Partida Rol por web

Despertaron aún recordando el intercambio de pareceres. Lo más comentado fue lo del vampiro... Bebían tu sangre, te controlaban la mente si no estabas bajo la protección de un conjuro de (efectivamente) protección contra el mal, se podían transformar en murciélago o en rata o en lobo, controlaban a las criaturas de la noche, curaban rápidamente sus heridas, sobretodo si eran realizadas por armas que no fueran mágicas de plata, era capaz de trepar cual áracnido de Narantyr, y tenían gran resistencia a la expulsión de Leiath, a la electricidad, al frío y hasta a los puñetazos.

También tenían puntos débiles, claro... El olor a ajo, los espejos y los símbolos sagrados le repelían, aunque no llegaban a hacerle daño. Un vampiro no puede cruzar agua corriente, es decir, ríos, mares... y se les puede destruír si se les mantiene sumergido el suficiente tiempo. La luz del sol también le es nociva. Lo cierto es que en el interior de la ciudad de un semiplano de oscuridad perpetua, ni la luz ni el agua importaban. Clavarle una estaca de madera en el corazón puede que ni siquiera sea una opción... dependerá de si el monstruo porta o no armadura protegiendo su pecho.

Nada, habrá que tirar de conjuros. Y es una posible táctica para el torneo, ya que cuanto más dure el vampiro en pie, más tiempo tendrán el resto de equipos de atacar al grupo de Onfale. Por contra, lanzar conjuros contra el no-muerto puede acabar el combate antes de tiempo.

En la mesa de al lado, mientras desayunaban, tenían que soportar la conversación de la mesa vecina...

-Olee ihe na ndorondoro nke okpokoro isi?

-Ugbu a, m na tiketi. Ọ ga-abụ oké.

-The ndebanye oge agwụ na a nkeji ole na ole, anyị nwere ike na-aga ịhụ entry ndepụta.

Becky se recostó sobre el respaldo de su silla para inclinarse en dirección a la mesa de los demonios. Esta chica siempre se mete en líos.

Esperad, ¿qué? ¿Podéis repetir eso?

Aire y Alice también lo entendieron. Según los demonios, el plazo de inscripción no terminaba mañana, como habían escuchado. Terminaba ya, en cuestión de minutos. Si no llegaban a la mesa de inscripción a tiempo, a la mierda torneo, a la mierda plan de infiltración en la Puerta de Orcus y a la mierda misión sagrada de romper la Rosa de Laón.

Vale, vale, vale, vale... más despacio. ¿Dónde está esa mesa para anotarse?

Los demonios miraron a Becky como quién mira a un turista con calcetines blancos. Empezaron a darle instrucciones...

¡Cuatro pisos más arriba! ¡Venga! ¡Todos en pie! El plazo de inscripción termina dentro de unos minutos. ¡Toca correr! Como ninguno llegue a tiempo para poner nuestros nombres, nos quedamos fuera. Buscad la mesa con el crespón negro.

Dejaron el desayuno a medias, salieron a la calle y se encontraron con la habitual multitud a estas horas. Con más o menos donaire, se escurrieron entre la multitud tratando de llegar a las escaleras que les llevasen al siguiente piso. Leiath usó sus botas de levitación, pero se le antojaba que ascendía irremediablemente más lenta que si fuese corriendo. Flame usó su poder de trepar, pero al alcanzar el balcón de cada planta, la muchacha tenía que entrar en la calle, moverse igualmente entre la multitud y llegar a la pared para trepar por el techo hasta el siguiente balcón. Los carros de fruta se volcaban repentinamente, cortando el paso. Todas las señoras gordas de Lash Embrar se confabulaban para pasar por delante justamente en aquel momento, y con paso lento y desquiciante. Parecía que estaban destinados a que todo les saliese mal. Y aún así, corrieron.

Al día siguiente todavía seguían planificando la manera de enfrentarse a la primera prueba. Su rival sería ni más ni menos que un vampiro. Realmente Tybalt no tenía ni idea del aspecto ni el poder de un ser así pero si era tan fuerte como sus compañeros aseguraban, sin duda sería un rival terrible. -Si no podéis protegernos a todos con magia, a lo mejor unos pocos podemos centrarnos en proteger al grupo de enemigos que quieran eliminar competencia.- Hizo una pausa para llevarse un trozo de pan a la boca. Masticó tranquilamente, tragó y continuó. -O si no podemos ir directamente a por otros oponentes y dejar que sean los demás los que lidien con el vampiro.- Añadió con un tono de mayor confidencia ya que de nada les servía una estrategia si cualquier enemigo les escuchase. 

Justo en ese momento Beck mostraba un descuidado interés por una conversación ajena. Tybalt reconoció el idioma pero no consiguió entender nada. Aprender abisal era tabú para mestizos como él pero la maga rubia enseguida les reveló la alarmante noticia. -¡No puede ser!- Exclamó a la vez que se levantaba rápidamente. Sus compañeros hicieron lo mismo recurriendo cada uno a sus recursos para abrirse paso a través de la multitud hasta el piso donde podrían inscribirse. El ágil tiflin se escurría entre la gente a pesar de su envergadura pero el destino parecía tener un día aburrido y se las apañaba para poner en medio todos y cada uno de los obstáculos disponibles en el camino del espadachín. 

Mientras charlaban amigablemente sobre vampiros para culturizar a los pobres cuyos conocimientos estaban limitados, Onfale dirigía la penosa tarea de deshacerse de los cuerpos.

- Dejad sus rostros al descubierto.- Decía a la vez que él mismo se manchaba las manos para descubrir los rostros ocultos de los ninjas. Cogieron todo lo de valor que encontraron y dejaron los cadáveres en el pasillo. - Si nadie se ha preocupado de socorrer a una damisela en apuros- Dijo indicando con un gesto de la mano a la buena de Leiath.- no creo que a nadie le parezca raro que haya unos cadáveres por aquí.- Con todo el ruido del combate ni un guardia ni nadie de seguridad había acudido. Lash Embrar debía ser la jungla con todo lo del Torneo.- Que su sangre riegue el suelo como libación en honor de Orcus.- Dijo con cierta sorna.- La protección nos vendrá de perlas, no sólo contra el vampiro, así que habrá que hacerlo sí o sí.- Respondió a Tybalt estando conforme con su propuesta.- Habrá que formar un grupo para proteger a nuestros lanzaconjuros.- Él mismo lo era aunque podía ser versátil y hacer los dos papeles. Después de todo su magia quedaba como un truco de niños al lado de Aire, Leiath o Alice. Si alguien se acercaba a la Bruja de Hala se llevaría de regalo una daga en las costillas.- También hay que tener en cuenta que hay muchas congregaciones llenas de magos. Las piedras trueno que encontramos nos vendrán de perlas contra ellos. Para no llegar bien lejos hay un conjuro que puedo enseñaros si no lo sabéis*...- A veces pecaba de arrogante, incluso sabiéndose inferior en el uso de la magia.

Al despertar, por fin se sintió totalmente recuperado. Siguió tapándose el cuello en caso de que apareciera algún tipo de moratón por el intento de estrangulamiento de Hgo. Eso le trajo el recuerdo de que habían quedado con ellos para desayunar. Se lo cayó pues si iban iba a sentirse muy incómodo.

-¿Qué?- Becky no dejaba de interrumpir durante el primer desayuno en condiciones en mucho tiempo y el perfumista se estaba preguntando de dónde había salido aquella chiquilla tan maleducada cuando consiguió asimilar sus palabras. Todo su plan podría irse al traste si no llegaban a la mesa para inscribirse. ¿Cómo podía haber pasado aquello? Si les habían dicho que tenían más tiempo. De pronto la posibilidad de que les hubieran dado información falsa atenazó los músculos del mago.

¡Joder!- La calle estaba intrasitable. Incluso Onfale, con su esbelto y entrenado cuerpo, apenas podía avanzar.

- No os quedéis solos.- Advirtió. No se fiaba de nadie en Lash Embrar. Si avanzaban en parejas al menos así no le spillarían totalmente vendidos. Por su parte intentó avanzar con Tybalt, así, elegido al azar.

Pese al incidente 'Ninja', Leiath había dormido como un bebé. Necesitaba recuperar fuerzas y ponerse guapa para el día siguiente. Aún no se había decidido si caer o no en las garras de aquel guapo jóven, pero algo de flirteo no le sentaba mal a nadie. (Todos sabían que iba a acabar en una cabaña apartada, soltera y rodeada de gatos, pero eso era otra historia).

Le pidió por la mañana unos aceites a Onfale y que la ayudase a acicalarse el pelo.

Estaba ya toda preparada cuando la aguafiestas de Becky dió la mala noticia.

- Por las barbas de mi abuela!

La misión sagrada estaba en peligro!

Jadewo trabajó con los cuerpos de los ninjas, despojándoles de objetos de valor y dejando los cuerpos a la vista. Si bien no se habían mostrado unos contendientes especialmente peligrosos, de ser por las chicas, dormido, poco podría haber hecho para defenderse.

Por la mañana, durante el desayuno en la posada el joven, bajo se manto de apatía, se mantuvo silenciosos... hasta que Becky les dio la noticia.

-Engañados, hemos vuelto a caer en un embuste. Rápido, hacia las inscripciones, como dice Onfale, procuremos que ninguno termine aislado.

Dicho eso se puso en movimiento siguiendo las indicaciones de la ubicación del sitio... pero era difícil avanzar rápidamente con las calles atestadas.

Aún seguían con la piel de gallina de cuando esta mañana salieron de sus cuartos y los cadáveres que dejaron en el pasillo ya no estaban. ¿Y ahora tenían que correr entre unos desconocidos que podrían tratar de apuñalarles? El grupo avanzó compacto, pero Leiath se empezó a quedar atrás. Desesperada, optó por levitar para no quedar sola. Tybalt y Becky se adelantaron, pero en el último tramo el tiflin se quedó atrás.

Subiendo el último tramo de escaleras, Tybalt fue el primero en ver a Becky inclinada sobre la mesa, firmando en un libro. Sobre la mesa, un reloj de arena dejaba escapar sus últimos granos. La maga soltó la pluma y alzó las palmas triunfante.

¡Lo conseguí! ¡Nos he inscrito a todos!-exclamó, llamando la atención sobre ella de todo asesino, ladrón y participante que en aquel momento estuviese en esa misma planta.

Becky se giró para comentar algo con el demonio de la organización que en aquel momento cerró el libro y lo metió con el resto de las cosas en su maletín. Cuando llegaron los demás, jadeando por la carrera y sudorosos como si no se hubiesen pegado el baño ayer, la maga les advirtió:

El que llevaba las inscripciones me confirmó que el torneo empieza en unas horas, y no mañana. Ese dato también lo teníamos mal. Tenemos tiempo de pasar por alguna tienda y vender las katanas. ¿Vamos?

La rubia loca sonríe, guardándose para sus adentros el nombre con el que ha bautizado la congregación en el libro de inscripciones.

La maga estaba aún recuperándose de la carrera y recordando a todos los antepasados de Becky. Maldita maga rubia, si no la manta, terminare por matarla yo. Entonces Alice se dio cuenta de algo, la maga rubia había sido la encargada de poner el nombre al grupo. ¿Qué nombre habría puesto? Que perversión se le habría ocurrido a la rubia. Por cierto Becky ¿Qué nombre tiene nuestro grupo?

Finalmente, en uno de los últimos puestos con Flame, Jadewo llegó en el lugar de inscripción. Ciertamente las armaduras no estaban hechas para el atletismo, pero el lugar ya había demostrado sobradamente acerca de lo acertado de vestirlas...

Con su abultado pecho subiendo y bajando bajo la coraza, el joven miró a la concurrencia pendiente de los fisgones, posibles amenazas durante los siguientes tres días. Lo hizo mientras se acercaba al resto y comentaba en voz baja.

- Debemos prepararnos. Vender las armas. Conocéis de algún conjuro que nos sirva para protegernos de la energía negativa del vampiro, eso es lo más me preocupa de sus poderes.

¿Se estaría haciendo mayor? Cuando la patosa de Becky había conseguido llegar antes que el a la mesa de inscripción eso era algo preocupante. Aún recuperando la respiración el perfumista contestó a Jadewo y Becky.

- Sí, hagámonos con algo de equipo común. Pero, ¿quién nos dice que la información sobre el vampiro es cierta?- Susurraba para no llamar tanto la atención como la rubia.- Ya nos la han metido doblada una vez...aunque no nos queda otra que intentarlo.- Estaba rabioso por el engaño. Había preparado conjuros para una misión de recabar información e infiltración y ahora iba a tener que enfrentarse en un combate a muerte multitudinario.- Está claro que tenemos que comprar pergaminos de protección contra el mal, con eso debería funcionar para su dominación mental.- El mago trataba de cavilar acerca de lo que podrían necesitar.- También pergaminos o aceites de arma mágica. Yo tengo un puñal de plata pero no es mágico. ¿Se os ocurre algo más que comprar?

Cerca... Tybalt estuvo muy cerca. Pero, incomprensiblemente, la maga rubia se las arregló para adelantarse a todos e inscribirlos. Por una parte, aquello era una buena noticia pues de no ser por ella jamás habrían logrado inscribirse; pero, por otra, aquella flacucha mujer había dejado al tiflin. Además faltaba por analizar el hecho de que la información que habían logrado reunir no era del todo fiable. ¿Sobre qué más podrían haber sido embaucados? Debían andarse con cuidado durante las pruebas...

El grupo se reunió para recuperar el aliento y debatir sus próximos movimientos. -Quizás alguna poción de curación.- Respondió a Onfale. -A mi todavía me quedan dos. Y no nos olvidemos del cinturón que compramos en la Ciudadela.- Añadió a la vez que señalaba el mágico objeto con un leve gesto. -También está el tema de conseguir respirar debajo del agua, pero... después de casi quedarnos fuera del torneo quizás sea mejor esperar a ver con qué monstruo nos topamos en la primera prueba.- Prefirió no decir nada más. Que realmente fuese un vampiro el ser que azuzasen contra los participantes no sería garantía de nada. 

Leaith no estaba cansada tras la carrera. A parte de ser de constitución fuerte, no había hecho ningún esfuerzo, pues, tras activar sus nuevas botitas, se había enganchado a Flame y dejado que la 'mula' la llevase todo el camino.

- La verdad es que nuestras fuentes no eran muy fiables, asi que a saber qué nos toca hacer. Pero no estaría mal prepararnos para cosas a las nos costaría más adaptarnos como eso de respirar bajo el agua y podernos mover libremente en ella. Si nos da tiempo, yo optaría por eso mismo. No olvideis que aunque podamos bucear sin ahogarnos, nos moveríamos con extremada torpeza.

Mientras, sin quererlo, buscaba entre la muchedumbre al jóven a quien había dado plantón. Estaría enfadado? Se habría esfumado su posibilidad de idilio prohibido? Con lo guapa que le había dejado Onfale...

Ehm.... No sé, Alice... Escribí deprisa y corriendo, lo primero que se me pasó por la cabeza. No recuerdo el nombre que puse.

Después de hacer las oportunas compras, el aquelarre hizo acto de presencia en la planta en la que se celebraba el torneo. Becky se presentó a los organizadores como Becky (no dió el nombre del equipo). Tras buscar en la lista, un demonio les condujo por un pasillo hasta una habitación cerrada. Las puertas se abrieron para ellos a una sala con velas. El anfitrión cerró la puerta tras ellos.

Minutos de nervios, repasos de última hora a los libros de magia...

Finalmente, una de las paredes se deslizó descubriendo un pasillo que conducía al estadio.

...y en sexto lugar, yo, Yuri, vuestra presentadora favorita,
tengo el honor de presentar a... "La Hermosa y Lista Becky y
su cohorte de sirvientes". ¡Un fuerte aplauso!

Becky rió.

Ah... Jajajaja... qué presentadora más maja, me ha llamado hermosa y lista. Que conste que yo no lo mencioné en el nombre del equipo, ¿eh?

Recibiendo aplausos, no muy entusiastas debido a su falta de fama, avanzaron hasta una pirámide de escalones que terminaba en una plataforma lo suficientemente grande como para que estuviesen todos. Había un total de doce plataformas idénticas formando un círculo en la periferia de la arena. Las plataformas que tenían en dirección izquierda (es decir, de la siete en adelante) estaban vacías hasta volver a la plataforma uno, ya ocupada por otra congregación (si aún no estuviesen dándole vueltas a las compras que hicieron antes de venir, se podrían haber fijado más en sus oponentes).

El participante que ocupará el podio número siete se atreve a participar
en el torneo él solito. Con todos vosotros, un fuerte aplauso para...

Mientras, se empezaron a fijar en los participantes que ya habían salido. La plataforma cinco, curiosamente, estaba vacía... o por lo menos no se veía a nadie. Más allá, en la plataforma cuatro...

¡Mirad allí! ¡Son los chicos guapos!-dijo Becky, saludando al grupo cuatro, a dos plataformas de distancia-¡EEEOOOO! ¡ARPANHOOOOE! ¡BESITOS!

Los chicos guapos la ignoraron. Sin embargo, su grupo estaba formado por cinco personas... y no, para los suspicaces hay que decir que el quinto miembro del equipo de los chicos guapos no era el ladrón que le robó la bolsa a Leiath dejando que Hugo se luciese, sino otro humano distinto, con cara de osito achuchable.

Para una chica de pueblo como Leiath todo aquello era impresionante. Qué de gente toda junta! Qué emocionante!

Mirad! Ahí están!- se le escapó a la bruja ilusionada por verles de nuevo.

Entonces se dió cuenta de que algunos lugares que debían estar ocupados, parecían no estarlo. Si aquellos participantes tenían la habilidad de hacerse invisibles y les atacaban por la espalda, serían un blanco fácil. Con todas sus plegarías enfocadas a la lucha contra un posible vampiro, había teníado que dejar atrás defensas como la posibilidad de ver enemigos invisibles.

Aquello iba a ser muy dificil de superar, si al menos consiguiesen aliados... Entonces volvió a mirar al grupo de Hugo. Intentaba ver en sus semblantes la emoción que su aquelarre despertaba en ellos.

Jadewo fue examinando a los distintos grupos presentes y en los nuevos que van apareciendo, analizando los componentes, así como quienes visten armaduras y las armas a la vista, como aquellos que van provistos de ayudas arcanas como cetros, bastones, tatuajes o familiares.

Cuando se prepara para hacer su aparición el último grupo, Jadewo conjura un hechizo para hacerse más fuerte. Luego saca un pergamino y lanza un conjuro para aumentar su movilidad.

-Con respecto a los adversarios, sugiero andar con ojo antes de lanzarnos a lo loco contra el vampiro, guardando bien nuestra espaldas.

Onfale no entendía qué misterio podría haber en el nombre del grupo. Era tan fácil como llamarlo aquelarre o algo así que era lo que habían dicho que era. Cuando escuchó el nombre en boca de la presentadora entrecerró los ojos lanzando una de esas miradas que matan. Sin embargo se obligó a no darle mayor importancia. Después de todo, Becky, por pura vanidad, se había puesto en la diana de todos los grupos auto-proclamándose la líder de su congregación. Iba a ser divertido cuando todos centraran sus ataque sobre ella, la mataran, y acabaran descubriendo que no habían eliminado a más que una rubia tonta buena para nada...Excepto para escabullirse por las calles de Lash Embrar y apuntar al aquelarre al torneo, sino lo cual su misión sagrada se hubiera ido al traste.

Rápidamente se pusieron manos a la obra para tratar de ver contra qué contrincantes iban a vérselas. Lo primero que sorprendió al perfumista fue ver un espacio vacío. Se pegó con la mano en la frente.

¡PLAS!

- Como no pensamos en eso.- Se lamentó ya demasiado tarde.Asintió a las palabras juiciosas de Jadewo sobre mantener la calma pero la posible invisibilidad del grupo cinco le hacía estar nervioso.- Podría lanzarles un hechizo nada más empezar para hacerlos aparecer. ¿Qué opináis?- Su magia era muy limitada pero al menos sabía ese conjuro. También le preocupaba Leiath. Cuando vieron aparecer al grupo de jóvenes galantes Onfale no se sorprendió en absoluto. Estuvo tentado de abofetear a Leiath y decirle cuatro cosas sobre qué les pasaban a las doncellas demasiado confiadas.Pero no lo hizo. Reflexionó un poco y pensó que quizá fuera más ventajoso que Leiath no supiera nada, así no tendría que fingir. ya se ocuparían los demás de matar a esos cuatro cuando el tal Hugo ese bajara la guardia con la Bruja de Hala. El pensamiento malicioso hizo dibujarse una media sonrisa en su perfecto óvalo facial. Sacó un pergamino y lo leyó buscando algo de protección en lo que empezaba la competición.

¿Quién ese ese hombre?- Canturreaba Onfale al ver al varonil hombre que acompañaba al grupo de niñatos.

Se acercaba el momento. Todos fueron guiados hasta una habitación donde esperarían para ser llamados. Un sentimiento de emoción acompañado de ligero nerviosismo se apoderaba de Tybalt. Era la primera que se presentaba a una competición y, aunque su objetivo fuese algo más importante que vencer, un desconocido espíritu de competitividad crecía en él. Pero ese espíritu enseguida se hizo a un lado para dejar pasar a la vergüenza ajena al escuchar el nombre que Becky le había puesto al equipo... La palma de su mano se encontró con su frente y se deslizó hasta la barbilla del tiflin para ayudar a asimilar su papel en el torneo como el sirviente de la "Hermosa y Lista Becky". 

Dejando atrás el arranque infantil de la maga rubia, Tybalt prestó atención a los que serían sus rivales en esta prueba. Chasqueó la lengua en señal de disgusto al mismo tiempo que Onfale se percataba de la extraña plataforma vacía. -Si puedes quitarles esa ventaja, mejor.- Le dijo para apoyar su idea. Luego su vista pasó al ya conocido grupo de seguidores de Orcus. Las manos de Tybalt se apoyaron en las empuñaduras de sus espadas a la vez que una media sonrisa se dibujaba en su rostro. Parecía que al destino le parecía divertido que los caminos de ambos grupos se cruzasen como rivales en una prueba que ellos debían superar. Aunque, para ser sinceros, una parte del semiinfernal tenía bastantes ganas de darle una lección de humildad a ese Hugo.

La maga se preparó para lanzarse un hechizo de Armadura de mago cuando diera la señal de inicio. Parecía que el combate iba a ser largo y cualquier ayuda era buena. ¿Alguna estrategia?

Estoy esperando a que salga el enemigo- susurró al bruja- no vaya a ser que al final no sea lo que creemos. No os movais de mi lado hasta que no os haya echado las protecciones oportunas.

El guerrero siente la tensión sobre sus hombros, no solo su vida y la del grupo está en peligro, sino la misión.

-Propongo no separarnos, aguardar a la respuesta de los otros grupos próximos.- Susurrando a Onfale.- Si puedes lanzar el conjuro sobre los invisibles, adelante. Tal vez les llamé la atención sobre nosotros por el gesto, pero pueden venir igualmente a pesar de no hacerlo y seríamos demasiado vulnerables.

Leiath pareció percibir cierta hostilidad en el grupo de Hugo, pero estaban a dos plataformas de distancia, así que era díficil asegurarlo por completo.

Lamentablemente, tenemos que anunciar que la congregación a la que había
tocado en suerte ocupar el podio ocho, la Orden de Segadores, no se ha
presentado. Orcus estará muy descontento con ellos...

¡Podio nueve! ¡La congregación que más participantes aporta! Ciento dos...
aunque finalmente solo se han presentado setenta y ocho. ¡Un fuerte aplauso
para los Ciento Un Asesinos del Rakshasa!

En lo alto de la pirámide de escalones número nueve, se alzaba una figura humanoide con cabeza de tigre. Sus ninjas se distribuían alrededor, ocupando los peldaños y, por falta de sitio, algunos incluso estaban en plena arena.

Con el número diez... ¡LA CÁBALA!

Con el número once... ¡LA SECTA DE THOON!

Y con el número doce... ¡EL COLECCIONISTA!

La Hermosa y Lista Becky y su cohorte de sirvientes dió un vistazo a su alrededor, tratando de quedarse con las caras de todos sus oponentes...

Entre ellos destacaba una cara familiar... Arantham. La huécuva (es decir, un no-muerto con poderes clericales formado a partir de un cadáver de sacerdote) que acompañaba a Kaevhas y les persiguió a su llegada al Thánatos. Arantham nunca estuvo lo suficientemente cerca como para quedarse con sus caras, y además habían cambiado de ropas en Galendure, así que no parecía que el muerto viviente se hubiese dado cuenta de sus identidades. Aún así, cabía la posibilidad de que Kaevhas estuviese mezclado con el público, y les delatase.

Y sin más preámbulos... mostramos a la criatura a sacrificar en honor a Orcus...

¡Ni nada más ni nada menos que un... ÁNGEEEEL DE LA DECADENCIAAAA!

Un agujero se abrió en el centro de la arena. Una plataforma ascendió. En ella, una criatura grande como un ogro, con alas como de hoja marchita y carne podrida irrumpió en el escenario. Sus heridas hacían brotar un limo correoso formando un charco de quince pies a su alrededor.

Quedaba confirmado: el intento de reunir información por parte de Alice y Tybalt había resultado un fracaso. Era como si, de cada veinte personas a las que preguntaron, fuesen siempre a preguntar al menos enterado del asunto.