Partida Rol por web

Jadewo había acertado, la verdad es que se sentía cómodo con Becky, a pesar de su último añadido en forma de rabo. 

-Mejor permanecer juntos en este lugar, sí.

El joven dejó las camas para las chicas mientras él se acomodaba con una manta en un rincón, con su armadura pesada puesta, como ya le habían visto dormirse con ella alguna otra vez desde que estaban juntos.

Tras el relajante baño, Leiath había caido en la cama como una breva. Tan dormida estaba que ni se enteró que estaban forzando la puerta...

Quién se atrevería a interrumpir el dulce sueño de una bruja?

Osea que le interesa...-A pesar de que no habían picado el azuelo tan cuidadosamente tendido por el perfumista, la contestación de Merkadio dejaba abierta la posibilidad de que quisieran apuntarse al torneo y, más aún, saber cosas de aquelarre. Aún así frunció su falso ceño de zíngara para quejarse por las condiciones del trato.

- Ese "aquelarre" ha llegado hoy...poco os podría decir ahora más que lo evidente.- Trató de recordar las palabras de Mane acerca de los contendientes del torneo. Pero los chicos habían estado presentes. ¿ Y si repetía la información y ellos se daban cuenta? Decidió arriesgarse y poner algo de su cosecha.- Lo que más se ha visto son  integrantes de los Ciento Un Asesinos del Rakshasa. Con respecto al no-muerto de la Ceremonia de Apertura poco se ha filtrado. Este me hubiera jugado el cuello a que fuera la versión no-muerto de la hidra de cinco cabezas, pues se la ha visto vagar por las Llanuras del Hambre. Sin embargo,  aseguran por ahí que fue aniquilada antes de que pudieran someterla así que ese punto aún es una incógnita. Otros dicen que el mismísimo Aranthan, siervo de Orcus, sería el contrincante, montado en su elefante. Ahora le acompaña un experimento de Orcus, un mago ex-preso del Cárceri. Este año hay muchísima incertidumbre de ahí que la información esté tan valorada y... cara.- Tenía miedo de la reacción del grupo acerca de revelar algo acerca del aquelarre así que se decidió por contar algo de el único al que podría delatar.- ¡Esperad! Quizá no pueda contar aún mucho de ese aquelarre pero hay alguien que me escamó en cuanto lo vi. Ese no muerto que se hace llamar Mane. Llegó unos días antes y parecen conocerle. Sí, ahora estoy segura. Ese no-muerto es siervo de uno de los secuaces más poderosos de Orcus, el Demogorgon. No cabe duda, a ese tipejo no se le olvida. Si está con el aquelarre es que deben estar patrocinados por el mismo demonio.- Para sembrar algo más de confusión metió en juego a Lady Arquette y compañía, que en paz descansen.- Pero lo más sorprendente de todo es que hay noticias de Lord Sauvage y su panda de vejestorios. ¿Qué pueden hacer por aquí cerca?- Se quedó tenso y a la espera de algún tipo de reacción por parte de los cuatro chicos.- ¿Qué me decís? Dejadme marchar y averiguaré lo posible de ese aquelarre si es lo que os interesa. ¿Estáis decididos a participar?¿Sabéis acaso en qué cosiste el Torneo?- Insistió incrédulo. L averdad es que parecían poca cosa, aunque le habían pillado de lleno.- Acabaréis como ese Mane levantándoos de vuestro cadáver. No es un juego para unos críos como vosotros. Si os lo pensáis mejor y no participáis la información que os dé podríais venderla al mejor postor.

Tiki-tiki. Tiki-tiki.

¿Ng? ¿Qué es ese ruido...?

Becky giró su cuerpo bajo la manta para encender el candelabro del establecimiento, que yacía junto a ella en el suelo. Encendió las velas, iluminando la estancia, justo para ver, al igual que Flame, a media docena de ninjas entrando con la cara cubierta y katanas en las manos.

¡AAAAAAAAH!

El grito de Becky despertó a todos los demás. Flame se puso en pie, haciendo chocar el acero de su Ayash con el de un oponente. En cuanto al resto, estaban tumbados a los pies y a merced de un ninja que les podría sajar en cualquier momento.

¡Mientes!

Onfale se estremeció. ¿Le habían pillado en algún renuncio? ¿Cuál había sido la mentira que le había delatado? Hugo se abalanzó sobre el cuello de Onfale, estrangulándolo con todas sus fuerzas. Si el joven no estuviese siendo arrastrado por la ira, habría notado la nuez, y descubierto el engaño de la ilusión.

¡Maldita perra tramposa! ¡Estás mintiendo! ¡Leiath no puede estar trabajando para Demogorgón!

Onfale cayó en la cuenta del error cometido. El Torneo de la Calavera es una competición celebrada en un centro de peregrinaje de Orcus, entre sus seguidores, y para honrar al demonio dios de los muertos. Que Demogorgón o cualquier otro demonio enemigo de Orcus haya "patrocinado" al Aquelarre hasta el torneo, daba a entender que Leiath y los demás eran unos espías con oscuras intenciones.

Keocratis se bastó para alejar las manos de Hugo del cuello de Onfale, que aún le dolía.

¡Fuera de mi vista! ¡Lárgate de aquí, serpiente venenosa, si no quieres que te dé tu merecido!-amenazó.

Finalmente Alice fue la única que se animó a acompañarlo junto al Mane en su búsqueda de información. Como era de esperar, ya no había rastro de los cuatro mosqueteros ni de la mujer en que se había convertido Onfale. Siguiendo las indicaciones de Hugo, el pequeño grupo llegó hasta el local donde decían hospedares aunque dadas las horas parecía que no había mucho movimiento. Tybalt observó con detenimiento mientas el no muerto les ofrecía dos posibilidades. -Si nos inscribimos yendo solo nosotros, es probable que nos pongamos en el punto de mira de algún grupo que quiera eliminar competencia. Será mejor hacerlo cuando vayamos todos juntos.- Respondió al Mane con un tono neutro y no demasiado alto. No esperaba que alguien con el cerebro en estado de descomposición reparase en ello así que no le dio mayor importancia.

Ahora quedaba valorar la otra posibilidad. -No parece que estén tampoco en la taberna. Quizás podamos aprovechar para ver si el dueño nos puede contar algún que otro rumor sobre las pruebas.- Comentó con semblante pensativo y la mirada fija en algún punto en el infinito. -Aunque también podríamos optar por ir a otro lugar. ¿Tú qué opinas, Alice?- Preguntó a la maga pelirroja.

Jadewo tomó su escudo y se incorporó a la par que sacaba su acero, presto para hacer frente a la amenaza que entraba por la puerta en forma de asesinos.

Un flash apareció en la mente del guerrero arcano evocando una fragmento de su pasado...

El grito de Becky la despertó de inmediato y eliminó todas las trazas del sopor que pudiese tener.

Su reacción al ataque fue rápida. Invocó la protección de su diosa sobre su persona dada su posición tan vulnerable.

A la vez que Hugo se lanzaba a su cuello, Onfale sacó las garras y trataba de arañar su bello rostro, sus grandes ojos, para quitárselo de encima. Cuando se sintió libre de su peso se incorporó sin dignidad alguna, acaparando todo el aire posible para su maltrecha garganta.

- Cof, cof...-No se quedó a replicar. Como ex-esclavo sabía bien cuando retirarse. Sin girarse trastabilló hacia atrás un par de pasos, dispuesto a llevarse consigo a la muerte al primero que le atacara. Pero no hizo falta. Nada más pudo giró en la esquina y se perdió en la muchedumbre.

¿A qué venía ese ataque de ira? ¿Acaso el joven era tan tonto de haberse enamorado de verdad de la Bruja de Hala?- Mientras caminaba se tocaba molesto la pequeña nuez que le hubiera delatado como medio-hombre.

Menudo plan de mierda que me he montado.- Al final poco había sacado en claro más que que la gente de Lash Embrar era peligrosa. Nervioso miraba hacia atrás y los lados por si le seguían. No sabía ni qué iba a contarles a los suyos.

Sin su armadura, Jadewo era presa fácil. Pero por si eso no fuera poco, su oponente empezó a hacer cosas ninja-raras. Se esfumó en el aire, se mantuvo unos segundos invisible, y apareció de pronto de la nada para hundir su espada en un sorprendido Jadewo.

Becky la inútil se limitó a defenderse, utilizando el candelabro para detener la katana. El truco del ninja invisible no funcionó con ella.

Leiath, por su parte, trató de huir. En las dimensiones reducidas de la habitación, supuso pasar al lado de varios enemigos, y no todos ellos se dejaban vencer por su magia protectora. Cuando llegó al dintel de la puerta, sintió el frío metálico de la katana empalándola y acariciando sus tripas.

Flame partió a uno de los ninjas en dos con su querido Ayash, y Aire le estampó un montón de proyectiles mágicos en la cara. El ninja que quedó en la puerta, afortunadamente para todos, se retira por el pasillo...

Ante las miradas de Onfale, todo era paranoia y sombras siguiéndole. Los fuegos fatuos tenían algo que ver con su amedrentamiento. Llegó a la posada con gotas de sudor en la frente. Estaba vacía. De hecho, a estas alturas de la "noche" de Lash Embrar, los lugareños se habían recogido a sus casas y las calles estaban despobladas, así que la falta de clientes era en parte normal. Lo que le escamaba más era la ausencia del posadero dracónico.

Cuando subía las escaleras, un ninja las bajaba, katana en mano, y listo para hacer pincho moruno de Onfale. La guinda a una noche horrible.

 Cariño, mi opinión es que esta chica y su cuervo necesitan algo de acción. Solo señala hacia dónde, diablo granuja.

La zíngara iba dando palos de ciego y así lo expresaba su bello rostro, que era un claro reflejo del desconcierto. No entendía donde estaba la gente y, en concreto, sus compañeros. ¿Acaso habían sido unos falsos y habían aprovechado la mínima oportunidad en la que el perfumista les había dejado a solas para traicionarlo y marcharse?

Los pasos por la escalera hicieron que su rostro se iluminara pensando en que Tybalt salía a recibirle como se merecía, preocupado por su bienestar. Sin embargo, lo que bajaba por las escaleras era un asesino despiadado de Lash Embrar, posiblemente uno de los Ciento Un Asesinos del Rakshasa que, aburrido de esperar, había salido a matar a algún pobre incauto que paseaba de noche por la peligrosa ciudad.

Maldita sea mi suerte.

- ¿Quién eres?¿Qué buscas?- Eran más preguntas retóricas que no esperaban respuesta. Lo justo para distraer al ninja mientras adoptaba el mudra "chaturam" necesario para realizar el conjuro.- Sambha Kshammmmmmm, Ajna Piṣṭāni Yiótis.

Sopló con fuerza y el polvo dorado se extendió hacia su enemigo cubriéndolo de un dorado brillante y fino.- Así estás más mono.- Retrocedió sacando su estoque mágico. No era bueno en combate pero si lograba dejar ciego al ninja quizá tuviera alguna oportunidad.

La bruja encajó los golpes. No esperaba que la magia de su diosa fuese tán débil pero aún así siguió con su intención de alarmar al resto de la gente de la posada. Quizás a los dueños no les interesase tener la mala reputación de que atacaban a sus clientes mientras dormian, y viniesen a socorrerlos.

SOCORRO! NOS ATACAN!- gritó a pleno pulmón mientras intentaba salir al pasillo.

Jadewo, esgriminedo su escudo y la acerda cimitarra da un paso hacia el intruso más cercando a Leiath y descarga dos golpes rápidos en él antes de que desaparezca... El filo acerado corta el aire y alcanza a la figura de negro que ataca a la sacerdotisa de Hala.

¡Socorro! ¡Nos atacan!

La voz de Leiath llega amortiguada a la planta baja de la posada. Los polvos mágicos de Onfale han dejado cegado al ninja, que consigue bajar las escaleras y alza su katana en guardia tratando de escuchar con su entrenamiento de ninja qué sucede a su alrededor. Por suerte para Onfale, su entrenamiento de callar como una putita y no hacer preguntas, recibido en su harén a base de varazos correctores en la espalda, le permiten no ser localizado. El ninja simplemente está ahí, en pie, listo para ser atravesado como una brocheta de sashimi, o lo que quiera que coman los ninjas.

En la planta superior, Leiath tuvo que ver con absoluta falta de fé en el ser humano que ningún cliente de ninguna otra habitación abría la puerta para correr en su ayuda. También contempló al fondo de las escaleras un polvo en suspensión, luminoso, como el que tiene tantas veces visto a Onfale utilizar en su conjuro de partículas rutilantes.

En eso, el perseguidor de la sacerdotisa alzó la katana para darle el último golpe... Y, rápidamente, Jadewo lo mató de dos estocadas. Flame le cortó la cabeza a otro de los ninjas. El que quedaba en la habitación luchaba contra una patética Becky que no hacía otra cosa que defenderse. Aire suspiró: parece que le tocaba salvarle la vida otra vez a la maga rubia. Una ráfaga de proyectiles mágicos salió de su mano y dió muerte al último de los ninjas de la habitación. Solo quedaba perseguir al que se había escapado por el pasillo... que ahora estaba con Onfale.

¡Ya voy Leiath!

A pesar de escuchar el desesperado grito de socorro de la Bruja de Hala, Onfale no dijo esta boca es mía. Se acercó en silencio al ninja que había frenado de sopetón su avance por las escaleras a causa de su embrujo y le clavó el estoque con saña. 

La maga pelirroja se estaba cansado de esperar, para no hacer nada se podía haber quedado en la posada estudiando sus libros. Deberíamos de ir a otro lugar, no quiero que la cofradía de chicos no pille merodeando cuando le hemos dicho que íbamos a dormir. 

La prioridad para Jadewo no era matar asaltantes, sino evitar que mataran a sus compañeras. Así que permaneció junto a Leiath quien parecía más herida por los ataques de los asesinos frustrados.

-¿Quién los habrá mandado? No creo que mucha gente sepa que estemos aquí...

Tybalt asintió sin mostrar objeción alguna. Después de todo, no merecía la pena correr riesgos innecesarios. Así que, sin demorarse demasiado, siguió a la maga para ayudarla en la labor de recabar cualquier rumor sobre el torneo que pueda calificarse como información válida.