Partida Rol por web

Escuchó la comunicación del capitán hasta el final esperando buenas noticias, pero la transmisión no fue lo que esperaba. Tenían que hacer algo si no morirían— Debemos comprobar qué energía le queda a la nave, y si queda alguna redirigirla hasta este lugar, tal vez podamos sobrevivir hasta que lleguen.

No creía ninguna de las palabras que acababa de pronunciar, pero no podía perder la esperanza. Después se dirigió al ingeniero —no entiendo de mecánica, pero hay alguna posibilidad de reparar o cargar la fuente de energía de la Greta? —mientras que Tristan lo pensaba se dirigió al comunicador el capitán tenía que saber que no tenían muchas posibilidades de seguir con vida en esas circunstancias.

—Joder!! Smith, tienes que venir con esa fuente de energía o con la nave tan rápido como puedas, no vamos a aguantar mucho más, ¿me entiendes?

- Entendido. Nos daremos prisa. Por si nos pasara algo, les informo que esta nave llevaba prisioneros o prisionero, no lo sabemos, al planeta prisión Crematoria. Eran cinco tripulantes y al menos uno está muerto porque lo encontramos. Posiblemente lo estén todos, por la sangre que hemos visto. Nos pondremos en contacto apenas encontremos lo que necesitamos para revivir a Greta. Cambio y fuera.

- Vamos Stamets. Al demonio la misión de rescate. Si podemos, volveremos luego, pero en lo que a mi respecta las probabilidades de que haya alguien vivo que necesite rescate son muchísimo más bajas que las de sobrevivir de nuestra tripulación. Iremos directo a Ingeniería, y nos daremos prisa.

Dicho eso, lideró la marcha, apuntando con su pistola adelante, pero apurando el paso, siguiendo las indicaciones de Stamets respecto a la ubicación de la sala que buscaban.

Bien, parecía que de nuevo se me cerraban las puertas de ir al aseo, y la vejiga lo sabía. Apretaba y apretaba insistentemente para hacerme entrar en razón y aflojar el esfínter, cosa a la que me negaba. O explotaba y me meaba encima o encontraba la ocasión de evacuar en esta nave mortuorio.

-"Bien, capitán, sígame. Iremos directos a ingeniería a por la fuente de energía y las piezas que necesitamos. Espero que aguanten en la Greta hasta nuestra llegada."

Caminé detrás de John, indicándole el camino. Había que pasar por el comedor y de allí a la sala por donde entramos. En el techo había una entrada a la parte superior de la nave, donde se encontraba ingeniería y lo que buscábamos. Cuando llegamos, bajé la pequeña escalera y empecé a subir el primero.

El regreso a la sala por la que habíais llegado fue bastante rápida. Cuando llegasteis a ella, las escaleras estaba en la zona inferior. Abristeis la escotilla y la oscuridad apareció ante vosotros además de la escalera. 

Pero también había algo más.

Escuchasteis un sonido extraño, como de un golpeteo sobre el metal, que provenía del interior del corredor de ingeniería, aunque en esos momentos, no podíais ver nada.

El pasillo era estrecho, por lo que únicamente podíais entrar y avanzar, con aquellos trajes, de uno en uno.

Arrastré los pies siguiendo a mis compañeros hasta el puente. Andaba cabizbajo por el fracaso. No sabía si los demás se habrían dado cuenta, pero yo sí tenía claro que si la GRETA se había apagado definitivamente había sido por mi culpa. 

Mientras hablaban con el capitán, respondí a Rook.  

no entiendo de mecánica, pero hay alguna posibilidad de reparar o cargar la fuente de energía de la Greta?

 - No...no para nosotros...lo único que nos queda es buscar una fuente química de calor mientras le hecho un vistazo a los trajes espaciales en mal estado, por si puedo hacer algo para arreglarlos...o no sé...

Me llevé las dos manos al vientre. El efecto de los sedantes se estaba pasando, y el frío comenzaba a ser difícil de soportar. 

—Aunque no puedas arreglar el traje, algo aislará del frío —miró preocupado a sus compañeros—. En fin, el que se quede con ese traje será de los últimos en morir. Esto me lleva a algo que tenemos que discutir: hay que decidir que hacer con el traje que se encuentra en buenas condiciones. Se puede utilizar para abandonar la nave e intentar llegar hasta el capitán o utilizarlo aquí y así no morir congelado mientra se espera la llegada de la energía. Si se decide este último caso el afortunado tendrá que cuidar del resto de tripulación. Habrá que buscar un lugar que nos proteja del frio y por ahora el único sitio que tengo en mente no os va a gustar. —Hizo una pausa para que todos digirieran lo que acababa de decir—.Tenemos que decidir quien va a vivir unas horas más dentro de ese traje...aunque si tenéis alguna idea mejor la aceptaré sin dudar.

- ¿No sabéis contar o que pasa? - Sonrió McFadden haciendo una broma para liberar algo de tensión. - Tenemos dos trajes que funcionan y un tercero que podría ser reparado. Luego hay dos inservibles, aunque como dice Haré, igual podrían aislar un poco el frío como medida extrema. - Miro a Tristán. - Hagamos una cosa. - Propuso. - Tristán, si puedes arreglar el traje, para ti. Así no dependes de la suerte. El resto nos jugamos a suertes los otros dos. ¿Qué os parece?

Un sonido extraño llegó a nosotros, metálico, como si alguien golpeara algo. Pudiera ser un superviviente de la tripulación que estaría intentando poner en marcha la nave o el presidiario que los había matado. En todo caso, había que meterse en ese túnel para ir a donde queríamos. Le hice una señal a John para que fuera él primero, ya que era el que tenía el arma. Yo, además, estaba ahora mismo en mi propia lucha interna. La vejiga se estaba volviendo a revelar y teníamos un duelo a muerte entre nosotros.

El golpeteo de metal le indicó a John a las claras de que habían dado con el responsable de la masacre. Le resultaba absolutamente imposible que fuera un sobreviviente. No, estaban escuchando a quien fuera que había provocado aquello. Pero la situación apremiaba y era enfrentarse a quien estuviera ahí, o dejar morir a toda la tripulación de la Greta.

- Stamets -habló en voz baja-, ¿tenemos algo para iluminar?

Si lo tenían, enfocaría la luz hacia el lugar de donde provenía el sonido. Luego entraría. Si no, pues probaría lo que nunca resultaba en las películas de terror:

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?  

El razonamiento de John era que si fuera el asesino, se quedaría callado, o iría a su encuentro. Si era otra cosa, como un cable o algo que hubiera quedado suelto, quedaría como un tonto, pero mejor quedar como un tonto vivo.

De cualquier forma, dejaría pasar unos segundos, tal vez  15 o 20, y luego avanzaría con la pistola en alto, apuntando hacia aquel lugar.

Nadie respondió a la llamada de Smith, pero tras unos segundos de silencio, volvió a oírse algo caminando o golpeando el suelo metálico. Las luces de vuestros trajes no llegaban tampoco demasiado lejos desde donde estabais. Para poder ver todo el corredor, o al menos, hasta la zona de ingeniería, debíais bajar por la escalerilla y estar en horizontal.

Fuera lo que fuese, o quien fuese, no parecía querer darse a conocer, o no podía hacerlo, o por supuesto, estaba esperando a que bajaseis.

Miré a Roger y asentí. 

- Lo intentaré...

La confianza en mis capacidades estaba al mínimo tras el desastre con los motores, así que lamenté no haberle prestado atención al estado de los trajes antes de tener que llegar a necesitarlos. La GRETA nunca regalaba un respiro, pero joder, ahora no dejaban de venirme a la memoria momentos en los que podía haberme ocupado de ellos. 

Por otra parte, todavía había una posibilidad de ganar tiempo. Poco, pero aún debía quedar energía residual en los 746 condensadores distribuidos por las entrañas de la GRETA, así como en las 9 baterías auxiliares. Si conseguía cambiar la polaridad para reconducirla hasta las cápsulas vitales, quizá los dos que quedaran sin traje podrían mantenerse dentro unos 15 o 20 minutos -conscientes, con frío y poco oxígeno sí...pero no congelados-, hasta que llegara Paul con energía de la otra nave. 

Solo tenía que conseguir un pico de energía que reavivara el circuito mediante un cotocircuito inducido para conseguir los segundos suficientes para rebañar la carga residual y canalizarla hacia allí. Mientras, Gemma, Roger y yo montaríamos guardia para concretar las reparaciones y defendernos de esas criaturas. 

Así se los expliqué a todos mientras me ponía manos a la obra. 

No había nada que hacer. Tristán lo intentó, pero era imposible conseguir algo más de aquella nave, que estaba virtualmente muerta. Ahora no era ya si podría repararse o no, sino de cuánto tiempo conseguiríais sobrevivir antes de morir, bien por falta de aire o por el frío del espacio.

Los sistemas de ventilación también fallaban y empezaba a faltar el oxígeno y a sentirse demasiado dióxido de carbono en el aire.

- ¡Mierda Tristán! - Exclamó el soldado. - ¿Qué has tocado esta vez? ¡Joder! 

A punto estuvo de darle un puñetazo en la mandíbula al ingeniero. ¿Dónde se había sacado el título? ¿En una tómbola? Es más, ¿por qué Smith había contratado a un inepto como ese? Al final el capitán era el responsable único de todo lo que estaba sucediendo. No había sabido elegir a su tripulación, no había llevado el mantenimiento necesario, ni adquirido los equipos imprescindibles. Todo era un verdadero desastre. 

- Juguémonos a suertes quién usa los trajes y quién se queda sin ellos. - Propuso agarrando cuatro cables los cuáles había cortado a diferentes medidas; dos más largos y dos más cortos. Le ofreció uno a Hate, Harry y otro a Gemma. - Los que se queden el cable más largo consiguen traje. Tristán tendrá que apañarse con el que aún puede ser reparado. Si puede arreglarlo se salvará. Depende de sus conocimientos únicamente. - Tomó aire. - Coged uno...

El ingeniero no estaba en condiciones de arreglar nada y volvió a demostrar que así era. El aire dejó de fluir y mis sensores captaron el descenso de temperatura y la variación de la composición gaseosa de gases.

Eso no era nada bueno.

-He de informar de que la temperatura está descendiendo rápidamente; también hay un aumento considerable de la proporción CO₂/O₂. Si no se marchan de aquí, dentro de poco caerán inconscientes y su cuerpo dejará de emitir constantes vitales.

Quizás McFadden se diese cuenta instintivamente de todo ello, porque se dispuso a sortear los trajes. Mi particular naturaleza, me impedía participar en aquel sorteo. Por otro lado, si había alguien que podía sobrevivir en aquellas condiciones, por decirlo de alguna manera, era yo.