Partida Rol por web

Onfale observa, apesadumbrado, como Leiath cae antes de que pueda ayudar a que se levantara.

¡¡Joder!!

Fosco seguía en peligro, acosado por tres lobos, mientras que el enano parecía haber caído  por otros tantos. En un rápido vistazo alrededor pudo ver que su situación estaba mejorando, al menos la de la parte del grupo de aventureros que le rodeaba. Caracortada  tenía vía libre para ir a ayudar a Fosco, bueno al joven Barón más bien. Si los lobos que habían acabado con el enano se acercaban no podrían ir a ayudar a Fosco, así que se decidió rápido y untó el dedo corazón en la manteca de cerdo solidificada que tenía en la bolsa de componentes. Chascó los dedos para que la fricción volatilizara la esencia y pudiera olerla. Respiró hondo, impregnándose del olor de la manteca, un olor pegajoso y con un matiz dulzón. 

-  Vammmmmmm , ¡¡Svadhistana mâija!!.- Al pronunciar las palabras, incomprensibles para los oídos no  duchos en estas exóticas artes,  una flor naranja de seis pétalos se dibujó en el vientre del perfumista. Pero más extraño aún fue que ese mismo dibujo se perfiló en el suelo, en un espacio intermedio entre "Ulmo" y Onfale. De las líneas etéreas anaranjadas comenzó a derramarse un líquido  resbaladizo y viscoso que cubrió la zona rápidamente.

Tras ejecutar el hechizo el mago descolgó de nuevo la ballesta de la espalda, mientras arrugaba la nariz.  El olfato era algo curioso, pues aunque era muy sensible, se saturaba con facilidad.

La cosa se empezaba a enderezar. Klasius remató a uno de los lobos, Flame a otro. La magia de Alice no es suficiente para acabar con el lobo que estaba mordiendo la pierna de Leiath, pero Azaron cumplió por una vez con su papel de guardaespaldas: en cuanto mató a la bestia que tenía con él, aprovechó el impulso para cortar la cabeza del atacante de la Bruja de Hala.

Con todo controlado en el corazón del grupo, y sin nada que matar, el Barón Fortich saltó el cadáver/cuerpo inconsciente de Leiath y de un hachazo acabó con el lobo que había mordido a Zlatko Andaas.

Fosco, después de ponerse en pie con su triple mortal picado con doble tirabuzón, golpea sin querer la punta de su estoque en la misma roca contra la que aquel lobo se dió el batacazo.

*CRITCH*

Se ha doblado la puntita. Menuda faena. Fosco aún puede pinchar con él, pero debería llevarlo a un herrero si no quiere que se le rompa el arma. Mientras, el fiero Rufus finta a uno de los lobos y... ¿y se pone a olisquearle el culo?

¡Perro idiota, raaaak!

La Capitana asaetea a los lobos de Fosco. El primer lobo cae. El segundo tiene la cobertura ofrecida por Rufus y Fosco. Accidentalmente la flecha roza el brazo del feriante desgarrándole la ropa y la piel, haciéndole sangrar. Ahora sabe cómo se sintió aquella humana que participó en su espectáculo.

¡Hostia, mediano, sal del medio!

Los tres lobos que se cebaron con Ulmo vuelven a la carga. Dos de ellos van hacia el grupo de Fosco y Fortich, y uno de ellos muerde en la pierna al Barón. El otro se acerca al grupo principal, pero Onfale hace un par de chakras... un par de manthras... unos mudras... controla su respiración...

Para cuando el lobo llega, hay una película de grasa invocada magicamente en el suelo, pero el cuadrúpedo no tiene problemas en cruzarlo y encararse con Azaron.

La espada de Fosco se rompe, este la ojea con incredulidad Me dijeron que era de buena calidad!Buah! Vaya estafa y en ese momento una flecha le roza el brazo y una voz le increpa que se retire. Maldita furcia! No tengo suficiente con tres lobos también tengo a una estúpida con un arco!!!. Fosco encarando a su lobo, flanquea a su lobo (1) dejando espacio para posibles proyectiles.RUFUS MALO!! MUERDE... HAZ ALGO!!! MALDITO!... este parece estar jugando con los lobos. Sólo Posco tenía dominio sobre ese perro... [I]AAAAAArgh!!![/I] Fosco con lo que le queda de estoque intenta golpear al lobo.

Se acabó la magia por ahora, hasta que el aire puro del bosque refrescara su sentido más agudizado, el olfato. Cargó un virote en la ballesta, tensó y disparó al lobo que había pasado por encima de su charco de grasa sin inmutarse.

Parece que, tras muchos esfuerzos, bastante sangre y algunas bajas, conseguimos plantar un línea defensiva contra los lobos. Solamente se queda fuera el enano recién bautizado, que ha caído y poco se puede hacer en este momento por él, ya que uno de los lobos que lo ha atacado se acerca por mi espalda.

Mi prioridad ahora es ayudar a Leiath y tratar de recuperar sus heridas antes de que sea demasiado tarde, pero el recién llegado lobo no me dejará hacerlo tranquilo así que decido atacarle en primer lugar. Me desplazo lateralmente y mi daga dibuja un arco enfrente mío rasgando el hocico del animal.

Habiendo eliminado la posible amenaza de los lobos que le habían atacado, y viendo que sus compañeros están comprobando el estado de los caídos, Flame decide avanzar rápidamente para enfrentarse de nuevo a los lobos. No le importaba su estado de salud, ni tampoco sus heridas, confiaba en que si luchaba con todas sus fuerzas tarde o temprano lograría vencerles. Ya habría tiempo para sanar después las heridas.

Parecía que el combate se estabilizaba y mejoraba a su favor... pero aún quedaban enemigos por acabar. Otro lobo se abalanzó sobre él, pero el guerrero no tuvo problemas en esquivarlo. Klasius aprovechó para atacarle por el flanco, hiriendo al animal. Aprovecha para lanzar su golpe pero se mueve demasiado lento y el lobo no tiene problemas para esquivarle.

Contemplo el cuerpo de a bruja, parecía muerta,  pero no podía hacer nada por ella, la maga no conocía ese tipo de magia. Aguata Leiath pronto acabaremos con los lobos y te podremos curar. No era normal que la Alice se preocupara tanto por una persona o un grupo, pero si no llega a ser por ellos la enclenque maga pelirroja ya hubiera muerto hace tiempo.

Los lobos que eran una amenaza inmediata ya habían muerto, y solo quedaban tres, aun así seguían siendo demasiados. A lo lejos Fosco luchaba contra una criatura que le doblaba en tamaño. Levanto la ballesta para apuntar a uno de los lobos que atacaban al mediano. Pero no fue  capaz de mantener el objetivo, las heridas y el cansancio le estaban pasando factura.  ¡Mierda!, creo que necesito un poco de magia si no quiero matar a uno de los míos. Metió la mano en la bola de componentes y saco una pequeña punta de flecha, mientras recitaba el conjuro, la punta del virote se ilumino con una extraña luz roja que empiezo a chisporrotear.

Flame da un gran rodeo, pasando por el que hace segundos era un charco de grasa, pero que se fue tan magicamente como llegó. La humana se sitúa con un lobo que quedaba por ahí. Es recibida con un amago de mordisco por parte del animal. Uno de los dos va a morir.

El Barón Fortich golpea a uno de los lobos, marcando el filo de su hacha en el lomo de la criatura. Las cuatro patas tiemblan, pero aguantan la inercia del embite... Hasta que una flecha lo remata. Es la Capitana, que ya está armando la segunda saeta en la cuerda de su arco. Al no encontrar un disparo franco, ataca e hiere al lobo que está con Azaron. También lo hace Klasius, que con un buen juego de muñeca clava la daga bajo el vientre.

De pronto surge el milagro... La Bruja de Hala abre de nuevo los ojos. Al comprobar sus heridas se da cuenta de que se están cerrando solas. Es como si uno de los lobos que le mordió le hubiese contagiado la licantropía y hubiese ganado la resistencia de los hombres-lobo. Sus heridas se cierran... como la de un trol mordido por una manada de lobos. Milagro o condena, ya no sabe qué pensar.

- ¿Leiath, es...estás bien?- La voz suave y aguda del perfumista suena a incredulidad. Estando junto a la bruja había visto como sus heridas se cerraban, ¿tal era el poder de esa Hala?. El poder siempre le generaba respeto al mago.  Tras las breves palabras con la mujer, cargó otro virote en la ballesta y se dirigió hacia el enano que había caído por los lobos para ver cómo se encontraba. Estaba claro que en el fragor de la batalla ya poco podía hacer él. Todos habían demostrado grandes habilidades en el combate y le costaba reconocer que el pulso le había fallado en cada disparo.

Fosco estaba fatigado de luchar. Los lobos que le rodeaban parecían enfrentarse a otros rivales, pero aún tenía un lobo delante suyo. ¡¡¡¡MUERE CABRÓN!!! LOBO DE MIERDA y su estoque se precipita hacia él, parecía que le iba arrancar un ojo, pero nada mas lejos. El estoque partido hace que no calcule bien y que donde debería estar el ojo del lobo, sólo roce la oreja, haciéndole un leve golpe.RUFUSS!!!! ATACA DE UNA JODDIA VEZ!!! pero Rufus seguía ladrando y haciendo poses de juego más que de ataque. Para Rufus todo era un juego... que feliz era ser perro de feria, siempre recibiendo premios.

Tan de repente como se había nublado su mente, había vuelto. Alguna de sus heridas se habían cerrado. ¿Quizás sus compañeros la habría curado de alguna forma? Eso por el momento no podía saberlo. Estaba consciente y su deber estaba claro.

El lobo que se había cebado con su carne , yacía muerto a su lado. Azaron y Onfale la protegían. El enigmatico mago parecía indemne y las heridas de Azaron no parecían muy graves.

Para llegar a los miembros del grupo más necesitados tendría que ponerse en pie y salir del resguardo que le ofrecían sus compañeros. No estaba en condiciones para aguantar otro golpe. Si quería servir de algo más que carne para lobo tenía que recomponerse.

Sacó uno de los pergaminos de curación que aún guardaba y lo leyó. Al instante se sintió algo mejor, suficiente para acudir hacía Ulmo que yacía a unos pasos de su posición.

Azaron intenta aguantar la embestida de la criatura pero tiene tan mala suerte que pisa mal y cae al suelo...

Aun enzarzado en el combate con el lobo, observo por el rabillo del ojo como las heridas de la bruja se cierran con algo de preocupación.

¿Se habrá convertido en un hombre lobo como la muchacha del puente?

En cualquier caso ahora no hay tiempo para averiguarlo. Trato de clavar de nuevo la daga en el lobo pero el animal esquiva el golpe con facilidad.

Flame se decepcionó al darse cuenta que aquel que pensaba que podría ser su ayudante, iba a ser una simple carga para él. Había cometido un error, pues su vida dependía en aquel momento de lo que hiciera. Lo pensó apenas durante un segundo, no iba a ser tan cobarde como lo había sido el repugnante enano, ni como lo fue Onfale cuando vio al troll. Debía sobreponerse al hecho de realmente temer por su vida.  No estaba acostumbrada a que eso le sucediera con normalidad, por suerte y como siempre, Ayash estaba a su lado. O el lobo o ella, esa era la única cuestión que se planteaba la mujer en ese momento.

Flame alzó su espadón con sus dos manos, y lo elevó por encima de sus hombros, lo dejó caer perfectamente sobre el cuello del lobo, y con gran fuerza cercenó su cabeza, haciendo que ésta rodase por el campo de batalla.

Como siempre habían dicho, si quieres hacer algo bien, será mejor que lo hagas tú misma.

Se sorprendió al ver como la bruja se ponía en pie y caminaba. Pero ¿Cómo? Pero si estaba casi estaba muerta. Con esas heridas no se podría poner en pie… Pero no era el momento de las preguntas. ¡Animo Leiath¡ ya están casi acabados. Apremio la maga a la bruja.

Dio dos pasos para buscar un mejor hueco por el que disparo y apretó el gatillo de la ballesta. El virote como si fuera dirigido por una mano espectral fue a impactar directamente contra el costado del lobo.

Ahora quedan tres lobos...

El virote de la ballesta de Alice termina con el lobo malherido por Klasius antes de que este muerda a Azaron. Ha sido un golpe certero al lomo del animal, pero la punta de acero no se ha clavado demasiado profunda. Aun así, sus patas tiemblan como en un último intento de resistir en pie antes de caer rendido, desangrado y muerto.

Flame es más contundente. La sangre la salpica desde su cuello limpiamente cortado.

Fosco hiere al último, pero su estoque no es más que una débil agujita de calcetar. El lobo esquiva el hacha de Fortich en un pequeño salto lateral y las flechas de la Capitana no tienen nada que hacer ahora que el enorme cuerpo de viejo Barón se ha interpuesto en su camino.

Y entonces, el último de los lobos... aulla.

¡¡¡AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!

Ahora quedan mil lobos...

Llegan desde las montañas, como un enjambre, atraídos por la llamada de auxilio de su hermano. Y sin embargo, ni uno solo se ve venir por el camino a Vor Ziyden. Porque los lobos que custodian el pueblo son solo vigilantes que esperan agazapados... Son los lobos de la montaña los que descienden al valle para cazar.

¡A la mierda con todo! Nos alcanzarán antes de llegar al pueblo, tenemos que usar la trampilla del túnel subterráneo. ¡Vamos, vamos...! ¡Daos prisa!

Mira Vanator recoge su espada del suelo y la usa para señalar al bosque, dirección norte, más allá del lobo aullador que lo ha estropeado todo. Aquel túnel les llevaría a la posada de la Veta de Plata, en el corazón de un pueblo sitiado de lobos. Ya lo habían usado una vez para huir del pueblo, pero esta vez era muy distinto: esta vez lo utilizarían para meterse... en la boca del lobo.

¡No sin el chico! ¡No dejaré al chico!-dijo Fortich intentando acabar con el lobo.

Al igual que el Barón Fortich, los extranjeros también tenían a su frágil muchachote que salvar: Ulmo. Onfale y Leiath ya corrían hacia él, pero necesitarían de alguien mucho más fuerte para cargar con un enano de... tirando por lo bajo... doscientas libras de peso.

Los lobos se acercaban, pero las palabras de Fortich de no abandonar a Aandas le conmueven, al crío inútil no el importaría abandonarlo, pero a Fortich a ese bravo guerrero nunca lo abandonaría. Pero su estoque no parece ser el mismo, cada vez está más estropeado. Así que tras su nefasto ataque, Fosco se retira unos pasos hacia atrás