Partida Rol por web

Muy lentamente, Fosco va peinando el almacén. Al cabo de un rato ve a los dos Watcher, en puntos alejados del granero...

La niña cuelga de una cuerda que baja del techo y se ciñe alrededor de su tronco y sus brazos. Está a tres pies de altura, oscilando débilmente como un péndulo. La cuerda está demasiado alta para que Fosco la pueda cortar. Ahora Lovina duerme, pero la tierra que hay bajo ella muestra un charco de orina y lágrimas.

Victor está sentado con sendas cuerdas que lo amarran. Una rodea el torso, los brazos y el respaldo del asiento. Otra ata sus manos por detrás de la espalda. La última mantiene juntas las dos piernas por debajo de las rodillas. Victor está despierto, en un gran espacio abierto entre toneles y estanterías.

Con Lovina a la izquierda, Victor al frente y la puerta a la derecha, sigue sin haber rastro del... Ops... ahí está. En el techo, recostado sobre unas vigas del armazón del edificio y vigilándolo todo, en especial el "claro" en el que mantiene a Lord Watcher. La buena noticia es que no se trata de Nightshade. La mala es que tal vez eso sea peor.

Fosco ve a los Watcher Estúpido...si hubieras esperado... esto podría haberte costado la vida. Fosco ahora parece una pantera, la caricia de Alice es increíble porque con una destreza increíble trepa por las sombras, sin hacer el menor ruido hasta llegar a la espalda del psicópata.
Su espada no hace el menor ruido y una sonrisa brota del mediano. Realizando un ataque furtivo sin que este se lo espere.

Aaaagh... ¿Qué...? ¿Por dónde entraste?

El humanoide retrocede por el madero... hasta la pared... y la recorre hasta el techo, alejándose del travesaño para no volver a sentir ese dolor punzante en la espalda. Queda colgando boca abajo, con los pies firmemente sujetos al techo, y lejos de paredes, vigas y de cualquier otro sitio en el que pueda ser atacado cuerpo a cuerpo.

Fosco al clavarle el estoque le vuelve a meter otro golpe con el estoque, rápidamente. El individuo se levanta se intenta aleja y el mediano zurze su espada rajando la pantorrilla. Nota como su estoque se adapta a su mano. Nunca había sentido manejarlo con tanta destreza.

*Si el humanoide huye y se va hacia el techo. Imagino que no tiene la vista fija en mi y sólo intenta escapar. Si puedo... me escondo
*Si no puedo guardo el estoque y saco las dagas arrojadizas.

El humanoide pronuncia una palabra de mando. Por un instante, su cinturón refulge mágicamente, y a continuación su cuerpo empieza a crecer y a transformarse. Una cabeza de lagarto enorme resopla en las narices de Fosco, haciéndole cerrar los ojos durante un segundo. Al volverlos a abrir, dos... tres cabezas... cuatro... hasta seis cabezas draconianas sobre largos cuellos confluyen en un cuerpo cuadrúpedo y escamoso, cuyas cuatro patas se apoyan en el tejado de madera, dejando el lomo del animal hacia abajo.

Fosco baja de las vigas y se aleja del monstruo. Su primera función será corretear por el almacén intentando esconderse y salir de la vista del monstruo. Del cual supongo será más torpe y más lento (supongo). ¡¡¡ONFALE SOCORRO!!! piensa el mediano ya que con anterioridad había escuchado al mago hacer ese truco que le llegan mensajes al oído, igual esta vez también funcionaba...

Transcurren los minutos... Fosco se lo está tomando con calma allá dentro. Fuera, a lo lejos, un lobo se acerca con un brazo humano entre sus fauces. Lo deja en el suelo, en la distancia, y empieza a comer tranquilamente levantando la cabeza en ocasiones para vigilar a los dos patas que se arremolinan en torno a la puerta del granero.

Media docena más confluyen desde distintas calles. Son hermosos cuando están tan tranquilos, pero cuando lleguen los suficientes nada les asegura que no se lancen al ataque. De momento hay tiempo...

No se vosotros, pero si dentro de un minuto Fosco no da señales de vida pienso entrar- dice Azaron observando con detenimiento como los lobos comenzaban a aparecer por la zona- en el granero puede haber problemas, pero prefiero estar dentro de un edifico antes de que lleguen demasiados lobos.

-¿Un minuto?--inquirió el enano de malos humos enarcando una ceja--No, no, no. No, porque igual tardamos más en abrir la puerta del granero y puede que luego sea demasiado tarde... para Fosco o para nosotros. Nah, ¡manos a la obra!

Dicho lo cual, el viejo de la cadena armada dejó de esperar y trató de acceder al interior del edificio.

- ¡Entrad! Yo os cubro la retaguardia.- El mago no dejaba de observar a los lobos que se aproximaban. ¿Dónde estaba Fosco? La espera se le estaba haciendo eterna y la llegada de los animales no se la hacía más agradable.

Flame no aguantaba más la tensión del momento así que decidió dar un gran salto hacia la pared y quedándose pegada a ella como si fuese una lagartija, decidió ascender para ver a través del ventanuco qué es lo que estaba pasando allí dentro. Además colocada en aquella posición tenía más visión de la llegada de los lobos, y podria advertir a sus compañeros cuando vendrían sus enemigos y cuántos podían ser.

Cuando Flame intenta ver por el ventanuco, se encuentra con que le devuelven la mirada... El ojo es demasiado grande para que la humana pueda ver más detalles del interior.

Cuando Fortich y Ulmo empujan las dobles hojas del portón, todo parece tranquilo. La luz que entra del exterior ilumina un hueco espacioso con dos carros, y a los lados hay seis compartimentos para caballos, uno de ellos vacío. Más allá la vista se vuelve un poco más difusa. En las sombras se distinguen barriles, cajas, sacos... También se ve a Lord Wachter, atado de pies y manos, sentado en una silla.

Madre del amor hermoso...

Victor alza la vista, y los demás le siguen. En el techo hay una figura enorme que se mueve. Varias serpientes se deslizan entre sí... solo que... no son exactamente... esas serpientes confluyen en un mismo cuerpo. No son grandes víboras, sino un único ser, de largos cuellos y múltiples cabezas. Está boca abajo, con las patas firmemente sujetas al techo del granero y el lomo mirando al suelo, desafiando las leyes de la gravedad.

Los ojos de Leiath se abrieron como platos al contemplar el monstruo que se cernía por encima de ellos.

Se esperaba encontrar unos refugiados, o bandoleros, o un troll comido por lobos... todo menos aquel bichejo.

Apretando fuertemente el símbolo de su diosa bendijo a sus aliados para darles fuerza en el combate que se avecinaba.

- Pero...- La visión de la Serpiente Reina le hizo dudar unos momentos. Era un monstruo típico de la mitología de donde él provenía. El almacén estaba en penumbras por lo que pensó que su visión le podía estar jugando una mala pasada. Se frotó los ojos pero ahí seguía estando, agarrada al techo con sus terroríficas garras.  Onfale tenía el pergamino en la mano. Sabía que era un buen momento para usarlo, pues la penumbra dificultaría el tiro con la ballesta, mientras que la magia le ayudaría a acertar sin problemas.

Analizó rápidamente la situación. ¿Cuántas cabezas tenía el monstruo? Podrían hacerlo bajar disparando a las piernas para que se soltase, pero si lo hacían, aplastaría a los que se encontraban abajo. Tenían que sacar de ahí a Victor  Wachter. El pequeño Fosco parecía que había conseguido acercarse a la pequeña Lov, pero corría un gran peligro también.

MIERDA!!! grita el mediano que ya había conseguido bajar de la viga en la que estaba a merced de semejante monstruo. Veía a todos sus amigos al fondo del pasillo. EL mediano incomprensiblemente miraba con desaprobación a Onfale. Luego se llevaría un regañina absurda, típica de un necio. Fosco ahora que habían llegado sus amigos podía dedicarse a desatar a los Watcher, mientras ellos lo distraían. Victor, maldito estúpido. Le susurraba el mediano mientras le desataba. Cuando te desate, vete con los demás. Yo salvaré a tu hija. O distrae al monstruo. No me seas inepto! y continúa con su tarea.

Además Fosco creía oportuno que sus amigos supieran a lo que se enfrentaban.
SEIS CABEZAS. ES COMO EL MURCIÉLAGO, SE TREANSFORMÓ EN ESO. Y SÓLO ESTÁ ÉL!!!! *
gritaba preocupado a sus amigos.