Partida Rol por web

-¡Vaya! Encantado de conocerle-preguntó Jonathan besándole la mano cortésmente-. Prima por parte de madre, supongo...porque tu padre era hijo único ¿no es así?

- Yo tampoco quiero dormir sola, y ocupo poco, compartiremos habitación y cama querida si al dueño no le causa molestias.

Dejó pasar a la prima mirándola de arriba abajo, suspicaz. Conocí voces suaves como está en París, tiene más peligro que todos los fantasmas de esta mansión juntos.

- Un placer prima. Que tengas dulces sueños. Vamos Hellen, ha sido un extraño y largo día.

Os acompaña a las habitaciones -Hay una habitación para cada uno- dice con cierto tono de desaprobación, indicando que lo que habéis mencionado no le agrada demasiado y os invita sutilmente a que cada uno de vosotros entréis en una de las habitaciones. Una vez mostradas las habitaciones el doctor se despide de vosotros y os desea buenas noches.

Las habitaciones contienen una cama, una cómoda de caoba, un baño con espejo y una silla de madera.

- Bueno querida en ese caso estaré en la habitación de al lado. Guiño un ojo.-Siempre puedes dar un golpecito en la pared si necesitas algo, no muy fuerte, las paredes no parece que resistan mucho... Señores si me disculpan nos vemos mañana y tratamos de dilucidar quién se viene y quién se queda. 

Sin más entró en la habitación de el medio, despidiéndose agitando la mano.

Jonathan espera a que el resto escoja habitación. Lo cierto es que le da lo mismo una que otra. Cuando tan solo queda una libre se dirige a Isaak sonriendo.

-Bien, pues gracias por tu hospitalidad, querido amigo-dice Jonathan-Nos veremos mañana por la mañana y hablamos. Buenas noches a todos.

Hellen agradece el gesto de Sonya y, a regañadientes, acepta dormir en la habitación contigua a la de su amiga.

-En fin... Mañana será otro día. Hasta mañana- dice entrando en la habitación con el vello de la nuca erizado.

Terminado el brandy de mi copa y las pertinentes aclaraciones sobre nuestra presencia aquí, nos disponemos a alojarnos en las habitaciones que el servicio de mi viejo amigo Butler nos ha preparado.
Esperando que la tormenta amaine para poder disfrutar de una noche agradable.
-"Pues yo me voy a quedar con la habitación más alejada, seguramente sea la más grande. Hace tiempo que no duermo en una tan amplia y espero que la cama sea aún más grande" les sonrío a mis compañeros.
-"Sólo una pregunta: ¿dónde está el baño más cercano? Las necesidades de este simpático y trabajador viejo son más frecuentes de las que yo desearía. Buscar el baño en plena noche, no es una opción agradable, sobretodo cuando hay prisa" Termino colocando la copa vacía sobre la mesa.

Cuando os deja Isaac en la habitación organizas un poco tus cosas, te cambias y te preparas para dormir. Cuando llevas apenas un par de minutos en la cama llaman a la puerta, unos golpes leves, apenas imperceptibles, como si no quisieran hacer ruido para no molestar.

Tapando su maravilloso conjunto de noche con una fina bata se satén, Sonya se aproxima y abre la puerta tratando de no hacer ruido.

Al abrir la puerta te encuentras a Alexandra Butler ante el umbral, descalza y con un vestido negro translucido; sin palabras, sonríe y deja que el vestido se deslice hasta el suelo revelando las suaves curvas de su desnudo cuerpo.

El perfume de la mujer le golpeó en cara transportando su mente a Montmatre, al desván de aquella poetisa Marie, al incienso y el sabor a a vino tinto de sus labios. Ah, la universidad y Europa me hicieron ser libre por unos años....

El dolor le hizo darse cuenta de que se mordía el labio con fuerza.

- Cuesta conciliar el sueño ¿ eh? ​Susurró. ​Anda pasa, el pasillo no es lugar para estar así.

Recordar la suave piel de Marie hizo que se le erizase el vello mientras entraba de nuevo en el cuarto, su bata fue a parar al suelo mientras caminaba, y rebajó la luz del quinqué al mínimo.

Tras una sesión de amor entre las dos Alexandra te pregunta -¿Que os ha traído aquí? ¿Y de que conocéis a mi primo?- sus palabras salen de su boca como sin interés, en parte sorprendida de que una mujer como tu pueda ser amiga de su primo. 

- Pues, verás. Soy de Georgia, de hecho me he criado entre bosques en una casa no muy diferente a esta. Mi madre enfermó cuando yo tenía 15, y el Doctor nos ayudó a buscar especialistas,y estuvo muy pendiente de ella hasta que falleció, dos años después. Desde entonces ha sido una persona muy valorada por mi familia.

Su tono se volvió un poco sombrío y la voz se le quebró levemente al recordar aquellos tiempos con su madre postrada y su padre llorando,y haciendo venir especialistas de todos los países del mundo a Mansión Wallden.

- Ni yo misma sé qué hacemos aquí querida, mi teoría es que Isaac se sentía solo y ha inventado una pequeña historia para hacernos venir, en cualquier cas he decidido irme pronto. Y tú, ¿cuál es tu excusa para languidecer en un lugar como este ?

Se  acomodó,de nuevo en el almohadón aspirando la mezcla de perfumes y sudor que había quedado impregnada allí, y jugueteó con sus dedos en la melena de Alexandra. Esto ha sido una locura, pero,divertido.

Alexandra te mira y sonríe -Siempre he vivido aquí, aunque espero que mi primo venda esto y pueda marcharme, no me gusta este lugar con sus supercherías y el odio del pueblo a esta familia- hace una mueca a modo de sonrisa, como si te hubiera contado un chiste malo -Aunque en realidad no se lo que haré cuando me marche de aquí, algo se me ocurrirá- 

-Bueno querida como ex sureña te diré que harás bien en dejar estos parajes, si te corresponde algo de la venta te recomendaría que estudiases en Europa. En cualquier caso ponte en contacto conmigo si vas a Boston. Te presentaré gente.

Bostezó sonoramente y se levantó a recuperar su bata haciendo un pequeño gesto a la puerta.

- Ahora , si me disculpas, no quisiera que nos viesen amanecer juntas.

A la mañana siguiente te levantas sola y exhausta.

Lográis dormir la noche del tirón, sin ningún tipo de percance. Gullah, el mayordomo, os ha metido una nota por debajo de la puerta indicando que el desayuno está servido en la sala de desayunos.

Sonya se levantó y se compuso lo mejor que pudo, tratando de aparecer bella y sofisticada desde primera hora de la mañana, no deshizo la maleta pues tenía intención de desayunar y largarse. Fue atraiía por el olor a café y bollos y su estómago le recordó que su cena había sido un te y un brandy.

- Buenos días a todos, espero que haya un gran café para mí, lo necesito. Hellen querida, no pediste auxilio, ¿has descansado bien?

Como era de esperar, la noche había transcurrido con total normalidad. La imaginación de Hellen le jugaba malas pasadas.
Se levantó y aseó y después bajó a desayunar.

Mientras se está sirviendo una taza de café aparece Sonya, tan guapa como siempre. ¿Como lo hará?

Cita:

-Buenos días- dice con una sonrisa -al final nada me ha atacado ésta noche, ¿qué tal has dormido tú? Justamente estaba preparándome un café. Toma éste- le dice mientras le tiende la taza que acaba de llenar y se dispone a llenar otra.
-Parece que no se está tan mal aquí, ¿no?-

Agarró el café con las dos manos introduciendo la nariz en la taza al dar un buen trago.

- Bueno querida , entre "no se esta tan mal" y "vamos a quedarnos una temporada" hay un abismo. Reafirmo mi intención de regresar cuanto antes, al mismo Isacc ha dicho que fue un error convocarnos. Tratare de convencerles una vez más de que dejen este lugar y después me iré. Y tu, pues espero que regreses conmigo.