mano de su otra arma. Sus ojos emitieron un leve destello azul y avanzó por el campamento recuperando las lanzas que había utilizado, limpiándolas y guardándolas, y revisando las pertenencias de los orcos que había matado con ellas.

El interrogatorio de Atara dio sus frutos. Los orcos hablaban casi exclusivamente de la reconstrucción de Xûl - Yarak y de las próximas conquistas del señor de la guerra Zhrull. Durante el interrogatorio también hablaron sobre un grupo de humanos, que iba acompañado de una semielfa y un enano, de que habían sido emboscados, no por ellos, si no por otra tribu y se los habían llevado hacia la fortaleza.

Aquellos orcos no disponían de más información, pues ellos no habían tenido nada que ver con el secuestro de los aventureros que iban buscando.

Los orcos pertenecían a alguna tribu lejana, pero habían decidido viajar hasta aquellas tierras porque se dirigían hacia la ciudadela Gris. Los orcos habían escuchado rumores de que un día un líder emergería pronto de la Infraoscuridad y lideraría a su gente en una gloriosa batalla contra los humanos, arrasando sus ciudades hasta el mar.

De ahí se pudo deducir el motivo de semejante aumento de incursiones orcas.

En las casetas no hay nada de interés. Tan solo 30 po.

Mientras Khalam busca algo de utilidad para el grupo junto a Jairee, lo único de valor ahí eran unas miseras monedas. Una vez terminada la inspección del lugar se reune con sus compañeros.
- Hemos encontrado unas 30 piezas de oro, el resto son cosas inservibles. Claro esta, son orcos, que mas podriamos esperar de ellos.
- Ustedes que pudieron averiguar. Les pregunta a las mujeres del grupo
 

Bien, visto lo visto, tenemos dos opciones... Hizo una pausa dramatica.

Hacernos los heroes e infiltrarnos en esa ciudadela, o volver a la ciudad, avisar y volver con una fuerza considerable.

En verdad, él quería hacer las dos cosas, pues su corazón estaba dividido.

Xanaphia siguió con la carrera corta que había emprendido y se acercó primero al orco que intentaba huir, le dió un puntapie para asegurarse que estaba muerto y luego aferró la lanza con ambas manos mientras sujetaba el cuerpo con el pie. Limpió el arma en la ropa del caído y hurgó un poco para ver qué llevaba, nada aprovechable como era de suponer. Hizo lo mismo con el que había abierto la jaula del jabalí y cuando fué a sacar la primera que había lanzado tuvo que hacer un esfuerzo superior, se había clavado bien en el suelo y costó bastante de recuperar.

De su boca salieron un par de insultos recordando a la madre y demas familia del muerto cuando por fin la tuvo fuera y se dió cuenta que la punta estaba inservible -Con razón se ha quedado en el sitio- pensó observándola con ojo crítico, de todos modos la guardó, esperaba poder repararla pues era la que mayor alcance tenía de sus armas arrojadizas*.

Atara estaba limpiando su puñal de la sangre orca, su trabajo era algo sucio, mientras daba vueltas a la cabeza para su próximo movimiento.

-Bien, ya sabemos donde ir, a la ciudadela orca, el malnacido- dice señalando el cadáver orco horriblemente mutilado -dijo que fue otra tribu la que secuestró a nuestros objetivos, por lo que lo mas seguro es que se lo lleven a la fortaleza orca como trofeo, debemos partir lo antes posible e impedir que entre, sino.....

Hace un paron mientras mira el horizonte -Dormiremos aqui, ya tenemos el campamento y cena montada, mañana rezare pare obtener el hechizo "animal mensajero", con el puedo enviar un mensaje a la ciudad para avisar del peligro. Continuamos con las rondas de siempre, ¿no?

Xanaphia siguió con la carrera corta que había emprendido y se acercó primero al orco que intentaba huir, le dió un puntapie para asegurarse que estaba muerto y luego aferró la lanza con ambas manos mientras sujetaba el cuerpo con el pie. Limpió el arma en la ropa del caído y hurgó un poco para ver qué llevaba. Hizo lo mismo con el que había abierto la jaula del jabalí y cuando fué a sacar la primera que había lanzado tuvo que hacer un esfuerzo superior, se había clavado bien en el suelo y costó bastante de recuperar.

De su boca salieron un par de insultos recordando a la madre y demas familia del muerto cuando por fin la tuvo fuera y se dió cuenta que la punta estaba algo tocada -Con razón se ha quedado en el sitio- pensó observándola con ojo crítico para luego guardarla en la espalda, esperaba poder repararla pues era la que mayor alcance tenía de sus armas arrojadizas.

Asintió a las palabras de Khalam cuando éste salió de la tienda y se quedó pensando en las opciones que proponía Jairee, escuchó a Atara hablar de seguir hacia adelante y dejó de pensar, a quién quería engañar lo de regresar no iba con ella.

-Pues vamos a limpiar esto de carroña -dijo con una sonrisa y se puso en movimiento -¿dejamos los que están enteros por si nos sirven de algo?

Su pregunta era por si querían acercarse a la fortaleza bajo el señuelo de ser prisioneros, aunque en realidad sería peor una vez traspasada la entrada y descubiertos -Ya inventaremos algo cuando veamos la situación- dejó la mochila donde se hallaba, fué cogiendo los cadáveres que no les podían servir para nada en espera de contestación y los arrojó al agua.

Khalam mientras se dirigía donde estaban las mujeres del grupo observo un par de raciones de los orcos, las cuales tomo rapidamente.
- Entonces tenemos que ir a donde se encuentran todos los orcos? Eso me parece interesante.
- Seis de nosotros contra anda a saber cuantos orcos. Lamentablemente no tenemos otra opción. A esa fortaleza nos dirigiremos.
Luego observo a Xanaphia.
- Por lo que veo, tu también posees auras dragonicas. A que dragón le eres fiel? Pregunta por curiosidad.