Partida Rol por web

En la flor de la vida

Belmonte

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21/11/2021, 18:21
Director

—¡Pardiez! ¿Y qué tie qué ver la hora? Sería la hora del almorzo porque ya nus rugían las tripas. Y a ese le podéis ver las entrañas si os place, a ver si asín encontráis que puo ser. Nusotros nada vimos, corrimos por nustras vidas como si nos persiguiese el Diablo al ver a éste asín de apañao —Explicó uno de los supervivientes, el otro empezaba a sentir que el estómago le flojeaba y se inclinó para vomitar. 

Uli miraba con preocupación y el resto de los curiosos allí congregados mezclaban la preocupación con la consternación por lo que estaba ocurriendo. La palabra monstruo se había hecho sentir en Belmonte y, conociendo la esencia de aquel pueblo, no tardaría en difundirse por todas las casas y habitantes. 

Notas de juego

Dannar, lanza Formación de Brujo.

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21/11/2021, 18:29
Director

Regresaban de vuelta al núcleo urbano del pueblo con la sensación de no haber conseguido nada en su visita al leñador. Aquel hombre poco sabía. Nada que ellos no hubieran escuchado ya por medio de Uli y un montón de comentarios por los que no hubieran perdido nada si se los hubiesen evitado. Esperaban que sus compañeros hubieran obtenido mejores resultados, pero aquel asunto, con tantos años de por medio, tenía difícil solución. 

Ya se habían percatado antes, cuando bajaban por la montaña de vuelta de los aserraderos, pero fue más evidente cuando llegaron al pueblo. Algo había pasado. Una multitud se congregaba en una de las callecitas del pequeño pueblo, y había gente agitada y nerviosa que se movía alrededor del tumulto de gente. Algunos, más precavidos, iban a buscar a sus niños allí donde estaban jugando y los cogían del brazo para encerrarse en sus casas. En medio del tumulto había un pequeño círculo, y en medio vieron a sus compañeros, a un par de guardias y a Uli. Las cosas no parecían ir bien.

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21/11/2021, 18:57
Martem de Bremervoord

Mientras el variopinto trío regresaba al centro de Belmonte, Martem notó algo extraño. Había algo en el modo en que la gente se movía, alejándose de cierto punto del entramado de calles, o bien completamente inmóviles, levantando la cabeza para curiosear desde la distancia, que le dijo que algo no andaba bien. A medida que se iban aproximando al lugar que tanta atención atraía, pudieron ver un grupo nutrido de personas que se arracimaban en mitad de la calle, agrupándose en torno a algo que no alcanzaban a ver. Con un mal presentimiento, Martem se echó la capucha sobre la cabeza y, discretamente, se desvió ligeramente hacia un lado, alejándose de sus dos compañeros y entremezclándose con la pequeña muchedumbre.

En silencio, el cidario se fue abriendo paso hasta llegar a un punto desde el que pudo ver lo que estaba pasando: allí, en mitad de un círculo de gente, estaba el resto de su grupo, que se encontraban junto al alcalde y algunos guardias. Mal asunto. Callado como una tumba, Martem permaneció atento, tratando de evaluar la situación por si hubiera que intervenir… o desaparecer.

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22/11/2021, 08:13
Dannar

Dannar chascó la lengua, exasperada, y se contuvo para no dar un par de guantazos a esos dos. En su lugar negó y se agachó, para examinar el cuerpo a ver si al menos eso si resultaba de mayor utilidad.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vaya mierda tirada -.-

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24/11/2021, 18:21
Jezal

Y con razón te lo parece, porque bien jodido que es. Tanto como me gustaría entender lo que pasó, mal pinta la cosa —se lamentó, meneando un poco la cabeza—. Rabía que me da saber dónde murió, pero no entender ni imaginar cómo ni por qué.

Siguió caminando junto a sus compañeros, más consumido por el desánimo de pensar que sus labores no darían frutos que otra cosa, cuando se percató del tumulto que se estaba formando. Lanzó una mirada preocupada a uno y a otro, con el ceño ligeramente fruncido. Porque no tenía ninguna duda de que los que estaban en mitad del tumulto eran sus compañeros.

La madre que me parió —murmuró—. ¿Qué han montado?

Observó cómo Martem se adelantaba con la capucha puesta, pero le parecía que él y especialmente Morkam no tendrían tanta suerte pasando desapercibidos. Por desgracia, el nilfgardiaano ya había demostrado que tenía más curiosidad que razón, así que también se acercó un poco, aunque aprovechando que era alto, no le importó quedarse en la parte exterior del círculo.

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25/11/2021, 13:54
Director

Dannar se apresuró en estudiar las heridas que presentaba el recién fallecido. Eran unos profundos arañazos producidos sin duda alguna con unas grandes y afiladas garras. Y era más, lo había hecho un monstruo con una fuerza descomunal. Dudó unos instantes, pero no demasiados, ya había visto antes heridas similares y estaba segura de qué los había causado. Un hombre lobo. 

Los hombres lobo eran bestias peligrosas y temibles que podían permanecer aletargadas en el interior de personas totalmente razonables. Esas enormes criaturas parecían un cruce entre humano y lobo gigante y eran monstruos despiadados sin empatía y con una intensa sed de sangre. Lo peor de esas bestias malditas era que surgían de gente normal encarnando toda la crueldad y las malas intenciones de la persona maldita. Cuando una persona se transformaba en hombre lobo, proceso que normalmente empezaba al alzarse la luna, perdía todo vestigio de humanidad y le quedaba solo la inteligencia y sus impulsos más violentos y nefastos. Lo extraño en aquella ocasión era que aquellos hombres habían sido atacados durante el día, en la mañana de un día despejado y agradable.

Notas de juego

Por poco, de hecho por 1, pero la pasas.

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25/11/2021, 14:21
Dannar

No tenía ningún sentido, pero aquellas heridas la había causado un hombre lobo; se había asegurado, revisando dos veces las heridas, y no cabía duda. Frunció el ceño.

¿Ha desaparecido o echáis en falta a alguien últimamente? ¿Ese camino, el atajo, es frecuentado por alguna persona? —preguntó—. ¿Ha habido ataques en otras ocasiones últimamente, a personas o a ganado? ¿Se han producido altercados violentos recientemente?

Si había un hombre lobo, alguien tenía que haberse transformado, y al no ser que de repente hubiera llegado un viajero con la maldición, dudaba que fuera la primera vez. Luchar contra la bestia iba a ser complicado, especialmente porque no llevaba lo necesario, pero si encontraban al portador, las cosas podían resultar más sencillas para todos.

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26/11/2021, 17:49
Director

Martem se mezcló entre la multitud y Jezal asomó su alta cabeza por detrás de la gente que se arremolinaba junto a sus compañeros. Temían que pudiera estar produciéndose algún altercado con ellos, pero no había ningún pogromo contra la bruja, el juglar y el kovirano. Simplemente estaban hablando. Pudieron ver que incluso el alcalde estaba allí con ellos. Todos con gesto de preocupación y cara de que algo grave estaba ocurriendo.

En un momento dado, Dannar se agachó y la perdieron de vista. Un rato después se reincorporó y empezó a decir algo sobre si había habido ataques en otras ocasiones o algo similar. Entre el movimiento de la gente advirtieron que había un cuerpo tendido en el suelo. El tumulto de la gente, que murmuraba y daba sus propias opiniones sobre lo ocurrido no les permitía escuchar bien. Lo único que pudieron sacar en claro es que debía tener relación con algún tipo de monstruo.

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26/11/2021, 17:54
Uli

—No ha habido altercados, ni tampoco echamos a nadie en falta. ¿Por qué? ¿Qué habéis averiguado? —preguntó el alcalde intrigado—. El atajo hace años que nadie lo usa. Ya estaba mal cuando yo era un crío, y ahora ni siquiera se utiliza el camino que está bien. Salvo para ir a los aserraderos. Ya os dije que poco viajamos hacia el sur hoy en día, nuestros intereses están en el norte.

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26/11/2021, 19:06
Martem de Bremervoord

Una de las personas que había congregadas alrededor de la escena se adelantó, entrando en el círculo para reunirse con los que estaban inspeccionando el cadáver. Llevaba una capa de un color verde bosque, cuya capucha le tapaba la parte superior del rostro; solo la poblada barba cobriza que asomaba por la abertura permitió que sus compañeros lo identificasen antes de que se descubriese la cabeza: se trataba de Martem, el cidario. El recién llegado se detuvo en el centro, observando el cuerpo que yacía a sus pies, y miró a los demás con una expresión interrogativa que, sin embargo, se mostraba mesurada en la manifestación de cualquier emoción.

¿Qué ha pasado? —inquirió, echando un buen vistazo al muerto.

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27/11/2021, 04:00
Morkam

Cuando regresaron a Belmonte al ambiente tenso que se respiraba era la señal de que algo malo había ocurrido. Tal hecho fue reforzado cuando vieron a varias personas congregadas. No era necesario escuchar sus conversaciones susurradas, pues el nerviosismo de su mirada era prueba suficiente. Morkam pensó en maldecir, pero su compañero Jezal se adelantó. Por ello la única aportación del enano fue un sonoro gruñido.

Poco después se unieron al tumulto, pudiendo reunirse con sus compañeros y observar la escena en primera fila. Al ver el cuerpo tendido en el suelo, el herrero pensó lo peor; no obstante, al ver como la actitud de los guardias y el alcalde no era hostil esa mala sensación aminoró.

En silencio se acercó, evitando en lo posible el cadáver, pues sentía como un cosquilleo comenzaba a instaurarse en sus entrañas. Sabia que la muerte era algo natural e incluso había acompañado a viejos conocidos en sus últimos instantes de vida; sin embargo, aquello era distinto. Una criatura, que no un animal salvaje, había provocado aquella muerte, la cual probablemente había sido efectuada entre miedo y dolor.

Eso. ¿Qué deantres a ocurrioh aquí? — preguntó el enano, reforzando las palabras del cidario.

A pesar de que el desayuno amenazaba con abandonar su estómago, el enano se aventuró a lo desconocido y lanzó una mirada al cadáver. En un comienzo fue breve y superficial, pero al sentir como la curiosidad le embargaba, decidió examinar el cadáver de manera exhaustiva. Al contrario que Dannar, no era un experto en maleficios y monstruosidades, pero si conocía algo del cuerpo humano. Quizás pudiera ayudar en aquella empresa ofreciendo la causa de la muerte o algún detalle de importancia.

- Tiradas (3)
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27/11/2021, 10:57
Dannar

Fue asintiendo a cada pregunta respondida, aunque al final torció el gesto y se llevó la mano al mentón, pensativa. ¿Un leñador tal vez, que se separara del grupo cuando nadie le veía, para evitar la caza? Sin incidentes violentos recordables, no estaba segura. ¿Algún soldado desertor que hubiera acabado allí? Alguien así habría visitado el pueblo en algún momento, estaba seguro, pero nadie había mencionado más extranjeros, y ya que habían dicho que ese paso no se usaba, suponía que a alguien le habría llamado la atención y lo habrían dicho. Negó contrariada; muchas opciones, varias opciones, y otras que se le iban ocurriendo a medida que le daba vueltas, pero ninguna segura. Por desgracia, se temía que iba a tener que ir a investigar in situ, con los peligros que eso conllevaba, especialmente si la bestia atacaba también en pleno día. Eso lo complicaba todo.

Estaba a punto de decir algo a Uli cuando un par de sus personas, que resultaron ser sus compañeros, se adelantaron de la muchedumbre, haciéndola ver la cantidad de gente que había allí reunida; cualquier cosa que explicara correría como la pólvora en el pueblo y sembraría el caos, por lo que optó por callarse lo que sabía de momento.

¿Podemos hablar en un sitio más privado, alcalde? Y llévense el cuerpo, a este hombre habrá que enterrarle, o lo que hagáis aquí con los muertos.

Notas de juego

Si no fuera porque la que iba a visitar a la abuela está muerta, diría que estamos en el cuento de Caperucita Roja jaja.

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29/11/2021, 21:25
Uli

En medio del círculo de curiosos estaban Dannar, Rion y Alberich, Uli y otros dos de los hombres del alcalde junto al cadáver que yacía en el suelo. Morkam se agachó con intención de hacer algo por ayudar al pobre desgraciado pero era tarde para hacer nada por él. Según pudieron contarle sus compañeros allí presentes después, el susodicho había caído fulminado tras llegar al pueblo tras una carrera maratoniana huyendo de algún peligro y llegando incluso a ganar a sus compañeros en velocidad. Pero una vez a salvo del peligro las fuerzas le fallaron. La causa, pudo ver el enano, era evidente. Se había desangrado. Unas profundas y gruesas marcas en la espalda, semejantes a las que dejarían las garras de alguna criatura, habían atravesado incluso su jubón de cuero y le habían hecho perder demasiada sangre, tanta que tenía la camisa y los pantalones empapados. Poco más pudo sacar en claro. Sus dos compañeros aseguraban que un monstruo les había atacado, aunque ellos no habían visto nada. Otro compañero más, pues eran cuatro los que habían ido por el atajo aquella mañana para recoger a Ysentrud siguiendo las órdenes de Uli, había quedado en las montañas presa del monstruo. Los dos que estaban vivos e ilesos habían puesto pies en polvorosa cuando el ahora muerto les había salido al paso huyendo, y no habían dudado en dar media vuelta y seguirlo. Así de contagioso era el miedo. 

Dannar parecía haber sacado algo más en claro del asunto tras estudiar las heridas de la espalda del fallecido, pero esperaba comentarlo en privado con el alcalde para no alterar al resto del pueblo. Uli asintió, indicó con una mirada a los dos supervivientes que se llevaran a su compañero a un lugar decente para encargarse posteriormente de su sepelio y ordenó al resto de sus hombres que se encargaran de dispersar a la multitud. Muchos ya se habían ido al escuchar la palabra monstruo y se encerraban en sus casas. El ambiente en Belmonte comenzaba a cargarse de temor.

—¿Qué ha sido? —preguntó de inmediato el alcalde cuando estuvieron a solas de vuelta en su casa. La preocupación afloraba en sus ojos y se adueñaba de todo su rostro, y miraba a Dannar como si esperara que la respuesta de la bruja pudiera brindarle algo de tranquilidad, aunque sabía perfectamente que no sería así.

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30/11/2021, 01:22
Martem de Bremervoord

A medida que pasaban los minutos, fue quedando claro lo que había sucedido. Aquel hombre no había muerto por causas naturales, eso era evidente; lo que Martem no podía alcanzar a imaginar era qué clase de animal podía haber destrozado a ese pobre desgraciado de aquella manera... si es que era un animal el que lo había hecho. Los dos supervivientes explicaron lo que había ocurrido: el hombre formaba parte de la pequeña comitiva que había ido a buscar a la anciana Ysentrud. Al parecer, se habían encontrado con algo, un «monstruo» de algún tipo, que los había atacado, apresando a uno de ellos e hiriendo mortalmente a otro. El herido había logrado llegar hasta la ciudad antes de que la gravedad de sus heridas lo hiciese perder el conocimiento. Su muerte era reciente, pues.

Un monstruo...

Mientras Dannar evaluaba las heridas del finado, los pensamientos de Martem regresaron una vez más a la cueva de los lobos, en el bosque, desde cuyas profundidades algo parecía llamarlo. La bruja pidió hablar con Uli en algún lugar más privado, así que el grupo terminó siendo conducido nuevamente a casa del alcalde. Martem permaneció en silencio, atento a las explicaciones de la bruja y preguntándose por primera vez si realmente merecía la pena revolver el pasado, a pesar de las posibles ganancias que el éxito podría reportarles. Pero, ¿cuánto valía una vida humana, a fin de cuentas?

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30/11/2021, 17:24
Rion Aedryn

El misterio sobre la muerte del guardia tenía a Rion intrigado, enmudecido y, por qué no decirlo, acojonado. Porque que existiera una criatura salvaje capaz de algo semejante sin que los demás centinelas hubiesen podido distinguir ningún rasgo de la misma durante la partida, no le hacía augurar nada bueno al bardo. Se acarició su perilla, con gesto meditabundo y un tic un tanto nervioso, siguiendo los pasos de sus compañeros hasta el interior de la casa del alcalde; se sentía más seguro sabiendo que el resto del grupo estaba de vuelta con ellos.

Quizá sea pronto para aventurarnos —comunicó, mirando a Uli fijamente, a falta de que su compañera bruja se pronunciara sobre lo que hubiese averiguado—, pero un toque de queda o un aviso de que se extremen las precauciones en las cercanías del pueblo tal vez sería útil para que no se cometa ninguna imprudencia que termine en un desenlace fatal. Es evidente que lo que mató a ese pobre desdichado no es un animal común... —acotó, emitiendo un suspiro en el que se entreveía su preocupación.

Lo cual, por otra parte, no dejaba de ser mucha peor noticia. Solo faltaba que se encontraran cara a cara con algún ser legendario más propio de las leyendas y cuentos que tantas veces había escuchado siendo un rapaz. Diablos, ojalá no fuera ese el caso.

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30/11/2021, 21:23
Jezal

Jezal había pensado —o había querido pensar— que todo eso de jugar con los muertos eran poco más que tonterías y supersticiones. Que a los muertos poco les iba a importar quién los molestara y quién los dejara de molestar, que para algo estaban muertos. Pero ahí estaban, con un nuevo muerto entre las manos, y uno al que no le había podido matar una persona normal y corriente. Porque los vivos, aunque brutales y sádicos, sangrías como esas marcas en la espalda no podían hacer.

También podía ocurrir, por supuesto, que el monstruo no estuviera relacionado con la cueva, que se tratara de una mala casualidad y que Jezal estuviera asumiendo más de la cuenta. Pero le costaba creer en una casualidad así. Así que el, al final, también miró a Dannar. Porque si alguno allí podía saber qué tipo de monstruo hace algo así, esa debía ser ella. Él, desde luego, no tenía la menor idea.

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30/11/2021, 22:22
Dannar

Dannar no dijo nada hasta que, efectivamente, se aseguró de que no había nadie por allí escuchando, ni siquiera el mocoso hijo de Uli. Solo entonces, tras meditarlo un momento, terminó por explicar lo que había descubierto, o creído descubrir al menos; en cualquier caso, estaba bastante segura, y no solía equivocarse con esas cosas.

Tienes toda la razón, Rion, no ha sido un animal cualquiera. Lo que ha matado a ese hombre es un hombre-lobo —dijo directamente—. Al contrario que lo que se suele pensar, no es una enfermedad ni se transmite, no hay de que preocuparse al respecto; se trata de una maldición, normalmente lanzada contra alguien tras un altercado violento, de ahí mis preguntas de antes. El cambio de hombre a bestia suele ocurrir de noche, pero está claro que, en este caso, hay algo diferente, y no sé el que. Lo mejor será, en cualquier caso, que no se utilice el atajo hasta que se haga algo al respecto.

Y ahí lo dejó porque, si quería que ella se encargara de la criatura, lo siguiente sería estipular un precio.

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02/12/2021, 18:13
Uli

—¿¡Un hombre lobo!? ¿Estáis segura de eso? —preguntó Uli alzando la voz más de lo que hubiera querido por la sorpresa.

La cara de Uli lo decía todo, no podía salir de su sorpresa. Miró a Dannar intentando desentrañar en su imperturbable rostro si había alguna señal de que aquello fuera una tomadura de pelo, una broma, o una especie de estafa. Si no hubiera sido por la gravedad de los acontecimientos recientes así lo hubiera creído. Es más, ahora incluso desearía que así fuera.

—¿Qué no se utilice el atajo? ¡Pero si ya no se usa! ¿Y quién dice que ese hombre lobo no venga hasta el pueblo y nos mate a todos? ¡Eres una bruja, tienes que hacer algo! ¡Os pagaré más! ¿Cuánto queréis? ¿trescientas? ¿cuatrocientas coronas? —Uli empezaba a sonar desesperado— ¡Os daré quinientas!

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02/12/2021, 19:20
Dannar

Tranquilícese, alcalde —pidió, aunque sonó a exigencia—. Estoy segura, si, aunque necesito investigar porqué ha atacado de día. Tal vez una nueva especie, lo sabré cuando lo vea. En cualquier caso, simplemente no mande a más gente por allí, nada más; si lo hace, no creo que haya problemas, el hombre-lobo debe de llevar tiempo por aquella zona, sería mucha casualidad otra cosa, y nunca ha aparecido por aquí, por lo que no creo que tenga que preocuparse de que se produzca una masacre. —Frunció el ceño—. Aún así, me encargaré. Dígame, ¿sabe si alguien en el pueblo tiene conocimientos alquímicos suficiente para desarrollar bombas?

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02/12/2021, 21:42
Martem de Bremervoord

En cuanto la bruja abrió la boca, un estremecimiento sacudió a Martem con tanta fuerza que este sintió como si fuese a partírsele el espinazo en dos. Sus sospechas, aunque vagas, se habían visto confirmadas por aquella sentencia: un hombre lobo. Una persona maldita por alguna clase de maleficio que lo transformaba en bestia con cada luna. Pero entonces, ¿por qué habría atacado a aquellos hombres durante el día?

Uli entró en pánico. Era comprensible. El propio Martem, aunque guardaba silencio, sentía cómo un frío espeso y desagradable se instalaba en su interior a medida que aquella realidad se asentaba. Un monstruo. Un hombre lobo. Una bestia salvaje y terrible con unas garras como navajas, capaz de destrozar el cuerpo de un hombre como un cuchillo al rojo vivo cortaría un bloque de mantequilla templada. Mientras Dannar daba sus explicaciones y hacía sus preguntas, dando por hecha la cacería de la criatura, el cidario se estaba planteando si era juicioso aceptar aquella misión o si harían mejor en largarse de aquel pueblo de mierda cuanto antes. Por una vez, tenía que dejar de pensar en Pyrrha, en Ysentrud y en los demás y preocuparse por salvar su propio pellejo.

Y sin embargo…

Sin embargo, la desesperada oferta del alcalde había sido generosa. Muy generosa. Quinientas coronas suponían más de ochenta por cabeza, y el botín sería todavía más grande en el probable caso de que alguno de ellos muriese durante el enfrentamiento con esa cosa. Eso eran cien, ciento veinticinco coronas. Suficiente como para plantearse empezar una nueva vida lejos de allí, quizá incluso una vida honesta. La alternativa, plantarse, suponía irse de allí por su cuenta, solo, sin el respaldo de sus compañeros de viaje. Y aunque Martem confiaba en poder sobrevivir en la espesura en circunstancias normales, no estaba tan seguro de ello si, como parecía, había monstruos rondando por las inmediaciones. No. En aquel momento, estar solo significaba morir. Morir, o volver por donde había venido, lo que también significaba la muerte, bien fuera por mano de «Lord» Dorvan, bien fuera por la suya propia. Sí, el cidario estaba más que dispuesto a rajarse el cuello antes de permitir que aquel hijo de puta (¡eso sí que era un monstruo!) volviese a ponerle las manos encima.

Así que, a su pesar, se dio cuenta de que la decisión estaba tomada. Haría lo que decidiese hacer la mayoría. Si todos estaban de acuerdo en ir a matar a la fiera, él iría con ellos. Si preferían marcharse de Belmonte hacia algún lugar más grande y seguro, él iría con ellos. La impotencia de saber que los necesitaba lo enfurecía, pero por otro lado…

… Por otro lado, peor sería estar muerto a un lado del camino.

- Tiradas (1)