Partida Rol por web

Un vez en su habitación, cerró la puerta, la bloqueó con el hacha, se aseguró de que la ventana estuviera bien cerrada y atrancada, y se echó a dormir con sus armas bien cerca. 

No creo que Corbi tenga mucho más que ofrecernos en términos de información… a mis ojos es un hombre desesperado que por fin vislumbra un rayo de luz viniendo en nuestra dirección, como puedo negarme a una petición tan sensata como proteger a la hija de un hombre que parece honorable y amable.

Kaysa parece enojada. aún más que de costumbre, muchos de los demás dudan de Corby y su información, el único que parece compartir mi opinión es Behar pero tiene razón en cuanto a que todos estamos al límite de nuestra paciencia tras semejante viaje.

Me acercare a Corby para ofrecer mis servicios por la noche en caso de que alguna eventualidad se presente, dormiré cerca de ellos para intentar protegerlos de cualquier peligro y por la mañana ayudare en la cocina pues no hay mayor disfrute que el de la cara de mis compañeros regocijándose de un buen desayuno.

Compañeros espero tengan buenas noches yo por mi parte le ofreceré mis servicios a Corby por la noche mientras decidimos nuestro curso de acción respecto a esta situación. (además nunca me devolvió mi pañuelo... entiendo que la cortesía no busca pago, pero por los dioses era mi mejor pañuelo...)

Tenía la cabeza llena de ideas revueltas, entre lo que les había comentado el posadero, la posible amenaza de la bruja, las historias de la niñez y características de las mujeres, finalmente la sesión había terminado, se sentía aliviado por ello, pero no le gustaba nada lo que se había tratado ni como fue resuelto, le pareció que su grupo estaba algo dividido, pero no quiso darle importancia, tan pronto como pudo abandono el lugar y fue en busca de una habitación tomo la que le quedaba mas cerca, y en palabras apenas audibles se despidió de sus compañeros.

-Que descansen...

Cerro la puerta tras de si y soltó un suspiro, apretó los ojos y froto sus sienes, la habitación estaba en una oscuridad casi total, dejo caer su mochila a los pies de la cama, después procedió a quitarse la armadura, el cuerpo le dolía por traerla puesta todo el día, paso sus manos por sus hombros probablemente tendría moretones, la dejo caer a un lado, se puso de rodillas junto a la cama junto ambas manos y reunió lo ultimo de su voluntad para dedicar una rápida oración antes de meterse a la cama, podía escuchar los gritos de Kaysa que estaba corriendo al borracho, Feanor había dicho algo antes de que el subiera, ¿que era?, ¿y los demás?, maldijo para sus adentros, aunque se encontraba tan agotado su cerebro no dejaba que el sueño llegara....

Espero a que todos sus compañeros terminaran la cena que se les había servido  y uno tras otro fueron abandonando la sala; mientras él , que no hacía muchos minutos esta ansioso por llegar a sus aposento, continuaba sentado escuchando las conversaciones y esperando a que todos abandonaran la sala.

Se despidió del último de ellos con una excusa que le permitiera quedarse a solas en aquella sala. Y cuando este se fue,  Celingadir se encamino hacia el lugar en el que los cuervos se habían posado. Los contemplo detenidamente, observando sus reacciones. Y tras un rato, estando completamente seguro de que sus palabras seria bien medidas hablo por fin dirigiéndose a ellos.

-Espero nos permitáis visitarlos pronto mi Señora.  No es nuestra intención importunarla, pero estamos deseosos de respuestas. Mañana animaré a mis compañeros a que me acompañen. Estoy seguro que dada su sabiduría podremos llegar a un entendimiento.

Sin más y tras una reverencia abandono la sala en dirección a su habitación.

Su ansiado descanso le esperaba a solo unos minutos y la lo había demorado bastante.

Después de la cena y siguiendo a mis camaradas buscamos camino a nuestras habitaciones, pero el ultimo en salir e imagino que tuvo algo que ver con ese par de cuervos que nos observaban, fue Celingander, que por cierto tiene un nombre que me cuesta mucho recordar y por lo tanto yo le digo "celi".
Ya fuera de la habitación donde nuestro anfitrión cantó como un canario, el "chef" como nombró a Feanor, busco la habitación más cercana al tabernero para ofrecer sus servicios, pero no engaña a nadie, todos sabemos que sólo quiere su pañuelo de vuelta, en alguna ocacion lo escuche decir que era su favorito y no puede ebitar sonreír al recordar eso.
También me causó gracia ver como la pequeña Kaysa saco al último parroquiano de la taberna con una cuchara y como siempre nuestro clérigo, hombre de pocas palabras se despidióde nostros con unas palabras apenas audible
-Tu también descansa Tristan- le dije antes de que entrará a su habitación acompañada de una palmada en su espalda, sólo para que pudiera sentir un poco de calor humano.
Al entrar a mi habitación y como siempre suelo dormir, busque la pared que me permitiera observar tanto la entrada como la cama de la habitación y me senté recargado en la pared para dormir, obiamente después de quitarme mi armadura pero dejando a la mano mi espada y escudo, se que pensaran que este es un hábito extraño pero la experiencia me a enseñado que la mejor forma de acabar con un enemigo es cuando está distraído o durmiendo plácidamente en su cama.

En el descanso de la noche todos permanecéis en vuestras habitaciones conciliando el tan ansiado sueño que estabais esperando, al igual que el comedor las habitaciones presentan decoraciones y comodidades que no habéis visto en años. Una lujosa bañera junto a una cama cómoda hace que de la estancia algo reconfortante.

En la soledad de su habitación y tras acomodarse, cambiarse de ropa y  dejarla ropa húmeda colgada en una silla. Saco de entre sus pertenencias un cuenquito de cerámica y siguió rebuscando entre sus pertenencias. Unas hierbas, algo de incienso, un carboncillo, etc. cuando ya tenía todo en el cuenco, sacó un brasero lo coloco en el centro de la habitación.

Cuando ya tenía todo preparado Celingadir abrió su libro de hechizos busco la página adecuada y comenzó a recitar las palabras escritas en él, con una sororidad ritual, a la vez que totalmente acompasado formaba los símbolos arcanos  con las manos en el aire. Con cada repetición del ritual quemaba una pequeña dosis de los ingredientes del cuenco.

El ritual duro poco más de diez minutos cuando las ultimas briznas de hiervas se consumieron y las ultimas estrofas cesaron Felenor apareció a su espalda y subiéndose de un salto a su hombro, el Feerico gato blanco que Celengador tenía por familiar

- Te necesito alerta esta noche pequeño amigo no queremos ninguna sorpresa.

Por fin había logrado quedarse dormido, y ahora soñaba, un sueño de fuego y sangre...

Amablemente Corby ofreció a Feanor una habitación en el piso de abajo junto a la suya, le devolvió su pañuelo y le deseó una buena estancia. En el descanso de los dormitorios caéis en un profundo sueño. Tras la medianoche, con una luna clara sobre el horizonte, el ambiente comenzará a tornarse algo impreciso.

Una fina niebla comienza a extenderse, formando hilillos, jirones que lentamente se cuelan bajo la puerta de la posada, van deslizándose ocultando el suelo de madera y el entorno de las habitaciones.

Un frío intenso recorre los cuerpos de Kaysa y Tristant, esto los despierta al contrario que a sus compañeros, al incorporarse de la cama y poner los pies en el suelo sienten una especie de niebla, esta es densa, pesada y perezosa, pero en un instante cubre el suelo como una mortaja. Lentamente, llega a los tobillos y al momento, las rodillas. El aire se ha vuelto frío y el vaho se torna en nubecillas de vapor ante cada exhalación.

Aúlla un lobo en la distancia y alguna lechuza esta noche parece desear preveniros de una manera inquietante. Cae una pesada oscuridad, que una luna teñida ahora de rojo precede. Una noche siniestra os acompaña, envolviéndoos con su manto de penumbras.

Al poco, en medio de una oscuridad penetrante, la niebla que cubre el suelo os envuelve. Inmediatamente sentís un sueño terrible que os hace querer volver a la cama. La cabeza os da vueltas y sólo deseáis dormir a toda costa. Mientras tanto, llega a vuestros oídos el sonido de la puerta de la posada abriéndose seguido de los siseos de reptiles. ¡Cientos de ellos! 

Maldijo al despertarse tras haber dormido solo un par de horas, apretó los ojos y trato de ignorar el asunto para volver a dormir pero era demasiado, se levanto de golpe para buscar alguna manta y fue cuando sintió la extraña neblina contra sus pies descalzos tomo la Guja junto a su cama y con un ligero golpe de su mano la navaja se iluminó*, la neblina entonces le envolvió de repente y sintió aún mas pesadez y deseos de volver a la cama, pero lucho contra ello, sus ojos se abrieron al máximo al escuchar la puerta principal, ¿que era ese sonido de recién?

No había tiempo para dudas, si sus compañeros lo han notado también seguro saldrían a investigar, si no, quizás fuera mejor despertarlos, se dirigió a la puerta de su habitación a grandes zancadas y la abrió de golpe para poder ver que era lo que sucedía.

Kaysa dormía a pierna suelta, vestida y sin meterse en la cama, como era su costumbre, de tal forma que parecía que se hubiese desmayado allí por casualidad, o que se hubiese caído desde el techo. Sin embargo, a pesar de parecer una bebedora durmiendo su borrachera, su sueño era más ligero de lo que parecía. En cuanto los animales aullaron al otro lado de las ventanas, Kaysa abrió los ojos, para descubrir que la temperatura había bajado considerablemente y que la niebla se extendía por la casa. La bárbara había visto mucha niebla en su vida y aquella no era nada normal. Saltó de la cama como impulsada por un resorte. 

Tampoco era normal en absoluto las ganas que tenía de volver a dormir, esa sensación que la instaba a relajarse y cerrar los ojos. Se rebeló con toda su testarudez contra aquella sensación, y oyó que abajo resonaban las patas de alguna criatura contra el suelo. No perdió ni medio segundo: agarró el hacha que atrancaba la puerta con una mano, mientras con la otra asía su cuerno de caza y lo hacía sonar con toda la fuerza de sus pulmones, emitiendo un sonido claro y tan grave que las paredes retumbaron. Era un instrumento pensado para rebotar en las montañas y recorrer millas en campo abierto, por lo que en el silencio de la posada resonó como el barritar de un mamut. 

Inmediatamente, hacha en mano, abrió la puerta de una patada. 

Tras abrir la puerta de su habitación Tristant trata practicar sus entrenadas artes mágicas para que iluminen la estancia, la luz se hace pero sólo se pueden ver espesos jirones de niebla y vagamente el piso de abajo. Al mismo tiempo Kaysa hace retumbar su cuerno y este resuena por toda la posada despertando a sus compañeros y quizás a algún vecino del pueblo.

Los demás os despertáis con el sonido del cuerno de mamut de la bárbara al que os tiene acostumbrados y que sólo puede significar una cosa...problemas...

Gracias a la luz mágica que emite Tristant, el y Kaysa pueden ver desde el pasillo superior que cientos de pequeñas serpientes se arrastran ligeras, dirigiéndose hacia el fondo de la posada. Hay muchas, incontables, innumerables. Todas las alimañas del bosque, y puede que hasta del mundo, parecen haberse congregado esta noche aquí. Veloces, reptan por todas partes, se deslizan por los muros y se escurren bajo la jamba de la puerta. Hay culebras de todos los tamaños, de diferentes tipos, aunque en su mayoría son pequeñas culebrillas grises de no más de 3 palmos.

Podéis escuchar como algunas escupen una especie de veneno, que como un potentísimo ácido, disuelve velozmente los goznes, el refuerzo, las bisagras, cerradura y demás partes metálicas de la habitación de Corby. Otras pequeñas serpientes han alcanzado los barrotes del ventanuco y comienzan a realizar la misma operación. El siseo del metal al disolverse, y el fuerte olor a espíritu de asta de ciervo llenan la estancia.