Partida Rol por web

Elemental querido, elemental.

Al amanecer un nuevo crimen

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07/01/2016, 15:11
Director

Amanecía un nuevo día en Londhs, apenas los rayos del sol despuntaban en un color anaranjado y el revuelo en las calles de la magnífica ciudad estado acallaban los cantos de los gallos. Algo grave debió suceder para tal trajín.

Abrió un ojo pesadamente, aun castigaba el sueño de tanta celebración por el recién ascenso a inspector de los Casacas Negras. No le sobresaltó, pero ahí de pie junto al cabezal de la cama estaba el jovencísimo Nilh con una carta lacrada con el sello  del capitán en su mano.

Mi señor...

Espetó con la más cordial de las reverencias mientras mostraba la entrega.

Es urgente

Y urgente debía ser si Von Breth enviaba al correo más veloz del mundo... Nadie sabía como lo hacía, pero el niño era una auténtica centella entregando notas.

Recogió la nota y al levantar la mirada el niño ya no estaba.

Notas de juego

Estimado Inspector,

debe presentarse con la mayor premura en el cuartel general del la guardia portuaria. Ha habido un entuerto de suma gravedad que hay que resolver.

Capitán Von Breth

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07/01/2016, 16:23
Antoine Black
Sólo para el director

Llevaba bebiendo casi tanto tiempo como podía recordar. Había surcardo los siete mares en compañía de los más duros marineros, tanto de la armada como corsarios y por su difunto padre que jamás había tenído una resaca semejante...

Aún no se acostumbraba al ajetreo de la zona portuaria, de niño apenas había pisado los muelles, conocía a varios chicos de su edad que se ganaban la vida por aquellos arrabales, pero no era su concepto de ganar dinero. Después se fue de Londhs durante muchos años y por Dios que ni un solo día lo había echado de menos.

Ahora estaba de vuelta y tras su reclutamiento y entrenamiento en los cuarteles de los Casacas Negras había adquirido una pequeña casa en el distrito del puerto donde sabía que se enteraría antes de las noticias.

Mi señor...

Ese maldito crio... ¿cómo demonios hacía para entrar y salir sin hacer un maldito ruido? y ese maldito dolor de cabeza...

El sopor se desvaneció en el mismo momento que terminó de leer la nota que le entregaba Nilh, parecía que ni en su nueva residencia era el primero en enterarse de las cosas.

Despidió al chico con un gesto de la mano, pero ya no estaba allí, sin levantar la vista de las letras que tenía delante.

Se levantó de la cama y diligentemente, como cada mañana, se vistió, peinó y preparó su equipo a conciencia, aún en las urgencias había que permanecer presentable.

-En fin...- suspiró. -Supongo que no me van a dejar ni siquiera recuperarme de la resaca... Malditos Casacas Negras...-.

Con ese pensamiento rondando su embotada cabeza que volvía a su estado inicial tras sobreponerse de la sorpresa, se acomodó su sombrero de tres picos, cogió su maletín, su daga y su pistola y salió al bullicio de la ciudad.

-Camino al cuartel de la guardia portuaria pues...- pensó alegremente, quizá tuviera la oportunidad de usar sus talentos pronto.

 

Notas de juego

Le dejo en la puerta de la calle por no avanzar de más, imagino que ya en el cuartel estarán mis compañeros.

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08/01/2016, 22:37
Guillaume Le Noir
Sólo para el director

Aún no se acostumbraba a ese tipo de cosas. No le sorprendían, ya no, pero no dejaba de resultarle irreal todo aquello. Su poderes eran interesantes, servían a un propósito, tal vez varios, pero aunque peligrosos, no lo eran tanto como el de personas como aquella. ¿Se materializaba allí dónde quería o simplemente era increíblemente veloz? No lo sabía, y supuso que jamás llegaría a hacerlo, pero pese al misterio era asombroso. Sin duda, el Capitán Von Breth tenía razón. Prodigios como aquél eran sólo permisibles si estaban controlados y en tu bando. A veces, ni eso.

¡Agh! - Se llevó una mano a la sien mientras cerraba los ojos con fuerza. La resaca hacía que le doliera la cabeza y le pitaran los oídos. Y tenía sueño, mucho sueño. La celebración se había alargado más de la cuenta, sin duda por culpa de ser un ascenso compartido con varios de sus compañeros. No negaba haberlo pasado bien, al fin y al cabo eran pocas las oportunidades que tenían de hacer algo como aquello y había que aprovechar, pero en momentos como ese agradecía que, pese a su casi completa libertad de acción, no estuviera bien visto que los Casacas Negras fueran ebrios día a día. - Por el reino, ¡no sé cómo nadie gusta de pasar por esto a menudo! 

Un poco más repuesto, pasado el momentáneo golpe de sufrimiento, decidió que era momento de salir de la cama y presentarse en el cuartel. Si era urgente, era mejor no retrasar la misión, por su bien. Con un esfuerzo sobrehumano, colocó primero un pie y luego el otro en el frío suelo, esperó a sentirse firmemente sostenido, y se levantó de un salto. El mareo repentino estuvo a punto de hacerle perder el equilibrio y caer, pero por suerte estuvo rápido y se sostuvo con pesadez apoyando una mano en la pared y sujetándose con la otra su frente, como si temiera que pudiera soltarse la cabeza del cuello. 

Nunca jamás volveré a beber tanto... - Pensó para sí mismo, mientras caminaba lentamente, pasito a pasito, hacia el fogón, dónde encendió un fuego y puso a calentar un cazo con agua y ciertas hierbas que, como bien sabía, le harían vomitar. Cuando estuvo preparado dejó que se templara y lo tomó de un trago, premiándose así mismo con una mueca desagradable causada por el amargo sabor, seguido de las esperadas arcadas. Sin perder el tiempo, corrió al excusado y expulsó los restos de la poca comida que la noche anterior había tomado junto a la bilis con olor a vino y aguardiente, que por el contrario había consumido en exceso. 

Más calmado, atenuados los dolores, abrió el grifo, algo que jamás había visto hasta llegar al Londhs y ser tratado a la altura de un pérfido noble, y dejó que el agua fría como el hielo corriera hasta llenar un balde de madera. 

Primero se lavó el rostro, dejando que las agujas invernales en que se había convertido ese líquido borrara todo rastro de agotamiento de su rostro. Cuando acabó, echo el balde en el evacuatorio, llevándose así el nauseabundo vómito por delante hacia las cañerías que, como bien sabía, daban a parar al alcantarillado que formaba la red de subterráneos de aquella ciudad. Después, volvió a llenar el barreño una y otra vez, repitiendo el proceso con calma, y se limpió, parte a parte, todo su cuerpo, frotando con la áspera esponja de cerdas que tenía hasta no dejar rastro alguno de la mugre que pudiera tener. 

Tardó casi media hora en todo eso, y otros quince minutos más en vestirse con sus cómodos y oscuros ropajes de trabajo, atarse sus altas y flexibles botas de cuero negro, y ponerse su uniforme, la casaca que daba muestra de su rango y privilegiada posición. Recogió después su estoque, una elegante espada ropera decorada a mano su guardamanos, por uno de los mejores artesanos de la ciudad, con finos detalles en forma de gotas de sangre, y, junto a la pistola de duelo revestida en plata que tenía, la envainó en su cinturón. Después buscó su daga, un mortífero puñal fácil de ocultar y que llevaba a todas partes, y lo escondió en su bota derecha, apenas perceptible. Por supuesto, no olvidó tampoco su sombrero de tres puntas, parte de su atavío, el cual tardó casi cinco minutos en dejar bien colocado sobre su siempre bien recogida coleta. 

Faltaba una sola cosa, así que sin dilación se atusó el pulcro bigote y comprobó su perfectamente recortada barba frente al espejo que adornaba el descansillo junto a la puerta de su casa, y ya preparado, abandonó su hogar para dirigirse hasta el lugar acordado. No cerró con llave, al fin y al cabo, nadie en su sano juicio se atrevería a entrar allí, así que no miró atrás y siguió su camino.

Tardó apenas cinco minutos en llegar, a pie, hasta su destino. Por una vez, vivir en el puerto en vez de cerca del cuartel de los Casacas Negras o en la parte adinerada donde otros disfrutaban de mayores comodidades, le venía bien. El prefería aquél sitio, más bullicioso, más transitado, con más vida. Allí pasaba desapercibido cuando quería y nadie le miraba dos veces, eso le gustaba. Y además, disfrutaba observando a la guardia portuaria, sus principales "rivales" en la ciudad. 

Hablando de ellos... - Dijo para sí mismo en un susurro, observando el nerviosismo que reinaba en su sede y la agitación impropia de dichos soldados. - ¿Qué estará ocurriendo aquí?

Suspiró y aceleró el paso, hasta encontrar, tras preguntar varias veces, a Von Breth, su superior. Había pasado exactamente una hora desde que había recibido el aviso. Calculaba que, debido a lo grande que era la ciudad y que algunos de sus compañeros vivían bastante más lejos y tomarían un carruaje, no sería el primero pero tampoco el último, así que estaba en cierto modo dentro de lo que urgente significaba. 

Buenos días señor. - Dijo con formalidad mientras se cuadraba en una posición marcial que nunca le había gustado. ¿Qué ocurre si se me permite preguntar? ¿Cuáles son las órdenes?

Notas de juego

Edito de nuevo para eliminaros a todos jajaja

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10/01/2016, 03:49
Sólo para el director

A él lo que le intrigaba no era la velocidad del niño, si no como se lo hacia para entrar y salir de cualquier lugar de esa manera...

Miró la carta, no la leyó, la dejó sobre la mesa...

Se levantó, y se fue a dar un agua para luego afeitarse y perfumarse... tras ello se hizo una trenza en el pelo que se estaba dejando crecer.

Ya vestido y arreglado, con el uniforme, y su equipo de curación y demás equipo oficial reglamentario y con la carta en el bolsillo, aún sin ser leída, se dirigió al lugar donde servían el desayudo en el hotel. Terminado el desayuno, conversó con alguien del lugar, tal vez alguien recurrente que ya había visto en el hotel. Terminada la conversación. Se retiró del lugar, y se dirigió hacia la puerta del Hotel. Allí, finalmente, leyó la Nota, para luego dirigirse hacia el cuartel general de la guardia portuaria.

Notas de juego

se me ocurrió vivir en el distrito portuario, no a propósito, si no que me gusto la ambientación del puerto que puso, que tiene hoteles, posadas y el gran mercado, y ya que tenemos dinero, puedo vivir de manera permanente en un buen hotel... si no hubiera elegido algún hotel o posada muy modesto... puedo tener también algún barco o similar... para descansar y esas cosas...

casi nuca narro en tercera y en pasado o.O si esta mal avise... tal ves alguna ves me olvide y postee mal... (de hecho me equivoque y tuve que editar todo el post, supongo que ahora está bien...)

en el post puse lo del desayuno, pero no se si hay eso en el lugar, pero tenia pensado tener un empleado que hiciera esas cosas... si tenemos dinero, o si el hotel ofrece ese servicio...


NOTA DM: te he editado el post, no había duchas en aquella época... como mucho bañera. Por otro lado deberías fijarte un poco en la ortografía, no soy muy purista, pero has puesto una que casi me hace sangrar por los ojos XD

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11/01/2016, 15:10
Von Breth

El capitán esperaba en la puerta de los despachos del cuartel dando vueltas nervioso. 

Buenos días señor. - Dijo con formalidad mientras se cuadraba en una posición marcial que nunca le había gustado.¿Qué ocurre si se me permite preguntar? ¿Cuáles son las órdenes?

Las ordenes!? dijo con un tono severo Llevo una hora esperando a que os presentéis tú y los otros... Las ordenes eran que vinieseis rápido.

En ese momento apartó la mirada de la de Le Noir para mirar por encima del hombro de éste. Resopló por la nariz con furia y en un tono más cordial ordenó tras comentar: ahí están los otros, entrar en el despacho y resolver ésto ya. con estas palabras Von Breth salió del lugar no sin antes cruzar miradas asesinas con Livingstone y Black

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11/01/2016, 15:20
Director

Los dos inspectores coincidieron en la entrada del cuartel y con rapidez, casi sin saludarse se dieron prisa en entrar. Una vez dentro escucharon como el capitán Von Breth abroncaba a alguien, al llegar al lugar Le Noir estaba cuadrado frente a la puerta de despachos y el jefe de los Casacas Negras salía de allí cruzándose con los recién llegados regalándoles una mirada que helaría la sangre del marino más audaz.

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11/01/2016, 15:30
Director

Notas de juego

ya estáis juntos frente a la puerta del despacho del Capitán Von Fray. 

podéis interactuar un poco entre vosotros y ya os meto en el meollo

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11/01/2016, 16:18
Antoine Black

Bueno, allí estaban aquellos dos... Habían sido compañeros durante la instrucción y habían ascendido en la misma promoción, viendoles la cara a los tres era evidente, maldita resaca... No se llevaban mal, pero tampoco se podía decir que fueran amigos, de hecho, el encuentro con Livingtone había sido más que frío.

-Le Noire...- dijo colocandose junto al hombre frente a la puerta de Von Fray. -Bonito bigote...- añadió sin quitar la vista de la entrada del despacho.

 

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13/01/2016, 12:46
Guillaume Le Noir

Al menos no me he llevado la peor parte... - Se dijo a sí mismo, tras la pequeña bronca, mientras se daba la vuelta para ver como llegaban Livingtone y Antoine y eran recompensados por una mirada que, de haber sido capaz, les habría fulminado en el sitio. 

Gracias Black, me alegro que algo te guste en este mundo. - No le caía bien, le recordaba demasiado a la gente de la que había huido en París, el motivo por el que había llegado allí. Era frío, seco, apático y maquinador. Una joya que se había graduado a la vez que él y con el que menos  se llevaba. - Una suerte que estés tú aquí

Como siempre, las palabras hacia él iban cargadas de sarcasmo, ironía y mordacidad. No le gustaba y no hacía por disimularlo. 

¿Alguna idea de por qué hemos sido llamados? ¿Sabéis algo? - Esta vez se dirigió a los dos, esperando saber algo más de entrar al despacho de Von Frey, al que tampoco es que tuviera en muy alta estima, pues sólo era otro privilegiado más al que rendir cuentas, otro hombre que mostraba con su sola presencia que nunca podría ser del todo libre. 

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13/01/2016, 16:38
Antoine Black

-Claro que es una suerte que esté aquí mon amie- dijo con un marcado acento francés que nunca utilizaba, pero que sabía que sacaba de quicio a Le Noir -Imagino que Von Frey pretende que sea lo que sea que haya que hacer se haga bien-.

No había ningún deje en su voz que denotara sarcasmo, realmente pensaba que era así.

-Y no, no sé de que se trata. Supongo que tendrá que ver con el revuelo que hay montado desde ésta mañana en el puerto. Me sorprende que viviendo en la zona y siendo famoso por tu sagacidad no te hayas enterado...-

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14/01/2016, 15:23
Director

Tras una serie de puyazos verbales y otras muestras de cariño a la que se tenían acostumbrados estos tres inspectores decidieron averiguar de primera mano que pesquisas les habían llevado hasta allí.

Previo permiso picando a la puerta como manda el decoro, las puertas fueron abiertas por un soldado miembro de la guardia portuaria. Una vez dentro pudieron encontrar a una mujer de ropajes que la delataban como sirvienta hecha un manojo de nervios y con rostro y nariz moqueantes de haberse visto envuelta en un baño de lágrimas. Junto a ella dos guardias portuarios desarmados con cara de no haber pegado ojo en toda la noche y otros cuatro guardias (incluido el que había abierto la puerta para los Casacas Negras hacía unos segundos) armados como mandan los cánones. Y lo más importante, frente a un enorme ventanal desde donde el Capitán Von Fray seguramente disfrutaba de unos atardeceres de ensueño estaba la mesa de despachos de éste. Sentado a ella su cadaver.

No había sangre, pero la habitación estaba totalmente desordenada como si un torbellino hubiese interrumpido en la estancia. El rostro del Capitán estaba deformado en una mueca horripilante y sus manos empuñaban espada y pistola.

Notas de juego

Por supuesto, podéis interpretar vuestros pjs pero también hacerme una tirada de percepción a dificultad 12 oculta* para que solo yo pueda ver el resultado

Intelecto + percepción + 1d10

y para los adivinos, NO, no vale usar la magia en esta tirada

*para hacer tiradas ocultas veréis que hay en la caja de dados una casilla que podéis marcar antes de ejecutar la tirada

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14/01/2016, 16:09
Antoine Black

La puerta se abrió, zanjando la batalla dialéctica que se cernía sobre los inspectores, dejándo a la vista un espectáculo con el que no contaba.

Bueno... era un caso de homicidio y, aunque el muerto de turno no era un cualquiera no dejaba de ser un muerto, frio y tieso.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción

Tirada: 1d10

Dificultad: 12+

Resultado: 5(+5)=10 (Fracaso)

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14/01/2016, 21:45
Guillaume Le Noir
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Pervepción

Tirada: 1d10

Dificultad: 12+

Resultado: 7(+5)=12 (Exito)

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14/01/2016, 21:46
Guillaume Le Noir

Aquél marcado acento francés que le ponía de los nervios y le bloqueaba. Aquél hombre adoraba hacerle rabiar y sacar la peor parte de él, y en este caso, estuvo a punto de conseguirlo. Su rostro pasó de la turbación al desconcierto y de ahí a un odio profundo y palpable que hasta un ciego podría haber visto. Durante un instante, un solo segundo, se puso rojo de ira y a punto estuvo de lanzarse contra su "compañero" y clavar su daga entre sus costillas. 

Por suerte o por desgracia, aún no lo había decidido, Black aprovechó ese momento de incertidumbre para llamar a la puerta con un golpe seco. Cuando un soldado abrió, la tensión lentamente se disipó evitando cualquier contestación o nuevo reproche, dando paso a una curiosidad que pronto aumentó hasta la excitación. 

Lo primero que observó fue el gran desorden reinante, un caos para nada normal en aquél lugar, seguido de la llorosa mujer, a la que no dio mucha importancia, para continuar por los cuatro guardias. Era una situación extraña, pero por suerte, no había llegado al culmen de tan singular vista. 

Allí, como sentado sobre su sofá, regalando un espeluznante gesto de terror capaz de protagonizar más de una pesadilla de cualquier niño, el cadáver de uno de los hombres más poderosos de la ciudad esperaba con impaciencia ser investigado. 

- Quién haya podido hacer algo así es, como mínimo, increíblemente hábil. - Dijo casi para sí mismo, un susurro apenas perceptible. 

Sonrió. Alguien así merecía respeto, aunque por supuesto también debía ser encontrado y juzgado. Allí, en Londhs, alguien capaz de hacer eso tendría una oportunidad de sobrevivir, pero si no la aprovechaba, no tardaría mucho tiempo en desear no haber hecho eso jamás. 

Miró de reojo a su compañero, que parecía tan inexpresivo como siempre, pero que en el fondo, estaba seguro, disfrutaría con lo que estaba por venir...

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15/01/2016, 15:38
Director

Notas de juego

a primera vista deduces que la mujer es una empleada del lugar y posiblemente la que ha encontrado el cadaver, los soldados desarmados deben ser los que estaban de imaginaria de cuartelero por la noche. por último parece evidente que que Von Fray murió peleando... disparó?

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15/01/2016, 15:41
Sargento Fredenson

Una vez el grupo vio el interior del despacho y lo que pasaba uno de los soldados armados se cuadró y dio un paso al frente para responsabilizarse en dar informe de lo sucedido.

Saludos, soy el sargento Fredenson mi labor es informar de lo que sabemos hasta el momento y ayudar en lo que esté en nuestra mano.

Miró al cadaver en un gesto de evidencia y prosiguió:

Hoy con el canto del gallo Madame Bovary ha entrado en el despacho para hacer la limpieza y preguntar al Capitán, en el caso de que se hubiese quedado trabajando toda la noche como muchas veces hace, si deseaba desayuno. Acto seguido los soldados han entrado al escuchar el grito de Madame...

señaló a los dos soldados con cara de no haber pegado ojo

Lo raro es que a pesar de que estando de guardia como cuarteleros no han visto a nadie entrar ni han escuchado ningún ruido sospechoso...

con una mueca de extrañeza repasó con su mirada el desorden provocado en el interior del despacho.

Eso es todo.

En ese momento dio un paso al lado para que el grupo de Casacas Negras pudiese emprender la investigación

Notas de juego

Dato:

La guardia portuaria es famosa por estar tan bien organizada por el Capitán que con pocos hombres y recursos son capaces de patrullar y vigilar todo haciendo imposible el delinquir sin ser descubierto. La delincuencia de baja estofa en el distrito portuario hace mucho que fue erradicada y traficantes y contrabandistas evitan ejercer en Londhs por lo difícil y costoso que les resulta.

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15/01/2016, 17:41
Antoine Black

-Sargento Fredenson, ¿verdad?- dijo Antoine clavando su mirada en el soldado que se había plantado ante ellos. -¿Su labor es informarnos de que no saben absolutamente nada acerca del caso?. Gracias por su colaboración, es de un inestimable valor. No han oido nada, y no han visto nada. Realmente útil...-.

Dió un par de pasos al frente evaluando la situación y buscando algo que pudiera darle algo con lo que comenzar a investigar.

-Ahora, si es tan amable, siga colaborando apartándose de nuestro camino y dejándonos averiguar que ha pasado aquí- añadió sin volverse a mirar al guardia. - Quizá la señora...- murmuró con el dedo indice apoyado en los labios.

No dio tiempo a que el buen sargento pudiese replicar. Avanzó a paso vivo hacía Madame Bovary.

- Gracias, caballeros, pueden seguir no haciendo nada en otra parte. Tengo que hablar con la señora.- dijo con un ademán que invitaba a alejarse de allí.

Cogiendo la mano de la señora, acercó sus labios a la mano de la sirvienta.- Madame... soy el Inspector Black, Antoine Black- se presentó y mirandola fijamente a los ojos añadió -¿seríais tan amable de contestarme a unas preguntas?.

 

Notas de juego

Vamos a empezar con la pobre criada...
 

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15/01/2016, 17:58
Sargento Fredenson

Estoico como solo un buen soldado puede ser Fredenson interrumpió

Señor inspector Black, tenemos ordenes del Capitán Von Breth de no abandonar la sala y guardar custodia de testigos y posibles implicados... pido permiso para llevar a estos dos hombres al calabozo mientras esperan ser interrogados... y también pido permiso para sugerir el despacho adjunto para interrogar a Madame.

en su rostro se le notaba el temor y respeto que los Casacas Negras ejercían sobre el resto de soldados de la ciudad, las leyendas eran muchas y terribles.

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15/01/2016, 18:09
Antoine Black

-Gracias, por sus "sugerencias" sargento, en lo personal, puede usted quedarse aquí tanto tiempo como guste, siempre que no esté delante de mi vista- dijo volviendo su mirada hacia el hombre que había interrumpido su presentación ante la dama. -Y sus hombres son problema suyo, si cree que su lugar es el calabozo llevenselos o si quieren alojarlos en las habitaciones de Von Fray, creo que se ha quedado una cama libre-.

Luego volviendose de nuevo hacia la sirvienta añadió -utilizaremos la habitación adjunta para que la señora se tranquilice. Ahora LE SUGIERO que se meta en sus asuntos.-

- Madame, por aquí si es tan amable...- señaló la puerta de la habitación contigua mientras hacía un gesto de dejar pasar a la mujer.

 

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15/01/2016, 20:53
Guillaume Le Noir

Observó durante unos minutos las simpatías de Black, las cuales conocía de primera mano. No le importaba lo más mínimo, lo conocía lo suficiente, puede que más de lo que le gustaría, para saber que sería su manera de actuar. Sin embargo, no estaba del todo decidido a dejar a Madame Bovary a merced de aquél torturador nato. 

- Lo siento Antoine, pero será mejor que uno de los guardias te acompañe al interrogatorio. - Sonrió amablemente, apenas un gesto efímero que pronto se borró de su cara. - No es que no me fie, pero no querría que la señorita se sintiera intimidada por alguien de tu porte. Seguro que la reconforta tener un rostro conocido cerca. 

Guiñó un ojo a la criada mientras hacía un gesto de asentimiento, intentando relajar el ambiente. Luego hizo un gesto a Fredenson de aceptación. 

- Eso sí, sacad a esos guardias de aquí. Luego hablaremos con ellos, no parecen saber mucho, y justo eso puede llegar a ser interesante. - Se cruzó de brazos, haciéndose a un lado esperando que todos, uno a uno, salieran de la sala y le dejaran en soledad. - Por mi parte, me quedaré aquí investigando esto. - Se le notaba decidido, quieto mientras palmeaba su maletín. - Por favor caballeros, necesito concentrarme...