Partida Rol por web

 Smith, hemos abandonado la nave. Ha quedado inutilizada y las condiciones no eran ya compatibles para la vida. ¿Dónde se encuentran, capitán? 

El mensaje de McFadden llegó algo apagado, pero con claridad, a vuestros comunicadores.

No podía creer como lo había hecho, pero McFadden lo había conseguido, segundos antes estaba a punto de ser golpeado por uno de esos asteroides y empujado al espacio exterior, ya lo daba por perdido cuando escuchó su trasmisión.

Era su turno, Tristán también estaba al otro lado, solo quedaba que el recuerdo de la primera vez que intentó cruzar no lo atenazara y pudiera moverse entre esas rocas sin mucho problema.

La visión de aquella criatura dejó a John sin reacción. No esperaba encontrar nada parecido. Afortunadamente Stamets salvó su vida, pero casi a costa de la suya propia. Eso fue lo que hizo reaccionar al capitán, arrojandose sobre el ingeniero e intentando apagar el fuego con sus manos y su cuerpo, que era todo lo que tenía a mano. Quitar el oxígeno de la superficie que se quemaba parecía ser la única opción para que su compañero no se achicharrara.

Si lograban controlar el fuego, le preguntaría a Stamets que hacía falta para encender los soportes vitales de la nave. En eso llegó la comunicación de Mc Fadden. Greta agonizaba. Intentó responder.

- Mc Fadden, tengan cuidado, esos asteroides son traicioneros. Los esperamos aquí. ¿Alguien quedó sin traje? ¿Quedó alguien en la Greta?

Si Stamets estaba bien, estaría atento a aquella criatura que parecía haber dado cuenta de hombres de armas. No descartaba que no estuviera sola.

- Mc Fadden, tengan cuidado, esos asteroides son traicioneros. Los esperamos aquí. ¿Alguien quedó sin traje? ¿Quedó alguien en la Greta?

La voz de Smith resonó por los altavoces del traje, mientras llegabas a la nave y te unías a Tristán, que marchaba detrás de ti y que también estaba llegando.

- Lo sé capitán. Casi me estrello contra uno. - Respondió McFadden. - Doc y Gemma siguen en la nave. No había más trajes...

 Lo sé capitán. Casi me estrello contra uno. - Respondió McFadden. - Doc y Gemma siguen en la nave. No había más trajes...

El maldito soplete hizo algo raro y empezó a prenderme el traje, haciendo que se abriera un boquete y saliera el oxídeno de mi traje. Una llamarada fue hacia la criatura, espantándola. John se tiró encima mía para apagar mi brazo ardiendo, mientras que yo apagaba el soplete, claro está. En cuanto vi que la criatura se apartaba, chillando de placer, saqué de mi bolsa de herramientas un rollo de cinta para tapar mi fuga. Me di varias vueltas con ella y la volví a guardar. Con el soplete aún en posición, aunque no creía que durara mucho el fuego si lo encendía, me puse en posición defensiva. En ese momento sonó el comunicador, los demás venían a la nave y se habían dejado al doctor allí.

-"Genial..."

Con el fuego apagado, al menos habíais conseguido que la criatura retrocediera y unos segundos más tarde, lo único que quedaba en el pasillo indicando que no lo habíais imaginado todo era la pequeña nube de humo y unos pocos restos del traje, en el suelo.

Pero al mirar el contador de oxígeno, vistes que habías perdido bastante, así que no podías demorarte mucho más tiempo. Necesitabais reactivar los sistemas vitales en la nave si al final os ibais a quedar allí, porque si no, estaríais en las mismas que en la Greta.

-¡Maldita sea! Mirando mi nivel de oxígeno, mascullé entre dientes.

-"Capitán, debemos avanzar hasta la sala de ingeniería. Debo restablecer los sistemas vitales de la nave o muy posiblemente, si logran llegar los demás aquí, morirán en un tiempo. Además, a mi no me queda mucho oxígeno. Más tarde nos preocuparemos de esa cosa, si no nos mata antes. Pero lo primero es lo primero, ahora tenemos vía libre."

Le indiqué a John que avanzara pasillo adelante, hacia la sala donde tendría que ponerme las pilas y sacar todo mi ingenio y sabiduría. Si la pifiaba, moriríamos todos.

-"Debería de comentarle a los demás lo del bicho que hemos visto. Quizás se lo encuentren al entrar en la nave."

Mientras en el interior parecían estar luchando por sus vidas, fuera habíais terminado de uniros todos junto a la esclusa. Sin perder más tiempo, abristeis la compuerta y entrasteis en la sala de presurización. Cuando la luz verde se iluminó en el panel, abristeis la puerta y os adentrasteis en la nave.

No parecía haber nadie, y los indicadores señalaban que había una pequeña atmósfera pero enrarecida. No parecía ser conveniente respirarla durante demasiado tiempo. La temperatura era bastante baja, cercano a los -10ºC, por lo que quitarse los trajes tampoco era recomendable.

La sala se comunicaba por tres pasillos, hacia la derecha, la izquierda y justo enfrente.

Como era habitual, Stamets tenía razón.

- McFadden, ¿me escucha? Tengan precaución al entrar. En la nave hay una y puede que más, criatura alienígena. Seguramente fue quien mató a todos los tripulantes. Repito, tengan mucho cuidado.

Una vez enviado el mensaje, era momento de volver a ingeniería y enfrentarse con esa cosa. 

- No tenemos opción, Stamets, debemos volver. Sin activar los sistemas de la nave, será lo mismo. Debemos apurarnos, la vida del doc está en juego. Venga detrás mío.

Avanzó con la pistola en alto hacia ingeniería, listo para llenar de agujeros a aquel ser. Ahora sabía a lo que se enfrentaba, esperaba tener un poco más la sangre fría.

 McFadden, ¿me escucha? Tengan precaución al entrar. En la nave hay una y puede que más, criatura alienígena. Seguramente fue quien mató a todos los tripulantes. Repito, tengan mucho cuidado.

La voz de Smith resonó por los comunicadores.

Recogí mi maletín de la señorita Pepis y fui detrás de John. Debíamos darnos prisa en llegar, matar a la criatura, arreglar el soporte vital, y ya por fin podría ir corriendo a mear a gusto en alguna esquina. Con la mano derecha sujetaba el maldito soplete quematrajes.

-"Bien capitán, voy detrás de usted."

Finalmente, ambos avanzasteis cautelosamente en dirección a ingeniería, moviéndoos torpemente por el corredor y pasando por encima de las planchas de hierro que unos momentos antes, había ocupado aquella criatura. 

Cada paso parecía costar más que el anterior, a pesar de lo cual, vuestra determinación era lo suficientemente fuerte como para seguir adelante. Finalmente, llegasteis a la zona de ingeniería, en donde todo parecía estar tan en silencio como el resto de la nave y no había rastro de aquella criatura.

El aspecto general era el de cualquier sala en la cual un ingeniero hubiese intentado que todo continuase en funcionamiento. Había nuevos empalmes de energía para seguir abasteciendo a los motores, que parecían estar apenas funcionando. Solo un análisis en mayor profundidad podría determinar si verdaderamente, podían funcionar.

John estaba absorto en sus pensamientos. Eran todos pensamientos fatalistas. No había ningún escenario donde sobreviviesen todos. Eran tantas las posibilidades de  morir que por momentos abrumaban. Podían ser devorados por aquel bichejo, Podía explotar el reactor, podían apagarse los sistemas y morir congelados, podían asfixiarse cuando se les acabara el aire, y muchas otras, que no descartaban quedar incinerados como aquel pobre diablo del puente.

Dejó a Stamets que hiciera su magia en los controles para tratar de resucitar aquel armatoste antes de que fuera demasiado tarde.

- Lo hemos conseguido. - Dijo McFadden con una sonrisa. - De verdad que creí que no lo contaba. 

McFadden se detuvo a examinar la estancia donde se encontraban. Lo primero era reunirse con Smith. Desde luego, si iban todos juntos tendían más probabilidades de ayudarse mutuamente si se enfrentaban a un problema serios. Pero antes, quizás lo más importante era examinar la sala en busca de más trajes espaciales. Al fin y al cabo, podía haber alguno, pues estaban en la sala de la esclusa. 

Entonces llegó una comunicación por parte del capitán. 

- ¿Lo habéis oído? - Po sus caras era evidente que no. - Smith me ha transmitido por canal interno, que hay seres alienígenas en la nave. Hostiles. - Aclaró por si quedaba duda. 

- Capitán, intentaremos reunirnos con usted. - Dijo por intercomunicador. - Pero debería guiarnos de ser posible...

Entré por la escotilla mareado. Podía intuir la palidez de mi rostro por el temblor que me recorría todo el cuerpo. Jamás había sentido las sensaciones que acababa de vivir ahí fuera. 

- ¿Qué ha pasado aquí?...

¿Qué estaba pasando también aquí?. ¿Les habría pasado a los tripulantes de esta nave lo mismo que a nosotros?. 

Busqué señales de lucha por la sala y asomándome al pasillo. ¿Habría cadáveres?. Iba pendiente de encontrar algo con lo que poder protegerme de esas criaturas conforme salía de la habitación para buscar al capitán y Stamets.  

Respiró aliviado al entrar en la esclusa, esta vez lo había conseguido, pero la situación no era la mejor; Doc en la Greta con muy pocas posibilidades de sobrevivir y ellos con el mensaje del capitán grabado a fuego en sus cabezas.

—Tenemos que encontrar algo para hacer frente a esos alienígenas, seremos una presa fácil si nos encuentran.— Se dirigió a MacFadden.— ¿En que sector está el capitán? Necesitamos un informe sobre esos seres y necesitamos esa fuente de energía no os olvidéis de Doc. 

— No sé que ha pasado, pero seguro que nada bueno. — La respuesta a la pregunta de Tristán no la tenían en ese momento, pero estaba seguro que no tardarían mucho tiempo en encontrar la respuesta.