Partida Rol por web

Un intenso dolor seguido de un fuerte impulso de adrenalina me hizo levantarme del suelo, pero nada comparado con el apabullante miedo que ahora sentía por mi vida, como si la guadaña del segador fuera a quitarme la vida en cualquier momento, no obstante, me mantuve fuerte en aquel momento de debilidad, no podía darme el lujo de fallarle a mi compañera.

Así pues me alce poco a poco mientras observaba como se había desenvuelto la pelea, mientras que con unas ahogadas palabras murmuraba en voz baja - Pues que así sea entonces - murmure mientras tomaba mi espada con ambas manos y observaba al arconte contra el que Chell se estaba peleando.

Un rápido pensamiento surco mi cabeza mientras decidía que acción tomar, no obstante, mi cuerpo se movió por voluntad propia, deseando proteger al mismo tiempo que quería acabar con aquella pelea.

Así pues, de una zancada me aproxime al Arconte, espada por delante para buscar  un golpe vertical sobre su cabeza, no sabía cuanto tiempo podría aguantar mi cuerpo en aquel estado pero debía de darme prisa, la muerte se cernía sobre mi y con ella el miedo.

Aunque en aquellas circunstancias, no sabía si este segundo fuera de hecho...algo malo.

Una sonrisa llena de terror esbozó en mi rostro al comprobar que el Arconte seguía en pie. Atemorizada por la situación siquiera fui consciente de la bola de fuego que se me aproximaba; sin embargo, logré esquivarla con éxito en el último momento.

El miedo infundado por lo que estaba ocurriendo se disipó considerablemente al ver a Soma alzarse después de la leve ayuda de Valkyria.

"Menos mal, sigue vivo".

Una pequeña esperanza se anteponía al pavor; mientras no estuviese sola todo iría bien, y que Soma estuviera a mi lado, aún a duras penas, hacía remitir el horror; aún más al verle avanzar hacia el Arconte y rematarlo.

Tragué saliva nerviosa, parecía que habíamos dado la vuelta a la situación, pero no tenía muy claro que fuéramos a salir de una pieza de allí.

Alcé Izanagi contra la sombra hechicera y propiné dos disparos con el mejor pulso que podía; si no hubiera tenido los brazos prostéticos el calor del cañón hubiera hecho que soltase el arma, esperaba no tener la necesidad de usar la hipercarga de nuevo.

El eco de disparos y explosiones se intensificó a través de las calles de alrededor del Tártaro, el grupo de Lepus que se había quedado en la azotea estaba ahora rodeado por sombras que trepaban y luchando por mantener la posición.

Soma logró dar el golpe de gracia al enemigo mas peligroso, tal vez no por sus capacidades de combate pero por fortuna ni Soma ni Chell habían visto el verdadero potencial de aquellas criaturas biotecnológicas y de cración realtivamente reciente.

Chell logró esquivar de nuevo otro enorme proyectil ígneo lanzado por la sombra restante, asi como hacer dos dianas que la impedirían por completo volver a crear otro proyectil de las mismas características y tambien la dejaría a merced de la espada de Soma.

Había logrado remontar aquella situación, pero el tiempo se acababa no de igual forma ni por los mismos motivos a ambos. Decenas de cazarrecompensas y mercenarios estaban siendo masacrados en el Tártaro pero ¿porqué aquel lugar? ¿porqué en ese momento?, nunca habían visto tantas sombras atacando juntas un solo lugar y tan abiertamente.

-El tiempo se acaba, neotemplario. Nada habrá para ti si te demoras.

Advirtió aquella misteriosa voz, aquel que con solo una conexión había logrado que el cuerpo de Soma se moviera perfectamente a pesar de todos aquellos daños. Si Soma quería el poder que le ofrecían, debía llegar cuanto antes.

Lancé la bomba mejor de lo que me esperaba, y los resultados parecían ser de lo mejor que se había visto contra las sombras hasta el momento, probablemente tenía en mi poder una de las mejores armas contra ellas que haya por el momento.

Si bien no acabé con ella de ese ataque si reduje en gran parte su capacidad ofensiva, ya no parecía poder lanzar hechizos y decidió venir contra mi directamente sin darme tiempo de reacción, un buen golpe me alcanzo en el brazo causandome bastante dolor, aunque meno probablemente del que sentiría Ripper después de recibir un golpe directo de la otra sombra.

Como si nada hubiera pasado y con un buen temple, Ripper disparó a la sombra que me había atacado rematandola, ahora solo nos quedaba una en frente, por el momento.

-Toma esto, te dará un efecto analgesico y sanador, te hará más falta a ti que a mi.- Administré a Ripper el vial Que llevaba cargado de sanación y volví a lanzar otra de mis granadas a la segunda sombra.

Con la eliminación del arconte, me gire para observar como Chell ahora se encargaba de la sombra restante, por otro lado, la voz en mi cabeza no paraba de advertirme mientras aún el tiempo corría, no podía perder tiempo pero tampoco podía abandonar a la compañera que me había auxiliado ni a los mercenarios ahora inconscientes que yacían en el suelo.

Por un momento mi pulso tembló, el miedo que trataba de suprimir se volvía mas profundo, lo notaba...Pero no podía detenerme allí, así pues, corrí a toda velocidad a por la última sombra que quedaba, espada en mano la agite de izquierda a derecha mientras buscaba partir su cuerpo y eliminar a aquella amenaza de una vez por todas.

- Solo un poco mas - repetí mas para mí mismo que para Chell, no obstante, mis intenciones no fueron desencaminadas pues mientras aún mi cuerpo se movía me conectaba a la intranet.

- ¡Chell, vete!, No podemos perder mas tiempo aquí, nos necesitan - espete mientras buscaba finalizar aquel combate de una vez por todas.

Aún necesitaba reunirme con aquel probable benefactor, y aún debía hacer algo con los cuerpos de los mercenarios inconscientes en la pelea, aunque para estos ya tenía una idea.

Tanto que hacer y tan poco tiempo, mi corazón sentía que podía pararse en cualquier instante y podría volver a aquella oscuridad que era la muerte.

La sombra piromante logró moverse a tiempo para que la extraña deflagración de aquellas bombas no le alcanzara, acto seguido volvió a formar un proyectil igneo en sus manos y lo lanzó contra el alquimista. Aquellas bombas le hacían peligroso para los planes del impostor alli, aunque había otras cosas que le hacían mas peligroso, pero ni el Impostor ni él mismo las conocían.

Mientras tanto la batalla en el bar se había tornado en masacre para ambos bandos, habían caído probablemente mas de cincuenta sombras a manos de las ametralladoras y los mercenarios, pero aproximadamente de 50 hombres sumando parroquianos y matones de Ripper Pig, apenas quedaban en pies una docena, probablemente los mas fuertes y experimentados.

En el centro, el mayor aniquilador de sombras era sin duda el hombre equipado con la guadaña, de no ser por él, el Tártaro ya habría sido invadido. Sin embargo sus movimientos eran cada vez mas lentos, estaba agotado.

A pesar de los muertos, lo combatientes restantes no parecían tener planes de huir, no tenían miedo, reían y maldecían a partes iguales, pero no cedían un solo centímetro de bar sin pelear.

De pronto una sombra gigantesca irrumpió en el bar pero no por la puerta, sino atravesando el muro y cargando contra el hombre de la guadaña, el cual salió despedido contra la pared, golpeandose de forma violenta contra la misma y quedando inconsciente.

Aquel monstruo negro erguido llegaba a medir 3 metros de altura y tanto sus mandíbulas como sus garras eran perfectamente capaces de destripar a un hombre en solo ataque.

Probablemente la bestia estaba allí para acabar el trabajo, su objetivo parecía ser sin duda el hombre al que acababa de dejar inconsciente.

Sin tiempo para dar siquiera las gracias, Ripper Pig se sacudió la ceniza de sus propias ropas y se preparó apra seguir disparando, tampoco parecía tener intención de huir.

-Ripper Pig- ¡Gea, Gea! ¡sal de aqui, sube las escalera y ve a la azotea, pideles a las conejitas que te protejan.

-Gea- Pero...

-Ripper Pig- ¡Lárgate, YAAAAAAA!

La joven aterrorizada salió corriendo escaleras arriba lejos del peligro. Cuando la perdió de vista miró a Varanus.

-Ripper Pig- Espero que tengas un milagro entre tus potingues, porque sino estamos jodidos.

Para todos los allí presentes las opciones solo pasaban por luchar o morir. Aunque no necesariamente para Varanus.

Observé a Soma preocupada, no parecía tener las mejores condiciones y aún así seguía planteándose luchar; estaba claro que yo iría a ayudar, pero él debería recuperarse un poco antes de meterse en el ojo del huracán.

Una leve mirada se dirigió a los dos mercenarios en el suelo.

-No podemos dejarles aquí, tampoco podemos quedarnos nosotros. Tss... - Una gran frustración crecía en mi interior al saber que no podría hacer mucho según qué eligiese.

Eché la cabeza atrás, me tapé el rostro con la mano y suspiré sonoramente.

-Todo mal...- Susurré.

Me acerqué a recoger la granada al lado del cadáver del Arconte y aproveché para inspeccionar si tenía algo útil que poder quedarme; pues, a simple vista parecía más cibernético que las sombras a las que nos enfrentábamos y me interesaba más.

Al terminar, miré con una mezcla entre preocupación y temor a Soma.

-Buenas suerte, espero que salgamos todos vivos de esta.-

Acto seguido activé el sprint de las piernas y corrí dirección a la puerta principal del Tártaro esperando reunirme con Varanus.

-Varanus, voy para allí, ¿cómo está la situación, necesitáis ayuda?

No me gustaba la idea de dejar atrás a Soma, pero parecía haber problemas más graves.

-Varanus, voy para allí, ¿cómo está la situación, necesitáis ayuda?

Con la pelea ya acabada y el dolor a flor de piel, sentía como el miedo en mi interior quería crecer, pero no tenía tiempo para hacer tal cosa, envaine mi espada y camine hacía uno de los contenedores en los que me había estado resguardando en la pelea y lo abrí mientras Chell aún pensaba en la situación.

Luego me aproxime al primer cuerpo de los inconsciente y lo metí en el contenedor - Al menos no dejaré que estén a simple vista - espete mientras recogía ahora el segundo mientras la ingeniera inspeccionaba el arconte, no es que no pudiera sentir preocupación por dichos mercenarios, pero era cierto que no podía dejarles sin mas.

Por ello, solo se me ocurrió al menos dejarles en un lugar que no fueran especialmente visibles, luego cerré el contenedor y me aproxime a las sombras que habíamos derrotado y de estas empece a tomar sus mascaras, por último, me acerque al arconte, su tecnología era valiosa pero no podía cargar con ella en ese momento por lo que, busque otro contenedor para depositárlo allí y venir a buscarlo mas tarde.

Apenas unos segundos habían pasado desde que Chell se había marchado pero no demoraría, inspire profundamente para buscar la fuerza que me quedase en el cuerpo y comencé a correr a toda velocidad, a diferencia de Chell no tenía piernas de acero pero, no me quedaría atrás solo por que mi cuerpo estuviera malogrado.

- Estoy detrás de ti, Chell - espete por la intranet, no sería mas que unos segundos de diferencia, tal vez un par de minutos, pero no me quedaría atrás.

Confiado en que la otra bomba haría el mismo efecto, la lancé contra la sombra  quizás con menos concentración de la que debía haber puesto ya que esta la esquivó por completo y cargó un golpe contra mí que apenas logré que no me alcanzara por completo, lo cual me hubiera dejado terriblemente herido, aún así los golpes de fuego eran devastadores y más fuertes de lo que uno se espera.

Cuando fui a coger otra Bomba, un estruendo me hizo girar la cabeza tan solo para hacerme cambiar mi expresión por una de sorpresa y algo de temor, aunque a la vez de emoción por el momento, la adrenalina ya se había hecho con mi cuerpo por completo cuando una sombra con forma mitad animal irrumpió placando al hombre de la guadaña dejándole incosciénte por el tremendo golpe.

El tiempo ahora empezaba a correr al doble de velocidad, tenía que deshacerme de la sombra que nos atacaba a Ripper y a mi cuanto antes, y debía ayudar a aquel hombre a como de lugar, algo me decía que teníamos que salvarlo.

Me volví de nuevo a la sombra y volví a lanzarle otra bomba, si pensaba que después de darme iba a irse de rositas, esta sombra tenía un problema.

También recibí el mensaje de Chell, que contesté de inmediato.

-Si, necesito ayuda aquí, esto se ha vuelto un festival impresionante, y el cantante principal acaba de aparecer en escena, es enorme, tiene forma mitad animal y acaba de dejar inconsciente a quien estaba acabando con más sombras de un golpe, es a él a quien tenemos que sacar de aquí como sea, lo reconoceréis por que lleva una guadaña bastante llamativa, es calvo y lleva el cuello del abrigo cubriéndole la mitad de la cara, yo estoy Junto a Ripper, que también trataré  de que salga de esta. 

Hay una joven que va a subir a la azotea hacia las lepus, se llama Gea, tenedla vigilada, parece ser muy importante para Ripper Pig, y mostró cierto interés en nosotros la primera vez que vinimos al Tártaro, probablemente sea alguien importante y me gustaría hablar con ella más a fondo, si podéis, cubridla hasta que llegue arriba si hay alguien en el edificio.

Esta vez Varanus logró impactar con la bomba a la espectral sombra, provocando de nuevo aquella explosión negra que parecía vaporizar sus cuerpos en una reacción alquimica que Varanus ni siquiera había investigado.

La sombra se deshizo ante sus ojos sin dar mas problemas, mientras tanto Ripper Pig se apresuró a dar órdenes y a disparar a la enorme sombra, aunque haría falta algo mas que un revolver para causarle verdadero daño a aquel mastodonte.

-Ripper Pig- ¡Gipsy, ataca al grande, te cubrimos!.

La acompañante rubia de Ripper Pig desplegó de nuevo las garras de sus dedos con las que había luchado contra Ostara y saltó agilmente para atacar a la sombra licántropa, esta la atrapó al vuelo con una sola mano y con la otra retorció su cuerpo y lo partió en dos, saltando piernas y brazos a lugares distintos, todos sintéticos.

-Ripper Pig- ¡JODER!.

La sombra alfa comprobó que el hombre calvo no se movía, entonces tornó la mirada hacia Ripper Pig y Varanus.

Chell se había llevado la cabeza del arconte, era lo que había considerado útil de aquella criatura, la ingeniera salió de allí a la velocidad que lo haría una Lepus, haciendo gala de una velocidad que ninguna persona podría alcanzar con piernas naturales.

Coger una por una las mascaras meter dos cuerpos fornidos en un contenedor y el cuerpo del arconte en otro, le llevaría a Soma almenos un par de minutos, pero su problema mas inmediato no era el tiempo, sino la futilidad de sus acciones, aquellos hombres, al contrario que el equipo de Elysium que permanecía en modo autista y comunicandose mediante una intranet especialmente encriptada, estaban conectados a la red y acababan de tener un contacto directo con ambición, aunque el proceso se hubiese detenido por la conmoción, su posición era de sobra conocida, meterlos en un contenedor no iba a servir de nada. Pero al margen de aquel hecho, Soma tambien estaba siendo vigilado, no todas las sombras se lanzaban sin criterio alguno.

Cuando Soma comenzo a correr, una sombra descendió sin prisa alguna desde una fachada cercana, pero no corrió detrás de Soma, primero le miró para asegurarse de que no tenía intención de volver y luego procedió a abrir el contenedor en busca de los mercenarios que Soma acaba de meter dentro.

Ahora Soma estaba en una posición dificil, debía tomar una decisión, si se paraba a lidiar con aquella sombra, mas cauta e inteligente que el resto a todas luces, sin duda perdería la oportunidad de ayudar a sus amigos y obtener el poder que aquella misteriosa voz le había ofrecido.

Pero si se marchaba sin mas, estaba condenando a dos personas indefensas a algo peor que la muerte, tambien dejando que las filas enemigas aumentasen.

Ante la falta de tiempo, un análisis rápido de Chell determinó que lo mejor era arrancar la cabeza del arconte y llevarsela, si tenía algo útil (y todo parecía indicar que si), estaría en esa parte.

Usar la potenciación de sus piernas permitió a Chell moverse a la velocidad de una Lepus, llegando a su destino mucho antes que Soma o que cualquier persona con piernas naturales. Al llegar la ingeniera se encontró con un escenario dantesco, cientos de cadáveres en el suelo del Tartaro contando mercenarios, parroquianos masacrados y exoesqueletos de sombras abatidas.

Ahora en el medio de la sala había una enorme sombra alfa que acaba de despedazar, literalmente, a la mujer rubia que escoltaba siempre a Ripper Pig y que acababa de luchar con Ostara.

Detrás de la barra del bar estaban Varanus y Ripper Pig, uno lanzando bombas y el otro disparando con un revolver dorado. A un lado de la sala estaba inconsciente el hombre que Varanus había descrito, parecía haberse llevado lo peor de la entrada de aquella monstruosa sombra.

Dos torretas automatizadas tambien podrían llamar la atención de Chell, habían sido la clave para acabar con el grueso de sombras, pero ahora estaban detenidas y humeantes, tal vez podían ser reparadas.

Un problema menos, la nueva fórmula era extremadamente eficaz, si salíamos vivos de esta investigaría su composición para poder desarrollar más armas con esta efectividad.

Poco tiempo me duró la alegría cuando vi como la nueva sombra partió por la mitad a la compañera de Ripper, si ella me parecía una excelente combatiente por plantarle cara a Ostara, no me quería imaginar que clase de fuerza tenía ese monstruo.

Al tiempo entro Chell como un rayo por la puerta, suponía que todo había salido bien con Soma, pero ahora nos teníamos que centrar en lo que teníamos delante.

-Chell, si conseguimos que esas torretas vuelvan a funcionar quizás podamos volar por los aires al chucho este, no se si podremos retenerlo durante un poco de tiempo visto lo visto.

De todas formas, o matábamos o moríamos dada la situación, así que, saqué una bomba y volví a la carga.