Partida Rol por web

Mientras esperamos la llegada del transbordador que nos llevará hasta nuestro destino, no puedo evitar sentir cierto desasosiego al ver el lugar en el que nos encontramos.

- He leido algún libro sobre estos parajes, pero nunca llegué a pensar que podrían ser realmente así. Hacen que se me ponga la piel de gallina. - pienso, mientras un ligero escalofrio recorre todo mi cuerpo. - Ojalá todo se resuelva rápidamente, y pueda volver lo antes posible a la comodidad de mi casa en Arkham. -

Sin pronunciar más palabras que las necesarias, negociáis el paso en el transbordador. Por suerte sois los únicos clientes, puesto que con los 3 coches agotáis su capacidad y no cabría nadie más.

Durante 15 minutos, os dedicáis a contemplar como 2 personas, un padre y su hijo adolescente a juzgar por su obvio parecido, os hacen atravesar un lodoso río que os separa de vuestro destino y os depositan en la orilla contraria. Una vez allí, pagáis vuestro pasaje y sacáis los coches de la gabarra en la que estaban para adentraros en un pueblo que os recibe con el siguiente cartel:

Champillon

Pop. 2300 Hab.

De un simple vistazo, podéis apreciar que el pueblo está rodeado de unas pocas serrerías, unas fábricas de papel y una fábrica de vídrio a juzgar por los letreros que las adornan.

Lentamente desfiláis por la calle principal, notando las miradas de extrañeza y desconfianza clavadas en vosotros. No hace falta ser un genio para darse cuenta que allí destacáis tanto como un elefante amarillo y que si lo que pretendíais era pasar desapercibidos, no podíais haberlo hecho peor.

Una vez llegados a lo que parece ser la plaza del pueblo, aparcáis vuestros coches y os reunís en la acera para planear vuestro siguiente paso, bajo el sofocante y húmedo ambiente que se respira en el pueblo.

-¿Tiene algún plan, Sinclair? -está claro que el calor a veces puede hacer perder los modales, pero Sheila se percata inmediatamente de ello- discúlpeme... Sr. Sinclair. 

Parece que la investigadora ha decidido poner de su parte y olvidar simpatías personales o carencia de ellas.

Sonreí ante el mal humor de Sheila

Siempre tan encantadora murmuré mientras estiraba mi cuerpo, dolorido después de tanto tiempo al volante.

Bueno, pues visto lo visto... Creo que aquí vamos a ser bien recibidos. Seguro que nos tratan a cuerpo de rey, si señor

El viaje había sido largo y más pesado de lo que Joseph había previsto. Emily parecía molesta y no era una gran compañía. En realidad nadie lo sería con semejante calor. Esto hizo que el viaje fuera silencioso y consecuentemente los días se percibían mucho más largos.

Mike por su parte se comportaba raro, como si estuviera haciendo buenas migas con Rush. Desde un principio no se entendía por qué había subido al auto con ese individuo en lugar de viajar por sus amigos. Joseph esperaba que el profesor no se le metieran ideas raras en la cabeza, ya tendria que hablar con él después.

Pasada la zona de pantanos, finalmente llegaron a Champillon. No era de extrañar que Hannah se viera afectada por un lugar así. Sin embargo la llamada urgente a detectives preocupaba a Joseph. El espectro del problema se había ampliado. La actitud de la detective era un problema también.

_¿El plan acaso no es ir a la plantación del Sr. Butler? -preguntó Joseph, sorprendido-. ¿O ya no debemos encontrarnos con él para saber cuál es su problema? Disculpe, no sé si debo llamarla Sra. o Srita. Y no tenga cuidado, si olvida decir Sr. Sinclair puede decir Dr. Sinclair también.

Rush se bajó del coche y se sacó un pañuelo del bolsillo para secarse el sofocante sudor. Después sacó su pitillera y se encendió un cigarro.

Después se la ofreció al resto. - ¿Quieren uno? 

Era obvio que tendrían que ir a la plantación, pero ¿alguien sabía dónde estaba?

_No, gracias Sr. Rush

Acepto gustoso el cigarrillo que alarga el Sr. Rush. Miro a mis compañeros y espero alguna idea para debatirla, ya que el calor derretía de tal manera sus sesos que sólo ansiaba el reconfortante humo de pitillo.- incómodo clima este...

Ignorando voluntariamente el pequeño roce producido entre la investigadora y Joseph, y sintiendo como todo mi cuerpo protesta debido al sofocante, y húmedo, calor, rechazo, amablemente, el cigarrillo ofrecido por el Señor Rush.

Después, tras observar, silenciosamente, el sitio en el que nos encontramos, digo:

- Creo que deberíamos preguntar a algún lugareño si conoce el lugar en el que se encuentra la casa del Doctor Butler, y dirigirnos hacia allí lo antes posible. Si permanecemos mucho más tiempo en esta plaza, creo que terminaré desmayándome por culpa de este maldito calor. -

_Oh, por supuesto. Pensé que los detectives ya sabían dónde queda la plantación.

La mujer miró fijamente a Sinclair:

-No se preocupe -sonrió sin esfuerzo para sorpresa de algún presente- y puede llamarme Sheila o Srta. O'Connell. 

En cuanto a la pregunta que le hice antes, realmente la formulé porque parece ser carismático. Sencillamente pensé que sería nuestro guía y organizaría la expedición. O quizá en ese momento, supuse que estaba tomando partido para comenzar la búsqueda. En fin, si le he ofendido en algo, discúlpeme.

Sheila declina a continuación el ofrecimiento del Sr. Rush y tuerce los labios ligeramente, recordando el motivo de las desavenencias con el médico, que espera terminen igual que empezaron.

De forma natural, no sin antes pasarse un bonito pañuelo de manufactura japonesa por la frente para secar las molestas gotas de sudor, avanza hacía uno de los bancos que estan en la plazoleta; en este, dos ancianos clavan su mirada en él sin ningún tipo de escrúpulo. Al llegar a la altura de estos el profesor formula sus preguntas de forma cortes:

Muy buenas señores, como se habrán percatado no somos de por aquí, venimos para hacerle una visita a un viejo amigo que se mudó a las afueras de esta localidad no hace mucho... .- hace una breve pausa para no errar en la formulación .- ¿Podrían indicarme si son tan amables donde encontrar la plantación donde viven el Señor y la Señora Butler, ó al menos qué camino seguir para llegar a este lugar?.- al finalizar la pregunta una sonrisa ilumina la cara del profesor intentando transmitir cordialidad y confianza.

El Sr. Rush continuaba apurando las caladas a su cigarrillo mientras casi todos sus compañeros rechazaban la oferta del pitillo. Al menos siempre tendría una excusa para poder hablar a solas con el señor O`Sullivan.

No se movió del sitio mientras le miraba como su compañero iba en busca de alguna pista para encontrar la plantación.

Joseph se queda mirando con una sonrisa en los labios el desempeño de su amigo.

Decliné el cigarrillo con un movimiento negativo de cabeza y me quedé escuchando y sonriendo.

Sin más preguntar a alguien que podía ser sospechoso... En fin, dejemos que esto ocurra así. Será divertido

Me acerqué a Sheila y la di un pequeño empujón. Todo el mundo sabía que un hombre sería más amable con una mujer, y Sheila sería capaz de hacer a hablar a cualquiera si se negaba

Tras escupir un poco de tabaco de mascar hacia el cesped que tiene al lado, el hombre os habla con un acento que os parece casi incomprensible y que os hace dudar que se trate del mismo idioma que el vuestro

¿Y dice usted que son amigos de los Butler? Vaya, esto se está llenando de yankees.

Tras un momento de reflexión, os señala con el brazo una dirección y sigue con la conversación:

Está por esa dirección, forasteros.

 No sé qué pensaría alguien del Ulster si lo llamaran yankee. El caso es que ha tenido su gracia... Quizá después de todo, Richard tenga razón. Toda esta gente es... 

Se ha percatado absolutamente de la llamada de atención de Richard, tan astuto como siempre. Al cual susurra:

-Ahora despejaremos algunas dudas... o eso espero.

La mujer reacciona y se acerca al lugareño:

-Perdonen -y mira al hombre- ¿queda muy lejos de aquí, señor?

Sonríe de manera natural por segunda vez.