-Oh-dijo Jonathan abochornado por la sinceridad de su acompañante y supuesta mujer-Jajaja...querida, tienes cada cosa. Sé que sabrás disculparla, querido amigo; creo que se ha acostumbrado demasiado a la vida en la ciudad para poder apreciar un lugar tan hermoso y rústico como este.
-Bueno, verás...me han encargado un informe. Un congresista parece interesado en estudiar la situación de las plantaciones agrícolas en esta zona. Para algo de una reforma agraria o algo así. Alguien le ha hablado de mí y...bueno, aquí estoy. Me he acordado que tú te habías mudado a esta zona recientemente y me pareció un buen lugar para empezar mi estudio.
- Es posible que me haya vuelto una cosmopolita y no quede nada de la jovencita de Georgia que se fue a estudiar a París, discúlpame querido, es posible que la lluvia haya arruinado un peinado de 3 dólares, una chaqueta de 10, y mi humor. Nada que ese brandy no pueda arreglar ahora que he dado cuenta del té.
En cuanto al viaje , sí una serie de coincidencias nos tiene de vacaciones pagadas por el gobierno, Jonathan podía llevar asesores así que hemos reunido este variopinto grupo.
Y se levantó a servirse un brandy con soltura, para dirigirse luego a la esposa de Isaach
- Pero querida, no perturbes tu descanso por nosotros, puedes regresar a la cama, estaremos bien.
La creatividad de mi amigo Jonathan era sorprendente, al igual que mis jovenes amigas tratando de quitar importancia al asunto.
-"¿Qué tal sus cultivos?¿y sus tierras? Isaac" pregunté tratando de dejar aun lado el mal estado de la casa y la plantación en general, pues la tormenta seguía haciendo estragos en el exterior.
Esperando la respuesta, miré con preocupación a la señora Butler.
-"Sin duda, no se encuentra bien" pensé con cierta tristeza.
La mujer de vuestro amigo mira a Sonya y le sonríe diciendo -No te preocupes querida, en esta casa se me hace difícil dormir, os acompañaré en el té- dice cogiendo su taza y moviendo la cuchara haciendo sonar por toda la sala un pequeño tintineo. Después da un sorbo y sigue sin decir nada, tan solo permanece ahí como una simple espectadora más.
Mientras su mujer se dirige a Sonya este lo hace a Jeremy.
-¿Los cultivos y las tierras dices?- ríe -Las tierras son esta pequeña isla en la que estamos, así que... desde el camino embarrado has podido ver como están, y los cultivos... al no haber personal trabajando en ellos no hay cultivos- mira al sirviente que está al lado de la puerta -Solo él quedaba del servicio cuando llegamos-
Hellen se sirve una humeante taza de té con una pizca de leche y se sienta con las chicas mientras los hombres hablan del estado de la finca. Mira a su amiga, le da confianza, luego se dirige en voz baja a la mujer de Isaac.
-¿Estás bien querida? Pareces algo cansada. ¿Por qué no duermes bien?- dice con un tono de preocupación para nada fingido.
Jonathan asiente con interés a las palabras de Isaac. Continuando con su farsa, a fin de liberar de sospechas a la mujer de su amigo.
-Parece ser que el congresista del que te hablo, está estudiando reestructurar las plantaciones, promover los cultivos locales y dar facilidades para la contratación. Es por ello que está interesado en este informe, que evalúe el estado de las granjas, cuántas siguen en activo, con qué medios y para qué cultivos. Por otro lado, si necesitas asesoramiento y aunque mi profesión es la de veterinario, tengo conocimientos acerca de cómo trabajar la tierra. Eso sí, si quieres explotar esta granja, necesitarás contratar nuevos braceros.
-"Como así, mejorar tus infraestructuras. Y para eso que mejor que tu amigo Jeremy" sonreí con una sonrisa de oreja a oreja.
Y dirigiéndome a la señora Butler.
-"¿Qué tal su estancia aquí?. Es sabido por todos que el aire limpio, las grandes tonalidades de verde y la tranquilidad existente en el campo mejoran la salud y la calidad de vida." pregunté.
Sonya permaneció callada, agitando su té, ausente en apariencia pero escrutando los movimientos, gestos y lenguaje corporal de los Butler, aparentemente El doctor no hablaría ante su esposa, había que analizar lo que no decían, a donde miraban, qué no encajaba en la habitación, o en la decoración, tenía que haber algo...
Máster, me gustaría tirar psicología sobre Hannah, sería posible?
Ya tirasteis por psicología y os di la información que conseguisteis
La mujer permanece callada y bebiendo té hacia la pregunta de Jeremy. Tras un rato más de charla intrascendente la Señora Butler decide irse a dormir y se despide de todos hasta la mañana siguiente, no sin antes pedirle a Gullah que prepare las habitaciones de servicio para vosotros.
Se despidió amablemente de la mujer con una franca sonrisa deseándole un buen descanso, y tras vaciar su taza de té, la rellenó con ese brandy que le habían ofrecido al principio. Cuando se giró de nuevo hacia el Dr Butler, su mirada era felina, penetrante.
- Bien querido, acabó la farsa. Puedes hablar libremente y explicarnos qué demonios hacemos aquí esta heterogénea partida de amigos.
Jonathan se despide cortésmente de la mujer. Ya a solas, la señorita Wallden decide ir al grano interpelando a su amigo común sobre el motivo de la convocatoria. Y dado que la interpelación fue tan sincera y directa, poco más cabía decir.
Jonathan asintió y miró a su amigo ansioso por averiguar lo que tenía que decirles.
Preocupado aún por el estado de la Hacienda y la tormenta terrible que en el exterior arremetía contra la misma; no podía hacer otra cosa más que pensar....
-"Este lugar me necesita"
Sin embargo, el hermoso movimiento de la señora Butler al decirnos que decide retirarse a descansar, me saca de mis pensamientos.
Tan sólo una leve inclinación de mi cabeza le da las buenas noches. Acompañada eso sí, de una sonrisa amigable.
-"¿Y bien? ¿Qué es lo que te preocupa? A parte de este mal tiempo, claro" digo al ver que la puerta se cierra tras la señora Butler.
Tras que su esposa se marche a la cama y entonces ser asaltado por Sonya Isaac da un ultimo sorbo a su té y se ríe entre dientes -La superstición local no ha tratado muy bien a mi familia- reflexiona mientras se levanta y se sirve una copa de brandy, el cual os ofrece también al resto -¿Sabéis como llamaban a mi abuelo? ¡Hechicero! Dicen que mostraba un gran interés por la magia negra. Mi último tío, también. La gente odia a mi familia; y supongo que su naturaleza aislada no ayudó a mitigar tales historias- para para dar un primer sorbo a su copa.
-No soy un hombre supersticioso, pero debo admitir que cuando os envié ese telegrama, estaba asustado. Había estado trabajando por la mañana en la hacienda, revisaba los papeles de mi tío, y estallo una fuerte tormenta; una peor que la de esta noche. Debí quedarme dormido, y tuve un terrible sueño. Soñé con mi tío; estaba fuera de la ventana... haciéndome señas, llamándome por mi nombre. Me vi siguiéndole por el pantano, donde me prometió que sus antiguos secretos me serían revelados- para y da otro sorbo, esta vez mayor, a su copa.
- Me desperté de inmediato, empapado en sudor. Estaba tan asustado que no me atreví a seguir durmiendo esa noche. A la mañana siguiente, acudí al pueblo y os telegrafié. Fue un disparate, lo sé. Estoy avergonzado por ello, y siento haberos arrastrado aquí abajo para nada. Espero que podáis disculparme- y se acaba de un ultimo trago su brandy.
Jonathan mira a su amigo. En un principio estaba enojado...osea que me he cruzado medio país porque has tenido un mal sueño. Pero luego comprendió que el afligimiento de su amigo era real. Que aquello le estaba afectando sobremanera y no pudo otra cosa que compadecerse. Suspiró preocupado.
-Sin duda esas habladurías te han pasado factura. Mira, no soy psicólogo pero creo que es normal que, con tantos cambios, el viaje, el cambiar de casa...es normal que te vengan a la memoria recuerdos sobre tu familia incluso en sueños. Y los sueños son así, usan cualquier recuerdo que tengas, a veces perdido en tu subconsciente y lo modelan a su antojo. Isaac; siempre has sido una persona muy cabal, pero entiendo que si nos has telegrafiado es porque te has sentido muy afectado. Yo no le daría más importancia. De todos modos, ya he dicho que no volvería hasta dentro de unos días, así que si quieres, me quedaré por aquí y te ayudaré a poner esto a funcionar. Hay mucho trabajo que hacer aquí y creo que Jeremy y yo podremos serte de mucha ayuda. Si te parece mañana nos enseñas la plantación y nos pondremos manos a la obra.
Sonya se quedó mirando a su falsa taza de té llena de brandy mientras reflexionaba sobre las palabras de Isaac, no estaba enfadada a fin de cuentas había sido un viaje divertido y una desconexión con sus problemas en la ciudad.
- Bueno querido, yo no me quedaré, poner en orden plantaciones no es lo mío, regresaré a primera hora a la ciudad, y te pido, no, te suplico que todos hagáis lo mismo. Aquí no estáis bien Isaac, es evidente que tu esposa tampoco descansa bien. Busquemos un comprador para esta ruina lejos de los supersticiosos pueblerinos y regresad a donde debéis estar.
Tengo suficiente material, gracias a que hemos trasteado en los fondos de la gaceta local, para escribir un artículo sobre la historia de este lugar ridiculizando las supersticiones que circulan sobre él, intentaré colárselo a mi jefe y eso atraerá compradores, hay gente muy rara a la que le llaman la atención estas cosas.
-Bueno, pues vamos a dormir que es tarde entonces, os acompañaré a las habitaciones de invitados en el ala de los antiguos criados, llevan vacías algún tiempo- asegura -Mi familia no dispone de un grupo completo de criados desde hace muchos años- Mientras abandonáis el salón observáis a una mujer con un largo vestido negro bajando las escaleras del recibidor. Es misteriosamente bella y se aproxima a vosotros con una flexible gracia felina.
-Ah si- Explica el Doctor aclarándose la garganta -Permitirme presentaros a mi prima Alexandra-
Es una mujer cautivador de largo pelo negro, deslumbrantes ojos verdes y un lunar en la mejilla: una autentica belleza sureña pese a su tez pálida. Su voluptuosa figura queda acentuada por el sugerente estilo de su vestido ajustado y bien escotado. Se presenta a cada uno de vosotros y os da la bienvenida con su profunda voz aterciopelada, os da las buenas noches y se aleja de vosotros siguiendo su camino.
Alza su taza de té a modo de despedida cuando la señora de la casa decide que es hora de acostarse, está muy callada y actúa de manera anodina como si no tuviese espíritu.
Tras la supuesta explicación de su amigo el ceño de Hellen se frunce un tanto. Se siente molesta por haber sido víctima del ataque de ¿pánico? de Isaac que les ha llevado a recorrer tantos kilómetros en vano.
Acompaña a Isaac y sus compañeros de camino a las habitaciones de invitados cuando se encuentran con Alexandra, la prima de Isaac que, tras las presentaciones de rigor continua su camino. Es realmente hermosa, posee una belleza cautivadora, o al menos eso le parece a Hellen. Durante un momento todas sus preocupación y enfado habían desaparecido por completo.
Después se dirige a Sonya -Yo no duermo aquí sola ni loca. No te ofendas Isaac, es que no estoy acostumbrada a estos espacios tan amplios-.