Partida Rol por web

En la flor de la vida

Belmonte

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13/10/2021, 21:23
Martem de Bremervoord

Martem escuchó nuevamente a Uli, reprimiendo un suspiro de exasperación, pues ya sabía lo que iba a decir. Si hubiese sido mejor persona, habría tratado de convencerlo de que no lograría nada más que provocarse todavía más dolor, a sí mismo y a su familia. Era mejor hacer como él mismo había hecho: huir. Huir sin mirar atrás, sin pararse a pensar, a recordar, y transitar por siempre la senda de la soledad. Sin embargo, sabía que hiciesen lo que hiciesen, no iban a conseguir quitarle aquella idea de la cabeza al hombre. Así que, ¿por qué no aprovechar entonces para sacar provecho?

No hay más que hablar, pues —dijo finalmente, rascándose la barba con gesto distraído. No parecía especialmente entusiasmado—. Tal vez deberíamos ir a la posada a hablar de cómo afrontaremos esta misión. Gracias por su confianza, señor.

Poco más quedaba que decir. El cidario miró a sus compañeros con cara de circunstancia, inflando los carrillos en una expresión que bien podría querer decir: «Vaya donde nos estamos metiendo».

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14/10/2021, 09:55
Alberich de Narok

A pesar de que Alberich hubiera preferido cobrar e irse del poblado a la mañana siguiente, la más que obvia cogorza que se estaba pegando el alcalde le obligaron a permanecer un día más en Belmonte. Prolongar su estadía no era de su agrado pero en el fondo entendía la reacción de Uli, mucha gente tienen un pasado que les atormenta de una u otra forma e incluso el mago, si ahora se encontrara en un lugar fuera de peligro, estaría intentando borrar sus recuerdos a base de jarras de alcohol…

Habiendo pasado el resto de la jornada recluido en su habitación, el kovirano se despertó al día siguiente con las primeras luces y al compartir desayuno con el resto del grupo recién entonces se percató de la ausencia del bardo, quien llegó más tarde del exterior de la posada, canturreando y con unas ojeras que delataban la falta de sueño. Al hechicero no le interesaba lo más mínimo las correrías nocturnas del tal Rion pero si le preocupaba que sus acciones le perjudicaran indirectamente y por eso solo se limitó a esbozar una mueca de desaprobación mientras que internamente debatía como lo entregaría en bandeja de plata al primer aldeano que llegara reclamando que “había mancillado el honor de su hija”.

Con el estómago lleno y sin la aparición de ningún padre cabreado, lo cual era una pena, la compañía se encaminó hacia la casa del alcalde, donde el crio con las ínfulas ya amansadas los escoltó hasta la oficina de su progenitor. El Uli con el que se encontraron distaba mucho de el del día anterior, no solo porque padecía los efectos de ver el fondo de varias botellas de aguardiente si no también por el peso de la dolorosa noticia que les habían revelado.
De pie y cargando todo el peso del cuerpo sobre su fiel bastón, Alberich escuchó atentamente cada palabra del alcalde pero sin emitir el más mínimo comentario ni la más mínima emoción, cediendo temporalmente la responsabilidad de la conversación a sus compañeros. La vida estaba plagada de tragedias e injusticias y aunque empatizaba con la situación del pobre hombre, el kovirano ya tenía demasiado con sus propias desgracias como para preocuparse también por la de un desconocido.
Recién cuando Uli les ofreció investigar la muerte de Pyrrha, el mago tomó la palabra.

-Respeto su resolución y su empeño en buscar justicia para Pyrrha, alcalde, es encomiable -dijo con voz solemne mientras inclinaba la cabeza frente a Uli- Pero como usted mismo dice, nos pide investigar una muerte que ha sucedido hace demasiado tiempo y cuyas pistas se han enfriado hace décadas… Por esa razón, aunque mi barbirrojo compañero parece deseoso de ayudarle -agregó dedicándole sutilmente una mirada de desaprobación a Martem- Me veo en la obligación de tener que velar por los intereses de nuestra compañía y hacer una contraoferta: Permaneceremos como máximo dos días más en Belmonte y dedicaremos todas nuestras fuerzas en investigar que fue lo que sucedió. Si descubrimos la verdad o alguna pista que aporte nueva información, recibiremos el pago que ha propuesto, pero en caso de que nuestros esfuerzos sean infructuosos, aún así se hará cargo de costear los suministros que necesitemos para continuar con nuestro viaje. Además, en ambos escenarios, también se hará cargo de costear nuestros gastos en la posada de Gunter e Inga ya que, como mencioné antes, vuestro trabajo nos obligará a extender nuestra estadía en Belmonte más allá de lo que habíamos planeado -explicó Alberich- Me duele tener que negociar el pago de tal noble empresa, pero tened en cuenta que las probabilidades de un resultado exitoso son escasas y que vuestra oferta inicial supondría un gasto para nosotros.

Tras terminar de negociar con Uli, Alberich vuelve a hablar.

-Antes que nada, necesitaríamos una lista de toda la gente de Belmonte que tenga la edad suficiente para haber presenciado lo que sucedió antes y después de la desaparición de Pyrrha -una vez que el alcalde haya colaborado, el mago se despidió de él- Volveremos en cuanto tengamos algo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Thorom: Si es necesaria alguna tirada, avisa así hago la tirada correspondiente (y espero que también los demás, que la contraoferta del mago es muy buena xDD).

EDIT: He agregado la tirada de Negociar

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15/10/2021, 08:26
Dannar

Dannar no tenía muy claro eso de que no hubiera más que hablar; la petición de Uli era loable, pero sería infructuosa. Investigar algo así, después de tanto tiempo, casi seguro que no llevaría a nada, lo que supondría una pérdida de tiempo y, lo que era peor, miradas recelosas en el pueblo cuando comenzaran a hacer preguntas que no gustaban a nadie. Era el tipo de cosas que hacían que los pueblerinos se revolvieran si la situación se extendía demasiado.

La bruja estaba a punto de decir algo en su habitual tono, cuando el mago intervino de repente. Después de pasarse un buen rato callado, las palabras salieron de su boca en un torrente ordenado, con una seguridad que no dejaba lugar a dudas ni reproches. Tras escucharle, no pudo menos que asentir en silencio, pensando que era un buen trato, uno en el que salían ganando de cualquier forma, a excepción del supuesto en que tuvieran que marcharse perseguidos por una muchedumbre furiosa si removían algún avispero. Si obviaban eso, no tenía ninguna objeción a ese negocio.

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18/10/2021, 11:52
Uli

Cuando todo parecía resuelto, Alberich intervino para hacer unas demandas bastante razonables a cambio de la ayuda del grupo. Uli, a pesar de haberles pagado ya con generosidad por las pieles y la lobera y tras haber prometido una suma todavía mayor por la ayuda del grupo, accedió en parte a las demandas del kovirano.

—Lo veo razonable. Supongo que si en dos días no han logrado ninguna pista tampoco lo harán en siete o en un mes — accedió asintiendo con la cabeza—. También me parece razonable hacerme cargo de sus gastos mientras estén en la posada. Siempre y cuando estos no se excedan de lo razonable. Podéis decirle a Gunter que me pase la minuta de vuestra comida y alojamiento en su posada cuando os vayáis. Pero no pagaré la bebida. Sin embargo —dijo recuperando el talante negociador que debía mostrar en su profesión diaria y que el alcohol de aquella noche le había arrebatado—, no me parece adecuado pagarles los suministros de su viaje si no consiguen hacer algún avance. Dejemos esa parte, junto a las cien coronas, como recompensa. ¿Les parece bien? ¿Hay trato?

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18/10/2021, 12:37
Martem de Bremervoord

Martem dejó escapar un sutilísimo, casi inaudible suspiro cuando empezó el tira y afloja entre Alberich y el alcalde. Las demandas del kovirano entraban dentro de lo razonable, y garantizaban que el grupo nunca perdiese, sin importar cuán bien o mal saliese el asunto. Por otro lado, Uli trató de llevar la negociación hacia lo que él entendería como un punto intermedio y que, a decir verdad, era menos descabellado de lo esperado. A Martem le daba igual: de lo poco que había podido ver, estaba claro que el alcalde estaba bastante dispuesto a tirar su dinero, pero solo hasta cierto punto.

No se pronunció. Para él, lo más probable era que aquello acabase en nada, pero aun en el peor de los casos, Uli pensaba pagar la mayoría de sus gastos. No había demasiado que perder, excepto el tiempo. Pero al menos sería tiempo durante el que tendrían la panza llena. Si aquello era suficiente para los demás o no, era algo que ellos deberían decidir.

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18/10/2021, 19:57
Dannar

Dannar asistió al tira como una espectadora más, sin abrir la boca; empero, cuando Uli pareció tomar una decisión y decir la última palabra, se apresuró a intervenir.

Yo estoy conforme —dijo sin más.

Presionar más habría sido excesivo, y creía que Alberich ya había conseguido unas buenas condiciones, más que beneficiosas. No solo no perdían nada, sino que, si tenían éxito, seguirían ganando. Es más, incluso si no, unos días más allí, con los gastos pagados, no estaban de más; no es que quisiera permanecer demasiado en el pueblo, pero no iba a negarse a un techo y una cama caliente. Una vez obtenido, prefería no perderlo porque alguno fuera demasiado avaricioso; quedaba esperar que los demás opinaran de manera similar.

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19/10/2021, 12:12
Rion Aedryn

Rion se limitó a asentir y aceptar las condiciones que se les ofrecía después de la intervención de Alberich. Pasar un par de días más en ese pueblo no supondría —en principio— ningún problema para ellos y tal vez consiguiesen que el alcalde aceptase de una vez la partida de su amada. Porque ponerse a reconstruir lo que ocurrió en el pasado parecía poco probable por no decir imposible. Ni siquiera sabían por dónde empezar a buscar y si muchos de los que vivieron en aquellos tiempos estaban ya bajo tierra.

"En fin... Tampoco vamos a desaprovechar situaciones en las que podamos llenar nuestros bolsillos" —entornó los ojos hacia el anfitrión.

Me parece una oferta aceptable dadas las condiciones que tendremos que afrontar —comentó, mirando a Uli fijamente—. Por curiosidad, ¿hay algún vecino de aquellos años que ahora viva en una casa apartada como ocurre con Ysentrud? Para hacerle una visita más tarde e indagar, digo.

Y aun así, dudaba que sirviera de demasiado una hipotética visita a alguien familiarizado con los terribles eventos de Belmonte.

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19/10/2021, 17:02
Uli

—No, nadie más vive o ha vivido así de apartado. Ysentrud era especial. Es, maldita sea, quiero decir que es especial —tendría que acostumbrarse a no darla por muerta.

—De aquellos días todavía quedan algunos vecinos. Karl, el antiguo peletero del pueblo; Aedelheid, la anciana que atiende la botica; Kaspar, pero él esta sordo como una tapia y sufre delirios de la edad; y por último Paw, uno de los leñadores más veteranos.

Notas de juego

Se me olvidó contestar a eso último, la pregunta de Rion me lo ha recordado. Seguid el turno con normalidad.

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20/10/2021, 17:51
Dannar

Bueno, era un punto de partida, podían empezar por ahí. También porque Uli explicara, todo lo detalladamente posible que pudiera, como habían sido las partidas de búsqueda cuando Pyrrha había desaparecido. Estuvo a punto de preguntar, pero optó por callarse por el momento, esperando antes de seguir con aquella investigación; al fin y al cabo, no todos habían aceptado el trato aquél.

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21/10/2021, 17:44
Morkam

El mundo de los negocios, al igual que la vida, aunque podía guiarse por la moral, siempre debían tener beneficios asegurados, al menos si no querías encontrar resultados indeseados. Por ello, Morkam no se sintió extrañado cuando Alberich propuso lo lógico. Investigar un incidente tan antiguo era casi seguro una empresa destinada al fracaso; sin embargo con las nuevas condiciones del acuerdo las cosas cambiaban.

Quero añadi una conditión— pronuncio el enano cuando hubo un instante de silencio—. Toh lo dicho esta mu ben, pero hay que aclarah argo harto importante. Dudo que nostras pregontas sean ben recibias y quizás descubramos argo que no debeiramos.

» Por ello, si alguno de nosotroh resulta herio, eso se paga— añadió poco después con seriedad—. Además no vendría mal que hablaire usted con el algoacil sobre nuestra tarea en Belmonte. Si las cosas se torcen que sepán porque metemos la mano en plato ajeno.

Poco después Uli compartio con los presentes algunos nombres que sin duda iluminaban ligeramente el camino. Aunque había llovido demasiadas veces para ser contadas desde la muerte de la pobre Pyrrha y mas de una mente ya habría olvidado, quizás alguien recordara algún hilo del que empezar a tirar.   

¿Pyrrha o usted tenía algún otro pretendiente?—. Pregunto finalmente el enano algo incomodo.  

Las razones más lógicas para asesinar a una pobre muchacha eran por motivos de inconformidad a nivel económico, por la unión de los dos novios o por celos. Aunque esas razones no explicaban la razón por la que varios cadáveres más habían yacido todos estos años al lado del de la muchacha. De nuevo, un escalofrió recorrió la espalda de Morkam, al recordar las supersticiones que giraban entorno a prometidas asesinadas y los cuerpos que no habían sido sepultados de manera correcta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He dejado una tirada de Negociar master ^^

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22/10/2021, 10:32
Jezal

Puede que no fuera a admitirlo en voz alta, pero Jezal se alegraba de que Uli les hubiera hecho esa propuesta, y no precisamente porque fuera dinero fácil. Como quien lee un libro y es incapaz de despegar sus ojos de las páginas, el nilfgardiaano estaba demasiado intrigado por aquella historia como para querer abandonar la historia sin una conclusión. Incluso si esa conclusión prometía poco más que desenterrar una tragedia mayor.

Por otra parte, había un detalle que habían omitido hasta el momento. Ya tenían una pista, aunque presentarla en ese momento esperando un pago sería complicado, teniendo en cuenta que excepto si alteraban los detalles sería obvio que era algo que sabían desde el principio. Y más todavía cuando la cueva había quedado sellada. Pero suponía, en cualquier caso, que tendrían la oportunidad de discutir eso algo más tarde.

¿Había algún motivo para que Ysentrud viviera apartada? —preguntó, curioso. Suponía que no sería así, pero no perdía nada por lanzar al aire la pregunta.

En cuanto a las palabras —y exigencias— de sus compañeros, simplemente se mostró de acuerdo, incluso si le daba la sensación de aquel trato era, de por sí, lo suficiente jugoso como para que no le hiciera falta ningún condimento.

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22/10/2021, 18:48
Uli

—Desde que yo era pequeño, Ysentrud siempre ha vivido sola y apartada. Es una ermitaña. Supongo que tendría sus razones, pero... sinceramente, las desconozco —respondió a la última de las cuestiones sobre la anciana planteada por Jezal.

La irrupción del enano en el tema de las condiciones pilló a Uli por sorpresa, no tanto por la intervención del enano sino por el contenido de la misma. No obstante, escuchó con atención y asintió con la cabeza mostrándose conforme, a fin de cuentas era una petición razonable, por mucho que a Uli le sorprendiera que alguien en Belmonte fuera a llegar a las manos por unas preguntas, y menos con unos extraños tan aguerridos como los de aquel grupo.

—De acuerdo, no creo que nadie os dé problemas en ese sentido. Pero mis hombres cuidarán de que nadie tome revancha contra ustedes. Obviamente —dijo clavando sus ojos en los del enano—, no se consentirán altercados de ningún tipo —lo que quería decir que aquella protección no les daba carta blanca para que ellos ejercieran la violencia a su antojo—. Dicho lo cual, si tienen algún problema con alguien no duden en avisarme.

Como mandaban las tradiciones mercantiles, Uli quiso cerrar el trato estrechando la mano de los cinco hombres y de la bruja. A continuación les preguntó si les podía ayudar con alguna cosa más antes de que se pusieran manos a la obra, ofreciéndose a responder a alguna duda más del grupo antes de que se marcharan. De lo contrario, les acompañó a la puerta y les agradeció su ayuda.

Notas de juego

Pues si nadie tiene ninguna pregunta más, decidme por donde empezáis.

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25/10/2021, 04:58
Alberich de Narok

Alberich no logró que Uli aceptara todas sus demandas, pero eso no le molestó en lo más mínimo. Sabía que el principio de toda negociación era llegar a un punto intermedio donde ambas partes se beneficiaran, y conseguir el alojamiento gratis por un par de días era mas que suficiente para que no volviera a hacer una contraoferta y aceptara el encargo.

Tras escuchar el resto de las peticiones y preguntas de sus compañeros y estrechar la mano del alcalde, cerrando así el trato, el mago volvió a hablar.

-Tengo una última pregunta: En los tiempos de la desaparición de Pyrrha ¿recuerda si había algún grupo de bandidos o desertores que pululara por la región? -preguntó el kovirano- Además ¿había entre los leñadores o los cazadores del poblado alguien al que se le podría considerar un “mal elemento”? No me refiero a criminales sino gente que no era trigo limpio, que por ejemplo tuviera mal genio o se metiera en peleas.

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25/10/2021, 20:42
Morkam

Notas de juego

¿Pyrrha o usted tenía algún otro pretendiente?—. Pregunto finalmente el enano algo incomodo. 

Por si acaso, lo vuelvo a poner por aquí jeje. Quizás no nos aporte información útil, pero lo recuerdo por si se te paso master. Si no quieres responderla, no es necesario que lo hagas master ^^

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27/10/2021, 17:54
Uli

—Por mi parte no tenía ninguna pretendiente —respondió el alcalde—. Al menos que yo supiera, claro. Belmonte no deja de ser un pueblo, aquí se guardan hasta la tumba secretos estúpidos y otros inconfesables son de dominio público. Y tampoco me consta que ella tuviera a nadie detrás. 

Uli reconoció el desacomodo de la pregunta en el tono del enano y trató de ser natural al responder. Sabía que preguntar sobre aquellas cosas podía generar situaciones incómodas, que se metieran en la vida personal de uno no solía ser plato de buen gusto. Después meditó sobre la pregunta de Alberich, había pasado mucho tiempo y había detalles que ya empezaban a caer al pozo del olvido de su memoria.

—Entre los leñadores no recuerdo a nadie así; este es un pueblo tranquilo y aunque tenemos nuestras riñas y nuestros problemas no aceptamos a nadie que cree disturbios. Y así ha sido siempre. Alguna vez sí hemos tenido problemas con bandidos, especialmente cuando el camino por las montañas, por el que ustedes vinieron, estaba más transitado. Había gente que tomaba el atajo y se encontraba con una emboscada de bandoleros. Ahora ya nadie toma ni el atajo, ni el otro camino que va al sur. Allí solo hay guerra y miseria. Por eso extrañó tanto en el pueblo vuestra llegada por ese camino. Pero en fin, el problema del pillaje se acabó cuando mi padre puso mano dura con los maleantes. No obstante, creo recordar que cuando Pyrrha desapareció llevábamos bastante tiempo tranquilos. Supongo que si hubiese habido alguna banda pululando en los alrededores habrían sido los principales sospechosos.

Después de resolver aquellas últimas cuestiones, Uli les acompañó a la salida y se despidió de ellos agradeciéndoles de nuevo que le ayudaran a esclarecer el misterio de Pyrrha. El grupo decidió interrogar a los habitantes más antiguos de Belmonte que Uli les había nombrado y se dividió para terminar cuanto antes con aquella tarea. Habiendo hablado ya con Karl, el padre del peletero y antiguo poseedor de tal oficio, y tras descartar al viejo Kaspar por sus problemas de memoria y de oído, optaron por hablar con Paw y Aedelheid.

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27/10/2021, 19:27
Aedelheid

Uli les había dicho que Aedelheid atendía la botica, pero a decir verdad, había sido más que generoso en llamar botica a aquella choza que apestaba a una mezcolanza de incienso, hierbas de lo más diverso y otros ingredientes que su olfato no supo catalogar. El grupo ya había estado allí, pues Aedelheid era la venerable anciana a la que habían conseguido venderle los huesos de los lobos por una generosísima suma, fruto de la habilidad del enano para el negocio.

Encontraron a la vieja preparando unos ungüentos con árnica que ella misma introducía en pequeños frascos de cristal. En un caldero grande hervía al fuego una cocción que olía a rayos y que tenía una espesura y un color bastante desagradables. La anciana apenas les dedicó un breve vistazo, pero fue obvio que los había reconocido.

—Si es pa sacarme las perras na más que unos cobres tengo —dijo en cuanto los vio entrar, pero al fijarse en que el enano no estaba con ellos sonrió—. Aunque igual me quedan por ahí unos ahorrillos si traen algo digno de verse.

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27/10/2021, 19:28
Director

Remontaron el camino que se ascendía hacia las montañas en dirección sur. Un camino que, si bien era cierto que los leñadores de Belmonte también lo recorrían en su primer tramo para adentrarse en el bosque del que obtenían su sustento, debían haberlo recorrido ellos ya más veces que todos los aldeanos en los últimos diez años.

A esas horas, el trabajo en los bosques era intenso. Desde mucho antes de tomar el camino pudieron escuchar el rítmico ruido de las sierras contra la madera de los árboles y los golpes de las hachas en los aserraderos. El olor a resina de pino les embriagó el olfato en cuanto se adentraron en el bosque y se presentaron ante la primera cuadrilla para preguntar por Paw. Comprobaron entonces que en Belmonte se aprovechaba todo de aquel bosque, los árboles que no eran talados por su madera se dejaban para que los peceros extrajeran la resina con la que fabricar la pez con la que se calafeteaban las embarcaciones.

A Paw lo encontraron monte arriba, en uno de los aserraderos más profundamente enclavados en el bosque. Era un hombre de aproximadamente la misma edad que Uli, pero de complexión totalmente diferente. Con grandes brazos fruto del trabajo duro, anchas espaldas y complexión fuerte. Lucía una salvaje barba castaña y llevaba el pelo corto. Su nariz era ancha y grande y sus cejas gruesas y muy pobladas. Cuando dieron con él cargaba como si tal cosa sobre uno de sus hombros un grupo de tablones que ellos hubieran tenido que llevar entre los tres.

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27/10/2021, 20:47
Martem de Bremervoord

El aire empezaba a sentirse cargado en la penumbra del hogar del alcalde cuando el grupo acabó finalmente con las negociaciones y decidió ponerse en marcha con el beneplácito de Uli. No tardaron en llegar a un acuerdo sobre qué hacer a continuación: se dividirían en dos grupos de tres e irían a hablar con las únicas dos personas que podían tener algo nuevo o interesante que decirles acerca de lo que quiera que sucediese todos esos años atrás. Después… Después ya se vería. Si ni Aedelheid ni Paw resultaban ser de ayuda, tendrían que probar suerte con el viejo Kaspar, pero mejor que no tuviesen que vérselas tan mal como para necesitar recurrir a un hombre aquejado de sordera y de la locura de la senectud.

Jezal, Martem y Morkam serían los tres que irían a ver al leñador llamado Paw. Para llegar al lugar donde les dijeron que podrían encontrarlo, hubieron de ascender por un camino de montaña que los llevaría hasta un aserradero situado en el corazón de la espesura, acompañados por el sonido incesante de los hombres que trabajaban sin descanso, serrando la madera de los árboles. Martem encontraba agradable el olor de la madera recién cortada, con esos ligeros matices como a quemado, que le traían a la mente la imagen de objetos nuevos de madera, recién hechos y pulidos, a veces juguetes de una infancia que empezaba a cuestionarse si realmente había existido alguna vez. Casi podía visualizar el brillo irregular de las vetas de la madera blanca, cortadas para formar un plano que antes no estaba ahí. Todo un arte, sin lugar a dudas.

Cuando al fin dieron con Paw, el cidario se tomó un momento para echarle un buen vistazo de arriba abajo. Para tener la misma edad que el alcalde, había poca ceniza en su barba de color nogal, y los años no habían hecho disminuir la evidente fuerza de sus miembros, fruto de una vida de trabajo duro. Se entretuvo un instante en las manos del hombre. Martem pensaba que había una honestidad inherente en las manos de las personas, que podías saber mucho de ellos simplemente por sus manos, tanto su forma como sus gestos. Finalmente, elevó la mirada para encontrarse con la de Paw. No pudo evitar sentir cierta hostilidad en los duros rasgos del leñador, pero se dijo a sí mismo que pocas cosas eran más engañosas que el semblante de un hombre. Por ello, y sabiendo que probablemente fuese lo que sus compañeros esperaban de él, se adelantó un par de pasos. Antes de abrir la boca, pensó en cuál sería la mejor manera de dirigirse a aquel hombre: seguramente, tratándose de alguien sencillo que vivía del trabajo duro, apreciaría más un acercamiento directo, sin rodeos.

Buenos días. Paw, ¿verdad? —saludó con un tono áspero y decididamente masculino, aparentando más confianza que la que sin duda sentía, aunque sin permitir que el amago de sonrisa que empezaba a formarse en su boca se tornase insincero. «Si quieres ser aceptado, aprende a comportarte como ellos». Viéndolo acalorado por el trabajo, Martem descolgó su odre del cinto y, asegurándose de tener la atención del leñador, se lo pasó con un lance voleado. Los gestos de amabilidad nunca estaban de más—. Supongo que ya sabes quiénes somos. Venimos de parte de Uli. Estamos ayudándolo a saber qué pasó hace tantos años. Ya sabes, con Pyrrha. —Guardó unos segundos de silencio, dejando que el hombre pudiese refrescarse si lo deseaba, así como hacerse una idea de lo que estaba hablando. Martem lo miraba con los ojos algo encogidos, como si el sol lo deslumbrase—. Él dice que a lo mejor tú sabes algo.

Dejó la pregunta sin formular, abierta a cualquier interpretación que Paw decidiese darle. Según cuál fuese su reacción inicial, ya iría pensando sobre la marcha qué otras preguntas hacerle. Eso, y lo que sus compañeros decidiesen decir, obviamente.

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29/10/2021, 08:29
Dannar

Pues siento decirte que, lo que vimos, no concuerda con eso, pensó para si, recordando los cadáveres de los asaltantes. Sin embargo, ella misma aceptaba que había cosas que no encajaban; ¿por qué los cuerpos de los bandidos estaban tan... intactos? Podrían ser más recientes, pero eso no explicaba que los famélicos lobos no los hubieran tocado. No, a ella le olía a algo sobrenatural, a pesar de que su medallón no había vibrado y no tenía explicación aparente. Al no ser que hubiera sido veneno. El problema es que tampoco habían encontrado rastro de eso. Suspiró.

Salieron de allí poco después, ella perdida aún en sus reflexiones. Se despidió de Uli con un cabeceo y, junto a Rion y Alberich, se puso en marcha hacia la ya conocida cabaña, por llamarlo de alguna forma, de Aedelheid. La anciana le recibió de mucho peor humor que la otra vez, aunque pareció alegrarse de que no estuviera el enano; bueno, seguramente en poco iba a preferir una negociación desafortunada que ponerse a indagar en el pasado.

No venimos a negociar —comentó respondiendo a la boticaria, que la miró sin saber, entonces, a qué habían ido ahí. Si esperaba una respuesta, no la encontró en Dannar, que se limitó a mantener la boca cerrada tras el comentario y dejar que fueran Alberich y Rion quienes explicaran la situación, con más tacto de lo que lo haría ella misma.

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01/11/2021, 15:18
Jezal

Jezal se unió a Martem y Morkam en el grupo que se ponía a hablar con Paw. En comparación a la caminata hasta la cueva, aquella le pareció razonablemente agradable en comparación, y más todavía cuando comparaba su suerte con la de los leñadores. Después de todo, empezaba a alegrarse de no haberse decidido a hacer ese trabajo.

¿Creéis que fueron bandidos y una mala casualidad? —preguntó de pronto, mientras todavía caminaban a su destino—. Imposible no es, ¿cierto?

Su tono de voz daba a entender que esa explicación no lo convencía o, por lo menos, no lo dejaba del todo satisfecho. Que únicamente la casualidad fuera la causa de aquella desgracia le parecía casi tan cruel como asumir que había algún tipo de intencionalidad detrás de ella. Aun así, incluso si esa era la conclusión a la que llegaban —Y en el fondo, dado que nadie más había desaparecido, no era del todo improbable— seguía sin explicar cómo habían muerto y por qué habían terminado así.

Una vez llegaron ante Paw, en cualquier caso, se contentó con dejar que fuera Martem quien hablaba. Le daba la sensación de que tanto él como Morkam tendrían mucha más pericia a la hora de hacer las preguntas adecuadas. Obtener información era, después de todo, un arte. Aun así, sí que cruzó los brazos y cuadró ligeramente los hombros, para hacerse ver tan grande como era. No es que buscase ser exactamente intimidante, pero estaba seguro de que transmitir una presencia imponente no podía ser negativo en una situación como esa.