Partida Rol por web

 Adirael golpeó una piedrecita con el pie.

 - ¿Por qué se empeñan en ponérmelo dificil? - aquello era un fastidio, le hubiese resultado mejor hablar, dialogar, si conocía a Adirael sabría que si lo que tenían eran órdenes de alguien, en Elysium, no pasaría nada. El psíquico no era ningún asesino, y no solía meter en problemas a los soldados que hacían su trabajo, aquel fantasma ¿era responsable de sus actos? Su forma de actuar daban a entender que no, que servía a otro propósito o a otra gente, aunque era pronto para descartarlo por completo.

 Estuvo tentado a dejarlo marchar. Tarde o temprano se revelaría. Pero si por algo destacaba Adirael, o pretendía hacerlo, era por tener bajo control la mayoría de variables.

 Suspiré.

 Le seguiría, si podía detenerlo estaba bien, sino, simplemente intentaría aplicar la misma estrategia que el había utilizado, le seguiría hasta su "guarida". Era el momento de volver a ejemplificar lo que era dar un salto de verdad.

Sólo había un metodo de bajada dentro del edificio: las escaleras. Cuando Adirael llegó a la puerta que accedía a ellas descubrió que acababan de ser lanzadas dos granadas de gas lacrimógeno. De nuevo una medida que anulaba momentaneamente la sobrehumana capacidad perceptiva de Adirael.

Era previsible que aprovechase su ventaja de distancia y las mas que probables medidas para que ese gas no le afectase a él para escurrirse entre los dedos de las manos de Adirael, fuera quien fuera, sabíamuy bien lo que hacía, tambien era buen conocedor de las habilidades psiquicas, Adirael no estaba siendo subestimado.

Mientras el gas se dispersaba por todo el espacio de las escaleras, si bien era una odisea ver o sentir nada mas que aquel gas irritante, Adirael tuvo tiempo de comprobar algo extraño. Aquel al que perseguía no había entrado en las escaleras ni estaba intentando escapar a través de ellas, o tal vez simplemente lo había hecho de una forma increiblemente rapida y ya no estaba allí, algo poco probable, aquella pantalla de humo parecía tener otra finalidad.

Adirael no podía quedarse mucho tiempo en esa parte del edificio, tampoco contener la respiración eternamente, debía decidir si seguir su camino de descenso por las escaleras o tal vez barajar otra opción.

 Era evidente que aquella persona no estaba allí para matarle. Sólo cubría su retirada para conseguir huir. Podía intentarlo, y también reflejaba que confiaba demasiado, no subestimaba sus capacidades, pero si su determinación. Adirael estuvo cargando su puño a punto de una acción más...inesperada, derribar un edificio no era fácil, pero tampoco extremadamente dificil.

 No estaba allí para matarlo, pero quería respuestas.

 No le importaba demasiado, las variables existentes estaban bajo control, o lo estarían pronto con el curso de los acontecimientos. El psíquico era un humano dificil de herir, pero sin duda, quien consiguiese hacerlo, no sólo destruiría al hombre que se escondía tras un nombre de leyenda, destruiría las esperanzas de la humanidad por ganar esta guerra.

 Ya había visto humanos dispuestos a eso, como Hope y otros.

El sigilo no tenía cabida, él sabía que estaba siendo perseguido, Adirael era como un dragón persiguiendo un tigre, ambos tenían garras para herirse, colmillos y fuerza en sus poderosos músculos, pero el dragón goza de su luz y portento para cegar a sus enemigos y el tigre sólo de su capacidad para esconderse.

 Era extraño pensar que un demonio mayor sólo hubiese tenido que utilizar una pequeña granada para derrotar al psíquico. Adirael empezaba a pensar que estaba envejeciendo a pasos agigantados, o que estaba perdiendo capacidades respecto a su juventud. 

 no hacía tanto tiempo...y sin embargo lo notaba lejano. Casi tanto como aquella guerra interminable.

 Habían pasado años...¿Habían avanzado realmente? ¿él solo o más personas con él? A veces se sentía solo, como ahora, persiguiendo objetivos que se escapaban entre sus dedos, mientras el resto no hace nada, no están o persiguen sus propios fantasmas.

 Tal vez fuese el propio Adirael el que se ponía lastres en su propio camino, lastres como el orgullo o como el peso de todas aquellas pérdidas, de no haberse sacrificado también, como el resto.

 Tal vez pronto llegase la hora de hacerlo y dejar a otro el relevo de salvar la humanidad.

 Pero...¿quién estaría preparado?

 Jason aún no lo estaba. Era inmaduro, temerario, no reflexionaba acertadamente sobre algunas situaciones. Tenía muchas virtudes, pero sin duda le faltaba precisamente la Virtud. En uno de los pocos casos en los que mucho es menos que poco.

Geralt se había encontrado, pero no podía ser depositario de algo así. Podría servir de escudo, pero como columna, como pilar, se quebraría en pedazos tan rápido como crece su ira en combate. Ha mejorado, pero sigue siendo demasiado solitario, demasiado alejado de lo que significa ser un lider.

 El resto...eran una decepción tras otra.

Tal vez la visión del psíquico fuese la equivocada, sólo tal vez, su deseo, su legado, sólo fuese humo...años despilfarrados en una tarea mastodóntica que no conducen a ningún sitio. Allí estaba de nuevo.

 Y se sintió más solo que nunca.

 Porque sólo cuando caminaba a solas se encontraba libre, sólo cuando actuaba a solas abandonaba uno de los lastres en la persecución de sus sueños. Que irónica era la vida, sabiendose que ese sueño involucraba necesariamente a todas esas personas, a todos los humanos.

 El psíquico se mostraba siempre fuerte. Atento con las peticiones, activas u ocultas de todos, preocupandose por ellos aunque no se lo exigiesen. Pero en verdad estaba exhausto de luchar, de seguir remando contracorriente. Sentía que estaba muy lejos de aportar un cambio real, porque estaba solo, porque no podía trabajar por otros, porque los que compartían su destino, estaban ocupados pensando en otras cosas.

 Tal vez su sueño, fuese sólo eso, un sueño, uno suyo, únicamente, sólo compartido por las almas trascendidas de sus amigos muertos.

 Estaba solo.

Y perseguía un fantasma.

 ¡¡BaAAaAaAAMMMmmMmM!!

 las palmas de sus manos se unieron la una con la otra.

 Basta de trucos.

 Debía aprovechar aquel sonido, intentar detectar incluso el retorno de las ondas sonoras para ubicar mejor la posición de su presa.

 Tenía camuflaje termo-óptico, no podría verlo fácilmente, ni sentir su calor, pero sin duda podría oir la electricidad de su traje, la respiración, el latido del corazón, o el crujir de los materiales con el que estaba hecho, diferentes a cuanto le rodeaban, debía confiar en su oído y no tanto en su vista. Podía sentirlo, porque aunque anulase parte de su sonido, al caminar, o al moverse, no podía ser totalmente inaudible. 

 Su aura, a su vez, poco tenía que ver con el calor de su cuerpo o su falsa invisibilidad.

 Tenía que encontrarlo.

No podía permitir que le espiasen sin al menos una conversación de por medio. Le importaba poco lo demás, el águila, el tigre, o el dragón, no se inquietan por los pensamientos de sus presas, aunque sin duda éstas, si hablasen, los tratarían como monstruos descorazonados, como el mal, como el horror más vil. Pero no permitiría que algo así estuviera fuera de su control, de su...conocimiento.

 ¿Lo conseguiría en ese momento? tarde o temprano lo haría.

Adirael era el hijo de lo inevitable.

El piso en el que había aterrizado el agente fue en su momento unas grandes oficinas de alguna empresa importante, todo estaba cubierto de polvo y destrozado, pocos eran los escritorios que permanecían en su sitio y de una pieza.

Por la ventana recien rota entraba ahora una brisa fria que levantaba algo del polvo del interior y agitaba las cortinas provocando un efecto bastante tétrico al iluminar cadaveres humanos que llevaban ahi años, como si fuesen parte del moviliario.

El modo omnisciente era ahora la mejor carta de Adirael si lo que quería era capturar a su objetivo en vez de matarlo, pero una vez mas, Adirael supo que no solo no estaba ante una ficionado, sino ante alguien que le conocía, o almenos había estudiado las habilidades conocidas de Adirael.

El modo omnisciente no reveló su aura dado que estaba en la parte mas alejada de las oficinas con respecto a la entrada, pero había otras cosas que un humano no podía esconder en esas circustancias, su respiración y el latido de su corazón, asi como los sistemas de un mas que probable traje de alta tecnología.

Adirael escuchó lo que parecían ser dos, dos personas escondidas tras dos columnas del fondo, no había linea de visión por el momento, una respiraba agitadamente y su pulso estaba muy acelerado, era sencillo sentir su presencia, tambien era obvio el sonido de su traje, la otra presentaba caracteristicas propias de alguien que está a punto de morir, su respiración era muy debil y su pulso estaba en un punto normalmente peligroso para la salud, incluso con el modo omnisciente resultaba dificil percivirla, pero no imposible.

El individuo que parecía mas alterado tambien parecía estar haciendo algun ajuste en una consola o en su arma, trataba de ser sigiloso pero Adirael ahora podía escucharle.

El escenario había sido preparado, almenos todo lo rapido que le había permitido el poco tiempo que había tardado Adirael en aparecer allí. Delante del psiquico y cubriendo esa entrada había dos granadas "Claymore*", un par de pasos mas y explotarían de manera automática. Cualquier demonio hubiese pasado por encima sin preocuparse lo mas minimo, pero para Adirael eran ahora completamente evidentes, podía detonarlas desde una distancia segura ya fuera intentando moverlas con telequinética o disparando con su Kata. El problema era lo que la explosión podía atraer.

La ventana del fondo y mas cercana al objetivo estaba abierta, eso probablemente tampoco era fruto de la casualidad. Proceder sería ahora peligroso por esa entrada, la alternativa mas cercana era romper la pared y sortear las Claymore. Los tubos de ventilación eran tambien otra opción, pero llevaría infinitamente mas tiempo entrar por ellos.

 Si conocían tan bien sus capacidades supondrían que Adirael había visto esas minas claymore, por lo que cualquier movimiento habitual en él podía llegar a ser un problema, crear una explosión sería seguirles el juego, independientemente de que Adirael saliese herido o no. Tal vez sus órdenes fuesen luchar si era imprescindible.

 Ya eran dos.

 ¿Los rusos? ¿alguna estrategia en el geofrente a espaldas de Adirael?

 No recordaba tener enemigos entre los humanos, pero todo podía ser....

 Adirael no hizo estallar a distancia aquellas minas, ni trató de activarlas de ninguna forma. Era el momento de esperar, de ser pacientes, de dejar que pensasen que se había ido.

 Adirael les había seguido hasta allí, y parecía inevitable que entrase a por ellos, pero no lo hizo. Ni buscó la forma de hacerlo de otra forma. No iba a atacarles o a poner en riesgo su salud, era evidente que uno de ellos estaba aumentando su grado de estrés, y eso podía forzar una situación que el psíquico no deseaba. Ningún humano era un enemigo reconocido, incluso si intentaban matarle, por el motivo que fuera, seguirle o derrocarle de otras formas.

 Con toda la sutileza que pudiese reunir debía retroceder, mientras les tenía localizados. Debía encontrar alguna habitación contigua o incluso encaramarse en la fachada del edificio para seguirlos, haciendo, exactamente, lo que ellos habían estado haciendo con él. Igual que el dragón se eleva bajo las nubes y observa la tierra bajo sus garras, controlando todo.

 Debía ampliar la visión.

 Eran dos. 

Pero sólo de momento.

 Si lograba ocultarse lo suficiente y seguirles podía conseguir información más útil.

Las mejores opciones para Adirael eran caminar entonces a la sala contigua, había un debil tabique y una puerta cerrada separandolas, nada que una patada con la suficiente fuerza no pudiera remediar, tambien existía la opción de abrir uno de los ventanales, caminar por el alfeizar y entrar por los ventanales de la sala donde se encontraban los ahora dos objetivos.

En cualquier caso, mientras Adirael se mantuviera en silencio y no se alejase excesivamente, sus oidos le proporcionarían toda la información que necesitaba para escuchar los siguientes movimientos de sus objetivos los cuales pordían ser, en parte, desconcertantes.

Aquel cuyo pulso y respiración estaba mas acelerado y parecía mas ocupado manipulando algun tipo de artilugio tecnológico se comunicó por radio con apenas un susurro, algo que Adirael jamás hubiera podido oir sin el modo omnisciente. Primero proporcionó un codigo para describir su situación. El código que mecionó venía a decir que su objetivo le había descubierto y que tenía evidencias para una detención. Luego confirmó el codigo que le dieron de vuelta, sus ordenes ahora eran retirarse y no dejarse capturar a costa de su vida, probablemente porque estaba en algun tipo de misión "extraoficial" y el contratante no quería que se descubriese su identidad.

El segundo humano, el que parecía estar en un estado vegetativo, de pronto recuperó su pulso y en silencio se dirigió hasta la ventana mas alejada de todas, la abrió y comenzó a descolgarse por ella con ayuda de una cuerda.

Ambos objetivos ahora se separaban y Adirael no podía estar en dos sitios a la vez. Mientras que el que se había comunicado por radio no se había movido en ningun momento, el otro parecía empeñado en alejarse de allí todo lo posible sin decir palabra.

 Por la forma de comportarse parecía que el tipo que había salido de allí era alguien capaz de combatir a un gran nivel, posiblemente fuese un soldado más experimentado, técnicas para reducir el ritmo del metabolismo no eran del todo habituales en un guerrero humano, salvo que tuviese objetivos dificiles, Adirael estaba entrenado para cosas así, como lo estaban algunos templarios, pero lo habitual era que ante un imprevisto alguien se comportase como el que llevaba el peso de las comunicaciones.

 Era poco probable que aquel tipo se alejase suficiente, tal vez todo fuese una simple artimaña.

En cualquier caso, entrar por la cornisa parecía lo mejor y acorralar al tipo más estresado de los dos su mejor baza. Ante la presión cedería mucho antes.

 El psíquico tenía que tratar de reconocer el acento de aquellos tipos, saber si había oido antes aquellas voces o si tenían algo de particular. Por otro lado, debía mantenerse en las sombras hasta saber como iba a evacuarse el segundo tipo, el primero tenía buen manejo del gancho, y su camuflaje le daba buena covertura, pero el segundo podía no disponer de equipamiento tan eficaz o incluso su especialidad podía ser la ingeniería. 

Si era así, debía estar atento a cualquier trampa en la ventana, y tenía que intentar ponerse a su espalda en cuanto se pusiera en movimiento.

Adirael pudo acercarse sin mayores problemas, incluso para estar haciendolo desde un angulo inesperado, el soldado que permanecía estático estaba siendo muy imprudente por no moverse de ahí.

Por desgracia, la artimaña se desveló cuando Adirael se situó a los diez metros o menos, hubiese continuado de no ser por el modo omnisciente. Aquel que estaba escondido detrás de la columna, agazapado y manipulando de alguna manera su arma, no tenía aura y desde el angulo adecuado Adirael no tardó en llegar a la conclusión de que no era mas que un holograma, generado por un pequeño dispositivo justo debajo de la figura.

Adirael ya había visto esos dispositivos antes, aunque no se centraban en engaños tan sutiles como la respiración o el latido del corazón, sino mas bien se utilizaban para simular fuego de cobertura o llamar la atención del enemigo. Almenos en cuando a la segunda función mas comun, había cumplido su cometido. Las modificaciones de aquel aparato, sobretodo en el apartado de sonido sin duda tenían la firma de la escuela de ingenieros. Tambien podía servir como punto de vigilancia o comunicador, es decir, podría estar viendole y escuchandole en ese mismo instante.

El holograma no se inmutó aunque Adirael se colocara justo delante de él. Tambien la comunicación por radio que acabab de tener parecía parte de la actuación aunque Adirael podía interpretar eso como una advertencia del verdadero agente para que el psiquico cesara en su empeño por el bien de ambos.

A esas alturas, el otro individuo, el verdadero, ya se había descolgado por la cuerda y estaba en plena carrera por la calle.

 Adirael concluyó que aquello había sido una pérdida de tiempo.

 Sin más, se despidió de todos aquellos minutos perdidos y siguió con la segunda parte de sus responsabilidades.

 Fue en busca de los comando que había conocido cuando destruyó a una de las reinas, sería dificil encontrarlos, pero sabía donde los había visto la última vez, empezaría por ahí.

No era un paseo corto, el lugar donde se apostaron entonces aquel grupo de comandos estaba fuera del territorio de Yecum y por tanto, bastante mas alejado de Elysium.

La ciudad estaba cambiando de nuevo, resultaba evidente, los cadaveres se apilaban sobre cadaveres, signos inequivocos de batallas similares a la que el psiquico había presenciado junto a Yecum. Cadaveres de demonios por doquier, inlcuso algunos de ellos de cierto tamaño y fuerza, como los Minions y Comandos. Tambien multitud de demonios de la plaga muertos, pero por lo visto no los suficientes. La plaga estaba consumiendo una tierra ya consumida, seguían añadiendo mas sangre sobre la infecta capa de ponzoña que había por doquier.

Sin embargo, en medio de aquella morgue, había un tipo singular de vida (si es que se la puede calificar asi) que se abría camino pasando desapercivida. De nuevo en varias ocasiones, Adirael se topó con sondas exploradoras de Elysium que nisiquiera se paraban ante su presencia. En el interior de algunos edificios pequeños robots rudimentarios y otros no tan rudimentarios, recolectaban y reciclaban materiales en el mas absoluto silencio, sobretodo metales de las ruinas, los almacenes de material electrónico habían sido vaciados muchos de ellos, otros estaban a medio vaciar, incluso Adirael pudo ver como un pequeño robot no mas grande que un perro, serraba poco a poco el brazo mecanico y las armaduras de los Minions y se los llevaban, sin prisa pero sin pausa, como trabajadores ajenos e inansables.

¿Era aquello una nueva forma de vida? la poderosa percepción de Adirael decía que no, no tenían aura, no tenían alma. Sin embargo revosaban vida en comparación con el mar de muerte en el que estaban sumergidos. Y algo en el interior de Adirael, le decía que aquello no era mas que la punta del iceberg, o tal vez sería mas acertado decir que era la base.

Adirael finalmente llegó a la zona donde antaño estuvieron asentados un grupo importante de comandos, pero el paisaje era el mismo, aquellos demonios tambien habían perecido, se habían atrincherado en el mismo edificio en el que Adirael recibió la daga que ahora mismo portaba. Había centenares de cadaveres de demonios de la plaga, pero les habían sobrepasado, seguramente tras una batalla larga y cruenta.

En el interior todavía quedaban cadaveres reconocibles de comandos, pero la mayoría, incluidos los de los mismos demonios de la plaga, estaban siendo ahora engullidos por otra cepa de demonios de la plaga que Adirael ya había visto antes, unos demonios mas recolectores que combatientes.

Los cadaveres eran almacenados en su toraz y allí disueltos hasta convertirse en biomasa, cuando estaban hinchados de este liquido, volvían a las colmenas, seguramente para alimentar al resto de cepas o a las mismas larvas. No atacarían si Adirael no se acercaba mucho, incluso aunque le vieran, seguirían con su papel dentro del engambre.

Pero aquellos vuitres no resultaron ser la unica compañía de Adirael en aquel lugar, de nuevo la voz jovial de una dolescente le llamó la atención, sentada sobre un bloque de cemento producto de un derrumbe parcial.

-Hola de nuevo, Adirael.

Alzó la mano tambien para saludar y no abordarle de manera amenazante o descortés. De nuevo sus mangas eran demasiado largas y tapaban sus manos. Sus ojos eran como la ventana a un alma tétrica y oscura, un negro frío e inquietante.

-¿Has tenido algo de suerte con el viejo Vulgrim?.

Preguntó con una sonrisa inocente en el rostro.

- Más que con otras cuestiones.

 Miré a mi al rededor.

- Por lo que se ve... - Era una lástima ver como un posible plan se esfumaba sin más. Pero era lo que siempre ocurría con sus planes personales, siempre sentía lo mismo, que daba igual lo que pudiese indagar, los ardides del destino le pagaban con la misma moneda, todo estaba predestinado a pasar de la forma en la que a alguna clase de demiurgo alienado con pretensiones le había dado por organizarlo, o en el mejor de los casos, simplemente se había equivocado de lucha y debía abandonar todo cuanto antes y dejar paso a otros con más visión.

 - Una pena.

 Iba a proponerles gloriosa batalla. 

Estoy convencido de que les hubiese gustado.

 Supongo que llego tarde.

Ya encontraron lo que yo venía a proponerles.

 Le explicó, aunque no lo necesitaban, ni él, ni Adirael, pero aquel demonio era el que había insistido en ser politicamente correcto.

-Me alegra oir eso.

Dijo con respecto a las nuevas de Vulgrim, pero no estaba allí para profundizar mas en ese tema.

-Ellos no te necesitan para eso, vaya unos "soldados" serían sino. Ademas, es peligroso formar una simbiosis con aquellos cuya voluntad está subyugada, aunque si se elimina o se llega a un acuerdo con la fuente que subyuga, entonces es otra cosa.

-No es que puedas hacer mucho por los Prothean, almenos no tanto como yo, pero en el caso de nuestros viscosos amigos... bueno, estas en ello ¿no es asi?.

He venido a ofrecerte consejo de nuevo, aunque se nos plantea el mismo dilema que con ellos, busco una simbiosis contigo porque vosotros, soprendentemente, no estais subyugados por mas que por vosotros mismos, pero en mi caso, me temo que no soy distinta a esos Prothean muertos, aunque mi subyugador parece estar dandonos mucha mas libertad de lo que estamos habituados y estoy haciendo buen uso de esta aparente tregua.

Lo que quiero decir es que, otra vez, no tienes ninguna garantía de la veracidad o la intencionalidad de cuanto digo. Asi que te corresponde a ti elegir.

Advirtió, adelantandose y reafirmando la desconfianza que su presencia y palabras podían generar en un humano.

-El potencial de la plaga está basado en su adaptación puramente biológica, digamos que para ellos la perfección es el constante cambio, la constante evolución. Son criaturas realmente soprendentes, aunque como esclavos tienen un monumental fallo: al igual que se adaptan contra sus enemigos o a condiciones hambientales adversas, tambien se adaptan a sus subyugadores. Con mas o menos exito buscan la forma de escapar de un control basado en una mentalidad de colmena tremendamente arraigada. El resultado es previsible: seres que se aislan hasta cierto punto de la colmena y adquieren individualismo, esto no les permite escapar del control, pero les permite plantearse cómo hacerlo y eso incluye, tal vez, acceder al contacto con otra especie, si eso puede ayudar a que escapen de ese control.

Puede que estes interesado en sacar provecho de tu cruzada contra Balban, estoy seguro que un ser de esas caracteristicas podría serte útil en este momento.

Y yo se como puedes encontrar a uno.

Le tentó, pero en vez de con el cuerpo como lo hiciera una sucubo, con las palabras, estaba claro que le gustaba hacerse la interesante.

- No busco más provecho para mi que la paz.

 Zanjó, le acusaba de buscar beneficio propio, utilizando a aquellas criaturas como alguna clase de medio. Aquellas criaturas, para Adirael, como lo eran las súcubos y otros subyugados, no eran puras herramientas, aunque lo pareciesen. Es como si le preguntasen si MAGGIE era un arma muy potente, o Alicia sólo una programación muy compleja, lo vivo y lo muerto no dependían de un corazón que late, había fronteras que no habían alcanzado a atisvar, como los virus, había que aceptar que la vida era sólo una forma más de las que podían encontrarse dentro de la multiplicidad del universo.

 - Si Balban muere mi intención es dejar libre a estas criaturas, no quiero utilizarlas para matar a nadie, ni para conseguir nada.

 Creo que lo justo es que todos tengan libertad.

 Por lo que veo, somos pocos los que tenemos ese gran privilegio.

Pero la libertad acarrea riesgos, y tu me tientas con ellos una y otra vez.

 Mi libertad para elegir me hace responsable de mis decisiones, y algunas de esas decisiones, llevan consigo a buena parte de la humanidad.

 Tu ves mucho más allá.

 Y no es como si esto fuese algo nuevo para ti.

 Ya sabes lo que haré.

Ya sabes quien soy.

 Y ya sabes cual será mi decisión.

 Me dan igual esas prerrogativas sobre verdad o falsedad. Si quisieras manipularme, me manipularías. Si quisieras destruirme, lo harías. Y si me dejas elegir, es porque haré lo que tengo que hacer, que es justamente lo que esperas que haga, y sin embargo, importa poco lo que tu esperes.

 Balban sólo es un obstáculo para los mios, para llegar más allá, para eliminar los yugos.

 Balban no es el problema, pero tal vez...

 si pudiesemos dar ejemplo, con lo que llaman plaga, entonces, tal vez otros abriesen los ojos. Subyugadores y subyugados.

 Y a ese nivel, justo en ese nivel, estais todos vosotros.

 Tanto Justitia y seres como Irera, del orden, como los prothean.

 Si estuviese en mi mano darles la libertad, incluso a costa de mi vida, lo haría gustosamente.

 Pero antes, tengo que asegurarme de que los mios pueden llegar al final de este asunto,y  cortarte esos hilos que te sientan tan mal.

 Te escucho.

 Pero con un único motivo, deseo profundamente que los seres de este universo sean libres para decidir, como lo soy yo en este momento, decidir para hacer lo correcto, sean representantes del caos o del orden, para convivir, para hacerse más fuertes juntos, aunque sea en un ciclo inacabable de lucha.

 La lucha nos ha hecho más fuertes, a ambos bandos, tal vez preparandonos para este momento. Sin lucha no hay cambio, sin colores, no hay un futuro.

Pero la libertad positiva y la negativa están ahí, siempre presentes.

 Por eso estás aquí, imagino. Para que sea libre de verdad.

 Podría ser hasta irónico.

 Negó.

 - Si saco provecho accidentalmente lo agradeceré, pero liberarlas a cambio de servicio, no sería mas que reemplazar un yugo por otro más endeble.

 Ellos deberían decidir si luchan o si obedecen.

 Yo puedo mostrarles lo que he visto.

 Lo que sé.

 Si es a lo que te refieres...

 Y haría lo mismo con los Prothean si crees que es posible con tu ayuda.

 Porque aquellas razas no eran diferentes de las sucubos, de la raza de Irera o de los humanos sometidos por MAGGIE o por Balban.

 Esa no era la misión de Adirael, pero sin duda le dedicaría tiempo si con eso liberaba a otros, si con eso, conseguía un universo más equilibrado, más dispuesto a luchar contra la verdadera amenaza.

Se encogió de hombros, con una mezcla de simpatía y resigación en el rostro.

-Bueno, la verdad es que a mi me facilita mucho las cosas que pienses asi, sobretodo respecto a lo que puedo o no puedo hacer.

Se inclinó hacia delante y miró a Adirael a los ojos, claramente interesada en lo que veía.

-En realidad tú y yo no somos tan diferentes, ambos tratamos de alcanzar nuestros objetivos de formas diferentes que nuestros camaradas y eso multiplica nuestros enemigos, o tal vez sería mejor decir, "detractores".

Me he fijado en tí desde hace algo de tiempo, estaba allí cuando perdiste a tus amigos, te observaba cuando vagaste solo, cuando encontraste nuevos compañeros y ahora, que de nuevo la vida de todos a tu alrededor pende de un hilo.

Puede que me haya "enamorado", o eso es lo que diría si fuera humana.

Hizo una pausa mientras seguía mirandole fijamente, observando sus reacciones, sus expresiones. Luego volvería al tema que les ocupaba.

-Puedes usar mis consejos como te plazca, tanto para reafirmar tus ideales como para ir en contra de ellos, el conjunto de elecciones que haces es lo que te hace ser tú, el humano que tanto me atrae.

Siempre he tenido buen ojo a la hora de valorar a otros, mi instinto nunca me ha fallado, solo espero que no lo haga ahora.

En cuanto a ellos...

Dijo mirando un instante al insectoide que seguia engullendo cadaveres.

-... aquellos individuos que obtienen esa rara individualidad en la colmena, obtienen algo único y raro entre su especie: un nombre, aparte de capacidades excepcionales claro está.

Para encontrarle, su nombre es lo mas importante, porque una vez lo conoces, solo tienes que llamarle a través del canal adecuado, es decir, a través de "su canal". Su vínculo telepático es muy fuerte, ya has visto lo que sucede cuando esa conexión se interrumpe aunque sea temporalmente, solo tienes que hacer resonar con fuerza su nombre en un individuo de la plagua y el eco de esa llamada se extendera a través de su red. Dudo que vaya a ignorar una llamada asi.

En otras palabras, estaba sugiriendo que gritara su nombre en la cabeza de un demonio de la plaga, podía servir el que estaba ahi mismo, luego sería cuestión de esperar, pero ¿cual era ese nombre?.

-"Kaloth" es el nombre del especimen mas cercano con esas características. Puedes llamarle ahora si lo deseas, no ceo que tarde en presentarse.

- Me halagas. 

 Respondió ante aquella confesión repentina. Y no mentía, aunque eso le preocupase profundamente.

 - Sé lo que debo hacer. - explicó sus elecciones - y los demás también. - podía referirse a los humanos pero era extensible incluso a otras especies - pero no todos puedes elegir hacerlo o no. 

 Sin duda en esas elecciones reside la libertad.

 La miré, a lo profundo de aquel alma oscura. Era hermoso. No tenía nada de terrorifico por sí mismo,  era algo espectacular, algo sin límites, algo más allá del entendimiento humano. Era esa sensación...como cuando te detenías a mirar el fuego de una hoguera, tus ojos en este caso se iluminaban con la oscuridad más profunda. Lo complicado era lo que seguía después...que ese abismo absoluto te devolviera la mirada. Aquello si era terrorífico.

 - Me das alternativas.

 y por lo tanto parecería que me dejas elegir.

 Sea una verdad o molestarse por mantener mi forma de pensar, tengo que darte las gracias.

 Pero Adirael no se conformaba con lo mínimo.

 - Si sale bien, tal vez podamos hablar sobre los demás. - los prothean, y otros. - me gusta la idea.

 y es que no se le ocurría una mejor representación entonces de lo que era la libertad, la infinita oscuridad, allí, frente a él, sintiendo amor, y la esperanza por hacer lo correcto, un aspirante a lo bueno, al bien, a la luz. Aquello era la representación milenaria del equilibrio, del mundo, del universo. Aquel diálogo y aquella colaboración. Eran muy diferentes, pero estaban destinados a unirse, a enfrentarse, a ayudarse. De uno nacía el otro, y del otro, el uno.

 Cabía la posibilidad de que fuese una estrategia.

 Pero Adirael había tomado su decisión voluntariamente.

 Se había introducido en el fango, y ese fango pronto convertiría su luz, a vista de otros, en oscuridad. Lo verían como al enemigo, como a un siervo de un demonio más, lo verían corrupto, perdido. Pero Adirael no estaba perdido, la luz puede sobrevivir en la oscuridad, la luz es más fuerte cuanta más oscuridad hay.

 - Admito que suelo pensar más en las consecuencias. - presentó antes de realizar la llamada - pero el tiempo va en nuestra contra.

 No tenía tiempo para volver más tarde, tal vez, ni la posibilidad de hacerlo. Era el momento.

 - ¡KALOTH! ¡KALOTH! ¡ESCUCHA MI LLAMADA! Por favor...Kaloth.

 Adirael se sentó, cruzando las piernas como si fuera a meditar. Cerca de su nueva "amiga". Estaba tranquilo, aunque no desdeñaba la posibilidad de tener que luchar.

 La violencia era una variable demasiado presente en aquel universo torturado.

La jovencita que acompañaba a Adirael parecía satisfecha con la inciativa del psiquico.

-No me des las gracias, al fin y al cabo lo que hago, lo hago por mi propio interés y mis propios objetivos. Por desgracia, llegado el momento, nuestros objetivos dejarán de coincidir y entrarán en conflicto y ese va a ser un momento realmente desagradable.

Nuestra siguiente será inevitable, de eso no te preocupes, aunque espero de ella bastantes menos resultados quede esta.

Dijo con cierta pesadumbre.

-Yo me despido aquí, ya estas en al dirección que yo deseo, ha sido un placer verte de nuevo, es nuestra segunda cita, esperaré espectante la tercera.

No era necesario que se quedase, igualmente, cuando Adirael se sentó a su lado pudo notarlo, ella no estaba allí, no era mas que algun tipo de proyección, una mera ilusión que se desvanecería en el mismo silencio que había aparecido.

El demonio recolector, tras recibir en su cabeza aquel mensaje, se mostró ciertamente sobresaltado y abandonó la escena, tal vez no con miedo o excesiva prisa, pero su instinto le instó a irse lejos de un ser del orden con semejante potencial psiquico.

Adirael tuvo que esperar unos diez minutos, solo y en un completo silencio, dicho silencio solo se rompió cuando su oido advertió que algo se acercaba por los tuneles que ya habían realizado en el interior del edificio los demonios insectoides que estaban ahi hace no mucho. Lo que saldría de dicho tunel, era algo que solo Raven había tenido la suerte o la desgracia de ver: un demonio de la plaga único.

Era simlar a un gusano pero con multitud de extremidades acabadas en manos, garras, aguijones y otras terminaciones dificiles deidentificar. No era agradable a la vista, pero si interesante tal vez para alguien que supiera apreciar la genialidad de aquel ser único.

-Kaloth- Humano... capacidades psiquicas... potencial... desconocido... motivo de la llamada... desconocido.

Como era de esperar, era muy dificil entenderle, pero balbuceaba ingles, el idioma que los demonios habían tomado como el estandar de la raza humana. En cualquier caso, Adirael entendería rapido que no estaba ante un gran orador, el entendimiento mutuo era aun mas dificil si cabe que con cualquier otra raza de demonios conocida con capacidad de habla y razonamiento.

Adirael tambien pudo notar un tremendo potencial psiquico en él, casi equiparable al de Eva por usar algun tipo de baremo. Dependiendo de la situación, Adirael podría estar ante una de las criaturas de la plaga mas peligrosas que existían, tambien de las mas inteligentes.