Partida Rol por web

Leiath, mejor que masacrar muertos vivientes es hacer que te sirvan, digo yo...

Ese es el punto. Hay muchos reinos y mundos que se les llena la boca hablando del Bien, pero se cimentan en el sufrimiento del pueblo llano. Mineros... labriegos... soldados... La utopía perfecta se puede valer de los no-muertos para realizar las labores pesadas, y que el grueso de la población disfrute de tiempo para dedicar a las artes, a la ciencia, al estudio...

Perdón, me prometí a mí mismo que no estropearía la velada hablando de política.

¿Nuestra capellanía y vuestro aquelarre juntos? ¿Formar una congregación conjunta para el torneo? No me parece ético. Se supone que el Torneo de la Calavera está para que cada orden defienda el honor de los suyos. En cualquier caso, la señorita tiene razón: podemos seguir hablando mañana.

Hugo se levantó y habló con el posadero reptiliano para pagar la cuenta. Invitaba él. Después se acercó de nuevo a la mesa y los chicos guapos se fueron levantando para irse. Merkadio besó el dorso de la mano de Alice. Arpanhoe fue más furtivo, con un simple guiño a Becky.

Nosotros nos hospedamos en otra posada, la que está cuatro plantas por debajo de esta. Su cartel tiene pintados una almohada y una jarra de cerveza. Podéis venir a desayunar tras dormir y bañaros... o podéis venir con nosotros. El posadero dice que solo le queda una habitación de quince por veinte pies. Váis a dormir muy apretadas...

Che-che-ché... No tan deprisa, Casanova. Yo aquí también tengo un cuartucho. Las nenitas se vienen a dormir conmigo.

Siete personas, un semi-infernal, un inmortal o lo que sea ese Mane, y un cuervo, repartidos entre dos habitaciones. Sí que iban a estar apretados.

Hugo se despedió de Leiath con un acercamiento de labios para un casto beso en la comisura de la boca. A la hora de hacerle la cobra o no, Leiath estaba hecha un lío. Sin duda eran feligreses de Orcus, y tenían ideas peligrosas, pero parecían buenos chicos. Es decir, ¿qué pasa cuando un sectario no está haciendo cosas de sectarios? Reír, beber, cantar, quizás enamorarse... Los seguidores del Mal, en su día a día cotidiano, estaban más cerca de los seguidores del Bien que de sus propios amos, malvados todopoderosos, que buscan forjar crueles imperios. ¿Podía Leiath asimilarlo? ¿Transigir en eso y ser amiga de unos chicos que profesaban una religión tan distinta? Técnicamente hablando, Hala es una diosa neutral...

La sacerdotisa tenía clara una cosa. El interés de Hugo por ella le parecía sincero. También el de Merkadio por Alice. Pero Arpanhoe solo estaba tonteando con Becky, no buscaba nada serio. Esos tres pretendientes y el fallido Keocratis, se empiezan a marchar de la posada, derrotados en el amor.

¿Por dónde iba? Ah, sí... pos lo del monstro de la Cerimonia de Apertura no tengo ni repajolera idea. Eso va a ser difícil de averiguar. Y más en tan poco tiempo... la Cerimonia de Apertura se celebra mañana...

Tybalt se limitó a hacer un leve gesto con la cabeza para despedirse de Hugo y sus amigos. No se fiaba de ellos por el mero hecho de venir a rendir culto a un dios al que ellos mismos vienen a debilitar, aunque también había algún que otro motivo que no viene al caso. 

-Creo que lo mejor será descansar aquí. Mañana será otro día.- Propuso el tiflin olvidando por un momento que ahora era una simple herramienta al servicio del grupo. Guardó silencio por un segundo pero decidió fingir que las cosas podían ser como antes de perder nuevamente su libertad, aunque fuese tan solo por un tiempo. -Seguramente haya problemas con el espacio así que algunos podemos salir a ver si conseguimos algo más de información mientras otros aprovechan para descansar un poco.- Continuó exponiendo su idea. -Después de asearnos como es debido, por supuesto.- Añadió  con una media sonrisa, esta vez mirando a Onfale. Lo conocía lo suficiente para saber que estaba a punto de colapsar por la cantidad de suciedad que tenía encima. -Y tú, Mane, no te vayas muy lejos. Te vienes de paseo con nosotros.- Le dijo al no muerto acompañando sus palabras con una palmada amistosa sutilmente más fuerte de lo socialmente establecido.

Jadewo prosiguió tan apático como había llegado, el largo viajo en el capullo del golem no le había servido especialmente para aclarar sus ideas. Cuando los chicos se iban, simplemente los observó irse, sin añadir palabra o gesto alguno. Una vez estando con el grupo comentó.

-Sería bueno tener un lugar como punto de reunión por si queremos ir hacer algunas averiguaciones o compras, no perder tiempo en buscarnos unos a otros.

Mirando al tipejo que se les había añadido, ya que nadie les presentó lo hizo él.

-Soy Jadewo, voy con ellos. Tu te haces llamar Mane, por lo que he escuchado, te saludo.- Mirando al resto, añadió.- Dices que tienes un lugar donde descansar, pudiera servirnos. Una vez aseados.

Los cuatro desconocidos no hacían más que despertar suspicacias en el perfumista con cada respuesta que daban. ¿Por qué divertirse con las mujeres de su harén cuando tampoco eran nada del otro mundo y podrían conseguirse a unas putas por pocas monedas? En la mente de alguien cuya lívido desapareció el mismo día que le cortaron los testículos y que, además, había sido un esclavo durante la mayor parte de su vida, un mero objeto que pasar de manos de su Creador a sus invitados, la idea de los hombre de "sufrir" para poder meterla en caliente le parecía una pérdida de tiempo. Sí podía llegar a entender el aliciente del flirteo, de que no te lo den todo mascado y lubricado, de tener una posibilidad de fracaso, como así había resultado al final. Después de todo a él mismo le encantaba flirtear con cualquiera que le pareciera bello de alguna manera.

La ideas del joven y apuesto Merkadio no le parecían descabelladas.

- No te falta razón, Merkadio. La esclavitud es una lacra que podría solventarse como dices.- Contestó sabiendo que sería un tema peliagudo en aquel plano. Involuntariamente sus grandes ojos se desviaron hacia la figura del semi-infernal.

En cuanto los jóvenes se despidieron los miembros del aquelarre se miraron entre sí y se pusieron a cuchichear entre ellos como magas adolescentes de una escuela sólo para féminas cuando se cruzaban con un varón.

- Reservemos la habitación libre y durmamos todos en esas dos.- Estaba de acuerdo tanto con Tybalt como Jadewo. El punto de reunión podría ser la habitación de la posada.-A partir de mañana ya veremos. Si os parece seguiré a esos cuatro oculto tras un disfraz para ver si traman algo con respecto a nosotros. Si me apresuro podré darles alcance. - Estaba claro que si no volvía el primer lugar en el que tenían que buscarlo era la habitación de la posada de Hugo y Cía. Desafortunadamente no había tiempo para él para la higiene. Tendría que dejarlo para más tarde.-Si tardo más de una hora preocupaos.- Apretó con fuerza la mano de Leiath que antes había cogido para simular que la acompañaba a adecentarse y giró sobre sus talones en dirección a la salida.

Leiath estaba ruborizada de pies a cabeza. La forma de despedirse de Hugo le había tomado por sorpresa y no la dió tiempo a reaccionar.

Eh, esto... -consiguió balbucear a modo de despedida de los sectairos de Orcus- nos vemos mañana al desayuno, os lo prometo.

Rápidamente se dió la vuelta hacia su aquelarre, más que nada para que los atractivos jóvenes no viesen la cara de pasmarote por más tiempo.

- Habeis visto?! Son guapos verdad? Y qué galantes!

Sí, la bruja de Hala estaba idiotizada. Pero su gesto alegre se esfumó en cuanto escuchó lo que se proponía hacer el perfumista.

- Espera Onfale! Vas a ir solo? No es muy peligroso? 

Le agarró de la mano y le transmitió la energía curativa de su diosa, a cubierto por el resto de gente del aquelarre. Leiath tenía dudas. Por un lado la idea de averiguar más sobre el grupo de chicos no era mala idea, pero a saber qué horrores podían encontrarse por el camino.

- Llevaté a alguien contigo... toma coge este pergamino por si acaso..

Sacó de su mochila mágica un arrugado pergamino que puso en la mano del perfumista.

- Ten cuidado, te lo ruego.

Ella tomaría un baño, curaría al resto y esperaría el regreso de su amigo.

Reconfortado por la sincera preocupación que la líder del aquelarre mostraba por él, Onfale tomó el pergamino que le ofrecía y lo guardó junto a los otros.

- Sólo echaré un vistazo...-Continuó reconfortado por la magia curativa de Hala. Haría lo posible por no meterse en líos. No se creía un héroe ni mucho menos.

La maga escucho con atención las palabras de Merkadio, era complicado encontrar a personas inteligentes con las que tener más de dos minutos de charla inteligente. Pero entonces la bruja comenzó la despedida. Si, nos podemos ver mañana… y discutir un poco más sobre lo que pueda pasar…. ¡Hasta mañana! Alice dejo las palabras en el aire, quería empezar a tentar a los chicos, si ellos pensaban que podían tener posibilidades reales con ellas puede que cambiaran de idea y se juntaran al aquelarre. Pero tampoco quería parecer una simple golfa que se lanzaba al primer maromo que veía pasar por la calle. 

El disfraz de mujer ofrecía a Onfale la oportunidad de dar rienda suelta a las aspiraciones secretas de Onfale. Además, era un buen disfraz. Seguramente sería violado dos o tres veces antes de poder volver a la posada, pero lo que es en sí el disfraz, era bueno.

Nada más salir, vió a los chicos guapos bajar las escaleras. Empezó a seguirles entre la multitud, pero Keocratis se dió cuenta de que le seguían. Un susurro que Onfale no logró escuchar puso en alerta a sus compañeros. Sin saberlo, Onfale se iba dirigiendo a una trampa. Siguió a los cuatro jóvenes por un pasillo que llevaba al conjuro de muro de fuego de uno de los corredores que abrazaban la ciudad torreón. Entonces cayeron sobre ella. Él. Como se diga.

¿Quién eres?-dijo rudamente Keocratis, agarrando a Onfale por la muñeca¹-¿Por qué nos sigues?

Un tiempo indeterminado de baño después...

Huala. Ahora que Onfale se ha ido, su os digo: está tope bueno con ese disfraz. Me lo montaría. Jujuju... No os pongáis celosonas, ¿eh, chicas? Hay suficiente Mane para dar y tomar. Bueno, ¿os venís ya a mi cama, mozas?

Tybalt no pudo evitar una expresión de desconcierto ante el hecho de que Onfale haya decidido aplazar un baño. Pero fue el único en querer averiguar hasta qué punto debían sospechar de Hugo y sus secuaces. Así que, con un convincente y mágico disfraz, el perfumista salió a las calles de Lash Embrar para cumplir la misión en solitario. El resto del grupo disfrutó del privilegio que suponía usar un baño.

Una vez desprovistos de toda la mugre acumulada en su extraño viaje a los lomos de arañas gigantes, Tybalt planteó de nuevo la idea que compartió antes del reconfortante baño aprovechando el lascivo comentario del Mane. -No tan rápido.- Interpeló. -Tú te vienes conmigo para ver qué podemos averiguar de las pruebas.- Le dijo a la vez que señalaba al no muerto con un dedo acusador que, ayudado por la envergadura del semi infernal, resultaba bastante convincente. -¿Alguien más viene?- Preguntó esperando algún voluntario. -También podemos rondar la taberna de vuestros nuevos amigos para ver si le va todo bien a Onfale.- Añadió con un tono menos entusiasta en la parte que se refería a la pandilla de Hugo, aunque sí que se preocupaba porque el eunuco se excediese en su misión de espionaje. 

Por supuesto nosotras dormiremos en la OTRA habitación- respondió pero sin mirar al Mané.

La bruja tenía ganas de juerga a decir verdad. Le hubiese gustado ir a buscar a su Hugo y beberse una botella de vino enterita. Pero la responsabilidad de la misión pesaba sobre sus jóvenes hombros.

Había gastado casi todas sus plegarias en curar al aquelarre y no iban a poder meterse en la competición el día siguiente, sin haber descansado y rezado como es debido a Hala.

- Yo me iré a dormir. Estaos atentos a Onfale; si no regresa pronto id a buscarle y si me necesitais para algo no dudeis en despertarme.

Se había sobrestimado como discreto perseguidor y subestimado a los cuatro jóvenes como presas. El más callado y de aspecto rudo le había pillado completamente por sorpresa. Los más callados siempre son los peores.

- ¡Las manos quietas!-Dijo soltándose del agarre con un golpe femenino de muñeca. Para él no era difícil imitar la voz de una mujer, pues la ausencia de gónadas masculinas hacía su voz suave y aterciopelada, por no decir aguda.- Sólo...- Cuatro hombres y una chica sola. Las cosas no pintaban bien para el perfumista. Mejor no mentir demasiado y tratar de escapar en cuanto tuviera una oportunidad.- Información.- Acabó confesando.- Aquí y ahora la información es poder y...puede cambiarse por dinero.- Se imaginó que si su propio aquelarre buscaba información de los participantes en el torneo todos estarían haciendo lo mismo. Para los que vivían en Lash Embrar debía ser una gran oportunidad de ganar dinero de manera rápida, aunque algo arriesgada.- Escuché que ibais a apuntaros al Torneo. Una pena si me lo permitís, unos chicos como vosotros, tan monos...os machacarán.- Dijo soltando el anzuelo a ver si picaban.-Mis chicas y yo buscamos información de los contendientes. Pero ni siquiera os fijásteis en nosotras...- Dijo como si le molestase que hubieran entrado con Leiath y compañía.- Me habéis pillado, no cabe duda. Pero aún no ha llegado la sangre al río. Dejadme marchar y...y podría recabar información para vosotros. Quizá os interese algo sobre ese ..."aquelarre".

Aunque Onfale estaba lo suficientemente nervioso e inseguro para ser descubierto si el azar hubiese sido necesario, no había nada raro en su imitación de mujer. Distinto habría sido si hubiese tratado de hacerse pasar por un hombre, que no le pegaba nada, y que lo descubrirían a la legua.

Hay más estrellas en el cielo... Muy bien, hermosa susurradora, sirena que atraes con tus cánticos a los marineros hacia las rocas. Canta también para nosotros y, puede que no te paguemos, pero por lo menos te dejaremos ir. ¿Os parece bien, chicos?-consultó, y los demás asintieron-Estoy seguro de que llevas varios días con la oreja pegada a las palabras que vuelan con el viento. Cuéntanos todo lo que hayas averiguado hasta ahora sobre el Aquelarre y los demás grupos de participantes que tú y tus amigas habéis espiado.

Las tornas se habían cambiado. Él (o ella), que salió a por información, ahora debía revelarla.

Ah... bueno... si yo pensé que me iba quedar aquí, con las macizas, pero si van a tener habitació a parte... No es que hayás herío mis sentimientos ni ná. Venga, vámonos... Espera. ¿Sabes que te digo Leiath? Que tú te lo pierdes.

El Mane, Tybalt y Alice fueron a dar un peligroso y mortal paseo del que seguro que no volverían. Los demás, se fueron plácidamente para la habitación alquilada.

Para cuando salieron del local, los "chicos del coro" y la versión más putón verbenero de Onfale ya se habían mezclado con la multitud. Por suerte, sabían a dónde se dirigían. Empezaron a bajar pisos, y preguntando a gente oscura y aletargada muy similar a los góticos con los que se cruzaron en la ciudadela de Galendure, llegaron a la planta en la que se encontraba la posada del cartel con la almohada y la jarra de cerveza.

Vieron salir a unos clientes... un mane como Mane, aunque menos escandaloso, y dos demonios. Al salir del umbral de la puerta, pudieron ver desde lejos un local casi vacío. Parece ser que a esta hora la gente ya se va recogiendo a sus casas. Porque una cosa es pertenecer a un plano de caos y entropía, y otra muy distinta es soltarse la melena alocadamente hasta altas horas de la madrugada.

Ni rastro de esos. ¿Qué? ¿Qué hacemos ahora? ¿Nos acercamos a ver qué tal o vamos a inscribirnos?

A través de la puerta abierta pudieron ver a un posadero humano limpiando las mesas. A pesar de que el cartel de la posada no tenía nombre, solo dibujos esquemáticos gremiales, sobre la barra había un panel de madera que rezaba, en idioma común, lo siguiente: "El Túetano Verde".

Vaya, vaya, vaya... Te has quedado solo con cuatro chicas, Jadewo. Somos las justas para estar todas en el mismo cuarto. ¿Vienes a hacernos compañía?

Vale, Becky estaba algo sobreexcitada después de la cuádruple cita. Sus frustraciones la estaban llevando a flirtear de nuevo con el único chico guapo que quedaba. Por algún motivo, Jadewo aceptó ir a la misma habitación. Puede que quisiese proteger a las chicas. Quizás el motivo tenía que ver con sus malas decisiones en cuánto a temas de amor se refería, y ahora se veía atrapado en la telaraña de Becky. O lo más probable era que el verdadero motivo tuviese que ver con que el Mane no les había dejado la llave de su cuarto antes de marcharse. El caso es que acabaron los cinco en la misma habitación.

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Pasado el tiempo, el ruido de la puerta forzándose les despertó. A algunos por lo menos. A casi ninguno. En pocos segundos, aquellos ninjas entraron y tomaron la habitación. Recordaron las palabras de Ralph, algo así como que sería bueno librarse de la competencia en el torneo. Otros habían pensado lo mismo para antes del torneo. Tenían que defender sus vidas.