Partida Rol por web

- Estoy de acuerdo con descansar aquí hoy y mañana apenas amanezca seguimos con la cacería de estos orcos. Después hace una pequeña pausa.
- Yo tomaré la primera guardia.

Decisión suicida entonces, me gusta, solo espero que alguien pueda contar esa historia. ¿No musica esta noche?

Añadió con sonrisa picarona, la ultima vez no les gustó nada.

En su primera guardia Khalam Kell percata de que un semiorco acompañado de un lobo está espiándoles. Se mantiene oculto entre la maleza del pantano, ajeno a que le han descubierto.

Xanaphia asintió a la opción de descansar, no es que lo necesitase específicamente pero lo tendrían que hacer y ese era tan buen o mal sitio como cualquier otro.

-Ni esta noche ni mañana -contestó con una sonrisa de medio lado -¿Podemos hacer alguna especie de barrera con eso?

Preguntó a los otros miembros mirando hacia la que había sido la jaula del jabalí, pues ella no tenía experiencia en hacer vallas ni nada que se le pareciera.

Khalam fue a despertar al siguiente en el turno de guardias para que le hagan el relevo. Cuando al fin se despabilo su compañero en vos muy baja y susurrando le dice.
- Tenemos compañía. Señalando con la vista hacia la maleza del pantano. Parece que lleva un buen rato allí. Y no se hace cuanto o si es recién que nos viene siguiendo. Luego va y se acuesta observando la maleza para estar de frente al menos a la última posición de su espía. Ahora todo quedaba en manos de su relevo.

-Que sea Jairee, que Xia hizo la segunda ronda la ultima noche. -sentencia Atara mientras devora el jabali a la brasa.

Cuando acaba de cenar se prepara para dormir, poniendo, como siempre, abrojos a sus lados. -Descansad bien amigos y nada de musica, -alega mirando a Jairee - Mañana será un día duro, puede que no volvamos a ver un alba.- dice algo fria y sin mas habladurias se tumba junto a Fenrir y comienza a introducirse en un ligero sueño de matanza de orcos.

Vale, vale, nada de musica.... aburridos. Cada día puede ser el ultimo, ¡así que hay que disfrutarlo como tal!

Durante su guardia intentó a mantenerse despierto.

-La verdad es que yo veré mejor durante la segunda ronda que cualquiera de vosotros, ya la hago yo.

Contestó Xanaphia en referencia a su ventaja racial, cuando de supervivencia se trataba la chica sabía que había que exprimir los puntos buenos de cada uno. Se acercó a Khalam mientras comía lo que quedaba en su saquito de raciones y después de una mirada evaluativa extendió su saco y se puso a descansar.

-Yo te lo digo si me lo dices tú primero -le susurró la semielfa con una sonrisa al guerrero mientras le llegaba el sueño.

Xan se despertó con las suaves sacudidas del chamán y ante sus palabras enseguida se puso alerta aunque nada en sus gestos la delató. Bebió un poco de agua, recogió su lanza y buscó un sitio desde donde poder observar el lugar que le había señalado su compañero sin que fuese evidente el escrutinio.
 

Mientras los demás duermen y descansan ajenos a cualquier peligro. Xanaphia se percata de que un semiorco acompañado de un lobo está espiándoles. Se mantiene oculto entre la maleza del pantano, ajeno a que le han descubierto.

No sabía mucho sobre guardias o viaje organizado, así que simplemente se sentó en el mismo lugar y con la misma actitud que Xanaphia disimulando, con el tambor cerca suyo. No sabía por que tenía que disimular, pero hacer preguntas sería demasiado sospechoso, así que fingiendo hacer reparaciones en el tamboril vigiló el lugar y escuchó atentamente.

Sin que pasara nada más, despertó al siguiente, a Atara, informandole de lo que había visto y oido, aunque no sabía si podría dormir volvió a echarse en el saco.

¿Un espía, un semi-orco?- Le susurra a Jairee cuando este le da la mala noticia. -Bien, yo me encargo, vosotros estad listo por si se pone feo.-alega mirando de reojo a Xanaphia y a sus letales jabalinas. -Si me disculpáis muchachos, voy al escusado, enseguida vuelvo.- les dice mientras acaricia el lomo de Fenrir para que la acompañe.

Me dirijo hacia el río, y entre los matorrales bordeo la posición del espía, guiada por el olfato de Fenrir. 

El semiorco pudo ver a Atara acercarse a él, pero no huyó. A pesar de no hacer ningún ruido, la muchacha se había escondido bastante mal, por lo que Haravak no le perdió ni un instante de vista. En seguida se encontraron cara a cara, alzó las manos en son de paz pues no quería parecer un semiorco peligros. Dio una orden a su compañero para que se quedase sentado y no diese muestras de querer combatir. Mi nombre es Haravak, se presentó. ¿Y el vuestro? Le preguntó a la muchacha que le había sorprendido por la espalda. Solo estaba tratando de averiguar qué hacía un grupo como el vuestro, en un lugar como éste. No es común ver aventureros por estas tierras.