Partida Rol por web

Hugo fue hasta la barra, habló en voz baja con el posadero medio-dragón, y a raíz de esa conversación, el escamoso hostelero se marchó por una de las puertas. Hugo aprovechó su ausencia para coger tras la barra una botella de vino. Con gran osadía por su parte, se intercaló entre el Mane y Leaith haciendo que la sacerdotisa chocase con él.

Epaa... solo hace un minuto que nos conocemos y ya te abalanzas encima de mí-dijo con una sonrisa, mientras la abrazaba para que cesase en la persecución-. El posadero va a preparar unos baños en la sala de al lado, para ti y tus amigas. Mientras, ¿por qué no me ayudas a llevar unos vasos a la mesa y descorchamos este...?-leyó la etiqueta del vino-Infaust Groseye del setenta y ocho. Contigo al lado, me sabrá muchísimo mejor.

Por su parte, Mane deceleró en cuanto se libró de su perseguidora, y parecía lo suficientemente resignado para sentarse a la mesa con el aquelarre y la pandilla.

Aquel gusano se arrastraba por el suelo en cuento tenía a alguien más grande que él en frente. Era su tercer o cuatro encuentro, ya había perdido la cuenta, peor no conseguían nunca quitárselo de encima. Como una garrapata pegada a la piel. Hubiera dicho ladilla pero Onfale no tenía vello púbico alguno. Las orejas del perfumista se movieron en dirección al tal Hugo cuando éste menciono un baño. Quiso desfallecer. ¿Sería posible que Hala les concediese un baño de verdad, no uno de gato? ¿Hacía cuanto tiempo? El estómago se le encogió al instante pensando en ello. 

Demasiada amabilidad, no puede ser cierto.- Piensa mal y acertarás era uno de sus "motos" preferidos.

- Entonces Mane, ¿cómo te ha ido la no-vida?- Le preguntó ya sentado en la mesa y dispuesto a deleitarse el paladar con el vino ese. No podía prestar atención a dos frentes a la vez. Dejó a Leiath libre, esperando que no fuera tan rematadamente tonta como para caer en las garras de Hugo y su pandilla.

La vista nublada por la rabia y la sed de venganza hacia la 'Abominación Andante' no la había dejado ver el lamentable espectáculo que estabadando, hasta que cochó con lo que le pareció un muro pétreo.

Cuál fue su sorpresa al ver que era aquel apuesto caballero que les había rescatado del malvado ladrón. De inmedito se olvidó del Mane y sus ojos inyectados en sagre volvieron a chisporrotear.

Oh, sí- dijo intentando recomponerse y apartándose tímidamente de Hugo- perdona mis modales, pero es que ese bicho apestoso me saca de mis casillas.

Había dicho un baño? Un baño! Ese hombre sin duda era un enviado de Hala!

Esta vez, sin Onfale para poder pararla, aceptó de buen grado el brazo de Hugo y le acompañó a sentarse.

Oh, qué buen aspecto tiene ese brebaje! Debo disculparme pues no sé mucho de vinos... Y qué os trae por este plano tan inmundó?- preguntó cambiando de tema como si tal cosa, una vez se hubo sentado a la mesa.

La maga había estado callada desde que había llegado a la ciudad, sumida en sus propios pensamientos. Estaba concentrarse en sus hechizos y en las pruebas que se avecinaban, estaba tan concentrada que no presto atención a sus nuevos compañeros.

La maga miro la botella de vino, ahora no le apetecía nada de alcohol, el alcohol entumecía la mente y necesitaba tenerla totalmente despejada. Lo siento galantes caballeros, pero en estos momentos no puedo tomar alcohol, estoy concentrándome para una serie de pruebas muy importantes. La contestación también serbia de cebo, la maga deseaba saber cuánto sabían los chicos de las recientes pruebas de Orcus. Puede que sean una de las cofradías, si no podríamos contratarlos como mercenarios para fortalecer nuestro aquelarre.

No, no...-dijo a Alice-No te disculpes. Yo tampoco soy muy bebedor. Pero no es necesario el vino para disfrutar de una buena charla.

O callo como un mudo,
o charlo como un necio,
suplicando el discurso
de burlas, carcajadas y dicterios.

Parece que Merkadio ha cogido predilección por la sobria Alice.

Estamos de peregrinaje. Como todo extranjero en Lash Embrar, supongo. ¿Y vuestro aquelarre? ¿Sois de aquí, o también venís a rendir homenaje a Orcus?

Eh, guaperas... no acapares la conversasión. Estamos hablando de mí...

Pues... como os conté cuando nos separamos, iba a Lachrymosa. Allí conocí a una demonia. Luego conocí a su hermana. Luego la demonia se enteró de que conocí a su hermana... dos veces. Y se fue tó de madre. Escapé de Lachrymosa por los pelos. Estuve unos días en la Ciudá de las Rectas Curvas, hasta que empesé a coger algo de vértigo. Así que me vine pá'quí, a ver que tal.

Esperad, esperad, esperad... Voy a contar un chiste.

Un elfo, un humano y un enano entran en una posada y piden cada uno su buen boj de cerveza. En esto, tres moscas revolotean la mesa. Quiso el azar que cada mosca cayese en cada boj.

El elfo, con mucho asco, aparta el boj y pide al posadero otra cerveza.

El humano, con mucho asco, saca la mosca de su cerveza y sigue bebiendo.

Y llega el enano, saca la mosca de su cerveza y la zarandea mientras dice: ¡ESCUPE LO QUE TE HAS BEBIDO!

Jajajaja... ains-suspiró.

Parece que Arpanhoe también tiene a una de las chicas en el bote. Becky había perdido mucho interés en Jadewo desde que no le pertenecía a su rival amorosa.

En cuanto a Keocratis, intenta un acercamiento a Flame, moviendo su silla para estar más cerca. Sin embargo, Flame se levanta con un desaire y se marcha a tomar su baño. Entonces, Keocratis pone sus ojos en Aire... pero el aspecto inmaduro que da verla cogida a un osito no le acaba de convencer.

Viendo que de todos modos el grupo se mezcló con esa gente, un grupo sospechoso como mínimo, desde su rápida participación en la consecución de la bolsa, hasta su presentación e invitación; Jadewo adoptó un segundo plano, esperando pasar de la forma más discreta posible...

Cosa que no costó ante la apareción de aquel singular ser jugando a las cartas, quien parecía guardar algún tipo de relación con el grupo, ni con las atenciones entre las chicas y los chicos.

Simplemente pidió una bebida y refrescó el gaznate mientras escuchaba las respuestas que tenían que dar a las preguntas de las mozas.

Leiath probó un poco de vino, le parecía delicioso. Si se hubiese tratado de otro lugar, de otro momento, se habría dejado llevar sin duda alguna. Pero las palabras del propio Hugo hicieron refrenarse a la jóven: 'rendir homenaje a Orcus'?

Sería aquel grupo fieles seguidores de aquel montruo? Habían dicho algo de GreyHawk... no era de ahí de dónde habían venido los viejetes? Estaría el grupo de atractivos caballeros, de alguna forma relacionado con la misión?.

Tendría un modo de saberlo, pero lamentablemente no había rezado a Hala por las plegarias adecuadas. Qué hacer entonces? SE PRUDENTE LEIATH, NO TE DEJES LLEVAR POR TUS EMOCIONES. La mente le decía una cosa , su jóven corazón otra.

Sí bueno- pareció responder al fin- también venimos en peregrinaje -. De hecho era completamente cierto, aunque su fín era contentar a un dios bien distinto.

Tuvimos el desacierto de elegir ese nauseabundo engendro - dijo con una mirada llena de odio al Mané- para que nos guiase, pero nos dejó tirados.

Es un ser ladino y mentiroso- le importaba dejar claro que el muerto viviente no pertenecía a su grupo, ni que se podía confiar en sus palabras. Le preocupaba que el Mané contase más de lo que debiera y los hombre le creyesen.

Dejó escapar una risita cuando el encapuchado contó el chiste. Quizá era la única pincelada de humor que había tenido en lo que parecían milenios.

De nuevo, algo más relajada, prosiguió con la conversación.

- Y de dónde venis? Qué esperais conseguir de Orcus?

Onfale miraba a un lado y a otro, y ni una migaja caía en su regazo. Se suponía que Lash Embrar era una ciudad de perdición y, para ser eso, un eunuco pasaba demasiado desapercibido. Echaba de menos ser ese objeto oculto de deseo que muchos ilustres invitados de su Creador pedían para cuando decían irse a acostar.

No esta hecha la miel para la boca del cerdo.- Se consoló a sí mismo mientras veía emparejarse a los chicos y las chicas. Vino por aquí, chistes por allá, y la incontrolable verborrea de Mane. Sin embargo, esta vez, le pareció atisbar una oportuna intención en sus historias sin sentido.

- ¿Y cuánto tiempo llevas por aquí, Mane?- Preguntó Onfale esforzándose por parecer interesado en su vida. Quizá pudiera informarles algo sobre los grupos que se presentaban a las pruebas.- Supongo que esto estará movidito por el torneo de la Calavera, ¿no es así?

La explosión de la ira de Leiath al hacer contacto visual con el Mane cogió por desprevenido a todo el mundo. Y la respuesta del no muerto no fue menos pintoresca. Tybalt se quedó perplejo ante la curiosa persecución y fue justo cuando el tiflin quiso intervenir que ese tal Hugo chocó muy convenientemente con la bruja de Hala. De esa manera se puso fin al espectáculo que e había formado con tanto grito. Aquel presunto accidente no le hizo mucha gracia al semiinfernal, quien miró con mala cara al aprendiz de Don Juan.

Pero, por mucho que su yo interior le pidiese sacar de allí a patadas a ese falso galán, no iba a ser Tybalt quien echase a perder la oportunidad de sabotear el poder de Orcus por un arrebato. De modo que tomó asiento junto al Mane y a Onfale para prestar atención a lo que les contaba ese desgraciado. Aunque no podía evitar mirar de vez en cuando de reojo a Leiath y a Hugo... Por lo que pudiera pasar. 

¡"Serladina" lo serás tú! ¡Y deja de inventar palabros, morena!-contestó a Leiath.

No te preocupes por él, Leiath. Te altera demasiado, y aquí estamos para relajarnos y pasarlo bien. ¿Un poco más de vino? Y si ves que en algún momento no estás cómoda, me lo dices y te escolto hasta tu alojamiento. No te quedes con nosotros por compromiso.

Los había un poco tensos de más en aquella fiesta. Cuando estaban pensando ya que la treta de Hugo era emborrachar a Leiath, aquel tipo les descolocó sirviendo solo un culín más en lugar de llenar la copa de la sacerdotisa.

Te cuento... Greyhawk es el nombre de mi plano. Algunos también lo llaman Falcongris. ¿Te suena Oerth? ¿Oerik?

Leiath se exprimía la cabeza. Ninguno de esos nombres los podía relacionar con el trío de viejos cruzados, pero por el acento podía descartar que Hugo fuese del mismo reino que Lord Sauvage.

Jajaja.... es igual, no importa. Soy de un pueblo diminuto rodeado de bosques y campos de margaritas. Es un lugar precioso. Me encantaría enseñártelo algún día.

¿Y este tío plasta de qué va? Es igual... El Torneo de la Calavera, sí... Aaaah, pillín. Te interesa, ¿no?-le da un par de codazos cómplices a Onfale-Buah, no sé mucho. Llegué hace solo un par de días, y la gente está todo el día que si el Torneo de la Calavera patatín, que si el Torneo de la Calavera patatán... Unos pesaos. Me sepo dónde está la mesa de las inscripciones. Luego, si queréis, os llevo.

De momento solo hay rumores. Los turistas están de los nervios, porque han venido los Ciento Un Asesinos del Rakshasa, y claro, han copao un montón de plazas hoteleras. Se dice que repite este año la Secta de Thoon, pero solo porque un pirao vió por la calle a algún azotamentes, y ya dió por hecho que era de Thoon y tó.

Puedo hacer algunas avuerigaciones sobre los otros praticipantes. Como en los viejos tiempos, ¿eh? La tropa boba y el gran Mane... Juntos de nuevo pa liarla parda.

¿Es verdad eso que dice el mane? ¿Vuestro aquelarre quiere participar en el Torneo de la Calavera? Fiuuuu... Vaya locura. Y nosotros que solo vinimos a presenciar unas misas y a degustar la comida local, como unos peregrinos más, y... ¿qué os parece, chicos?-dice a sus compañeros-¿Y si nosotros también nos anotamos en el Torneo de la Calavera?

La pregunta quedó en el aire... Hugo miró a Leiath, buscando en sus ojos alguna reacción. ¿Le gustaría más a esa chica si demuestra algunas aptitudes atléticas en una competición? Como peregrina de Orcus, ¿le amaría igualmente si fuese eliminado de la competición y lo levantasen como un muerto viviente, con pústulas y carne pútrida?

Leiath concentró su mirada en los ojos de Hugo mientras jugueteaba con el vaso de vino pero sin bebérselo. Quería ver la reacción en su rostro a sus palabras. Quería creer que ese grupo era como ellos y no unas aberraciones del mal como probablemente era el resto de gentuza que les rodeaba.

- Pues sí, pensabamos apuntarnos. Cualquier oportunidad es buena para masacrar muertos vivientes como el piojo este que se ha sentado en nuestra mesa.

La bruja eligió bién sus palabras. Ya había comprobado que otros seres de este mismo plano odíaban a los no-muertos igual que ella, asi que suponía que eso no la delataría y tampoco tendría que mentir. Pero tampoco era aquel el mejor sitio para confesar a unos desconocidos por qué había venido. Con las plegarias adecuadas...

Lo mejor sería tomar ese baño e irse a descansar. Aun no había tenido oportunidad de curar las heridas de su aquelarre tampoco.

Caballeros -se disculpó después de dar otro sorbo al vino y depositar el vaso en la mesa- no quiero ser descortés, pero en verdad el viaje ha sido muy duro y nos vendría muy bien un baño y descansar de nuestras heridas. Os importa que sigamos con esta conversación mañana por la mañana? Os alojareis en esta posada?

Podía ser una pesada carga pero puede que el Mane pudiera servirles de algo. Estaba claro que era un superviviente y eso era algo que Onfale siempre apreciaba. Tomó nota mental de todo lo que el el guía no-muerto les decía, aunque sólo fueran habladurías, pues sólo tenían lo que restaba de día para informarse de los participantes que serían sus enemigos.

- Hazlo, nos lo debes por dejarnos tirados.- Le dijo a Mane acerca de su propuesta de averiguar datos sobre los participantes.- ¿Y algún rumor de qué monstruo podría ser este año el que salga en la Ceremonia de Apertura? Supongo que siempre habrá filtraciones de algún tipo...- Según lo que les había contado Ralph, era un no-muerto poderoso, y eso no siempre sería fácil de ocultar. El perfumista se quedó mirando a Arpanhoe por tratar tan a la ligera el asunto de apuntarse al Torneo de la Calavera.- Si os apuntarais podría ser "divertido".- Dijo haciendo el gesto de entrecomillado con los dedos largos y finos.- Al menos hasta que nos tocara enfrentarnos a muerte. Sería una pena acabar con gente tan gentil y agradable como vosotros.- Bebió un sorbo de vino para humedecerse los labios y sonrió de manera enigmática.-A no ser que...- Dejó en el aire la frase a la vez que clavaba su mirada en Hugo. Sólo habría una manera de no matarse entre los dos grupos si ambos participaban en el torneo y esa era ir como un único equipo. Estaba seguro de que los jóvenes eran más listos de lo que parecían.

Cuando Leiath se disculpó porque estaba cansada, Onfale se levantó de inmediato, como si de un sirviente suyo se tratara.

- Sí, debes estar agotada.- Le tocó el pelo con cierto gesto desagradable pues lo tenía apelmazado y sucio.- Te ayudaré a desenredarte el pelo y peinarlo para que luzcas como una verdadera doncella.- También él tomaría un baño y se arreglaría por completo. Se perfumaría la piel como hacía antes, cuando le pusieron el sobrenombre de hombre perfumado, y se enceraría el cabello negro para que luciera lustroso. Se pondría brillo en los carnosos labios y se perfilaría los ojos con bistre. Si iba a morir lo haría de punta en blanco. Tomó la mano de Leiath en la suya para ayudarla a levantarse. Mane había dicho que la ciudad estaba llena a causa del peregrinaje a Orcus. Esperaba que quedaran habitaciones también para ellos.

La maga roja estudio al joven abstemio. ¿Qué tipo de aventurero será: un mago, un pícaro, un brujo….? Dudaba entre dejarse llevar por sus instintos más primarios y abalanzarse sobre el chico como una loba en celo, arrancándole la camiseta de un mordisco; o estudiar la situación y actuar con frialdad. En muchos momentos su instinto le había salvado de la muerte, en otras muchas ocasiones le había conducido a las puertas del peligro. ¿Qué hacer?